LOS
SEIS DIRIGENTES CAMPESINOS PARAGUAYOS CUMPLEN DIEZ AÑOS DE PRISIÓN- EN 2008
FUERON EXTRADITADOS POR LA ARGENTINA CUYOS
GOBERNANTES LES HABÍAN PROMETIDO “REFUGIO POLÍTICO”
Por Llella de Misiones (desde Asunción)
(APL) Hoy 2 de mayo los seis dirigentes
campesinos paraguayos, que llegaron a la Argentina en busca de refugio
político, en 2006, dada la persecución que sufrían en su país, cumplen diez
años en prisión. La justicia argentina dictó su extradición al Paraguay a pesar
de las numerosas pruebas del ensañamiento político que sufrían en su país. Poco
después la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner les negó
definitivamente el refugio político que habían solicitado ante el Comité de
Elegibilidad Para los Refugiados (CEPaRe), quebrando una larga tradición de
amparo a perseguidos políticos. Desde entonces, en la Argentina todo luchador
que busque refugio es un extraditable. Los seis líderes campesinos permanecen
en el encierro de Tacumbú, una de las mazmorras stronistas, porque si bien el
genocida Alfredo Stroessner murió tras 35 años de dictadura, sus nefastas
políticas y su “justicia” siguen vivas, en la oligarquía que lo parió y su
Partido Colorado que perpetúa el el despojo, el sometimiento, el garrote y las
rejas contra el pueblo más pobre y los luchadores en rebeldía. ¡Libertad a
Agustín Acosta, Basiliano Cardozo, Siemón Bordón, Arístides Vera, Gustavo Lezcano y Roque Roque Rodríguez!
“En vez de refugio nos dieron cárcel”.
Así sintetiza Agustín Acosta la experiencia de los seis en Argentina en la
última entrevista realizada en el penal de Tacumbú.
Los seis dirigentes, de los cuales cinco pertenecían al partido Patria Libre, fueron involucrados porla Fiscalía Antisecuestro en el caso del secuestro y
muerte de Cecilia Cubas, hecho ocurrido en el año 2004.
La continua arbitrariedad de la Fiscalía, cuyo accionar se enmarcaba en una campaña política de abierta persecución y demonización del Partido Patria Libre Paraguay, los llevó a solicitar refugio político en Argentina a donde concurrieron en abril de 2006 luego de una recomendación expresa del embajador argentino en Asunción, Rafael Romá.
Los seis dirigentes, de los cuales cinco pertenecían al partido Patria Libre, fueron involucrados por
La continua arbitrariedad de la Fiscalía, cuyo accionar se enmarcaba en una campaña política de abierta persecución y demonización del Partido Patria Libre Paraguay, los llevó a solicitar refugio político en Argentina a donde concurrieron en abril de 2006 luego de una recomendación expresa del embajador argentino en Asunción, Rafael Romá.
Toda la estructuración de la acusación de
la Fiscalía se basa únicamente en el testimonio del informante policial
Dionisio Olazar, sin que se hayan encontrado pruebas que permitan vincular a los
campesinos con los hechos descriptos en la causa. Las versiones
del testigo principal del caso fueron variando de acuerdo a la necesidad de la
Fiscalía, acompañada por la querella, de involucrar a mayor cantidad de
personas en el caso.
En primer momento los seis fueron
imputados por “Omisión de aviso de hecho punible”, es decir, se les atribuía
haber sabido acerca del hecho y no haberlo denunciado. El Juez de la causa
siempre consideró no tener elementos para procesarlos, sin embargo, la Fiscalía
y la querella lograron su imputación por parte del Tribunal de Alzada. Poco
después lograron, ante el desacuerdo del juez, cambiar arbitrariamente la
carátula y acusarlos, sin agregar pruebas que lo fundamenten, de “Homicidio
Doloso, Secuestro y Asociación Criminal”. Este hecho decidió a los campesinos a
salir del país y dirigirse a Argentina.
Sin embargo, a pocos días de encontrarse en Argentina fueron citados para el día 2 de mayo a las oficinas del entonces Comité de Elegibilidad Para los Refugiados (CEPaRe) y detenidos dentro del recinto por la Interpol.
Los campesinos ignoraban que el día 26 de abril el entonces canciller Taiana ya le había asegurado a la canciller paraguaya Leila Rachid que los campesinos serían entregados a su país.
