24-25 de agosto de
1944: La liberación de París
Antonio San Román Sevillano (Rebelión)
…Then we take Berlin
Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse
crispadamente al hombre. […]
Hoy el amor es muerte
y el hombre acecha al hombre.
Miguel Hernández, "Canción primera",
en El hombre acecha
En septiembre de 1939, Portugal, Italia,
Grecia y España (PIGS) eran naciones gobernadas por dictaduras. La última en
incorporarse a este grupo había sido España. Había triunfado, en una guerra
civil brutal, la alianza entre la derecha, la Iglesia católica y la mayor parte
del Ejército, cuya actuación seguía patrones decimonónicos salvajemente colonialistas.
Esta alianza entre la derecha, la Iglesia y el
Ejército estuvo apoyada por la Italia fascista de Mussolini, el Vaticano de Pio
XII y la Alemania nazi hitleriana, así como por la inhibición, cuando no la
ayuda como la venta de combustible, de las grandes potencias democráticas. El
general Franco, al frente de los golpistas españoles, se propuso alargar lo que
fuera necesario la guerra para “purificar” el país de las “izquierdas
disolventes” de su idea de España. El canciller alemán Hitler tenía el interés
de alargar lo máximo posible la guerra española para realizar las pruebas del
armamento que estaba desarrollando para la posterior empresa que se había
propuesto: conquistar Europa. La Iglesia de Pio XII bendecía aquella cruzada de
exterminio contra los rojos. A todo ello se añadía el miedo de las potencias
occidentales a que en España se produjera una nueva revolución bolchevique.
Tras casi tres años de guerra, la entrada de
las tropas golpistas de Franco en Barcelona supuso que, entre el 27 de enero y
el 10 de febrero, aproximadamente medio millón de españoles huyeran a Francia.
Mientras los gendarmes conducían a los
refugiados hacia los campos de concentración improvisados en las playas
cercanas a Argelès y St. Cyprien, los campesinos franceses los miraban al
pasar, algunos con las lágrimas en los ojos, otros murmurando: “sales rouges”
(sucios rojos).
Gabriel Jackson, La República española y la
guerra civil, 1931-1939. Barcelona, 1987, p. 402
Durante los días 28 al 30 de marzo, tras la
traición de la Junta de Madrid formada, entre otros, por el coronel Casado, el
anarquista Cipriano Mera y los socialistas Besteiro y Wenceslao Carrillo, los
últimos barcos zarparon de Valencia. Desembarcaron en Argelia unos veinte mil
refugiados más huyendo de la despiadada represión franquista.
Tanto en el sur de Francia como en el norte de África, los
desplazados españoles fueron internados en campos de concentración, que, ni tan
siquiera, tenían barracones para alojar a una minoría. Las autoridades
francesas indujeron a cerca de 200000 refugiados para que regresaran a la
España franquista. Asimismo, ofrecieron a los que se quedaron en los campos el
alistamiento como voluntarios a la Legión extranjera. Lo hicieron unos cinco
mil.
Tras el inicio de la II Guerra mundial,
tratando de librarse de la miseria de los campos de concentración, cerca de
treinta mil republicanos, se alistaron en los Batallones de Marcha y las
Compañías de Trabajo. Eran unidades militares formadas por españoles, con mando
y organización del Ejército francés. El contrato de alistamiento era por el
tiempo que durase la guerra.
Los republicanos españoles que entraron en
Francia en Febrero de 1939 creían haber escapado del fascismo militarmente
victorioso en España. La derrota militar francesa de 1940 les condujo a
afrontarlo de nuevo, con idéntica resolución. Ya en el momento de la
penetración alemana de mayo, muchos españoles pertenecientes a las Compañías de
Trabajo abandonaron el pico y la pala, cambiándolos por el fusil. Buen número
de ellos siguieron a los ejércitos franco-británicos vencidos y acabaron
encontrándose en Dunkerque, donde cayeron en manos de la Wehrmacht…. La
victoria militar de Hitler en 1940 entrañó inmediatamente una oleada de
represión contra los refugiados españoles. Casi de modo automático, por orden
de Franco, agentes policíacos se presentaron en Francia, una policía que el
embajador de España en París, Lequerica, tomó bajo su protección. Con ayuda de
la Gestapo, y la complicidad del régimen de Vichy, procedieron al arresto de
varios dirigentes republicanos: [Lluis Companys, Julián Zugazagoitia y Joan
Peiró, como más destacados.]
Georges Soria, Guerra y Revolución en España;
Barcelona, Grijalbo, 1978, vol. 5, p. 108.
En apenas mes y medio se consumó la derrota de
Francia ante la Alemania nazi. El gobierno francés capituló el 25 de junio de
1940.
