Investigación: Vaca Muerta, el saqueo
22 de septiembre de 2018
En
agosto se cumplieron cinco años del acuerdo entre YPF y Chevron que dió
inicio a la era del fracking en Argentina. Este septiembre comenzará la
exportación de gas a Chile, para el crudo existen planes similares.
Actores, incidencias e incertidumbres en la geopolítica no convencional.
Observatorio Petrolero Sur
Neuquén es la segunda provincia con mayor recepción de inversiones
extranjeras directas del país. Si los horizontes esperados de
exportación se realizan, se llevarán los hidrocarburos alojados en Vaca
Muerta pese a las graves consecuencias socioambientales de los
territorios donde se extraen.
Mientras el exitismo del rentismo petrolero gubernamental se embriaga
con anuncios de inversiones y nuevos acuerdos, hay distintos conflictos
que emergen como resistencia a un saqueo en ciernes.
Tras cinco años de producción de hidrocarburos no convencionales (HNC)
en la Cuenca Neuquina, sabemos que Vaca Muerta es un megaproyecto extractivo
que puede requerir un ejercicio analítico complejo para abarcar su
totalidad. En las siguientes líneas, resumo algunos puntos centrales:
qué es Vaca Muerta, qué papel cumplen los estados involucrados y quiénes
son los principales actores.
Muchas Vacas Muertas
Vaca Muerta es una formación geológica ubicada en la Cuenca Neuquina,
según la
Administración de Información Energética (EIA,
por sus siglas en inglés) es el segundo reservorio mundial de gas y el
cuarto de petróleo. Tiene una extensión de 30.000 km², equivalente a
todo el territorio de Belga, y un espesor que la hace atractiva a los
ojos frackers. Pero esta no es la única Vaca Muerta.
El proyecto de extracción de no convencionales es posible gracias al uso del paquete tecnológico del fracking, que se aplica a un conjunto de formaciones geológicas que contienen petróleo y gas tanto en shale (roca madre) como en tight (arenas compactas). En nuestra región, estas formaciones no sólo se encuentran en la Cuenca Neuquina, también han quedado atrapadas -tras movimientos de la dorsal Huincul- en zonas de intercuencas, como las recientemente exploradas en la provincia de Río Negro (áreas Chelforo y Villa Regina). En términos de extracción, Vaca Muerta se expande.
Además, este megaproyecto implica directamente a las provincias de Mendoza, La Pampa, Río Negro y Neuquén, poseedoras de los recursos de subsuelo a partir de la Ley 26.197 del año 2006. Pero también implica a las provincias de Chubut y Entre Ríos como proveedoras de las arenas silíceas, insumo fundamental para la actividad. A esto se suma la infraestructura para el transporte como ductos, rutas, vías férreas, además de refinerías, polos petroquímicos y actualmente estudian realizar licuefacción para exportar gas vía el puerto de Bahía Blanca. Pero los límites de Vaca Muerta trascienden las fronteras nacionales, la mayoría de las empresas que operan en la cuenca tienen sus sedes en guaridas off-shore como Delaware, Islas Bermudas, Islas Caimán, Países Bajos, Uruguay, entre otros (EJES, 2017).
Finalmente,
Vaca Muerta se presenta como una región que también requiere de una
planificación estatal que logre contener el impacto del aumento
exponencial de la demanda de todos los servicios en las ciudades
involucradas.
Los “Estudios
estratégicos para el desarrollo territorial de Vaca Muerta” realizados
por el estado nacional junto a las provincias de Neuquén, Río Negro y La
Pampa dan cuenta de eso.
Gobernar Vaca Muerta
La otra dimensión tiene que ver con el rol del estado nacional y los
estados provinciales en el desarrollo del megaproyecto.
Vaca Muerta llegó mediante una reedición del discurso
desarrollista, con la impronta épica nacionalista que el kirchnerismo
supo construir. El desarrollo no convencional se presentó asociado a la
expropiación parcial de YPF que pasó a ser conducida por el Estado,
aunque mantuvo su carácter privado.
Políticas con objetivo de autosuficiencia energética intentaron revertir
el déficit en la balanza energética, para ello se buscó frenar el
declive de extracción sobre todo en gas -principal fuente para producir
energía eléctrica-. Si bien el kirchnerismo dio señales de ampliación de
derechos en política energética no avanzó mucho en términos de soberanía
e incluso reforzó la dependencia fósil apostando todo a Vaca Muerta bajo
una estructura a merced del poder privado internacional.
