26 de agosto de 2014

Apreciemos significados de derecha e izquierda mediante rememoración de pasadas luchas emancipatorias y que nos ayudan a poner en debate a relatos e imágenes dominantes


24-25 de agosto de 1944: La liberación de París

Antonio San Román Sevillano (Rebelión)
…Then we take Berlin
Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse 
crispadamente al hombre. […] 
Hoy el amor es muerte 
y el hombre acecha al hombre.
Miguel Hernández, "Canción primera", en El hombre acecha

En septiembre de 1939, Portugal, Italia, Grecia y España (PIGS) eran naciones gobernadas por dictaduras. La última en incorporarse a este grupo había sido España. Había triunfado, en una guerra civil brutal, la alianza entre la derecha, la Iglesia católica y la mayor parte del Ejército, cuya actuación seguía patrones decimonónicos salvajemente colonialistas.

Esta alianza entre la derecha, la Iglesia y el Ejército estuvo apoyada por la Italia fascista de Mussolini, el Vaticano de Pio XII y la Alemania nazi hitleriana, así como por la inhibición, cuando no la ayuda como la venta de combustible, de las grandes potencias democráticas. El general Franco, al frente de los golpistas españoles, se propuso alargar lo que fuera necesario la guerra para “purificar” el país de las “izquierdas disolventes” de su idea de España. El canciller alemán Hitler tenía el interés de alargar lo máximo posible la guerra española para realizar las pruebas del armamento que estaba desarrollando para la posterior empresa que se había propuesto: conquistar Europa. La Iglesia de Pio XII bendecía aquella cruzada de exterminio contra los rojos. A todo ello se añadía el miedo de las potencias occidentales a que en España se produjera una nueva revolución bolchevique.
Tras casi tres años de guerra, la entrada de las tropas golpistas de Franco en Barcelona supuso que, entre el 27 de enero y el 10 de febrero, aproximadamente medio millón de españoles huyeran a Francia.

Mientras los gendarmes conducían a los refugiados hacia los campos de concentración improvisados en las playas cercanas a Argelès y St. Cyprien, los campesinos franceses los miraban al pasar, algunos con las lágrimas en los ojos, otros murmurando: “sales rouges” (sucios rojos). 
Gabriel Jackson, La República española y la guerra civil, 1931-1939. Barcelona, 1987, p. 402

Durante los días 28 al 30 de marzo, tras la traición de la Junta de Madrid formada, entre otros, por el coronel Casado, el anarquista Cipriano Mera y los socialistas Besteiro y Wenceslao Carrillo, los últimos barcos zarparon de Valencia. Desembarcaron en Argelia unos veinte mil refugiados más huyendo de la despiadada represión franquista.

Tanto en el sur de Francia como en el norte de África, los desplazados españoles fueron internados en campos de concentración, que, ni tan siquiera, tenían barracones para alojar a una minoría. Las autoridades francesas indujeron a cerca de 200000 refugiados para que regresaran a la España franquista. Asimismo, ofrecieron a los que se quedaron en los campos el alistamiento como voluntarios a la Legión extranjera. Lo hicieron unos cinco mil.

Tras el inicio de la II Guerra mundial, tratando de librarse de la miseria de los campos de concentración, cerca de treinta mil republicanos, se alistaron en los Batallones de Marcha y las Compañías de Trabajo. Eran unidades militares formadas por españoles, con mando y organización del Ejército francés. El contrato de alistamiento era por el tiempo que durase la guerra.

Los republicanos españoles que entraron en Francia en Febrero de 1939 creían haber escapado del fascismo militarmente victorioso en España. La derrota militar francesa de 1940 les condujo a afrontarlo de nuevo, con idéntica resolución. Ya en el momento de la penetración alemana de mayo, muchos españoles pertenecientes a las Compañías de Trabajo abandonaron el pico y la pala, cambiándolos por el fusil. Buen número de ellos siguieron a los ejércitos franco-británicos vencidos y acabaron encontrándose en Dunkerque, donde cayeron en manos de la Wehrmacht…. La victoria militar de Hitler en 1940 entrañó inmediatamente una oleada de represión contra los refugiados españoles. Casi de modo automático, por orden de Franco, agentes policíacos se presentaron en Francia, una policía que el embajador de España en París, Lequerica, tomó bajo su protección. Con ayuda de la Gestapo, y la complicidad del régimen de Vichy, procedieron al arresto de varios dirigentes republicanos: [Lluis Companys, Julián Zugazagoitia y Joan Peiró, como más destacados.] 
Georges Soria, Guerra y Revolución en España; Barcelona, Grijalbo, 1978, vol. 5, p. 108.