Españoles en la resistencia francesa
Les
Allemands étaient chez moi
ls
m’ont dit: “Rèsigne toi”
Mais je n’ai pas peur,
et
j’ai repris mon arme.
Los alemanes estuvieron en mi casa / Me
dijeron: “Ríndete”, / pero no tuve miedo / y recuperé mi arma.
Leonard Cohen, The partizan, Hartwall Arena, Helsinki .
Derrotada Francia y dividida en dos por los alemanes, la
Resistencia francesa surge a partir del verano de 1940. No hay ciudad importante
en que no se organice un grupo de Resistencia. La lucha es simultáneamente
contra alemanes y contra los organismos represores del gobierno
colaboracionista de Vichy, viviendo Francia una auténtica guerra civil.
Los españoles integrados en las Compañías de
Trabajadores Extranjeros (CTE) comienzan a agruparse entre ellos en los lugares
de trabajo según su ideología. Muchos trabajadores, franceses y extranjeros
refugiados, como los españoles, antes de enrolarse en el trabajo forzado
alemán, huyen a esconderse en las montañas y los bosques. Así nació el maquis.
…nuestra emigración fue, ante todo, una
emigración política… Uno de los rasgos típicos del pueblo español ha sido el
súbito derroche de energía por una causa idealista […] El período que culminó
en la segunda
República y la guerra civil fue también uno de esos grandes
estallidos de energía motivados en primer lugar por causas idealistas. […] Fue
un esfuerzo para asimilar el pasado de España y elevar el nivel económico y
cultural de la secularmente descuidada madre patria.
Gabriel Jackson, p. 412
Algunos resistentes españoles, al encontrarse incomunicados en la
zona ocupada, se integran en unidades de lucha internacionalistas. Entre ellos merece
citarse el caso ejemplar, no único, de Celestino Alfonso, que pertenece al
célebre grupo de extranjeros que dirige en París el poeta y comunista armenio
Manouchian.
El grupo Manouchian está formado por judíos
polacos y húngaros, así como por el comunista italiano, Spartacus Fontano, y el
comunista español, el salmantino Celestino Alfonso Miano. Celestino había
nacido en 1916 en Ituero de Azaba, Salamanca. Carpintero, muy joven emigró a
Francia. En 1936 regresa a España para defender a la República. Terminó
la guerra con el grado de teniente. En 1942 ingresa en el grupo de Manouchian,
bajo el seudónimo de Pierrot. Participa en cada uno de los principales golpes
que da este grupo contra los nazis. Cae en manos de la Gestapo en 1944. Cuando
el presidente del tribunal, cuyos veredictos son casi siempre sentencias de muerte,
le pregunta si ha pertenecido al Ejército Rojo español, Celestino Alfonso
responde orgullosamente que ha luchado en las filas del Ejército Popular de la República. Tuvo
“el honor” de que los nazis pusieran su foto, al lado del epígrafe de Espagnol
rouge, en el famoso affiche rouge (cartel rojo) con el resto de camaradas del
grupo Manouchian.
Españoles en el Ejército francés
Tras el desembarco aliado en 1942 en el norte
de África, las unidades militares francesas que habían permanecido en África se
unieron a los angloamericanos. Estas unidades, habían recibido los hombres que,
tras el armisticio con los alemanes, habían sido desmovilizados de las
Compañías de Trabajadores Extranjeros. Combatieron en la mayoría de las
operaciones africanas. Los españoles demostraron durante aquellos dos primeros
años de lucha la experiencia en combate adquirida en la Guerra Civil
española.
En las tropas de Leclerc, desde los primeros momentos, existían
elementos españoles que habían respondido de forma temprana al llamamiento
realizado por De Gaulle el 18 de junio de 1940 en Londres. La incorporación
masiva tuvo lugar algo más tarde como consecuencia de la disolución de los CFA
entre mayo y julio de 1943. En el verano de 1943, muchos de aquellos españoles
desertaron para unirse a las tropas comandadas por Leclerc. El principal
responsable de estas deserciones fue el comandante Joseph Putz, a quien
acompañaba Miguel Campos, El Canario. Putz era un héroe de la I Guerra Mundial
y héroe de la Guerra
Civil española como brigadista en la 14ª Brigada
Internacional. Solicitado por el Gobierno vasco para la defensa de Bilbao, fue
destinado, como comandante de Brigada, a la División Eusko Deya.
Según Dronne, capitán de la 9, inspiró a Hemingway el protagonista de Por quién
doblan las campanas. Putz combatió en la batalla del Ebro junto al coronel
Rol-Tanguy, en la 13ª Brigada Internacional. Ambos fueron heridos en la Sierra
de Cavalls. Rol-Tanguy era el jefe militar de la resistencia en París cuando la
9 entró en la ciudad.
