¿Por qué contra los mapuches?
26 de enero de 2018
Por Darío Aranda
lavaca.org
Es el blanco elegido por el gobierno nacional y los medios oficialistas. Todos los pueblos indígenas de
Argentina exigen lo mismo: territorio. Tienen distintas metodologías de lucha,
pero ninguna provoca tanto recelo (político, judicial, mediático, social) como
el accionar del pueblo mapuche. “Terroristas”, “chilenos”, “mataron a los
tehuelches”, son algunas de las definiciones que la voz oficial instaló en
distintos momentos de la historia y se repiten hasta la actualidad. A dos
meses del asesinato por la espalda de Rafael Nahuel y luego de la creación de
un “comando unificado”, mérito de la ministra Patricia
Bullrich , avanza en la criminalización. Racismo ,
derechos vulnerados y el fondo: el territorio en disputa.
Enero, agosto y noviembre de 2017. Tres
momentos: feroz represión contra el Pu Lof en Resistencia de Cushamen (Chubut),
desaparición de Santiago Maldonado y asesinato de Rafael Nahuel (en Villa
Mascardi, Río Negro). Como nunca antes, los medios
de comunicación hicieron foco en “los mapuches”. La situación mapuche se
instaló, de la peor forma, en la agenda nacional.
Diana Lenton, doctora en antropología y
docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, señala que la avanzada
contra el pueblo mapuche tiene una base fundamental en el racismo. Explica que
las comunidades mapuches tienen los mismos reclamos que el Pueblo Qom, pero
expresan su mensaje de manera diferente, “de igual a igual” frente al no
mapuche. “La
mirada racista no tolera que un indígena se posicione de igual a igual”,
afirma.
Lenton destaca que muchas personas suelen decir que nos son
racistas porque “ayudan” a un grupo determinado, pero cuando el destinatario
sale de esa situación todo cambia. “Toleran al ‘otro’ cuando está debajo de
uno, pero no toleran que ese otro lo trate de igual a igual”.
Integrante de la Red de Investigadores en Genocidio y Político
Indígena, agrega que existe una generación de dirigentes mapuches muy preparada, con
formación política y universitaria, y eso aumenta el recelo racista. Y esos
líderes mapuches tienen buen manejo de oratoria y de los medios
de comunicación, con lo cual su discurso es más efectivo que quizá otros
pueblos.
Territorios y corporaciones
Existe una coincidencia
en que un elemento central es la disputa por el territorio, con actores que
avanzan sobre los derechos indígenas (petroleras, mineras, grandes estancias;
siempre en articulación con sectores políticos y judiciales). “Hay que tener
presente qué empresas y qué actividades económicos quieren desarrollarse en los
territorios donde viven las comunidades mapuches”, alerta Lenton.
Lefxaru Nawel, integrante de la zonal Xawvnko de la Confederación Mapuche
de Neuquén, confirma el rechazo al fracking (en particular en Vaca Muerta), a
la minería y a las represas, que desalojan e inundan territorios ancestrales. Y
destaca otro factor particular del pueblo mapuche, las “recuperaciones
territoriales”, cuando las comunidades identifican un lugar ancestral hoy en
manos de grandes empresas o terratenientes, y deciden volver. Si bien existen
algunas experiencias de recuperaciones territoriales de otros pueblos
(comunidades pilagá en Formosa), es mucho más propio del pueblo mapuche.
“Hace más de 25 años que las comunidades decidimos hacer uso efectivo de
nuestros derechos y volver a los territorios que nos pertenecen”, aclara Nawel.
Colonización tardía
Lefxaru Nawel no duda de que en los últimos
meses hubo una campaña política y mediática para criminalizar y reprimir a las
comunidades originarias de la Patagonia. “Recién han pasado 130 años de la
finalización de la conquista, en manos del Estado argentino, mientras los
pueblos indígenas del norte argentino lo sufrieron hace 300 ó 400 años, en
manos de los españoles”, recuerda. Y, por otro lado, puntualiza que el
pueblo mapuche tiene la particularidad de plantear la necesidad de una nación,
no en términos secesionista, sino de soberanía en territorios, autonomías, con
autoridades propias. “Es un planteo que lleva a un debate profundo sobre el
estado plurinacional, quizá otros pueblos no lo proponen tan abiertamente y eso
lleva a que sectores reaccionarios tomen posturas represivas”, afirma.