Sin embargo, a pocos días de encontrarse en Argentina fueron citados para el día 2 de mayo a las oficinas del entonces Comité de Elegibilidad Para los Refugiados (CEPaRe) y detenidos dentro del recinto por la Interpol.
Los campesinos ignoraban que el día 26 de abril el entonces canciller Taiana ya le había asegurado a la canciller paraguaya Leila Rachid que los campesinos serían entregados a su país.
En esos días también había tenido lugar
una reunión clave para el caso: la madre de Cecilia Cubas, la ex primera dama
del Paraguay y actual senadora colorada Mirtha Gusinky había concurrido al
despacho del entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández acompañada por
Juan Carlos Blumberg. En la reunión el ministro se comprometió a colaborar para
lograr la entrega de los seis dirigentes al Paraguay.
Blumberg ya había acompañado en junio de2005 a Fernández a Paraguay a un encuentro de
ministros del Interior del Mercosur y asociados (Chile, Bolivia, Perú, Ecuador,
Colombia y Venezuela) en el que se firmó un convenio para “prevenir y reprimir
el secuestro de personas”.
Blumberg ya había acompañado en junio de
Prisión en Argentina:
Luego de ser apresados en la oficina del CEPaRE los seis dirigentes paraguayos permanecieron más de dos años y medio en prisión en Argentina.
Durante su estadía estuvieron rodeados de la solidaridad de gran cantidad de organizaciones y personalidades del país y del extranjero, que comprendían la politicidad de la causa judicial y solicitaban que se les otorgue el refugio y se rechace el pedido de extradición.
Luego de ser apresados en la oficina del CEPaRE los seis dirigentes paraguayos permanecieron más de dos años y medio en prisión en Argentina.
Durante su estadía estuvieron rodeados de la solidaridad de gran cantidad de organizaciones y personalidades del país y del extranjero, que comprendían la politicidad de la causa judicial y solicitaban que se les otorgue el refugio y se rechace el pedido de extradición.
A pesar de la campaña a su favor, la Corte Suprema de
Justicia decidió convalidar la resolución del juez Lijo de otorgar la
extradición argumentando que el Paraguay es un país democrático, y rehusando
verificar los argumentos de la defensa acerca de la persecución política de la
que los dirigentes eran objeto en su país. Asimismo, la Corte hizo suyos los
criterios recomendados por el entonces Procurador General de la Nación Santiago González
Warcalde, quien concluía que los dirigentes no se encontraban involucrados en
un caso político porque no habían reivindicado el crimen del que se los
acusaba; y que en cuanto a la falta de garantías judiciales que denunciaban
existían en Paraguay mecanismos legales nacionales y supranacionales para
remediar las arbitrariedades que pudieran cometerse en un juicio en su contra.
Los años demostrarían la falsedad de estos supuestos.
Los años demostrarían la falsedad de estos supuestos.
Ya denegado el refugio político por parte
del CEPaRe el último recurso posible para evitar el cumplimiento de la
extradición era que la
misma Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de
Kirchner, conceda el refugio. Contrariando el proclamado carácter del gobierno
nacional como “gobierno de los derechos humanos”, Cristina Fernández les negó
el refugio en octubre de 2008. En diciembre del mismo año se procedió a la
deportación de los seis dirigentes al Paraguay.
Cárcel, proceso y juicio en Paraguay:
todas las arbitrariedades posibles
Para confirmar y reconfirmar la politicidad de la causa contra los seis dirigentes, la justicia paraguaya no cumplió en forma con ninguna etapa del debido proceso. Una vez llegados los campesinos extraditados debía realizarla Audiencia Preliminar
en un mes: tardó más de diez meses, lo cual es motivo de nulidad del proceso,
que siguió adelante.
Para confirmar y reconfirmar la politicidad de la causa contra los seis dirigentes, la justicia paraguaya no cumplió en forma con ninguna etapa del debido proceso. Una vez llegados los campesinos extraditados debía realizar
Una vez concluida la Audiencia Preliminar ,
donde se determinan las pruebas que se utilizarán en el juicio oral, el mismo
debía comenzar en un mes más: tardaron más de dos años, lo cual también es
motivo de nulidad pero el proceso continuó. Durante esa demora, la Fiscalía
incorporó a otro acusado y nuevas pruebas a la causa, procedimiento
absolutamente ilegal que fue convalidado por el Tribunal. Sin embargo, cuando
el testigo estrella de la Fiscalía salió en un programa de televisión dando
declaraciones absolutamente contradictorias con sus dichos en sede judicial
acerca del secuestro y muerte de Cecilia Cubas, la defensa solicitó la
inclusión del material como pruebas de descargo. El tribunal denegó el pedido
argumentando que las pruebas deben ser incluidas antes de la realización de la Audiencia Preliminar.
