Propuesta política y de acción
de los pueblos indígenas
Colombia,
26 de agosto de 2004
Autor:
Organizaciones Indígenas de Colombia
Minga
por la vida, la justicia, la alegría, la autonomía y
la libertad y movilización
contra
el proyecto de muerte y
por un
plan de vida de los pueblos
Presentación:
Este es el
documento marco adoptado y aprobado por las organizaciones indígenas abajo
firmantes de los niveles nacional y regional como orientación política y
estratégica básica para la Minga y la Movilización. Se propone que las
organizaciones, autoridades y programas de las comunidades indígenas lo estudien
y lo manejen para los efectos de educación y discusión interna y externa. El
documento será compartido a través de las páginas y medios electrónicos con el
propósito de recibir comentarios, propuestas y reacciones de las organizaciones
y de los demás movimientos populares del país y solidarios del exterior. Como
documento marco, el contenido es una matriz de trabajo que debe ser explicada,
profundizada y desarrollada en diversas formas. Los equipos de comunicación
deberán desarrollar materiales para la difusión del contenido y prepararse para
responder a los medios de comunicación y a otros agentes sobre la base de su
contenido. Se solicita a expertos en diversos temas, líderes y asesores
colaboración con el desarrollo y profundización de los temas y propuestas que se
incluyen. Al documento deberán anexarse otros que desarrollen información y
temas particulares, especialmente aquellos relacionados con las violaciones de
derechos humanos cometidas en los territorios indígenas y contra las comunidades
y comuneros, como también sobre el tema del TLC y el ALCA y sobre el paquetazo
de reformas constitucionales.
Principios:
Este es un
mensaje de convocatoria desde los pueblos indígenas que tiene raíces en nuestra
voz y nuestra memoria colectiva, pero que no pretende imponerse. Los pueblos
necesitamos solidaridad recíproca y unidad, caminar juntos para defender la
vida, la justicia, la alegría, la autonomía y la libertad. Partimos de estos
principios:
• Lo que sucede hoy en nuestro país y en nuestros territorios es grave, no da espera y debemos movilizarnos de inmediato.
• La situación de emergencia se debe a un problema de fondo relacionado con la estrategia neoliberal y la globalización y por eso la acción inicial es parte de una lucha a mediano y largo plazo. Los resultados que persiguen el ALCA y el TLC representan las formas de agresión más peligrosas y destructivas para las que se realizan las reformas constitucionales y a las que en última instancia sirven la guerra y el terror.
• Las movilizaciones urgentes no son el comienzo ni el final del camino, sino una etapa del proceso que se propone construir en minga alternativas indígenas y populares para que otro país justo, democrático, respetuoso y en paz sea posible.
• Es contrario a la verdad que este Gobierno haya alcanzado o esté logrando la paz, la justicia y el bienestar y que ande por buen camino. Ya estamos sumergidos en la guerra y en una crisis sin precedentes que empeoran con las políticas que se vienen implementando con el falso argumento de superarlas.
• Las comunidades, organizaciones y pueblos indígenas vivimos en carne propia esta realidad y por eso queremos que el país y el mundo sepan que estamos inconformes con el modelo que se implementa en nuestro país y con sus consecuencias.
• Como pueblos ancestrales autónomos rechazamos la intención y la práctica irresponsable y criminal del Gobierno que pretende involucrarnos en la guerra imponiéndonos la disyuntiva de colaborar con las fuerzas armadas o de lo contrario, ser perseguidos y criminalizados como presuntos colaboradores de la insurgencia. En vez de protegernos, el Gobierno y las fuerzas militares son un factor de terror y maltrato en contra de nuestros pueblos.
• Igualmente, una vez más rechazamos la arrogancia, el autoritarismo, la intimidación, los abusos, los crímenes cometidos por la insurgencia contra nuestra organización y nuestras comunidades y sus intentos constantes de cooptar y someter a las organizaciones y de reclutar comuneros y comuneras.