En apenas mes y medio se consumó la derrota de Francia ante la Alemania nazi. El gobierno francés capituló el 25 de junio de 1940.

Españoles en la resistencia francesa
Les Allemands étaient chez moi
ls m’ont dit: “Rèsigne toi”
Mais je n’ai pas peur,
et j’ai repris mon arme.
Los alemanes estuvieron en mi casa / Me dijeron: “Ríndete”, / pero no tuve miedo / y recuperé mi arma.
Leonard Cohen, The partizan, Hartwall Arena, Helsinki.

Derrotada Francia y dividida en dos por los alemanes, la Resistencia francesa surge a partir del verano de 1940. No hay ciudad importante en que no se organice un grupo de Resistencia. La lucha es simultáneamente contra alemanes y contra los organismos represores del gobierno colaboracionista de Vichy, viviendo Francia una auténtica guerra civil.

Los españoles integrados en las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) comienzan a agruparse entre ellos en los lugares de trabajo según su ideología. Muchos trabajadores, franceses y extranjeros refugiados, como los españoles, antes de enrolarse en el trabajo forzado alemán, huyen a esconderse en las montañas y los bosques. Así nació el maquis.
nuestra emigración fue, ante todo, una emigración política… Uno de los rasgos típicos del pueblo español ha sido el súbito derroche de energía por una causa idealista […] El período que culminó en la segunda República y la guerra civil fue también uno de esos grandes estallidos de energía motivados en primer lugar por causas idealistas. […] Fue un esfuerzo para asimilar el pasado de España y elevar el nivel económico y cultural de la secularmente descuidada madre patria. 
Gabriel Jackson, p. 412

Algunos resistentes españoles, al encontrarse incomunicados en la zona ocupada, se integran en unidades de lucha internacionalistas. Entre ellos merece citarse el caso ejemplar, no único, de Celestino Alfonso, que pertenece al célebre grupo de extranjeros que dirige en París el poeta y comunista armenio Manouchian.

El grupo Manouchian está formado por judíos polacos y húngaros, así como por el comunista italiano, Spartacus Fontano, y el comunista español, el salmantino Celestino Alfonso Miano. Celestino había nacido en 1916 en Ituero de Azaba, Salamanca. Carpintero, muy joven emigró a Francia. En 1936 regresa a España para defender a la República. Terminó la guerra con el grado de teniente. En 1942 ingresa en el grupo de Manouchian, bajo el seudónimo de Pierrot. Participa en cada uno de los principales golpes que da este grupo contra los nazis. Cae en manos de la Gestapo en 1944. Cuando el presidente del tribunal, cuyos veredictos son casi siempre sentencias de muerte, le pregunta si ha pertenecido al Ejército Rojo español, Celestino Alfonso responde orgullosamente que ha luchado en las filas del Ejército Popular de la República. Tuvo “el honor” de que los nazis pusieran su foto, al lado del epígrafe de Espagnol rouge, en el famoso affiche rouge (cartel rojo) con el resto de camaradas del grupo Manouchian.

Españoles en el Ejército francés
Tras el desembarco aliado en 1942 en el norte de África, las unidades militares francesas que habían permanecido en África se unieron a los angloamericanos. Estas unidades, habían recibido los hombres que, tras el armisticio con los alemanes, habían sido desmovilizados de las Compañías de Trabajadores Extranjeros. Combatieron en la mayoría de las operaciones africanas. Los españoles demostraron durante aquellos dos primeros años de lucha la experiencia en combate adquirida en la Guerra Civil española.

En las tropas de Leclerc, desde los primeros momentos, existían elementos españoles que habían respondido de forma temprana al llamamiento realizado por De Gaulle el 18 de junio de 1940 en Londres. La incorporación masiva tuvo lugar algo más tarde como consecuencia de la disolución de los CFA entre mayo y julio de 1943. En el verano de 1943, muchos de aquellos españoles desertaron para unirse a las tropas comandadas por Leclerc. El principal responsable de estas deserciones fue el comandante Joseph Putz, a quien acompañaba Miguel Campos, El Canario. Putz era un héroe de la I Guerra Mundial y héroe de la Guerra Civil española como brigadista en la 14ª Brigada Internacional. Solicitado por el Gobierno vasco para la defensa de Bilbao, fue destinado, como comandante de Brigada, a la División Eusko Deya. Según Dronne, capitán de la 9, inspiró a Hemingway el protagonista de Por quién doblan las campanas. Putz combatió en la batalla del Ebro junto al coronel Rol-Tanguy, en la 13ª Brigada Internacional. Ambos fueron heridos en la Sierra de Cavalls. Rol-Tanguy era el jefe militar de la resistencia en París cuando la 9 entró en la ciudad.

