Informe Especial: el proyecto
de nuevo museo en la ESMA y
las voces de los sobrevivientes.
El acuerdo entre el macrismo y el kirchnerismo para disolver
el IEM y pasar a la órbita nacional los ex CCDTyE de la CABA sería publicado en
el boletín oficial la semana entrante. La Retaguardia accedió al proyecto de
museo que fue presentado en noviembre de 2013 para reemplazar al que existe
actualmente en el Casino de Oficiales de
Por La Retaguardia
En el comienzo de la carpeta que
contiene el proyecto de más de 300 páginas se habla del “Concepto ideológico”.
Allí se hace referencia a que el museo sería llevado a cabo “desde el
consenso”. “Esta propuesta es el resultado de muchos años de lucha y debate”,
se sostiene en otro párrafo. Más adelante puede leerse en el mismo sentido: “Se
realizaron presentaciones en Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo
Línea Fundadora, Asociación Madres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S., Cels,
Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Defensoría del
Pueblo, sobrevivientes”, entre otros. Lo que no aclara es cuáles fueron los
resultados de esas presentaciones y por qué no fueron consultados otros
organismos.
En
Diferentes actores
involucrados, entre ellos muchos de los sobrevivientes y familiares de
víctimas, mostraron no solo su desacuerdo con el proyecto, sino también enojo y
profunda tristeza. Nora Cortiñas, en recientes declaraciones a Oral y Público,
afirmó: “no quiero que termine siendo un lugar banalizado y que un día la gente
vaya allí como un entretenimiento. Que los sábados y domingos vayan y que
mientras ellos entran en esas salas que sí muestran el horror, sus hijos estén
distrayéndose. Yo no soy fatalista ni negativa, pero así como existe un
Auschwitz y los lugares de exterminio del mundo para no olvidar, así como
cuando se recorren estos países donde el nazismo hizo también el desquicio y el
horror, que podamos ver esos lugares respetados, y si tiene que ser con
dramatismo que sea con dramatismo porque el horror ocurrió. Yo estoy en
desacuerdo total con lo que quieren hacer en el Edificio Cuatro Columnas y en
el Casino. En la Argentina el horror existió y no lo podemos borrar y en ese
lugar, la ESMA, todavía hay mucha memoria para trabajar, todavía la justicia
tiene mucho para hacer, entonces no se puede desvirtuar. Seguiremos trabajando
con esto y veremos cómo se puede parar”, sostuvo la integrante de Madres de
Plaza de Mayo Línea Fundadora, que es parte del Consejo Directivo del IEM.
Las voces de los
sobrevivientes
Osvaldo Barros estuvo
secuestrado en la ESMA entre agosto de 1979 y febrero de 1980. Durante una
entrevista realizada para un transmisión especial de la Red Nacional de
Medios Alternativos (RNMA), dejó la voz de la Asociación de Ex Detenidos
Desaparecidos (AEDD) a la que pertenece: “en nuestra opinión esto le va a
quitar todo el sentido a lo que ahí ocurrió. Se va a ir transformando en un
show mediático. Por ejemplo, el salón dorado era el salón de fiestas del
Casino. Incluso se hacían fiestas mientras estábamos ahí secuestrados. Recuerdo
estar en Capucha (uno de los lugares donde se arrojaba a los prisioneros) y
escuchar la música, los gritos del baile. Ese lugar además funcionó como centro
de inteligencia donde se planificaban los secuestros y exterminio, y ahora está
programado poner luces y fotos con caras de compañeros y de secuestradores.
También pretenden poner fuentes con agua y juego de luces en el medio del lugar
dónde había mano de obra esclava de los compañeros, donde se los
torturaba". Barros hace referencia a la primera propuesta, que luego
sufrió algunas modificaciones. En la de noviembre de 2013 a la que accedió La
Retaguardia, las fuentes de agua en el subsuelo ya no figuran, tras haber
recibido puntualmente duras críticas en el mismo sentido que las de Barros. La
AEDD no fue consultada en tanto organismo de derechos humanos, lo que se
desprende también del mismo proyecto, ya que esta organización no figura entre
los organismos consultados, aunque sí participaron de las reuniones para
sobrevivientes algunos de sus integrantes.