• Reconocemos, respetamos y compartimos la inconformidad y la lucha de otros sectores y procesos populares y nos comprometemos a coordinarnos y a trabajar en unidad y solidaridad recíproca con ellos desde nuestra autonomía.
• Rechazamos por principio y por experiencia cualquier intento de cooptación, apropiación, manipulación o explotación de nuestro proceso.
• Es fundamental reconocer y no caer en la trampa que busca dividir a las comunidades indígenas contra las campesinas y afro-colombianas. Estas viejas estrategias explotan y generan diferencias para dividir los procesos populares.
• Nos distanciamos de quienes aseguran que solo es posible el desarrollo y el bienestar aplicando las fórmulas y las recetas del mercado multinacional global. El deterioro de las condiciones de vida y la creciente pobreza e inseguridad de los pueblos es evidencia de lo contrario. Como pueblos indígenas reconocemos en estas promesas la versión actualizada de la vieja estrategia de exterminio y dominación que vienen aplicando desde la conquista. Recurrentemente nos han dicho que por nuestro bien debemos ser exterminados y que no hay lugar para nosotros en el presente ni en el futuro. Hoy como siempre reiteramos que no hay presente ni habrá futuro sin nosotros porque defendemos la vida, el equilibrio y la armonía. Aseguramos con el peso de nuestra experiencia que sí hay alternativas y es necesario que las encontremos reuniéndonos según nuestros usos y costumbres para soñar y trabajar juntos y desde lo propio consolidar nuestros Planes de Vida.
• El triunfo de la vida sobre la muerte depende de que la fuerza de las armas sea superada por la unidad de las conciencias. La única manera de superar la pesadilla de horror que ocupa el poder es educar, madurar y liberar la conciencia de la gente en defensa de la vida.
• Lo que sucede hoy en nuestro país y en nuestros territorios es grave, no da espera y debemos movilizarnos de inmediato.
• La situación de emergencia se debe a un problema de fondo relacionado con la estrategia neoliberal y la globalización y por eso la acción inicial es parte de una lucha a mediano y largo plazo. Los resultados que persiguen el ALCA y el TLC representan las formas de agresión más peligrosas y destructivas para las que se realizan las reformas constitucionales y a las que en última instancia sirven la guerra y el terror.
• Las movilizaciones urgentes no son el comienzo ni el final del camino, sino una etapa del proceso que se propone construir en minga alternativas indígenas y populares para que otro país justo, democrático, respetuoso y en paz sea posible.
• Es contrario a la verdad que este Gobierno haya alcanzado o esté logrando la paz, la justicia y el bienestar y que ande por buen camino. Ya estamos sumergidos en la guerra y en una crisis sin precedentes que empeoran con las políticas que se vienen implementando con el falso argumento de superarlas.
• Las comunidades, organizaciones y pueblos indígenas vivimos en carne propia esta realidad y por eso queremos que el país y el mundo sepan que estamos inconformes con el modelo que se implementa en nuestro país y con sus consecuencias.
• Como pueblos ancestrales autónomos rechazamos la intención y la práctica irresponsable y criminal del Gobierno que pretende involucrarnos en la guerra imponiéndonos la disyuntiva de colaborar con las fuerzas armadas o de lo contrario, ser perseguidos y criminalizados como presuntos colaboradores de la insurgencia. En vez de protegernos, el Gobierno y las fuerzas militares son un factor de terror y maltrato en contra de nuestros pueblos.
• Igualmente, una vez más rechazamos la arrogancia, el autoritarismo, la intimidación, los abusos, los crímenes cometidos por la insurgencia contra nuestra organización y nuestras comunidades y sus intentos constantes de cooptar y someter a las organizaciones y de reclutar comuneros y comuneras.
• Reconocemos, respetamos y compartimos la inconformidad y la lucha de otros sectores y procesos populares y nos comprometemos a coordinarnos y a trabajar en unidad y solidaridad recíproca con ellos desde nuestra autonomía.
• Rechazamos por principio y por experiencia cualquier intento de cooptación, apropiación, manipulación o explotación de nuestro proceso.