Miguel Campos, El Canario, anarquista, alcanzó el grado de alférez en 3ª Sección de la 9, con la que entró en París como jefe de la pieza antitanque Ebro. Varias veces laureado, fue condecorado por el propio De Gaulle con la medalla militar.

Origen y formación de la Novena Compañía
La mayor parte de los españoles que decidieron unirse al ejército de la Francia Libre fueron agrupados en el Regimiento de Marcha del Chad de la 2e DB mandada por Leclerc. Después de la fusión de la FFL y el Ejército de África, la división de Leclerc tomó el nombre de 2 ª División Blindada. De las cuatro compañías que conformaban el III Batallón de ésta, la 9ª destacó por estar constituida en su práctica totalidad por españoles. Incluso el idioma oficial era el castellano. Encomendada por Leclerc al capitán Raymond Dronne, estaba compuesta por unos 150 hombres de los cuales aproximadamente el 95 % eran españoles. La mayoría eran anarquistas. Aunque también hubo socialistas, comunistas y republicanos. La 9ème compagnie de combat du RMT pasó a ser conocida por todo el Regimiento simplemente como la 9ª.
Existió una unidad del ejército regular compuesta casi por completo por voluntarios españoles: la 9ª Compañía del regimiento de Marcha del Chad, la “Nueve”, de la famosa 2ª División Blindada del general Leclerc. Tuve el honor y el orgullo de ser el jefe de esta “Nueve”, desde su constitución en el curso del verano de 1943 hasta la primavera de 1945.[…] Los treinta suboficiales eran en gran mayoría españoles, […] Había también dos alemanes, antiguos miembros de la Legión extranjera y de las Brigadas Internacionales […] La casi totalidad de los cabos y de los soldados eran españoles. Había sin embargo, algunas excepciones: un brasileño, un hispano-mexicano, un portugués, algunos eslavos, una media docena de franceses, un italiano, dos o tres apátridas. 
Raymond Dronne, “Una compañía española en la batalla de Francia y Alemania (1944-1945)”, Tiempo de Historia, nº 85, p. 16
En septiembre de 1943, la 2ª DB fue traslada a Casablanca, donde les entregaron equipación del ejército americano. Bajo la dirección de instructores estadounidenses aprendieron su manejo convirtiéndose en una unidad de infantería mecanizada a comienzos de 1944.
El 8 de abril Leclerc recibió la orden de embarque. Aproximadamente unos 15.000 hombres, con el equipamiento cedido por los norteamericanos, embarcaron en Casablanca rumbo a Inglaterra. La división quedó acantonada en Hull, adscrita al XV Cuerpo del 3.er Ejército de los EE.UU.
Siguiendo la costumbre francesa de "bautizar" a todos los vehículos, los españoles de La Nueve darán a sus half-tracks los nombres de las batallas de la guerra civil: Teruel, Ebro, Brunete, Madrid, Belchite, Guadalajara... También otros tópicamente evocadores como Don Quijote, o España Cañí. Y otros franceses como Résistence, Libération, Nous Voilà, les Pingouins. Faltaba el nombre del half-track de mando. Después de pensar en varias opciones, Dronne obtuvo el consenso: puesto que consideraba que sus hombres "parecían una banda de cosacos" ningún nombre mejor, para llamar al semioruga que "Les Cosaques" Todos esos nombres quedarán indisolublemente unidos a la leyenda de La Nueve. 
El desembarco aliado en Normandía se produjo el 6 de junio. La primera unidad francesa lo hizo en la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1944. Fue el 3er. Regimiento de Marcha del Chad, en el que estaban el Estado Mayor de la División Leclerc y casi todos los españoles de la unidad. El resto de la división blindada lo hizo el 4 de agosto. La Nueve desembarca el 4 de agosto, cantando "La cucaracha" por la lentitud de la compleja operación. El desembarco se realizó en la Playa de la Magdalena, de Sainte-Mère-l’Église, en la península de Cotentin, Normandía. (http://www.lanueve.net)