La soberanía de la mano de Chevron implicó acuerdos secretos que degradaron la democracia; tribunales internacionales como garantes -en medio de la pelea con los fondos buitres-; un entramado off-shore con el que operan la mayoría de las empresas y nuevos subsidios como garantías de una tasa de ganancias atractivas. Esta situación incluso se sostuvo en plena caída del precio del petróleo con la creación de un precio sostén, también llamado “barril criollo”.
Sobre
esto se asentó el macrismo y dió un golpe de timón hacia el
neoliberalismo. Quitó los subsidios y estableció impagables tarifazos.
Logró imponer un nuevo modelo laboral para el sector petrolero. Impulsó
la desregulación del mercado con miras a volver a los valores
internacionales mediante la quita del precio sostén. Además, este año el
ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, resolvió dolarizar el valor
de la energía. Focalizaron los subsidios a la extracción en algunos
proyectos gasíferos no convencionales. Todas estas medidas dispararon
los aumentos sistemáticos de las tarifas de energía y precio de los
combustibles.
Vaca Muerta demanda un gran financiamiento estatal que se
incorpora en toda la cadena de valor energética -producción, transporte
y distribución- en subsidios, incentivos, exenciones, también en
infraestructuras específicas para la actividad directa -como rutas,
trenes, aduanas- e indirectas -como hospitales, escuelas, viviendas,
cloacas-.
Al mismo tiempo, el proyecto extractivo demanda que las
reglas del juego se adapten a otras necesidades específicas como las de
insumos, mano de obra, proveedores y otros servicios, en todas esas
también están presentes los estados.
En
territorios de explotación se extraen millones y millones de litros de
agua (11 millones usan los pozos verticales de Loma Campana por ejemplo
y los pozos horizontales consumen más). Actualmente se abastecen con
acueductos temporales y camiones, pero planean otros acueductos
permanentes, aún cuando se trata de las mismas zonas en las que los
productores rurales padecen estrés hídrico.
Las arenas
silíceas conforman otro foco de conflicto. Cada pozo utiliza más de 1500
toneladas de arena que se compran como arena de construcción, por tanto,
son pagadas a su lugar de origen a precios bajos. Para transportar las
arenas utilizan las líneas férreas, incluso se usan de depósitos las
viejas estaciones de la línea Roca que controla Ferrosur; además las
transportan en camiones extremadamente pesados que dañan las rutas
regionales y aumentan los riesgos de accidentes. El estado nacional y
las empresas planifican traer las arenas por una nueva traza férrea
entre el puerto de Ingeniero White (Bahía Blanca, Buenos Aires) y Añelo
(Neuquén) -a pesar del rechazo de los intendentes de las localidades que
atravesará- obra que se realizaría en el marco de los nuevos
mecanismos
de Participación Público Privada (PPP) mundialmente cuestionadas.
El
megaproyecto requiere una gran cantidad de mano de obra, pero las nuevas
reglas del juego someten esta demanda a tercerizaciones y altos niveles
de precarización laboral. Mano de obra mal pagada y con regímenes
laborales intensivos que vienen aumentando notablemente los ritmos y las
condiciones de trabajo, factores que incrementan los riesgos de
accidentes. En lo que va de 2018, fallecieron cuatro trabajadores en
accidentes laborales.
Por
otro lado, la demanda laboral de Vaca Muerta es especialmente volátil.
Implica la construcción de obras inmensas pero de trabajo a término y al
mismo tiempo las contrataciones dependen de las variaciones del precio
internacional del crudo. Asimismo, la incidencia de estos puestos
laborales sobre las economías locales es determinante. Se calcula que
por cada puesto de trabajo en este sector se inducen tres puestos
indirectos, también sometidos a la volatilidad no convencional.
Por
último, la necesidad de servicios específicos generó la creación de
mundo de empresas, muchas bajo la impronta de la burguesía patria
contratista local que negocia con las operadoras beneficiando a las
empresas de familiares, a amigos, a aportantes partidarios y hasta a
funcionarios y sindicalistas. La corrupción de un esquema
descentralizado, fragmentado y privado, también hace que las fuentes
laborales queden cautivas de la correlación de fuerza coyuntural que
tengan sus dueños. Así, por ejemplo, la pérdida de un contrato puede
significar muchos despidos o directamente el cierre de la empresa.
La invasión del fracking
Durante estos cinco años el mapa no convencional crece. Si bien la
actividad se concentra en la provincia de Neuquén, y, en menor medida,
en Río Negro, ya arrancaron los trabajos pilotos en Mendoza.