Miguel Campos, El Canario, anarquista, alcanzó
el grado de alférez en 3ª Sección de la 9, con la que entró en París como jefe
de la pieza antitanque Ebro. Varias veces laureado, fue condecorado por el
propio De Gaulle con la medalla militar.
Origen y formación de la Novena Compañía
La mayor parte de los españoles que decidieron
unirse al ejército de la
Francia Libre fueron agrupados en el Regimiento de Marcha del
Chad de la 2e DB mandada por Leclerc. Después de la fusión de la FFL y el
Ejército de África, la división de Leclerc tomó el nombre de 2 ª División Blindada. De
las cuatro compañías que conformaban el III Batallón de ésta, la 9ª destacó por
estar constituida en su práctica totalidad por españoles. Incluso el idioma
oficial era el castellano. Encomendada por Leclerc al capitán Raymond Dronne, estaba
compuesta por unos 150 hombres de los cuales aproximadamente el 95 % eran
españoles. La mayoría eran anarquistas. Aunque también hubo socialistas,
comunistas y republicanos. La 9ème compagnie de combat du RMT pasó a ser
conocida por todo el Regimiento simplemente como la 9ª.
Existió una unidad del ejército regular
compuesta casi por completo por voluntarios españoles: la 9ª Compañía del
regimiento de Marcha del Chad, la
“Nueve ”, de la famosa 2ª División Blindada del general
Leclerc. Tuve el honor y el orgullo de ser el jefe de esta “Nueve”, desde su
constitución en el curso del verano de 1943 hasta la primavera de 1945.[…] Los
treinta suboficiales eran en gran mayoría españoles, […] Había también dos
alemanes, antiguos miembros de la Legión extranjera y de las Brigadas
Internacionales […] La casi totalidad de los cabos y de los soldados eran
españoles. Había sin embargo, algunas excepciones: un brasileño, un
hispano-mexicano, un portugués, algunos eslavos, una media docena de franceses,
un italiano, dos o tres apátridas.
Raymond Dronne, “Una compañía española en la
batalla de Francia y Alemania (1944-1945)”, Tiempo de Historia, nº 85, p. 16
En septiembre de 1943, la 2ª DB fue traslada a
Casablanca, donde les entregaron equipación del ejército americano. Bajo la
dirección de instructores estadounidenses aprendieron su manejo convirtiéndose
en una unidad de infantería mecanizada a comienzos de 1944.
El 8 de abril Leclerc recibió la orden de
embarque. Aproximadamente unos 15.000 hombres, con el equipamiento cedido por
los norteamericanos, embarcaron en Casablanca rumbo a Inglaterra. La división
quedó acantonada en Hull, adscrita al XV Cuerpo del 3.er Ejército de los EE.UU.
Siguiendo la costumbre francesa de
"bautizar" a todos los vehículos, los españoles de La Nueve darán a
sus half-tracks los nombres de las batallas de la guerra civil: Teruel, Ebro,
Brunete, Madrid, Belchite, Guadalajara... También otros tópicamente evocadores
como Don Quijote, o España Cañí. Y otros franceses como Résistence, Libération,
Nous Voilà, les Pingouins. Faltaba el nombre del half-track de mando. Después
de pensar en varias opciones, Dronne obtuvo el consenso: puesto que consideraba
que sus hombres "parecían una banda de cosacos" ningún nombre mejor,
para llamar al semioruga que "Les Cosaques" Todos esos nombres
quedarán indisolublemente unidos a la leyenda de La Nueve.
El desembarco aliado en Normandía se produjo
el 6 de junio. La primera unidad francesa lo hizo en la noche del 31 de julio
al 1 de agosto de 1944. Fue el 3er. Regimiento de Marcha del Chad, en el que
estaban el Estado Mayor de la División Leclerc y casi todos los españoles de la unidad. El resto de la
división blindada lo hizo el 4 de agosto. La Nueve desembarca el 4 de agosto,
cantando "La cucaracha" por la lentitud de la compleja operación. El
desembarco se realizó en la Playa de la Magdalena, de Sainte-Mère-l’Église, en
la península de Cotentin, Normandía. (http://www.lanueve.net)
La batalla de Ecouché
El 7 de agosto la Segunda División Blindada
aún espera entrar en combate. Los americanos han iniciado una gran ofensiva y a
la 2ª DB se le ordena que esté dispuesta. Poco después del mediodía los
alemanes inician una contraofensiva hacia el mar. Amenazan con aislar a las
unidades norteamericanas diseminadas por la Bretaña. La 2ª DB
sigue esperando la orden de ataque. La aviación alemana localiza la unidad francesa
y la bombardea. Los
antiaéreos americanos obligan a los atacantes a volar alto y sólo hay un
herido: el cabo Andrés García, de la 9ª. Fue el primer herido de la 2ª División
Blindada en tierra francesa. Los hombres de Leclerc aún esperarán dos días la
orden de entrar en combate.