La batalla de Ecouché
El 7 de agosto la Segunda División Blindada aún espera entrar en combate. Los americanos han iniciado una gran ofensiva y a la 2ª DB se le ordena que esté dispuesta. Poco después del mediodía los alemanes inician una contraofensiva hacia el mar. Amenazan con aislar a las unidades norteamericanas diseminadas por la Bretaña. La 2ª DB sigue esperando la orden de ataque. La aviación alemana localiza la unidad francesa y la bombardea. Los antiaéreos americanos obligan a los atacantes a volar alto y sólo hay un herido: el cabo Andrés García, de la 9ª. Fue el primer herido de la 2ª División Blindada en tierra francesa. Los hombres de Leclerc aún esperarán dos días la orden de entrar en combate.
Por fin, el 9 de agosto, la columna francesa se pone en marcha hacia Le Mans.
El 13, a las nueve de la mañana la unidad recibe la orden de avanzar hasta Ecouché. El lugarteniente Michel Elías y el soldado Joaquín Méndez, que van en cabeza con su half-track, reducen a varias patrullas alemanas, capturando numerosos prisioneros.
Fuimos nosotros, claro -¿quién querías que fuese?-, los que inventamos el mercadillo de prisioneros alemanes”, puntualiza el valenciano Domínguez. El general Eisenhower había dado carta blanca a determinados comandos suyos -los del III Regimiento de Paracaidistas, entre otros-, pero prohibió a sus unidades regulares que franquearan el río Loira. 
Eduardo Pons Pradés, Historia16, nº 111, julio de 1985
Los vendedores eran siempre los hombres de Leclerc y los compradores los americanos.
El día 14, sin embargo, el principal enemigo es la aviación estadounidense, que arroja fuego amigo sobre la Compañía. A la caída de la tarde, Miguel Campos y Johan Reiter dan un audaz golpe de mano y se infiltran con dos half- tracks en terreno alemán llegando a un castillo en el que capturan 129 prisioneros, entre ellos un coronel. Johan –Juan en España, Jean en Francia- Reiter, era hijo de un oficial del ejército del Káiser ejecutado por los nazis. El mismo Johann había sido cadete en Munich durante la República de Weimar. Luchó en la Guerra Civil española formando parte del Estado Mayor de la Columna Lenin, integrada en su mayoría por militantes del POUM.
El contraataque contra Ecouché ha sorprendido a los alemanes, pero aún así mantienen el cerco y el cañoneo durante el 17 de agosto. En la tarde de ese día, después de un nuevo intento de infiltración alemán, Campos dirige un violento contraataque contra un numeroso grupo de SS durante el que Roberto Helio muere a causa de las heridas recibidas. Por fin, el día 18 la 9ª enlaza con una columna británica. Ha sufrido 7 muertos y 10 heridos graves.
En Ecouché mueren Luis del Águila, Roberto Helio, Constantino Pujol, Manuel Sánchez, Reinaldo Sánchez, Pascual Vidal y, el veterano prusiano exbrigadista de la Guerra Civil, Poreski.
La Nueve descansa en Ecouché hasta que el 23 de agosto en que, a las 6 de la mañana, se da la orden de salida.