Recordar o
resignificar
Otro integrante de la
AEDD, Carlos Lordkipanidse, estuvo en la ESMA desde noviembre de 1978 hasta
mediados de 1981, cuando recibió el “beneficio” de la libertad vigilada, que
consistía en recibir visitas y llamadas de control en el domicilio. Esto
sucedió hasta 1983, cuando se fugó con su familia a Brasil y luego a Suecia,
donde permaneció hasta 1987. Lordkipanidse se refirió a la iniciativa elaborada
respecto a la ESMA desde la Secretaría General de la Presidencia, en especial
para el edificio donde se encuentra el Casino de Oficiales. Durante una
entrevista con La Retaguardia realizada esta semana, expresó: “nuestra lucha no
abarca solamente el hecho de oponernos a esto que se pretende hacer en el
Casino por montones de razones, sino que también se trata de la
desnaturalización que se le dio al conjunto de la ESMA, a esta resignificación que
se le pretende dar desde el gobierno en el sentido de que este es un lugar
donde tiene que haber vida, alegría y una serie de cosas más, cuando en
realidad eso pasa por encima de los sentimientos de por lo menos cinco mil
familiares directos de las víctimas que pasaron por ese lugar”, aseveró el
Sueco Lordkipanidse.
De nuevo en la carpeta
de presentación, podemos leer: “El proyecto que presentamos resignificará en
una narración sostenida por un sistema de dispositivos museográficos esta
maquinaria de la muerte (…) Comprendemos que vivenciar el horror, al menos
parcialmente, que allí aconteció, es impactante, movilizador, doloroso. Por
ello, el tenor de la intervención no será infinitamente denso. Dará al
visitante la oportunidad de recomponerse, reflexionar y generar una
representación propia de lo visto y experimentado”. Víctor Basterra es
contundente: “para mí a la ESMA no hay que resignificarla. Ese lugar se
resiginifica solo”. Basterra también es sobreviviente de la ESMA. Estuvo allí
secuestrado entre agosto de 1979 y diciembre de 1983, los últimos dos años con
el “beneficio” perverso de las salidas diarias: “desde ese momento sentí que no
era el único que estaba secuestrado, sino que también quedaba secuestrada mi
familia”, explicó en su última declaración judicial en la Causa ESMA , una más de
tantas desde el Juicio a las Juntas. Basterra podía salir pero debía volver a
su cautiverio, que incluía trabajo bajo el régimen de mano de obra esclava.
Recibió visitas de marinos en su casa ya restaurada la democracia, en 1984. Es
integrante del Consejo directivo del IEM y actual guía en las visitas. Basterra
cuenta cuál fue la primera reacción que tuvieron al enterarse de la movida:
“con un grupo de sobrevivientes nos opusimos abierta y directamente a que se hiciera
algo en el Casino, ya que para nosotros tiene que quedar tal cual está y que
nadie meta la mano", le dijo a La Retaguardia. Conviene
aclarar que el "tal cual está" no implica que allí no haya nada. El
museo que está señalizado actualmente y que es abierto al público, no altera
los espacios, que permanecen tal cual los dejó la marina al entregarlos, pero
explica qué sucedió en cada lugar tanto con señales como con el relato de los
guías que están en sus puestos tras haber compartido tiempo y experiencias con
los sobrevivientes.