Por fin, el 9 de agosto, la columna francesa
se pone en marcha hacia Le Mans.
El 13, a las nueve de la mañana la unidad recibe
la orden de avanzar hasta Ecouché. El lugarteniente Michel Elías y el soldado
Joaquín Méndez, que van en cabeza con su half-track, reducen a varias patrullas
alemanas, capturando numerosos prisioneros.
“Fuimos nosotros, claro -¿quién querías que
fuese?-, los que inventamos el mercadillo de prisioneros alemanes”, puntualiza
el valenciano Domínguez. El general Eisenhower había dado carta blanca a
determinados comandos suyos -los del III Regimiento de Paracaidistas, entre
otros-, pero prohibió a sus unidades regulares que franquearan el río Loira.
Eduardo Pons Pradés, Historia16, nº 111, julio
de 1985
Los vendedores eran siempre los hombres de
Leclerc y los compradores los americanos.
El día 14, sin embargo, el principal enemigo
es la aviación estadounidense, que arroja fuego amigo sobre la Compañía. A la caída
de la tarde, Miguel Campos y Johan Reiter dan un audaz golpe de mano y se
infiltran con dos half- tracks en terreno alemán llegando a un castillo en el
que capturan 129 prisioneros, entre ellos un coronel. Johan –Juan en España,
Jean en Francia- Reiter, era hijo de un oficial del ejército del Káiser ejecutado
por los nazis. El mismo Johann había sido cadete en Munich durante la República
de Weimar. Luchó en la
Guerra Civil española formando parte del Estado Mayor de la Columna Lenin ,
integrada en su mayoría por militantes del POUM.
El contraataque contra Ecouché ha sorprendido
a los alemanes, pero aún así mantienen el cerco y el cañoneo durante el 17 de
agosto. En la tarde de ese día, después de un nuevo intento de infiltración
alemán, Campos dirige un violento contraataque contra un numeroso grupo de SS
durante el que Roberto Helio muere a causa de las heridas recibidas. Por fin,
el día 18 la 9ª enlaza con una columna británica. Ha sufrido 7 muertos y 10
heridos graves.
En Ecouché mueren Luis del Águila, Roberto
Helio, Constantino Pujol, Manuel Sánchez, Reinaldo Sánchez, Pascual Vidal y, el
veterano prusiano exbrigadista de la Guerra Civil , Poreski.
La Nueve descansa en Ecouché hasta que el 23
de agosto en que, a las 6 de la mañana, se da la orden de salida.
Liberación de París
El Alto Mando Aliado no contemplaba la
liberación de Paris hasta el 15 de septiembre. Las tropas aliadas rodearían
París para de ese modo forzar la salida de las tropas alemanas.
A partir del 14 de julio empiezan,
esporádicas, las huelgas de los ferroviarios. Rol-Tanguy hace un llamamiento a
los parisienses para tomar las armas, levantar barricadas, ocupar los centros
estratégicos para abrir el camino a los aliados. Mientras, el grupo de
Chaban-Delmas trata de detener los combates, una tregua que no podía más que
beneficiar a los alemanes.
En vísperas de la insurrección, el coronel
Rol-Tanguy, comandante en jefe regional de las fuerzas francesas del interior,
da la orden de insurrección el 19 de agosto. Tres días de refriegas por todo
París. El 22 se levantan las primeras barricadas.
[…], José
Barón, responsable de los equipos españoles en París, cayó en la Plaza de la
Concordia en uno de los encuentros con los destacamentos alemanes. Es un
símbolo.
Alberto Fernández, Españoles en la resistencia. Bilbao ,
Zero-ZYX, 1973, p. 181.
El 23 hay combates contra los alemanes por
toda la ciudad. La
presión ejercida por el Alto Mando francés y la insurrección popular que se
había desencadenado en la capital francesa ante la amenaza nazi de destruir la
ciudad, obligan al Alto Mando Aliado a aprobar el plan de liberar París.
Con la 9ª de nuevo en cabeza, comienza el
avance de las tropas de Leclerc hacia la capital.
El comandante Joseph Putz manda el Tercer
Regimiento de la 2ª División Blindada, en el que combaten casi todos los
españoles de Leclerc. Putz y sus hombres se ponen en marcha a las siete de la
mañana del día 24.