Liberación de París
El Alto Mando Aliado no contemplaba la liberación de Paris hasta el 15 de septiembre. Las tropas aliadas rodearían París para de ese modo forzar la salida de las tropas alemanas.
A partir del 14 de julio empiezan, esporádicas, las huelgas de los ferroviarios. Rol-Tanguy hace un llamamiento a los parisienses para tomar las armas, levantar barricadas, ocupar los centros estratégicos para abrir el camino a los aliados. Mientras, el grupo de Chaban-Delmas trata de detener los combates, una tregua que no podía más que beneficiar a los alemanes.
En vísperas de la insurrección, el coronel Rol-Tanguy, comandante en jefe regional de las fuerzas francesas del interior, da la orden de insurrección el 19 de agosto. Tres días de refriegas por todo París. El 22 se levantan las primeras barricadas.
[…], José Barón, responsable de los equipos españoles en París, cayó en la Plaza de la Concordia en uno de los encuentros con los destacamentos alemanes. Es un símbolo. 
Alberto Fernández, Españoles en la resistencia. Bilbao, Zero-ZYX, 1973, p. 181.
El 23 hay combates contra los alemanes por toda la ciudad. La presión ejercida por el Alto Mando francés y la insurrección popular que se había desencadenado en la capital francesa ante la amenaza nazi de destruir la ciudad, obligan al Alto Mando Aliado a aprobar el plan de liberar París.
Con la 9ª de nuevo en cabeza, comienza el avance de las tropas de Leclerc hacia la capital.
El comandante Joseph Putz manda el Tercer Regimiento de la 2ª División Blindada, en el que combaten casi todos los españoles de Leclerc. Putz y sus hombres se ponen en marcha a las siete de la mañana del día 24.
Antes de llegar a Antony, la vanguardia de Leclerc se tropieza con unas piezas alemanas del 88, del 132º regimiento SS, que los reciben con una cortina de fuego. El capitán Dronne ordena a la columna rodear el obstáculo y pasar de largo. El capitán Dronne hace maniobrar a los destacamentos de Amado Granell –de Burriana, antiguo capitán del Batallón de Hierro y comandante de la 49 División del Ejército de la República española-, de Montoya, el Cabrero, Moreno –madrileño, impresor-, Bernal –alias Garcés, zaragozano, antiguo torero con el nombre de Larita II-, Michel Elías y Miguel Campos. Montoya será herido por la metralla del 88, pero tras la cura se niega a ser evacuado.
La sección que rompe la barrera de fuego, perdiendo dos blindados, es la de Michel Elías –pied noir de origen español-, protegida por las de Montoya, el Cabrero –por haberlo sido antes de la guerra-, y Miguel Campos, el Canario. Otro de los oficiales que desempeña un papel importante –durante toda la campaña- es Antonio van Baumberghen Clarasó, Bamba –natural de Reus-, que se ocupa del abastecimiento de gasolina y municiones y cuyos equipos volantes, con Bamba fiscalizándolo todo, se exponen más que los combatientes casi.
La orden de entrada en París había sido fijada por el Alto Mando aliado para la madrugada del 25. Los primeros tanques y autos blindados de la 9ª mandados por el capitán Dronne, cuyo jeep de mando se llamaba Mort aux cons, cruzan la Porte d’Italie el 24, a eso de las 20’30 de la tarde. 126 hombres y 21 vehículos forman el destacamento. La población los confunde con alemanes y huyen. Tras apercibirse de los uniformes y el armamento americano, los confunden con los americanos. A continuación, los gritos serán: ¡Los franceses! ¡Son los franceses! Guiados por la población local, a las 21.22 horas,
El primer blindado que llegó a la plaza del Ayuntamiento -cuenta Moreno- fue el Guadalajara. Este blindado, con tripulación exclusivamente extremeña, sería también el primero en arrancar hacia la vecina calle de los Archivos, cuando se nos indicó que allí había un nido de resistencia alemán. Pero los primeros disparos que las fuerzas aliadas efectuaron en París se hicieron desde el blindado Ebro, mandado por el canario Campos y conducido por el catalán Bullosa.
Por las calles laterales de los Campos Elíseos y en las cercanías del Arco del Triunfo patrullaban Alfredo Piñeiro y Paco Izquierdo, abordo de su blindado Fort Star. Este último se quedó mudo cuando una muchacha, tras los besos y abrazos de rigor exclamó: “¡eres el primer soldado francés al que beso! Piñeiro me contaba no hace mucho en Barcelona que fue él quien repitió una vez más la cantinela que venían entonando desde que penetraron en los arrabales de París: ¡Somos rojos españoles!, al tiempo que enarbolaban la bandera tricolor republicana española, que ondeaba en todas las torretas de los blindados. Así fue, en efecto -confirma el capitán Dronne, jefe de la Nueve-; yo no sé de dónde sacaron aquellas banderas, pero como en realidad era la bandera de su patria, nadie hizo la menor objeción”. 
Eduardo Pons Pradés, Historia16, nº 111, julio de 1985
La plaza del Hotel de Ville, Ayuntamiento, se va poblando. Los ciudadanos franceses están sorprendidos de que las tropas de la Francia Libre hayan llegado hasta al corazón de la capital. Pero estos soldados hablan francés con un acento extraño. Lo cierto es que, salvo un escaso número, el primero el propio capitán Dronne, son españoles, soldados republicanos, algunos de los cuales llevan más de ocho años combatiendo al fascismo. Tras la llegada del Guadalajara ante el Ayuntamiento, Zubieta, Abenza, Luis Ortiz, Daniel Hernández, Argüeso, Luis Cortes, alias El Gitano, Ramón Patricio, alias Bigote, junto al sargento jefe, de Possese, saltan del blindado y se instalan en posición de defensa con las ametralladoras en la mano. Con los españoles llegan algunos soldados de otras nacionalidades. La mayoría viejos luchadores de la Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española. Amado Granell los está esperando en la puerta del Ayuntamiento.
Poco a poco, en la plaza del Ayuntamiento de París la muchedumbre se va congregando en torno a los half-tracks de la 2ª DB. De pronto, entonan la Marsellesa. Instantes después, las campanas de las iglesias de París repiquetean al unísono.
Granell: “Introducidos (habla en plural. NDA) en un pequeño despacho, tuvimos el honor de ser presentados al prefecto del Sena, señor Fleuret, quien a su vez nos presentó al presidente del Consejo Nacional de la Resistencia [George Bidault]. […] A su lado estaba el coronel Roll”. 
Alberto Fernández, op. cit., p. 189
El coronel Roll, es Rol-Tanguy —comandante en jefe de las FFI en la región de Île de France, compañero de lucha de Joseph Putz en la batalla del Ebro.
En la única foto que se conoce de aquel momento, publicada al día siguiente en la portada del periódico Libération con el título: "Ils sont arrivés", Amado Granellposa al lado de Georges Bidault, presidente del Consejo.
En espera del amanecer y nuevos combates, se oye cantar El ejército del Ebro, con su famoso estribillo ¡Ay, Carmela! ¡Ay, Carmela!
El Ejército del Ebro
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Una noche el río pasó,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Y a las tropas invasoras
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Buena paliza les dio,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Al día siguiente, la 2e DB al completo entra en París reduciendo los focos de resistencia alemana restantes y completando la liberación. Parte de la 9ª es enviada a liberar la central telefónica situada en la Rue des Archives. La operación se confía a varios blindados de la 2ª Sección, mandados por Moreno y Elías, que es herido y sustituido por Martín Bernal. Están apoyados por el fuego de dos Sherman del teniente Richard. El oficial coordinador es Amado Granell.
En los combates del día 25, con los hombres de la 9ª luchan codo a codo hombres de la resistencia española en París, entre los que se encuentran Manuel Huet, Pachón, Juan Zafón, Liberto Ros, Joaquín Blesa y Julio Hernández "el Maestro", entre otros muchos. En la plaza de la Concordia cae mortalmente herido Barón Carreño.
Cae herido en el pecho y la espalda Michel Elías. Más tarde, es herido en el pecho y un hombro el sargento tarraconense José Cortés. Convalecerán por largo tiempo. Pero se salvarán. Cortés tenía 17 años cuando salió de España con el Ejército Republicano en febrero del 39.
En la Plaza de la Concordia muere el chileno Jorge Campillo, conductor del Sherman Douaumont. Habiéndosele acabado las municiones, embistió con su vehículo un pánzer alemán. En la calle Rivoli muere otro chileno, López Ros. Pertenecían al 501 Regimiento de Carros de Asalto, en cuyas filas combaten hombres de países latinoamericanos: cubanos, mejicanos, argentinos, portorriqueños y uruguayos.
Aquí viene el árbol, el árbol
de la tormenta, el árbol del pueblo.
De la tierra suben sus héroes
como las hojas por la savia,
y el viento estrella los follajes
de muchedumbre rumorosa,
hasta que cae la semilla
del pan otra vez a la tierra.
Pablo Neruda, “Los libertadores” en Canto General
El 25 de agosto, a las seis de la tarde, el general Von Choltitz y su Estado Mayor izan la bandera blanca en el hotel Meurice. Los primeros soldados de la 2ª División Blindada que entran en el Cuartel General son el teniente Henri Karcher, un alférez y tres soldados. Entre estos últimos se encuentra un extremeño de la 9ª, Antonio Gutiérrez. Descubre el despacho personal del general Van Choltitz. El general alemán, al identificarse el español, le entrega su reloj de pulsera como recuerdo de aquel "momento histórico”. Von Choltiz es trasladado a la Prefectura de Policía parisina donde, frente al general Leclerc y a Rol-Tanguy, firma la capitulación de sus tropas.
Horas después, hacia las siete de la tarde del día 25, el general De Gaulle llega a la capital. Tras entrevistarse con Leclerc, se traslada hasta el Ayuntamiento. Y allí, delante de una multitud entusiasmada, pronuncia las palabras que aún hoy permanecen fijas en la memoria colectiva francesa:
Paris! Paris outragé! Paris brisé! Paris Martyrisé! Mais Paris libéré! Libéré par lui même, libéré par son peuple, avec le concours des armées de la France, avec l’appui et le concours de la France tout entière, c’est-à-dire de la France qui se bat, c’est-à-dire de la seule France, de la vraie France, de la France éternelle.
(París! París ultrajado! París arrasado! París martirizado! Pero París liberado! Liberado por él mismo, liberado por su pueblo, con el concurso de los ejércitos de Francia, con el apoyo y el concurso de toda Francia, es decir, de la Francia combatiente, es decir, de la sola Francia, de la verdadera Francia, de la Francia eterna).
Discurso del general De Gaulle el 25 de agosto de 1944 en el Hôtel de Ville de París.
Charles De Gaulle inicia la desmemoria de todos los combatientes del mundo que han contribuido a liberar París.
[…], como dato anecdótico, subrayaremos que el primer soldado de la 2.' División Blindada entrevistado por radio por el locutor de la France Libre, Pierre Crénesse, el 24 de agosto por la noche, fue un judío sefardita, nacido en Constantinopla, llamado Fermin Pirlián, el cual, junto con Granell y el capitán Dronne, participó en la ocupación de la Préfecture de Police. 
Eduardo Pons Pradés, “Republicanos españoles en la liberación de París”, Tiempo de Historia,http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/22769/3/THI~N3~P4-24.pdf
Al día siguiente, 26 de agosto, para la seguridad de De Gaulle en el primer desfile que efectúa en los Campos Elíseos, los blindados y soldados que le custodian más de cerca son los de la 9ª.