• Es fundamental reconocer y no caer en la trampa que busca dividir a las comunidades indígenas contra las campesinas y afro-colombianas. Estas viejas estrategias explotan y generan diferencias para dividir los procesos populares.
• Nos distanciamos de quienes aseguran que solo es posible el desarrollo y el bienestar aplicando las fórmulas y las recetas del mercado multinacional global. El deterioro de las condiciones de vida y la creciente pobreza e inseguridad de los pueblos es evidencia de lo contrario. Como pueblos indígenas reconocemos en estas promesas la versión actualizada de la vieja estrategia de exterminio y dominación que vienen aplicando desde la conquista. Recurrentemente nos han dicho que por nuestro bien debemos ser exterminados y que no hay lugar para nosotros en el presente ni en el futuro. Hoy como siempre reiteramos que no hay presente ni habrá futuro sin nosotros porque defendemos la vida, el equilibrio y la armonía. Aseguramos con el peso de nuestra experiencia que sí hay alternativas y es necesario que las encontremos reuniéndonos según nuestros usos y costumbres para soñar y trabajar juntos y desde lo propio consolidar nuestros Planes de Vida.
• El triunfo de la vida sobre la muerte depende de que la fuerza de las armas sea superada por la unidad de las conciencias. La única manera de superar la pesadilla de horror que ocupa el poder es educar, madurar y liberar la conciencia de la gente en defensa de la vida.
• Como
siempre, hemos consultado y seguiremos escuchando a los mayores para saber que
nos acompaña nuestra fuerza espiritual ancestral en equilibrio y armonía con
todos los seres de la vida.
Objetivos de la Minga
Es necesario
hacer claridad en algunos aspectos relacionados con los objetivos planteados.
Aunque se hacen unas exigencias inmediatas, éstas son inseparables e integrales
a los objetivos de largo plazo que se persiguen con la Minga. Tener éxito frente
a las exigencias urgentes no es el propósito de la Minga. En este sentido
también es necesario aclarar que con la marcha y con la movilización inicial no
termina la Minga. Teniendo en cuenta estas clarificaciones, se plantean los
siguientes objetivos:
1. Para el
Movimiento Indígena hacia adentro:
• Convocar
una Minga que respondiendo a la grave amenaza que representa para la vida de las
comunidades indígenas la agresión neoliberal que enfrentamos, nos comprometa con
un proceso de formación y lucha que nos lleve a hacer conciencia de la agresión,
resistirla y construir alternativas de vida desde lo propio.
2. Desde
el Movimiento Indígena hacia fuera:
• Plantear
exigencias de carácter urgente encaminadas a detener políticas, procesos y
proyectos que amenazan la supervivencia y la seguridad de nuestros pueblos,
organizaciones y comunidades.
• Establecer instancias y mecanismos de articulación y convergencia con otros procesos y organizaciones populares que nos posibiliten trabajar y actuar unidos para fortalecer la resistencia y construir alternativas que hagan posible un país diferente.
• Fortalecer la solidaridad recíproca con pueblos y procesos de las Américas y del mundo que comparten la resistencia y nuestra lucha por un mundo posible y necesario.
• Establecer instancias y mecanismos de articulación y convergencia con otros procesos y organizaciones populares que nos posibiliten trabajar y actuar unidos para fortalecer la resistencia y construir alternativas que hagan posible un país diferente.
• Fortalecer la solidaridad recíproca con pueblos y procesos de las Américas y del mundo que comparten la resistencia y nuestra lucha por un mundo posible y necesario.
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Somos
Todas y Todos los Pueblos en Camino
Hoy en
varias partes de nuestra AbyaYala,
hoy llamada América, y en otros pueblos del mundo, estamos asistiendo, estamos
sintiendo, estamos compartiendo, estamos tejiendo, estamos luchando de pie, los
hombres mujeres y niños, juntos a ancianos y ancianas y jóvenes del campo y la
ciudad, de los barrios y los ejidos, de las fábricas y las haciendas, de las
escuelas y los parques, juntos y juntas.
