Tinogasta:
Nunca más
Por Norma Giarracca
"(...)En los últimos tiempos, las
resistencias por los recursos naturales de poblaciones que se niegan a una
economía comandada por las actividades extractivas nos mostró que en las
provincias se habían formado "formaciones especiales" policiales
entrenadas en la represión a los pobladores en resistencia. Sólo recordemos
hace dos años la actuación del "grupo kuntur" en la represión de la
población catamarqueña de Andalgalá, que nos estremeció como sociedad y muchas
organizaciones sociales interpelaron a los poderes para saber qué eran y qué
función cumplían esas nuevas formaciones que enfrentaban y reprimían a la
sociedad civil. El viernes a la mañana asistimos asombrados a otro
enfrentamiento de esta fuerza especial con la población de Tinogasta, que sufre
desde hace años la presencia de la minera La Alumbrera. (...)
Las imágenes del viernes con el
cuerpo especial, armas letales según el modo de utilización, nos retrotrajeron
al trauma del Estado represor. Las fuerzas de seguridad nacional custodiando
los camiones que cargaban insumos tóxicos de la minera, lastimando los cuerpos
de hombres, mujeres, niños, nos avergonzaban como argentinos. La aplicación de la Ley Antiterrorista
en la provincia aplicada a la protesta social comienza a delinear que a 10 años
de la masacre de De la Rúa, el fantasma de la represión y judicialización a los
viejos tiempos no democráticos, nos ronda como nación. Es evidente que los
mensajes de la Presidenta traducidos por gobernadores de baja densidad
democrática (sólo recordar la defensa de los Saadi que hizo la gobernadora Corpacci )
pueden convertirse en dispositivos muy peligrosos para la convivencia social no
violenta. La protesta es un derecho constitucional, y cuando existen colisiones
de derechos los que se jerarquizan son los derechos humanos. Y como diría Anna
Arendt, la reproducción de la vida es el derecho fundamental, el que habilita
"el derecho a tener derechos". Y es la vida lo que defienden las
poblaciones, no "los ambientalistas", sino las poblaciones concientes
de que tienen derecho a decidir la reproducción material de la vida en sus
territorios. El territorio es la vida aunque cueste comprenderlo desde las
grandes ciudades. Como hemos repetido muchas veces en relación con la violencia
del Estado: nunca Más.
Socióloga. Profesora
Titular de Sociología Rural. Instituto Gino Germani-UBA
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