Hacia Bergtesgaden
Tras la liberación de París prosiguen las batallas por la liberación de Europa.
Tras unos días de descanso, el 8 de septiembre la 2ª División Blindada de Leclerc reanuda su avance para la reconquista de la Lorena.
En estas batallas pelean y mueren numerosos españoles e internacionalistas de otros países y continentes. Algunos son jóvenes franceses que ha incorporado la unidad en sustitución de muertos y heridos. Mueren Antonio Almendro –Cruz de Guerra con estrella de bronce -, Bernardo Benítez –Cruz de Guerra con estrella de bronce-, el sargento José Díez –Cruz de Guerra con estrella de bronce-, Juan Cañero el Murciano. Son evacuados heridos de gravedad Martín Bernal, el subteniente Vicente Montoya el Cabrero, el sargento Ricardo Bellver, los soldados Vicente Alsina, Ramón Izquierdo, Antonio Curto, Julián Escudero, Miguel Águila y Miguel Sánchez, José Núñez y Nicolás Gómez, Juan García, López Castillo, Adolfo Pérez y Martín Iglesias. Se niegan a ser evacuados el sargento Fermín Pujol y el cabo Pierre Detenger.
Tras el paso del Mosela, el descanso de la 2ª DB es aprovechado por De Gaulle para condecorar a varios de sus miembros. Entre otros, al capitán Dronne le impone la Cruz de la Liberación. A Miguel Campos el Canario y a Fermín Pujol la Medalla Militar por la campaña de Normandía, a López Cariño le impone la Cruz de Guerra con palmas.
Días más tarde, el 14 de octubre, en una emboscada alemana, mueren el sargento Ramón Estartit David, conocido como Fábregas, y Vázquez -Cruz de Guerra con estrella de Bronce. La muerte de Fábregas es una pérdida especialmente dolorosa para Campos, que, en palabras de Dronne, no volverá a ser el mismo desde entonces. El 31, Campos es herido en la toma del pueblo de Vaqueville. Johan Reiter enferma. La 3ª Sección de la 9ª ha perdido la dirección bajo la que había iniciado la reconquista de Europa.
El 1 de noviembre, en el ataque a Vacqueville, Juan Pérez Vallespí, a pesar de haber sido herido en la cabeza, ayuda a Campos a destruir un pánzer con un bazooka. José Castillo hace lo mismo, mientras que Julián Perea y el sargento Antonio Cariño mueren en el intento.
El 22 de noviembre, Putz decide cambiar a Amado Granell, que estaba sustituyendo temporalmente a Dronne, por el capitán Castellane. Granell, enfermo desde hace varias semanas, deja la primera línea de combate por tareas más organizativas.
Tras la campaña de la Lorena, y tras un breve descanso, se inicia la campaña por la liberación de Estrasburgo, verdadera obsesión de Leclerc, que había jurado no descansar hasta ver la bandera francesa ondear en la capital de Alsacia. En La 9ª, sólo quedan 51 españoles y veinte pied noirs de origen español.
Paulatinamente, se la va incorporando a las misiones de otras unidades del Ejército francés. En diferentes combates, se van sumando las bajas de los primeros integrantes de la 9ª. Pablo Moraga lo hará el 16 de enero de 1945. Entre los días 27 y 28, cae el teniente-coronel Joseph Putz. Jefe directo de Dronne. Aunque no sea miembro de la 9ª, los españoles sentirán su muerte como todo un símbolo. Nada será igual. Es el final de la original 9ª.
El 2 de abril, algunos elementos de la División desfilan en París para la imposición de la Croix de la Liberation a la capital francesa. Siguen llegando las recompensas individuales: La Croix de Guerre avec palme es concedida a Martín Bernal y, a título póstumo, a Fábregas. Por su parte Dronne es condecorado con la Legión de Honor y ascendido a comandante, por lo que el mando de la 9ª pasa al ahora capitán Dehen.
El 23 de abril la División Leclerc atraviesa el Rhin; cruza el Danubio. Recibe la orden de dirigirse a Berchtesgaden, en el que Hitler poseía una residencia verdaderamente singular: el "Nido del Águila". En esa operación tiene lugar la última acción bélica de la 9ª. Está integrada en el "sousgroupement" Sarazac. La 9ª se apodera de un puente y marcha sobre Weissbach donde, tras la destrucción de un segundo puente, llega la finalización definitiva de su avance.
El 5 de mayo de 1945, en estrecha cooperación con la famosa compañía Easy americana, de la 101 Aerotransportada, es conquistado el Nido del Águila, en la ciudad austriaca de Berchtesgaden.