Antes de llegar a Antony, la vanguardia de
Leclerc se tropieza con unas piezas alemanas del 88, del 132º regimiento SS,
que los reciben con una cortina de fuego. El capitán Dronne ordena a la columna
rodear el obstáculo y pasar de largo. El capitán Dronne hace maniobrar a los
destacamentos de Amado Granell –de Burriana, antiguo capitán del Batallón de
Hierro y comandante de la
49 División del Ejército de la República española-, de
Montoya, el Cabrero, Moreno –madrileño, impresor-, Bernal –alias Garcés,
zaragozano, antiguo torero con el nombre de Larita II-, Michel Elías y Miguel
Campos. Montoya será herido por la metralla del 88, pero tras la cura se niega
a ser evacuado.
La sección que rompe la barrera de fuego,
perdiendo dos blindados, es la de Michel Elías –pied noir de origen español-,
protegida por las de Montoya, el Cabrero –por haberlo sido antes de la guerra-,
y Miguel Campos, el Canario. Otro de los oficiales que desempeña un papel
importante –durante toda la campaña- es Antonio van Baumberghen Clarasó, Bamba
–natural de Reus-, que se ocupa del abastecimiento de gasolina y municiones y
cuyos equipos volantes, con Bamba fiscalizándolo todo, se exponen más que los
combatientes casi.
La orden de entrada en París había sido fijada
por el Alto Mando aliado para la madrugada del 25. Los primeros tanques y autos
blindados de la 9ª mandados por el capitán Dronne, cuyo jeep de mando se
llamaba Mort aux cons, cruzan la Porte d’Italie el 24, a eso de las 20’30 de la
tarde. 126 hombres y 21 vehículos forman el destacamento. La población los
confunde con alemanes y huyen. Tras apercibirse de los uniformes y el armamento
americano, los confunden con los americanos. A continuación, los gritos serán:
¡Los franceses! ¡Son los franceses! Guiados por la población local, a las 21.22
horas,
El primer blindado que llegó a la plaza del
Ayuntamiento -cuenta Moreno- fue el Guadalajara. Este blindado, con tripulación
exclusivamente extremeña, sería también el primero en arrancar hacia la vecina
calle de los Archivos, cuando se nos indicó que allí había un nido de
resistencia alemán. Pero los primeros disparos que las fuerzas aliadas
efectuaron en París se hicieron desde el blindado Ebro, mandado por el canario
Campos y conducido por el catalán Bullosa.
Por las calles laterales de los Campos Elíseos
y en las cercanías del Arco del Triunfo patrullaban Alfredo Piñeiro y Paco
Izquierdo, abordo de su blindado Fort Star. Este último se quedó mudo cuando
una muchacha, tras los besos y abrazos de rigor exclamó: “¡eres el primer
soldado francés al que beso! Piñeiro me contaba no hace mucho en Barcelona que
fue él quien repitió una vez más la cantinela que venían entonando desde que
penetraron en los arrabales de París: ¡Somos rojos españoles!, al tiempo que
enarbolaban la bandera tricolor republicana española, que ondeaba en todas las
torretas de los blindados. Así fue, en efecto -confirma el capitán Dronne, jefe
de la Nueve-; yo no sé de dónde sacaron aquellas banderas, pero como en
realidad era la bandera de su patria, nadie hizo la menor objeción”.
Eduardo Pons Pradés, Historia16, nº 111, julio
de 1985
La plaza del Hotel de Ville, Ayuntamiento, se
va poblando. Los ciudadanos franceses están sorprendidos de que las tropas de la Francia Libre hayan
llegado hasta al corazón de la
capital. Pero estos soldados hablan francés con un acento
extraño. Lo cierto es que, salvo un escaso número, el primero el propio capitán
Dronne, son españoles, soldados republicanos, algunos de los cuales llevan más
de ocho años combatiendo al fascismo. Tras la llegada del Guadalajara ante el
Ayuntamiento, Zubieta, Abenza, Luis Ortiz, Daniel Hernández, Argüeso, Luis
Cortes, alias El Gitano, Ramón Patricio, alias Bigote, junto al sargento jefe,
de Possese, saltan del blindado y se instalan en posición de defensa con las
ametralladoras en la mano.
Con los españoles llegan algunos soldados de otras
nacionalidades. La mayoría viejos luchadores de la Brigadas Internacionales
en la Guerra Civil
española. Amado Granell los está esperando en la puerta del Ayuntamiento.
Poco a poco, en la plaza del Ayuntamiento de
París la muchedumbre se va congregando en torno a los half-tracks de la 2ª DB.
De pronto, entonan la
Marsellesa. Instantes después, las campanas de las iglesias
de París repiquetean al unísono.