Disneylandia
Basterra recordó cómo
fue el día que se abrió el debate en la Secretaría de Derechos Humanos:
"yo planteé que no solamente estábamos los sobrevivientes sino también las
guías que hacen el recorrido todos los días. Y Oscar Parrilli (Secretario
General de la Presidencia) nos vino a mostrar todos los visitantes que tiene la
Casa de Gobierno y los pocos que tiene la ESMA; pero a mí no me importa eso, yo
no quiero hacer un Disneylandia de esto”, dijo, indignado, y siguió: “esto no
es una atracción turística, esto es un recordatorio. Si alguien quiere ir como
turista será para saber la historia argentina y cuáles son las consecuencias y
el contexto en el que se dieron las cosas. Cuando uno va a Auschwitz sabe que
ahí sucedió un Holocausto, una cosa espantosa, pero la ESMA da lugar a muchas
interpretaciones porque hay un montón de expresiones que se están dando en este
momento que no tienen nada que ver con la tragedia que sucedió en la Argentina. Acá te
dicen que hay que cubrirlo con alegría, pero así estás buscando el olvido, más
tarde o temprano vas a decir que nos reconciliemos con las fuerzas armadas,
incluso con aquellos que torturaron e hicieron desaparecer gente, pero yo
aspiraría a que nunca suceda eso, por eso estamos tomando las prevenciones”.
El concepto de
Disneylandia al que se refiere Basterra, también fue utilizado por HIJOS La
Plata, que presentó un informe llamado "La Disneylandia de Fresneda y
Parrilli", donde se oponen abiertamente a la modificación del actual
museo. En esta nota intentamos contemplar la opinión de la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación pero, hasta ahora, el resultado fue negativo.
Los claroscuros de
Capucha
“Proponemos utilizar
dos tipos de tratamientos museográficos: intervenciones tradicionales
(historiográficas) a través de paneles, gráficas, fotografías, audiovisuales,
objetos, documentos, noticias periodísticas, ilustraciones, testimonios, que
provean de información racional (…). Intervenciones contemporáneas
(vivenciales) que apelen a las sensaciones, emociones, vivencias, que impulsen
la curiosidad, la elaboración y la interpretación de los hechos y su carga
simbólica”. Esto se lograría a través de “dispositivos de última tecnología
como el mapping, hologramas, iluminación, sonido, temperaturas”.
A su vez remarcó que
mantienen su postura en relación a que el horror en la ESMA no transcurrió
solamente en el Casino de Oficiales, sino en la totalidad del predio de
diecisiete hectáreas: “además del Campo de Deportes, que todavía está en manos
de la Marina, donde todos sabemos que ahí se cremaban los cuerpos de los
compañeros que fallecían en la tortura o que llegaban muertos a la ESMA por
haber resistido a la detención o al secuestro”, afirmó.
El museo y el juicio
Enrique Fukman pasó por
la ESMA entre noviembre de 1978 y febrero de 1980. También pertenece a la
Asociación ex Detenidos Desaparecidos. En una visita a la ESMA guiada por
sobrevivientes, en junio de 2013, en la que pusieron al tanto de la situación a
organizaciones sociales y periodistas, Fukman detalló: “el lugar quedó igual
que como la Marina lo dejó y ese fue justamente un pedido que hicimos en su
momento los organismos. No queremos reconstrucciones, ni camas de tortura, nada
de morbo. Creemos que el hecho de cómo lo dejaron tiene que ver con el accionar
genocida, haberlo dejado todo limpio tiene que ver con el accionar de la
dictadura”.
El punto B del
proyecto, que describe el “Concepto museográfico”, en un destacado aclara que
no se quiere reconstruir las herramientas de las prácticas genocidas, y
continúa: “El edificio no se toca. Como imagen podríamos pensar en que es una
puesta museográfica que se desenchufa; se recogen los elementos expuestos y el
edificio queda tal cual lo encontramos. Llegamos a esta concepción a partir de:
los debates existentes sobre el poder del vacío, dar cuenta fehaciente de cómo
se encontró el inmueble en el 2004 y la experiencia de las visitas guiadas
hasta la fecha”.
Barros resalta todas
las pruebas que aparecieron en los últimos años: “el Casino de Oficiales sigue
hablando a través de las inscripciones que dejaron los sobrevivientes y
compañeros desaparecidos en distintos lugares del Casino, y esto se ve
reflejado a partir del trabajo que está realizando un equipo de restauradores,
museólogos que investiga cada centímetro cuadrado para ver si se encuentran
alguna otra cosa. Fue así que se encontraron inscripciones en el sector de
Capuchita, la parte más alta del Casino, donde muchos compañeros estuvieron
secuestrados. En otros sectores del segundo piso donde dormían oficiales, pero
también donde hubo compañeros secuestrados aparecieron inscripciones. El último
caso fue una inscripción que encontraron en Capuchita, debajo del tanque de
agua aparecía una hoz y el martillo y una sigla J.D.D. Pensando, ubicando los
tiempos se dieron cuenta los museólogos que esa era la firma de un compañero
llamado De Marco que es sobreviviente pero que nunca supo dónde había estado, y
ahora este año, después de treinta y pico de años, conoció dónde estuvo
secuestrado en la ESMA, este es un caso emblemático de por qué no se puede
tocar nada de ese lugar", explicó Barros.