Indómitos y transfronterizos
Eduardo Hualpa es abogado especializado en
derecho indígena, con más de veinte años de trabajo junto a las comunidades
mapuche-tehuelche de Chubut. Cree que el recelo contra el pueblo mapuche tiene
múltiples causas, entre ellas que se trata de “uno de los pueblos más
aguerrido, más indómito, con sus líderes de alto perfil en espacios regionales,
nacionales e internacionales”. Afirma que la política del gobierno nacional es
“apuntar a la cabeza de los líderes mapuches y acallar reclamos”.
También señala la particularidad de la gran extensión territorial
que abarcan las comunidades mapuches, con presencia en cinco provincias, lo que
“le ha dado una gran dinámica, diversa en su lucha” y destaca que se trata del
único pueblo que alza la bandera de las recuperaciones territoriales.
Destaca que también es muy notoria la presencia mapuche en los
ámbitos judiciales. Hualpa es autor del libro “ Derechos Constitucionales de
los Pueblos Indígenas” , donde descubrió que la mitad de las sentencias en
causas indígenas obedecen a comunidades mapuches. Es el pueblo indígena que más
litiga en los tribunales.
“Un factor a pensar es que se trata de un pueblo transfronterizo
(Argentina y Chile), al que le calzan muy bien las teorías de seguridad
continental que promueve el Departamento de Estado de Estados Unidos”, alerta
Hualpa, integrante de la Asociación de Abogados de Derecho Indígena (AADI).
Extractivismo y clase social
Adrián Moyano es licenciado en Ciencias
Políticas y periodista, escribió tres libros sobre el pueblo mapuche y vive
desde 27 años en Bariloche . Afirma
que “la ofensiva y represiones” contra el pueblo mapuche tiene relación con la
anunciada “lluvia de inversiones” que el gobierno nacional promete para la Patagonia. Y precisa
que un actor de peso es el Eximb ank, organismo financiero público de Estados
Unidos que financia inversiones de compañías estadounidense en el exterior.
“Varios de esos proyectos transcurren en Neuquén, Río Negro y Chubut, y tiene
relación con la explotación de hidrocarburos no convencionales y proyectos
hidroeléctricos”, explica Moyano.
Precisa como ejemplo la intención de una represa sobre el río
Corcovado, resistido por la población de la ciudad del mismo nombre y por la
comunidad mapuche Pillán Mahuiza. Si bien el proyecto tiene casi dos décadas,
busca proveer de energía a la
compañía Aluar , anuncios oficiales señalan un intento de
relanzamiento.
Moyano recuerda que el presidente Macri suele descansar en el
country Cumelén de Villa la Angostura, que a poco de asumir mantuvo un
encuentro con Joe Lewis, “señor feudal de la zona y, como Benetton, con control
de naciente de aguas y proyectos hidroeléctricos”.
Un factor histórico que destaca es que el Gobierno “llegó al poder
con el especial apoyo del sector social que se benefició con la Campaña del
Desierto”. El caso más emblemático es el nombramiento del presidente de la Sociedad Rural Argentina ,
Luis Miguel Etchevehere, al frente del Ministerio de Agroindustria. “La
pertenencia a esa clase social de funcionarios importantes es un factor que
explica el particular encono contra los mapuches, en el marco de un Gobierno
que profundiza la estigmatización de los pueblos indígenas”, afirma Moyano.
El Comando de Bullrich
“Comando unificado”, fue
el nombre elegido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para
bautizar un espacio impulsado por el gobierno nacional y articulado con los
gobiernos de Neuquén, Río Negro y Chubut.