Granell: “Introducidos (habla en plural. NDA)
en un pequeño despacho, tuvimos el honor de ser presentados al prefecto del
Sena, señor Fleuret, quien a su vez nos presentó al presidente del Consejo Nacional
de la Resistencia [George Bidault]. […] A su lado estaba el coronel Roll”.
Alberto Fernández, op. cit., p. 189
El coronel Roll, es Rol-Tanguy —comandante en
jefe de las FFI en la región de Île de France, compañero de lucha de Joseph
Putz en la batalla del Ebro.
En la única foto que se conoce de aquel
momento, publicada al día siguiente en la portada del periódico Libération con
el título: "Ils sont arrivés", Amado Granellposa al lado de Georges
Bidault, presidente del Consejo.
En espera del amanecer y nuevos combates, se
oye cantar El ejército del Ebro, con su famoso estribillo ¡Ay, Carmela! ¡Ay,
Carmela!
El Ejército del Ebro
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Una noche el río pasó,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Y a las tropas invasoras
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Buena paliza les dio,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Al día siguiente, la 2e DB al completo entra
en París reduciendo los focos de resistencia alemana restantes y completando la liberación. Parte
de la 9ª es enviada a liberar la central telefónica situada en la Rue des
Archives. La operación se confía a varios blindados de la 2ª Sección, mandados
por Moreno y Elías, que es herido y sustituido por Martín Bernal. Están
apoyados por el fuego de dos Sherman del teniente Richard. El oficial
coordinador es Amado Granell.
En los combates del día 25, con los hombres de
la 9ª luchan codo a codo hombres de la resistencia española en París, entre los
que se encuentran Manuel Huet, Pachón, Juan Zafón, Liberto Ros, Joaquín Blesa y
Julio Hernández "el Maestro", entre otros muchos. En la plaza de la
Concordia cae mortalmente herido Barón Carreño.
Cae herido en el pecho y la espalda Michel Elías.
Más tarde, es herido en el pecho y un hombro el sargento tarraconense José
Cortés. Convalecerán por largo tiempo. Pero se salvarán. Cortés tenía 17 años
cuando salió de España con el Ejército Republicano en febrero del 39.
En la Plaza de la Concordia muere el chileno
Jorge Campillo, conductor del Sherman Douaumont. Habiéndosele acabado las
municiones, embistió con su vehículo un pánzer alemán. En la calle Rivoli muere
otro chileno, López Ros. Pertenecían al 501 Regimiento de Carros de Asalto, en
cuyas filas combaten hombres de países latinoamericanos: cubanos, mejicanos,
argentinos, portorriqueños y uruguayos.
Aquí viene el árbol, el árbol
de la tormenta, el árbol del pueblo.
De la tierra suben sus héroes
como las hojas por la savia,
y el viento estrella los follajes
de muchedumbre rumorosa,
hasta que cae la semilla
del pan otra vez a la tierra.
Pablo Neruda, “Los libertadores” en Canto General
El 25 de agosto, a las seis de la tarde, el
general Von Choltitz y su Estado Mayor izan la bandera blanca en el hotel
Meurice. Los primeros soldados de la 2ª División Blindada que entran en el
Cuartel General son el teniente Henri Karcher, un alférez y tres soldados.
Entre estos últimos se encuentra un extremeño de la 9ª, Antonio Gutiérrez.
Descubre el despacho personal del general Van Choltitz. El general alemán, al
identificarse el español, le entrega su reloj de pulsera como recuerdo de aquel
"momento histórico”. Von Choltiz es trasladado a la Prefectura de Policía
parisina donde, frente al general Leclerc y a Rol-Tanguy, firma la capitulación
de sus tropas.
Horas después, hacia las siete de la tarde del
día 25, el general De Gaulle llega a la capital. Tras
entrevistarse con Leclerc, se traslada hasta el Ayuntamiento. Y allí, delante
de una multitud entusiasmada, pronuncia las palabras que aún hoy permanecen
fijas en la memoria colectiva francesa:
(París! París ultrajado! París arrasado! París
martirizado! Pero París liberado! Liberado por él mismo, liberado por su
pueblo, con el concurso de los ejércitos de Francia, con el apoyo y el concurso
de toda Francia, es decir, de la Francia combatiente, es decir, de la sola Francia , de la verdadera Francia ,
de la Francia eterna).
Discurso del general De Gaulle el 25 de agosto
de 1944 en el Hôtel de Ville de París.
Charles De Gaulle inicia la desmemoria de todos
los combatientes del mundo que han contribuido a liberar París.