En el mismo sentido,
entendiendo al edificio como una prueba judicial, el fiscal que actúa en el
tercer tramo de la causa, Guillermo Friele, en dialogo con Oral y Público,
expresó: “nosotros tomamos conocimiento del proyecto porque justamente la AEDD
presentó una medida cautelar para que no se modifique. En su momento
respondimos al TOF 5 que entendíamos que esa medida cautelar estaba vigente
porque había sido dictada por el juez (de instrucción) Sergio Torres, que sigue
siendo competente porque sigue habiendo tramos de la ESMA investigándose. (…)
Como se sigue investigando, recabando datos, información en cuanto a nuevas
víctimas, creo que en el proceso de conocimiento que estamos llevando adelante
en todas las instancias judiciales esto va a seguir ocurriendo, y justamente es
el juez de instrucción el que dice que no se le puede modificar el estado de
cosas porque hay que seguir investigando”.
Lordkipanidse también
criticó que estos cambios se realicen durante el desarrollo del tercer tramo
del juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA, una causa
que tiene una cuarta etapa en instrucción, por lo que existen pruebas en el
predio que podrían sumarse a la investigación: “yo tengo conocimiento de que en
el transcurso del año pasado por lo menos tres compañeros que estuvieron
detenidos-desaparecidos durante el año ’76, los primeros períodos de los
tiempos del golpe, los años más duros de la existencia de la ESMA como centro
clandestino, ingresaron al predio por primera vez después de treinta y pico de
años. Yo, que ya ingresé muchas veces, los veía a ellos transportarse, como yo
me había transportado la primera vez que ingresé en ese lugar, porque yo creo
que uno no es dueño ni siquiera de sus propios pasos cuando vuelve a ingresar a
ese espacio. Es como que a uno lo vuelven a llevar, lo vuelven a bajar del
Falcon y vuelve a bajar la escalerita al sótano y vuelve a revivir todo como si
hubiera ocurrido en aquel momento. Este testimonio trasladado al desarrollo del
juicio que se está llevando adelante y del próximo que va a empezar es de
fundamental importancia, porque es la prueba, es lo que demuestra la existencia
del horror, del genocidio, de lo que allí pasó. Entonces ahora uno se va a
encontrar con que hay una estación de vidrio que te interrumpe el paso, alguien
que transitó por esos lugares solamente con una capucha puesta sobre la cabeza
y se acuerda que los números de escalones que hay son ocho, nueve, diez, tres,
tres, ocho, nueve y diez, como yo lo recuerdo, ahora se va a encontrar con un
vidrio; si eso lo hace con los ojos cerrados se va a chocar con un vidrio”. Los
sobrevivientes hablan y logran conmover aún cuando muchas de sus historias
hayan sido escuchadas con anterioridad.
La memoria es del
pueblo
En diálogo con La
Retaguardia, Lordkipanidse sostuvo que esta situación le hizo recordar a la
visita a la Argentina en plena dictadura cívico militar de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH), tras las denuncias de lo que estaba ocurriendo,
particularmente en la ESMA: “lo que hicieron los Marinos fue modificar la ESMA
evitando el recorrido de alguna persona que haya sobrevivido a ese lugar y que
lo haya transitado con la capucha puesta. Cambiaron el sentido de las
escaleras, sacaron el ascensor, tapiaron una puerta que figuraba en un lugar y
la pusieron en otro; entonces ese que entraba a la ESMA nuevamente con los ojos
cerrados se encontraba con que las cosas habían cambiado. Ahora que esto lo
pretenda hacer la actual administración gubernamental de la Nación en la ESMA,
hacer exactamente lo mismo que pretendieron los marinos, o sea modificar el
lugar al punto que no se lo reconozca, a mí me parece lo más bajo… más bajo que
esto no se puede caer”, aseveró Lordkipanidse con dureza.