“Tras ocho años de una
escalada de violencia creciente, la Ministra de Seguridad junto con los
ministros de Gobierno de Chubut, Pablo Durán; de Seguridad de Neuquén, Jorge
Lara; y el ministro de Seguridad de Río Negro, Gastón Pérez Estevan, crearon un
comando unificado para el abordaje de la problemática. Con
96 causas judiciales en su contra, este grupo violento ha intensificado sus
ataques, atemorizando a toda los ciudadanos”, anuncia el comunicado del gobierno
nacional, fechado el 27 de diciembre de 2017.
Según el Gobierno, se registra “un incremento
del accionar violento y delictivo de la organización
Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), el brazo armado de un
movimiento de liberación etnonacionalista denominado Movimiento Autónomo del
Puel Mapu (MAP). La RAM y el MAP, y su organización madre localizada en Chile, la Coordinadora Arauco
Malleo (CAM) promueven una lucha insurreccional contra los
estados argentino y chileno que persigue el fin último de escindir los llamados
‘territorios ancestrales’ de ambos países, y confirmar un estado nuevo regido
por un gobierno propio”.
También las denomina “organizaciones
extremistas” y las acusa de recibir apoyo de “grupos anarquistas y de izquierda
radicalizada que utilizan su nombre y sus símbolos para cometer actos violentos
en las grandes ciudades”.
“RAM. Informe conjunto realizado por el
Ministerio de Seguridad de la Nación y los gobiernos de Río Negro, Neuquén y
Chubut”, es el nombre de la “investigación” que presentó Patricia Bullrich. Se
trata de 180 páginas repleto de imprecisiones, datos falsos, suposiciones y
apunta a los mapuches como enemigo interno, peligroso, terrorista. “La RAM
estaría vinculada a comunidades aborígenes radicalizadas en las provincias de
Rio Negro, Chubut y Neuquén (…) Desconoce el Estado Argentino, su organización,
sus leyes, e instituciones tratando de imponer sus ideas de no pertenencia a la Nación Argentina
por la fuerza y el temor (…) Actúan en la clandestinidad, con rostros cubiertos
y portando armas de fuego, facas, hondas, bombas molotov, palos y piedras.
Incendian propiedades, dañan instalaciones, roban ganado, cortan rutas y el
suministro servicio eléctrico, amenazan a vecinos, intimidan y apedrean transeúntes,
no permiten la libre circulación, balean, incluso matan”.
La segunda semana de enero, el presidente
Macri recibió a los gobernadores de Chubut (Mariano Arcioni) y de Río Negro
(Alberto Weretilneck), en sus vacaciones en el country Cumelén de Villa la
Angostura. “La cuestión mapuche” (como la llaman desde el poder) estuvo en la
agenda política.
“Una vez más, asistimos a una medida del gobierno nacional y los
gobiernos de Neuquén, Río Negro y Chubut, que atenta contra leyes y principios
democráticos consagrados en la Constitución Nacional , configurando un paso más
en la escalada de hostigamiento a los pueblos indígenas”, alertó la Mesa Nacional para
la Paz y el Diálogo Intercultural, integrada por Adolfo Pérez Esquivel,
Fernando Pino Solanas, Roberto Gargarella, Diana
Lenton, Maristella Svampa y Alcira Argumedo, entre otros.
Del espacio también participan la Confederación, el Parlamento
Mapuche-Tehuelche de Río Negro y el Parlamento Plurinacional. “La creación de un
comando con fuerzas de seguridad de carácter interprovincial y nacional cuyo
objetivo es combatir a este ‘enemigo mapuche’ recuerda la terrible historia del
terrorismo de Estado en Argentina”, advirtieron las organizaciones indígenas.
La Coordinadora contra la Represión Policial
e Institucional (Correpi), junto a medio centenar de organizaciones, también
repudió la creación del comando unificado: “El Estado, nuevamente, intenta demonizar y
dividir a diversos movimientos populares, con el objetivo de crear un enemigo
interno, un chivo expiatorio que justifique el vertiginoso aumento de la
represión a la protesta social ante las permanentes medidas antipopulares que
lleva adelante”.