[…], como
dato anecdótico, subrayaremos que el primer soldado de la 2.' División Blindada
entrevistado por radio por el locutor de la France Libre , Pierre
Crénesse, el 24 de agosto por la noche, fue un judío sefardita, nacido en
Constantinopla, llamado Fermin Pirlián, el cual, junto con Granell y el capitán
Dronne, participó en la ocupación de la Préfecture de Police.
Eduardo Pons Pradés, “Republicanos españoles
en la liberación de París”, Tiempo de Historia,http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/22769/3/THI~N3~P4-24.pdf
Al día siguiente, 26 de agosto, para la
seguridad de De Gaulle en el primer desfile que efectúa en los Campos Elíseos,
los blindados y soldados que le custodian más de cerca son los de la 9ª.
Hacia Bergtesgaden
Tras la liberación de París prosiguen las
batallas por la liberación de Europa.
Tras unos días de descanso, el 8 de septiembre
la 2ª División Blindada de Leclerc reanuda su avance para la reconquista de la
Lorena.
En estas batallas pelean y mueren numerosos
españoles e internacionalistas de otros países y continentes. Algunos son
jóvenes franceses que ha incorporado la unidad en sustitución de muertos y
heridos. Mueren Antonio Almendro –Cruz de Guerra con estrella de bronce -,
Bernardo Benítez –Cruz de Guerra con estrella de bronce-, el sargento José Díez
–Cruz de Guerra con estrella de bronce-, Juan Cañero el Murciano. Son evacuados
heridos de gravedad Martín Bernal, el subteniente Vicente Montoya el Cabrero,
el sargento Ricardo Bellver, los soldados Vicente Alsina, Ramón Izquierdo,
Antonio Curto, Julián Escudero, Miguel Águila y Miguel Sánchez, José Núñez y
Nicolás Gómez, Juan García, López Castillo, Adolfo Pérez y Martín Iglesias. Se
niegan a ser evacuados el sargento Fermín Pujol y el cabo Pierre Detenger.
Tras el paso del Mosela, el descanso de la 2ª
DB es aprovechado por De Gaulle para condecorar a varios de sus miembros. Entre
otros, al capitán Dronne le impone la Cruz de la Liberación. A Miguel
Campos el Canario y a Fermín Pujol la Medalla Militar
por la campaña de Normandía, a López Cariño le impone la Cruz de Guerra con
palmas.
Días más tarde, el 14 de octubre, en una
emboscada alemana, mueren el sargento Ramón Estartit David, conocido como
Fábregas, y Vázquez -Cruz de Guerra con estrella de Bronce. La muerte de
Fábregas es una pérdida especialmente dolorosa para Campos, que, en palabras de
Dronne, no volverá a ser el mismo desde entonces. El 31, Campos es herido en la
toma del pueblo de Vaqueville. Johan Reiter enferma. La 3ª Sección de la 9ª ha
perdido la dirección bajo la que había iniciado la reconquista de Europa.
El 1 de noviembre, en el ataque a Vacqueville,
Juan Pérez Vallespí, a pesar de haber sido herido en la cabeza, ayuda a Campos
a destruir un pánzer con un bazooka. José Castillo hace lo mismo, mientras que
Julián Perea y el sargento Antonio Cariño mueren en el intento.
El 22 de noviembre, Putz decide cambiar a
Amado Granell, que estaba sustituyendo temporalmente a Dronne, por el capitán
Castellane. Granell, enfermo desde hace varias semanas, deja la primera línea
de combate por tareas más organizativas.
Tras la campaña de la Lorena, y tras un breve
descanso, se inicia la campaña por la liberación de Estrasburgo, verdadera
obsesión de Leclerc, que había jurado no descansar hasta ver la bandera
francesa ondear en la capital de Alsacia. En La 9ª, sólo quedan 51 españoles y
veinte pied noirs de origen español.
Paulatinamente, se la va incorporando a las
misiones de otras unidades del Ejército francés. En diferentes combates, se van
sumando las bajas de los primeros integrantes de la 9ª. Pablo Moraga lo hará el
16 de enero de 1945. Entre los días 27 y 28, cae el teniente-coronel Joseph
Putz. Jefe directo de Dronne. Aunque no sea miembro de la 9ª, los españoles
sentirán su muerte como todo un símbolo. Nada será igual. Es el final de la
original 9ª.
El 2 de abril, algunos elementos de la
División desfilan en París para la imposición de la Croix de la Liberation a la
capital francesa. Siguen llegando las recompensas individuales: La Croix de
Guerre avec palme es concedida a Martín Bernal y, a título póstumo, a Fábregas.
Por su parte Dronne es condecorado con la Legión de Honor y ascendido a
comandante, por lo que el mando de la 9ª pasa al ahora capitán Dehen.