“Desde la Asociación
tenemos el mismo posicionamiento desde el principio mismo de la existencia de
este centro clandestino de detención en manos de las víctimas, tras habérselo
sacado a los marinos –explicó Lordkipanidse–, entendiendo como víctimas a la
totalidad del pueblo argentino. Los que pasamos por ahí o sufrimos ese lugar,
es decir las víctimas directas, no somos las víctimas exclusivas, por eso
decimos y sostenemos, tal como lo hicimos hace poco cuando realizamos una
manifestación político cultural en la puerta de la ESMA, que la memoria es del
pueblo y no de alguien en particular que se siente dueño de la memoria y la
interpreta, exponiéndola desde un lugar como la verdad absoluta”.
“El Dorado se inicia
con una estación, en la que el visitante participará de una acción que hemos
dado en llamar ´de cuadros bajados´, entre paños opacos proponemos la
instalación de un conjunto de treinta cuadros con sus marcos en los que se
proyectarán las fotografías de los represores, que en lugar de estar colgadas
en la pared, están apoyadas en el piso. Esta acción se complementa con el
oscurecimiento cíclico de la sala por medio de unas cortinas automáticas, y la
proyección al costado de cada uno de los cuadros de estado procesal de cada uno
de los represores. Al mismo tiempo, la fotografía en uniforme de cada uno de
los marinos será reemplazada por su fotografía durante los juicios”. Basterra
también fue duro al referirse a este punto: habló de "intento de hegemonía",
para referirse al estilo de avanzar contra toda opinión, sea quien fuere el que
se opone y sus argumentos.
Testigos
sobrevivientes
Testigos
sobrevivientes puede sonar reiterativo. Hasta aquí alcanza con decir solo
testigo o solo sobreviviente, y se sobreentiende la referencia a aquellos que
consiguieron atravesar la muerte y seguir con vida alzando sus voces. Sin
embargo, la repetición de conceptos podría volverse necesaria.
Los textos que
poblarán los paneles de las diferentes estaciones del nuevo museo serán
sometidos aún a correcciones y cambios, pero en el proyecto a noviembre de
2013, uno de los primeros dice: “A partir de aquí comenzaremos a vivir una
experiencia que nos transformará en testigos. Está en cada uno de nosotros la
responsabilidad de transmitir a la humanidad este testimonio de verdad,
justicia y memoria. Por nuestra historia. Por nuestro presente. Por nuestro
futuro”. La figura del testigo, en el contexto de lo que conocemos como
Terrorismo de Estado, es esencial. Cada una de las historias que conocemos de
aquella época son parte de nuestra historia gracias al rescate que, una y otra
vez, los testigos -en tanto sobreviventes- han dejado durante las instancias
judiciales abiertas desde la confección del informe de la Conadep (conocido
como Nunca Más) hasta la
fecha. Sin ese aporte, podríamos suponer, pero nunca saber de
manera fehaciente y mucho menos podríamos juzgar a los responsables. Cualquiera
de las anécdotas -algunas tenebrosas, otras esperanzadoras- que quienes
permanecieron desaparecidos en la ESMA relatan, parecen intransferibles. Pensar
que los visitantes podríamos convertirnos en testigos, parece al menos muy
pretencioso y corre el riesgo de subvaluar el rol que los sobrevivientes.