Nuestras
caminatas, nuestras marchas, nuestras barricadas, nuestras ocupaciones, se
convierten en espacios no sólo de CERCO a los enemigos de nuestros Pueblos, sino
también de CONSTRUCCION de nuestras vidas, de nuestros sueños.
Los
indígenas del TIPNIS de Bolivia, los campesinos de toda Colombia, los Mapuches y
estudiantes chilenos, los usuarios del transporte de Río de Janeiro y Sao Paulo,
los hermanos y hermanas de Cajamarca en el Perú, los Yukpa en Venezuela, los
hermanos y hermanas de la CONAIE, nuestros queridos hermanos y hermanas,
maestras y maestros en nuestro México lindo y querido; los ciudadanos y
ciudadanas de Uruguay contra la mega minería, los valientes defensores del
territorio en el sufrido Paraguay, las luchas de pobladores por el agua en El
Salvador, Guatemala, Honduras, las valientes mujeres y ancianos de la herida
Nicaragua queriendo recuperar su Revolución; las Madres de Ituzaingó -un barrio
obrero de la periferia de Córdoba, rodeado de campos de soya- luchando con el
dolor del cáncer de sus hijos; pueblos y sindicatos luchando por la autonomía y
emancipación en varias partes de nuestros Pueblos, todas estas luchas, todos y
todas, perteneciendo a movimientos aparentemente diversos, lejanos: no dejan de
ser una sola lucha, la lucha por la Paz, por el Amor, por la Alegría, por la
Justicia, por la Felicidad y la lucha en contra de la guerra declarada por el
DESPOJO de nuestros bienes comunes, de nuestros territorios, de nuestra
cultura, de nuestras Voces, de nuestras palabras, de nuestros sentimientos. Un
DESPOJO establecido por los dueños de las armas y el dinero, los dueños del odio
y el desprecio, los que ostentan el poder al servicio de matar y decidir, los
que pretenden condenarnos a un presente sin futuro, a un pasado sin memoria.
Los enemigos de nuestros Pueblos son los mismos, no sólo por el nombre de las
grandes Corporaciones, de los grandes Bancos, de los que venden armas, sino
también los gobiernos, en todas partes en nuestra América, los Estado-gobiernos
de todos los colores, que de todas maneras tiñen de oscuro y rojo nuestros
campos, nuestras calles, nuestras escuelas, nuestros cuerpos, entregando
nuestros territorios a esos dueños del mundo.
Pero nosotros NO ESTAMOS SOLOS NI SOLAS, nuestras broncas son las mismas, nuestras sangres son las mismas, nuestras montañas y valles son los mismos, nuestros ríos y selvas son los mismos; los hijos e hijas que luchan son nuestros y nuestras, nuestros padres y madres, abuelas y abuelos, son los mismos porque nuestra Madre es la misma, somos hijos de ella, de la PachaMama y por eso SOMOS HERMANOS Y HERMANAS, los quechuas y mapuches, los aymaras y guaraníes, los afrodescendientes y nasas, los náhuatl y yukpas, los maestros y maestras de los campos y las ciudades, los pobladores de las barriadas de nuestras ciudades, los estudiantes de nuestras escuelas y universidades, las mujeres y hombres de las calles: no estamos solos ni solas.
Nos acompañan nuestra historia, nuestros presos y presas, nuestros asesinados y asesinadas, los padecimientos compartidos, nuestros horizontes que colectivamente vamos construyendo, en esas barricadas, en esas marchas, en esos gritos, en esas lágrimas, en esos encuentros, donde todos nos convertimos en uno solo. Por eso sabemos que nuestras luchas tienen un tejido común: las ganas de vivir a plenitud, de ser íntegramente mujeres, hombres, niños y ancianos de verdad; con Alegría, con Paz, con Esperanza, con Rebeldía, para construir, para construirnos, en el Camino, en el Tejido.
Pueblos en Camino
Abya Yala, 9
de septiembre de 2013
Fuente:
http://www.pueblosencamino.org/index.php/donde-estamos
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