El 23 de abril la División Leclerc
atraviesa el Rhin; cruza el Danubio. Recibe la orden de dirigirse a
Berchtesgaden, en el que Hitler poseía una residencia verdaderamente singular:
el "Nido del Águila". En esa operación tiene lugar la última acción
bélica de la 9ª. Está integrada en el "sousgroupement" Sarazac. La 9ª
se apodera de un puente y marcha sobre Weissbach donde, tras la destrucción de
un segundo puente, llega la finalización definitiva de su avance.
El 5 de mayo de 1945, en estrecha cooperación
con la famosa compañía Easy americana, de la 101 Aerotransportada ,
es conquistado el Nido del Águila, en la ciudad austriaca de Berchtesgaden.
El final
El sábado 5 de mayo, Leclerc llega a
Berchtesgaden y una gigantesca bandera tricolor –que una dama de Alejandría ha
bordado para el capitán Dronne, según sus propias palabras- es colgada en el
"Nido del Águila". Este gesto simbólico marca el final de la guerra
para 2e DB. En lo que respecta a la 9ª, sólo quedan 16 de los hombres que
habían desembarcado en la Playa de la Magdalena menos de un año antes.
Berlín es ocupada por las tropas soviéticas.
Hitler se suicida el 30 de abril de 1945. Alemania capitula el 8 de mayo. El 6
de agosto Estados Unidos arroja la bomba atómica sobre Hiroshima y el 9 sobre
Nagasaki. Japón firma su rendición el 2 de septiembre. A bordo del acorazado
Missouri, en la Bahía de Tokio, el general Leclerc firma el documento de
rendición en nombre de Francia.
[…], ésta
fue una guerra de ocupación, de represión, de explotación y exterminio, en la
que los soldados, las tropas de asalto y los policías disponían de la vida
cotidiana y de la existencia misma de decenas de millones de personas que
vivían prisioneras. En algunos países la ocupación duró la mayor parte de la
guerra y por todas partes sembró el terror y la pobreza.
Tony Judt, Postguerra. Una historia de Europa
desde 1945; p. 36
Al final de la guerra, las bajas españolas en la
9ª suman 35 muertos y 97 heridos. Miles de españoles han muerto luchando en
otras unidades de los ejércitos aliados, han muerto con la resistencia o
luchando en las filas del Ejército soviético. Miles han muerto en los campos de
concentración junto a cientos de miles de europeos (judíos, gitanos, testigos
de Jehová, homosexuales, discapacitados físicos y psíquicos, y prisioneros
políticos) de casi todas las naciones.
[…] Fue
por tanto durante la
Segunda Guerra Mundial cuando toda la fuerza del moderno
Estado europeo se movilizó por primera vez con el principal propósito de
conquistar y explotar a otros europeos.
Tony Judt, Postguerra. Una historia de Europa
desde 1945; p. 38
En Portugal permanece la cruel dictadura de
Oliveira Salazar, incluida en el Plan Marshall. En Italia ha llegado la democracia,
a condición de que el Partido Comunista Italiano (PCI) no llegue nunca a
gobernar. En Grecia, bajo protectorado británico, se vuelve a imponer al
monarca Jorge II, que había patrocinado la dictadura de Metaxas. Por orden de
Churchill, se reprimen a sangre y fuego las manifestaciones de los luchadores
griegos, de izquierdas y derechas, contra los nazis.
A los españoles que han sobrevivido, olvidados por los demócratas
europeos a los que han ayudado a liberarse de los nazis, los hechos les imponen
el silencio de los vencidos, el exilio. Los vencedores de la II Guerra Mundial
prefieren apoyar al dictador anticomunista Franco, al que ya habían apoyado
durante la Guerra
Civil. La realidad social en España es el sistema hecho
crimen. Los luchadores antifascistas recorren las geografías imprecisas del
exilio, en las que proyectan un solo destino. Empieza un tiempo cuyo calendario
sólo marca una fecha, durante décadas desconocida. Son la fecha del regreso y
el destino de una patria en democracia ahora perdida. Quieren una patria en la
que no se pierda la dignidad por vivir en ella, en la que impere la Justicia.
They
sentenced me to twenty years of boredom
For
trying to change the system from within
I’m
coming now, I’m coming to reward them
First
we take Manhattan
Then
we take Berlin
Me sentenciaron a veinte años de aburrimiento
/ por intentar cambiar el sistema desde dentro / Ahora, ahora vengo a
recompensarles / Primero conquistaremos Manhattan / Después conquistaremos
Berlín.
Leonard Cohen,
“Fisrt we take Manhatan”, en I’m
your man, 1988
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