El final
El sábado 5 de mayo, Leclerc llega a Berchtesgaden y una gigantesca bandera tricolor –que una dama de Alejandría ha bordado para el capitán Dronne, según sus propias palabras- es colgada en el "Nido del Águila". Este gesto simbólico marca el final de la guerra para 2e DB. En lo que respecta a la 9ª, sólo quedan 16 de los hombres que habían desembarcado en la Playa de la Magdalena menos de un año antes.
Berlín es ocupada por las tropas soviéticas. Hitler se suicida el 30 de abril de 1945. Alemania capitula el 8 de mayo. El 6 de agosto Estados Unidos arroja la bomba atómica sobre Hiroshima y el 9 sobre Nagasaki. Japón firma su rendición el 2 de septiembre. A bordo del acorazado Missouri, en la Bahía de Tokio, el general Leclerc firma el documento de rendición en nombre de Francia.
[…], ésta fue una guerra de ocupación, de represión, de explotación y exterminio, en la que los soldados, las tropas de asalto y los policías disponían de la vida cotidiana y de la existencia misma de decenas de millones de personas que vivían prisioneras. En algunos países la ocupación duró la mayor parte de la guerra y por todas partes sembró el terror y la pobreza. 
Tony Judt, Postguerra. Una historia de Europa desde 1945; p. 36