Poco después, cuando los detenidos
cumplieron cuatro años en prisión, la defensa solicitó el levantamiento de la
prisión preventiva por haberse cumplido el tiempo límite: se la denegaron
argumentando que no llevaban ese tiempo detenidos, dado que en Argentina no
habían estado en prisión sino en “pensiones y hoteles”, criterio que mantiene
hasta el día de hoy ante diferentes pedidos.
Con ese nivel de abuso y arbitrariedad
judicial se realizó el juicio oral entre febrero y julio del año 2012, en el
cual los dirigentes fueron sentenciados a 35 años de prisión sin una sola
prueba en su contra.
En el año 2014 la Coordinadora de
Derechos Humanos del Paraguay presentó un informe acerca de las violaciones
procesales cometidas en el caso, enumerando violaciones a al menos 42 artículos
del Código Procesal Paraguay, la Constitución Nacional
y tratados internacionales.
A lo largo de los años la Justicia paraguaya sigue manteniendo a los seis en prisión de la cual cumplen ahora diez años sin sentencia firme.
A lo largo de los años la Justicia paraguaya sigue manteniendo a los seis en prisión de la cual cumplen ahora diez años sin sentencia firme.
Algunas reflexiones diez años después:
“...Decimos que las instituciones de los Estados dentro del sistema capitalista realmente no brindan garantías a las personas que luchan, que tienen un sueño distinto al sistema vigente a nivel mundial. Ese es el mensaje que podemos dar desde acá, desde la cárcel de Tacumbú a 10 años de esa terrible situación que nos tocó vivir…” expresa Agustín Acosta sobre la conducta del gobierno argentino en su caso.
“...Decimos que las instituciones de los Estados dentro del sistema capitalista realmente no brindan garantías a las personas que luchan, que tienen un sueño distinto al sistema vigente a nivel mundial. Ese es el mensaje que podemos dar desde acá, desde la cárcel de Tacumbú a 10 años de esa terrible situación que nos tocó vivir…” expresa Agustín Acosta sobre la conducta del gobierno argentino en su caso.
Arístides Vera reflexiona sobre la
politicidad de su prisión y afirma: “...Nosotros hemos sostenido desde un
principio que la causa siempre fue política y siempre fue por una causa de
lucha. Y hace diez o más años ya nosotros hemos tenido esa reflexión y esa
capacidad de entender por lo menos a qué nos exponíamos, cuál era la
consecuencia de un luchador político, particularmente en nuestro país (...)
nosotros hemos tenido la osadía de abrazar esas luchas históricas y somos
producto de alguna manera de esos grandes padres que tuvimos. Entonces a partir
de ahi nos dieron la claridad de que nuestra causa es política, pues nuestra
lucha es política y por lo tanto la consecuencia debe ser política. Y
particularmente la Justicia entre comillas paraguaya que siempre se ha
implementado contra los luchadores políticos siempre fue atroz, despiadada,
violenta, hasta asesina…”
Agustín Acosta señala que el eje de la
persecución política contra ellos fue de carácter colectivo: “... por
decisiones tomadas en términos políticos se fueron dando paso por paso, la
persecución hacia nosotros, no como individuos sino como colectivo, como
organización, porque acusaban a un partido. Estamos hablando de un partido de
izquierda, partido Patria Libre, al cual se le acusa (…) La idea central de
todo esto es desarticular al Partido Patria Libre y todas las organizaciones
que se planteen realmente luchar por una nueva sociedad en Paraguay (…) ¿Por
qué nos meten presos a nosotros? ¿Por qué nos condenan? Para que no se reactive,
que no se recupere, se reorganice Patria Libre…”
Además remarca que como parte de la
politicidad de la causa, su condena no fue decidida por el Poder Judicial:
“...no lo decidieron los jueces, lo decidieron los políticos del Partido
Colorado y los que estaban en el poder…para eso alquilaron el Poder Judicial
esta familia, para condenarnos…”
Sin arrepentimiento, con la moral muy
alta se muestran los presos de este caso en el indescriptible penal de Tacumbú.