Las
concesiones más grandes fueron y son aquellas en las que los estados
tienen injerencia. YPF condujo la mayor parte del proceso durante la
gestión kirchnerista, y tuvo a cargo la “curva de aprendizaje”. Además,
creó YPF Tecnología (YTEC) una empresa científico técnica que asoció a
YPF con el CONICET y que colaboró con la sustitución de importaciones de
materias primas y maquinarias. La ciencia puesta al servicio de la
maximización de las ganancias de las corporaciones petroleras. Además,
YPF tuvo que idear reglas en el tenso mundo de proveedores habituados a
la sobrefacturación. Incidió en la planificación del desarrollo de la
infraestructura y se encargó de ampliar la frontera no convencional con
nuevas exploraciones.
Mientras tanto, la empresa neuquina Gas y Petróleo -estatal a pesar de
ser también una sociedad anónima- dedicó sus esfuerzos a la obtención de
rentas extraordinarias más que a la producción. Tras su creación en 2008
se hizo de las áreas -en su momento marginales- que antes estaban en
manos de la estatal Hidenesa. El sistema de carry fue el mecanismo por
el cual la provincia de Neuquén quedó como socia financiera en varias
Uniones Transitorias de Empresas (UTE), por poseer el área cedía a sus
socias la mayor parte del paquete accionario y estas empresas se
hicieron cargo de la operación. GyP mantuvo un 10 o 15% de las acciones,
cuestión que generó muchas tensiones con el ejecutivo nacional, que
acusaba al mecanismo de desalentar la llegada de inversiones.
YPF
tiene 15 proyectos activos que representan unos 9.000 km2.
Entre sus socios se encuentran la francesa Total Austral, la noruega
Equinor -ex Statoil-, las norteamericanas Chevron, Dow Chemical y la
gigante de servicios Schlumberger -que opera el área Bandurria-, también
sostiene asociaciones con la angloholandesa Shell, la asiática Petronas,
la alemana Wintershall y con PAEG compuesta por la inglesa BP, la china
CNNOC y la familia Bulgheroni. Ya se anunció el ingreso de Gazprom
(EJES, 2018).
GyP
actualmente tiene 98 áreas que con frecuencia salen a subastar en
Estados Unidos. Si bien las activas son 36 áreas, GyP mantiene acciones
en cinco proyectos actualmente en etapa piloto, sólo en área Aguada del
Chañar opera con un incipiente y lento desarrollo. Sus principales
socios adquiridos por el mecanismo de carry son: Wintershall, la
norteamericana Exxon, Shell, Total Austral, Petrogas. A su vez, tiene
asociaciones en áreas concesionadas pero en vías de desarrollo con Pampa
Energía -del empresario argentino Marcelo Mindlin-, Vista Oil -empresa
de ex CEO de YPF Miguel Gallucio-, Tecpetrol -del italo argentino Paolo
Rocca-, Shell y PAEG. El activo actual es de 1.575 km2.
Hay
que destacar el reciente desarrollo del área Fortín de Piedra, cuya
concesión pertenece a Tecpetrol, parte del grupo Techint. El economista
Facundo López Crespo -miembro de EJES- sostiene que en la actualidad se
extrae el 10% del gas nacional de dicha área y que, en su etapa de
desarrollo masivo ya logró producir más por mes que la histórica Loma La
Lata. Esto se debe en principio al impulso que de los subsidios
otorgados por el gobierno nacional, que representaron en el último
semestre alrededor de 250 millones de dólares, un 30% de la facturación.
Toda la apuesta al fracking hace que en actualidad la extracción
convencional haya retrocedido un 7%, mientras que la inyección no
convencional aumentó un 39% en el periodo julio 2017-2018. La resolución
ministerial 46 del 2017 generó un incentivo a la explotación de gas no
convencional. Hoy hay seis áreas incluídas en ese programa y una docena
permanecen en carpeta, aunque trascendió que se habría cerrado el
ingreso. La tendencia muestra que las empresas van a donde los subsidios
se aplican.
En el resto de las áreas se encuentran: Total Austral, Shell,
Wintershall, Exxon, Wintershall, Chevron, Pampa Energía, Pluspetrol,
Vista Oil, PAEG. Un reciente informe de Hernán Scandizzo, investigador
del Observatorio Petrolero Sur, ofrece una radiografía de las
principales empresas
europeas en Vaca Muerta,
allí queda claro que esto recién está empezando.
Todo el mecanismo para el saqueo está en pleno
desarrollo, pero para que pueda concretarse deberán apagar más de un
foco de conflicto. A la decisión de militarizar la zona con la presencia
de tropas de Gendarmería Nacional, se suma el interés de control
internacional que representan tanto la ya instalada base militar china,
como la norteamericana que intentan instalar.