Al final de la guerra, las bajas españolas en la 9ª suman 35 muertos y 97 heridos. Miles de españoles han muerto luchando en otras unidades de los ejércitos aliados, han muerto con la resistencia o luchando en las filas del Ejército soviético. Miles han muerto en los campos de concentración junto a cientos de miles de europeos (judíos, gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, discapacitados físicos y psíquicos, y prisioneros políticos) de casi todas las naciones.
[…] Fue por tanto durante la Segunda Guerra Mundial cuando toda la fuerza del moderno Estado europeo se movilizó por primera vez con el principal propósito de conquistar y explotar a otros europeos.
Tony Judt, Postguerra. Una historia de Europa desde 1945; p. 38
En Portugal permanece la cruel dictadura de Oliveira Salazar, incluida en el Plan Marshall. En Italia ha llegado la democracia, a condición de que el Partido Comunista Italiano (PCI) no llegue nunca a gobernar. En Grecia, bajo protectorado británico, se vuelve a imponer al monarca Jorge II, que había patrocinado la dictadura de Metaxas. Por orden de Churchill, se reprimen a sangre y fuego las manifestaciones de los luchadores griegos, de izquierdas y derechas, contra los nazis.
A los españoles que han sobrevivido, olvidados por los demócratas europeos a los que han ayudado a liberarse de los nazis, los hechos les imponen el silencio de los vencidos, el exilio. Los vencedores de la II Guerra Mundial prefieren apoyar al dictador anticomunista Franco, al que ya habían apoyado durante la Guerra Civil. La realidad social en España es el sistema hecho crimen. Los luchadores antifascistas recorren las geografías imprecisas del exilio, en las que proyectan un solo destino. Empieza un tiempo cuyo calendario sólo marca una fecha, durante décadas desconocida. Son la fecha del regreso y el destino de una patria en democracia ahora perdida. Quieren una patria en la que no se pierda la dignidad por vivir en ella, en la que impere la Justicia.
They sentenced me to twenty years of boredom
For trying to change the system from within
I’m coming now, I’m coming to reward them
First we take Manhattan
Then we take Berlin
Me sentenciaron a veinte años de aburrimiento / por intentar cambiar el sistema desde dentro / Ahora, ahora vengo a recompensarles / Primero conquistaremos Manhattan / Después conquistaremos Berlín.
Leonard Cohen, “Fisrt we take Manhatan”, en I’m your man, 1988

Referencias: (..)Fuente: www.rebelion.org/noticia.php?id=188769

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogs amigos