“...no estamos arrepentidos, yo particularmente no estoy arrepentido, no pedí piedad ni al juez ni al sistema, a nadie; en primer lugar porque estoy convencido de que la lucha fue por una causa justa, es de ahí que yo no me considero un delincuente, no me considero que cometí delito alguno, pues si luchar por una causa justa, por una sociedad diferente, soñar con una sociedad igualitaria de hombres y mujeres libres, si eso es un pecado, un delito, pues si soy un delincuente porque sueño hasta ahora, hasta ahora soñamos con mis compañeros todos los días que pasan que sí es posible una sociedad diferente y eso hace no solamente diez años, desde que tuve uso de razón de entender qué significa una sociedad igual y una sociedad desigual empecé a pensar que sí tiene que existir otro tipo de sociedad. No puede ser que un campesino no tenga un pedazo de tierra, diez metros, y que ahí al lado tenga unas 35 mil hectáreas y que haya estamentos religiosos que pregonan que `es tu hermano´. No puede ser que un hermano tuyo tenga 10 mil, 50 mil hectáreas y que al lado suyo uno no tengan un pedazo de tierra. Es ahí que yo, por mis principioscristian os empecé a pensar: ¿cómo puede ser que un
papá tenga un hijo que puede tener todo y el otro no tiene nada? Esos fueron
por lo menos mis primeros pasos de rebeldía, de pensar diferente, que sí existe
un tipo de sociedad diferente. Y fue ese mi delito, mi causa, mi falta, y de
eso hace 10 años que estoy preso ahora…”
“...no estamos arrepentidos, yo particularmente no estoy arrepentido, no pedí piedad ni al juez ni al sistema, a nadie; en primer lugar porque estoy convencido de que la lucha fue por una causa justa, es de ahí que yo no me considero un delincuente, no me considero que cometí delito alguno, pues si luchar por una causa justa, por una sociedad diferente, soñar con una sociedad igualitaria de hombres y mujeres libres, si eso es un pecado, un delito, pues si soy un delincuente porque sueño hasta ahora, hasta ahora soñamos con mis compañeros todos los días que pasan que sí es posible una sociedad diferente y eso hace no solamente diez años, desde que tuve uso de razón de entender qué significa una sociedad igual y una sociedad desigual empecé a pensar que sí tiene que existir otro tipo de sociedad. No puede ser que un campesino no tenga un pedazo de tierra, diez metros, y que ahí al lado tenga unas 35 mil hectáreas y que haya estamentos religiosos que pregonan que `es tu hermano´. No puede ser que un hermano tuyo tenga 10 mil, 50 mil hectáreas y que al lado suyo uno no tengan un pedazo de tierra. Es ahí que yo, por mis principios
En el mismo sentido asegura Agustín
Acosta: “no nos han vencido como ellos creen por el hecho de que nos hayan
condenados a 35 años no significa una derrota para nosotros. Por el contrario,
nos han fortalecido en nuestras posiciones y nos vuelven mucho más libres en
nuestra posición. Es necesario que este país cambie las relaciones sociales de
producción y nosotros seguimos sosteniendo eso (…) nosotros seguimos
denunciándoles a la narco oligarquía paraguaya que sigue dominando este país
impunemente, descaradamente siguen robando los sueños de miles de niños de este
país y nosotros seguimos sosteniendo eso. Y eso nos ha ido acercando a muchas
organizaciones, muchas personas, y seguimos sosteniendo y seguiremos
sosteniendo eso firmemente. No nos han vencido ni nos vencerán con la cárcel y
ese mensaje también le damos al pueblo y a todos, el pueblo paraguayo y de
América Latina, de que no se le vence a una persona convencida de sus
principios ideológicos con la cárcel ni con la persecución. No
sirven, no se lo vence al pueblo con esto porque la historia de seguro nos
colocará en algún sitio. Nosotros estamos formando parte de nuestra historia,
de nuestro pueblo, el pueblo de América Latina diciéndoles a todos que se sumen
a la lucha, no dejen de luchar por sus ideales. A todos los jóvenes llamamos a
que no se dejen llevar por las ideas capitalistas que oprimen. que reprimen y que
matan a miles de ciudadanos en todo el continente le decimos fuerza a todos,
luchen, luchen, no abandonen el camino que nos conduce a la revolución…”
Fuente:
https://agenciaparalalibertad.org/article/en-vez-de-refugio-nos-dieron-carcel/
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