Haciendo el juego
El 10 de enero, el Movimiento Mapuche Autónomo
de Puelmapu (MAP) emitió un comunicado en el que denunció la política represiva
del gobierno nacional. Y también reivindicó el accionar de la Resistencia Ancestral
Mapuche (RAM), justamente el espacio que más cuestiona el
Gobierno y eje de la campaña mediática de los grandes diarios.
“La Resistencia Ancestral
Mapuche ha existido, existe y existirá mientras el pueblo
mapuche siga siendo oprimido por el estado argentino (…) Ante estas amenazas,
la violencia y el avasallamiento ejercidos por el estado y el capitalismo
trasnacional es que se han organizado grupos de resistencia en comunidades y
zonas rurales para defender el territorio mediante acciones de sabotaje”,
explica el comunicado.
Señala que el MAP es “una propuesta política y
filosófica” y sostiene que “las comunidades alineadas a la propuesta política
del MAP reconocen la existencia de la Resistencia Ancestral
Mapuche ”.
Ninguna comunidad mapuche firma el comunicado.
Ninguna comunidad mapuche se identifica como parte de la RAM en público.
El comunicado del 10 de enero es funcional a
la estrategia represiva del gobierno nacional.
En septiembre pasado, una decena de
organizaciones mapuches había emitido un inusual y duro comunicado: “Frente al
drama o grotesco llamado Resistencia Ancestral Mapuche”.
“No avalamos, no justificamos, no adherimos a ninguna RAM. La RAM
y la contracara que es el plan de represión desde el Estado, es síntoma de la
falta de diálogo político institucional serio. El pueblo mapuche reivindica los
derechos humanos y la no violencia como método de reivindicación de derechos”,
destaca el escrito firmado por referentes de la Coordinadora del Parlamento
Pueblo Mapuche-Tehuelche de Río Negro, de la Confederación
Mapuche Neuquina (Zonales Xavnko, Pewence, Willice y
Lafkence) y comunidades de Sata Fe, Chubut y Santa Cruz. Cuestionaron duramente
a la RAM: “Hoy surge una expresión que se autotitula mapuche, que a través de
comunicados y panfletos se responsabiliza de acciones directas, en ataques
físicos y destrucciones materiales de supuestos ‘objetivos enemigos’ que de lo
grotesco y evidente parece más el accionar de un grupo de inteligencia que de
la lucidez y capacidad de resistencia cultural que ha tenido el pueblo mapuche
en décadas de represión”.
Recordaron que el pueblo mapuche siempre
reivindicó el diálogo cómo forma de resolución de conflictos. “Como es posible
que panfletos absurdos que reivindican violencia, agresiones físicas, incendios
de bienes de trabajadores, de espacios públicos, sean propio de personas que se
identifican con una historia como la mapuche. Creemos
que es obra de un montaje, del accionar de los servicios de inteligencia de los
estados argentino y chileno, para implementar un plan de aplicación de la ley
antiterrorista; construyendo así un escenario que justifique una política
represora”.
Violencia e impunidad
El 17 de enero la comunidad mapuche Las
Huaytekas denunció un ataque incendiario en sus viviendas. La policía no dio
con los atacantes. Y el Poder Judicial tiene sus tiempos (largos) para
investigar los hechos de violencia contra mapuches.
El jueves 25 de enero se cumplen dos meses del
asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, joven mapuche, en manos de la Prefectura. A pesar
de que la bala mortal es del mismo calibre de las utilizadas por la fuerza
estatal, ningún efectivo fue procesado por el juez Gustavo
Villanueva ni apartado de su cargo por Patricia Bullrich.
Habrá manifestaciones en la ciudad de Buenos
Aires, en la capital neuquina y en Bariloche .
“Fue el Estado, fue prefectura. Ni un muerto más por la
defensa del territorio”, invita la convocatoria en Bariloche ,
impulsada por organizaciones sociales, comunidades mapuches, familiares y
amigos de Rafael Nahuel.
El afiche de invitación
muestra una foto de Rafael Nahuel en una marcha, tocando un ñolkiñ (instrumento
mapuche). En letras rojas, dos palabras, resumen lo que exige la familia Nahuel y
también una deuda histórica con los pueblos indígenas: “Justicia ya”.
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