Fuentes consultadas
Agencia Argentina de inversiones y comercio internacional (2018) Mapa
de la inversión 2015-2018
Álvaro, B. y Riffo, L. (2018), Extracción de hidrocarburos no
convencionales y sociedad: abordajes socio-territoriales del
extractivismo. Trabajo expuesto en el marco de la Comisión
Interdisciplinaria para el discución sobre Hidrofractura del Consejo
Superior de la Universidad Nacional del Comahue.
Aringoli, F. (2018), “Quiénes son los dueños de Vaca Muerta”, en Río
Negro, 30 de junio de 2018.
Eco
Journal (08/03/2018) “YPF lanzará en 2018 cinco nuevos proyectos en Vaca
Muerta”.
Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (2017), Informe
Externalidades del megaproyecto Vaca muerta.
Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (2017), Informe
Económico. Ganadores
y Perdedores en la Argentina de los hidrocarburos no convencionales.
Enlace
por la Justicia Energética y Socioambiental (2018), “Las transferencias
económicas a favor de Techint en Vaca Muerta”, en Boletín EJES Nº 20,
julio de 2018.
Scandizzo, H. y
Álvarez Mullally, M. (2018), “Compañías
europeas a la conquista de Vaca Muerta”.
Silvia
Peco (2018) “La devaluación pone en jaque la política tarifaria de
Aranguren” en Ámbito Financiero, 18 de Mayo de 2018.
Información Oficial
COPADE
(2014-2015), “Estudios
estratégicos para el desarrollo territorial de Vaca Muerta”
Empresa Gas
y Petróleo del Neuquén .
Ministerio de Transporte (29/06/2018) Tren
Norpatagónico: el Gobierno Nacional reactivará el ferrocarril de cargas
para impulsar el desarrollo de la Patagonia.
Neuquén Informa (13/04/2009) Transfirieron áreas marginales a Gas y
Petróleo del Neuquén S.A.
Tomemos en cuenta que el
ajuste del G20-FMI a los trabajadores y pueblos de Argentina es seguir con
la política de estado a partir del año 1984 de transferencia de las riquezas e
ingresos desde los últimos a los oligopolios locales e imperialistas en
sociedad con las castas política y judicial. Ejemplifiquemos para empezar a
distanciarnos de fetichizar el Estado:
Subsidios a los combustibles fósiles en el presupuesto 2019
[UAC]
El jueves 25 de octubre la Cámara de Diputados dio media sanción al
proyecto de presupuesto 2019. FARN presenta un análisis preliminar de
los subsidios a los combustibles fósiles.
El proyecto de presupuesto 2019 que obtuvo media sanción en la Cámara
Baja el día de ayer prevé cambios y actualizaciones que favorecen al
sector privado de la industria hidrocarburífera. Específicamente para el
año que viene, el 86% del
presupuesto de la Secretaría de Energía corresponderá a subsidios a
empresas del sector privado.
El mensaje de remisión estima una reducción del 1,6% en los subsidios a la energía pasando de $205.220 millones en 2018 a $201.929 millones en 2019. Sin embargo, al comparar con los $107.921 millones estipulados en el mensaje de 2018, puede evidenciarse la duplicación del gasto ejecutado versus presupuestado. Es decir que, dada la devaluación de la moneda nacional, el presupuesto 2018 quedó escaso, obligando a la sobre ejecución de recursos por parte de la Secretaría de Energía para cubrir los compromisos asumidos con las empresas gasíferas asumidos en dólares.
El
estudio preliminar refleja que mientras los subsidios a las empresas
aumentarán, los destinados a los consumidores se contraerán en
aproximadamente $ 6.500 millones, estimando que las tarifas lleguen a
cubrir entre un 70 y un 75% del costo de los servicios de electricidad y
gas.
Los esfuerzos para cumplir con los compromisos asumidos con el FMI y con
las empresas privadas, ambos medidos en dólares, implican un esfuerzo
fiscal por parte del Tesoro Nacional para su cumplimiento en un contexto
de devaluación del Peso Argentino. Además, desde 2018 tiene vigencia el
impuesto al carbono, cuyo valor ha sido fijado en 10 US$/ton. Sin
embargo, este monto se pesificó al valor del dólar en diciembre de
2017. Por tanto, “el
valor del carbono emitido está pesificado, mientras que el gas emitido
está dolarizado”, afirmó María Marta Di Paola, directora de
Investigación de FARN.
La
asignación de recursos de un país refleja donde están los intereses del
Estado. Considerando que sólo los subsidios a los combustibles fósiles
presupuestados para 2019 duplica lo erogado en 2018 para las
universidades nacionales y es un monto cercano al asignado al Ministerio
de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología para 2019, deja bien en
claro cuáles son las prioridades para el próximo año.
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UAC Unión de Asambleas Ciudadanas Contra el Saqueo y la
Contaminación
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