Muchos integrantes de
organismos de derechos humanos, al igual que muchos sobrevivientes, se
preguntan por qué se quiere llevar adelante este proyecto museográfico, qué
necesidad existe de poner en marcha esta iniciativa, a pesar de los rechazos y
repudios recibidos. “A mí todo esto me provoca en principio preguntas
–reflexionó en el mismo sentido Lordkipanidse–: ¿quién es el que dice ‘yo
quiero que esto se haga’?, porque hay alguien que evidentemente se siente dueño
de una situación y dice ‘yo acá voy a hacer esto’, y me pregunto por qué quiere
hacer esto esta persona, o este grupo de personas. Lo primero que me pregunto
es el por qué. Y el por qué surge de una cuestión sencilla y simple: este
lugar, y el edificio de Oficiales particularmente, funcionó con estas
características durante diez años, con los guías tradicionales que los hemos
formado nosotros, los sobrevivientes, en función del relato de lo allí
ocurrido, sin ninguna clase de dificultad y en forma efectiva en el sentido de
que nosotros admiramos el trabajo de estos muchachos y muchachas que trabajan
como guías, que han mantenido este relato con veracidad durante tanto tiempo.
Ahora lo que se pretende hacer con esto es justamente quitar este relato y
constituir uno que es abrumador e individual. Ahora la gente ya no va más en
grupo, la construcción de esta forma de visita a la ESMA es de carácter
individual, donde uno va atravesando pasillos y se va enterando de cuestiones
en la medida en que apriete los botones correctos o se lleve las sorpresas
estas de luces que se prenden y apagan, sonidos que surgen y desaparecen. Me
sigo preguntando por qué y para qué, si esto se ha podido mantener y ha
funcionado en forma correcta, ahora esta gente pretende instalar esta
cuestión”.
¿Ahora es cuándo?
Más allá de las
valoraciones que se puedan hacer una vez leído el texto de presentación del
museo proyectado, de las opiniones en contra o a favor, la pregunta acerca de
la oportunidad de la presentación del proyecto está latente.
"Esta propuesta es posible ahora porque
hay una fuerte convicción y voluntad política desde el Estado argentino. Porque
hay justicia. Se están llevando a cabo los juicios. Porque ha transcurrido el
tiempo necesario que permite conjugar la articulación necesaria entre memoria e
historia”, dice en otro pasaje de la presentación del nuevo museo. En
declaraciones a La Retaguardia, las reflexiones de Victor Basterra dan cuenta
de que ese tiempo transcurrido no es suficiente: "si quieren hacer algo
que lo hagan dentro de cien años, pero mientras estemos los sobrevivientes ahí
dando testimonio, no. Cuando estemos muertos puede que sí; será sobre nuestras
cenizas, pero ya será otra historia. Además, aspiran a que las visitas sean
interactivas para cuando nosotros no estemos, pero eso que lo dejen justamente
para cuando no estemos. Sin embargo ellos lo quieren hacer para el 2014” .
Carlos Lordkipanidse
compartió con Víctor Basterra un año y medio de cautiverio en la ESMA:
"trabajás o te morís, ellos manejaban el concepto de trabajo, nosotros el
de esclavitud", afirmó el Sueco Lordkipanidse en una charla con Oral y
Público. En el proyecto de museo, el trabajo esclavo estará representado por
sillas "ancladas, aferradas a la tarima para que no se puedan mover".
Acostumbrados a
luchar, los sobrevivientes citados en esta nota están decididos a dar pelea y
revertir esta situación. Lordkipanidse afirmó que queda por delante una larga
tarea para revertir lo que está ocurriendo, que requerirá del esfuerzo de
muchos: “es vergonzoso lo que está pasando, y tenemos que pasar esto como
superamos tiempos más difíciles. En la ESMA estaban Acosta, Astiz y todos los
marinos, ahora ya no están más y para que eso ocurriese se luchó mucho y se los
pudo sacar de ahí. Qué quieren decir estas cuestiones de que ahora Mauricio
Macri le pasa los CCD al gobierno nacional por un período de veinte años sin
usufructo en forma gratuita, ¿qué estamos siguiendo la voluntad de Macri
respecto a los CCD? Son varias las preguntas a hacerse, pretendo y trato de
mantener la calma porque esto me pone muy nervioso, me angustia mucho y tal vez
me haga decir cosas que no debería, pero esta situación tenemos que revertirla
de alguna manera y va a implicar un tiempo de lucha y sacrificio”. Otra vez la resistencia. Los
sobrevivientes saben algo de eso.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article7222
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