La Triple
A y la
memoria recortada
8 de mayo de 2019
Me ha ocurrido en más de una ocasión en
los últimos tiempos: alumnos que cursan en universidades públicas, incluso en
alguna que está bajo la hegemonía “del campo nacional y popular”, desconocen
qué fue la Triple A
(Alianza Argentina Anticomunista). Esto es, tuve que explicar que la Triple A fue una
organización paramilitar, de ultraderecha, que asesinó a cientos de militantes
de izquierda, y que actuó bajo los gobiernos de Juan Domingo Perón e Isabel
Perón, entre 1973 y marzo de 1976.
Para esos jóvenes que han sido desinformados, les recuerdo
entonces que la Triple A
recibía fondos del Ministerio de Bienestar Social, dirigido por López Rega
(secretario de Perón), y estaba integrada por oficiales de las Fuerzas Armadas,
ex policías, delincuentes, matones sindicales, miembros de la Juventud Sindical
Peronista y de la Juventud Peronista
República Argentina (véase Alicia Servetto, 2008, “Memorias
de intolerancia política: las víctimas de la Triple A (Alianza
Argentina Anticomunista”, en http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses/article/download/1596/1640.
Como bien indica Servetto, la impunidad para esas bandas
asesinas fue garantizada por Perón desde el mismo día que volvió al país por
segunda vez, el 20 de junio de 1973. Escribe: “Su llegada estuvo precedida por
una gigantesca movilización popular en el aeropuerto internacional de Ezeiza,
en las proximidades de la ciudad de Buenos Aires. (…) Lo que se esperaba como
la mayor fiesta “peronista”, para celebrar el regreso del líder, concluyó con
un elevado número de muertos y heridos. Al día siguiente, Juan Domingo Perón
pronunció el esperado discurso. Evitando toda referencia a la matanza de Ezeiza
del día anterior, llamó a todas las fuerzas políticas y al pueblo argentino a
colaborar para “volver al orden legal y constitucional como única garantía de
libertad y justicia”. Desde entonces, quedó asegurada la impunidad desde el
mismo aparto del Estado. A partir de ese momento, las mismas
palabras fueron repetidas una y otra vez, casi obstinadamente, hasta el día en
que falleció” (énfasis agregado).
Sobre la masacre de Ezeiza, en una nota anterior (aquí), también referida a la “falta de
memoria” sobre la Triple A ,
escribí: “… un ensayo general de represión por izquierda ocurrió en Ezeiza, el
20 de junio de 1973, cuando Perón volvió por segunda vez al país. CNU
(Concentración Nacional Universitaria), Comando de Organización, la guardia
militar de Osinde y elementos de la Juventud Sindical
asesinaron a una cantidad no especificada de militantes de la Juventud
Peronista. Oficialmente se reconocen 13 muertos y 356
heridos, aunque las cifras podrían ser mucho más elevadas. Pero nunca se hizo
una investigación oficial de esta masacre”.
De nuevo, cito a Servatto: “Perón procuró
disciplinar a sus filas, armando un arco de ofensiva que abarcó desde la
reestructuración partidaria, la reorganización de los cuadros de gobierno y la
alianza con los sectores ortodoxos del movimiento obrero. Los objetivos finales
procuraban la depuración ideológica, la desmovilización política y el
disciplinamiento de los actores sociales. En esta línea de acción el Consejo
Superior del Movimiento Nacional Justicialista (CSMNJ) emitió un documento
interno por el cual se impartieron directivas para enfrentar “la guerra
desencadenada contra nuestras organizaciones y nuestros dirigentes por los
grupos marxistas, terroristas y subversivos”.
Y más adelante: “De todos modos, y en
cualquiera de sus denominaciones, estas organizaciones realizaron en todo el
país más de 400 asesinatos y secuestros de personalidades políticas,
culturales, abogados de presos políticos, periodistas, dirigentes juveniles,
reconocidos sindicalistas y activistas obreros, y militantes de organizaciones
revolucionarias, cifra que para algunos autores ascendía a 900. Entre julio y
agosto de 1974, se contabilizó un asesinato de la AAA cada 19 horas. Se había
iniciado la práctica de la desaparición de personas”.
En relación al número de víctimas, en la nota anterior, ya
citada, escribí: “… solo los asesinados por los grupos parapoliciales, o la Triple A , entre 1973 y
marzo de 1976, que han sido registrados, suman 683 (véasehttp://www.desaparecidos.org/arg/victimas/listas/aaa.pdf). Pero
algunas estimaciones elevan la cifra total de asesinados a unos 900 compañeros.
Según el Anexo del Nunca Más, edición 30º aniversario del golpe militar, hubo
más de 1100 casos de desapariciones forzadas de personas y ejecuciones sumarias
entre 1973 y marzo de 1976” .
Sumemos que uno de los blancos predilectos
de las amenazas de la Triple
A fueron los artistas. A causa de ello debieron emigrar,
entre otros, Nacha Guevara, Norman Brinsky, Alfredo Alcón, Luis Brandoni, María
Rosa Gallo, Carlos Somigliana, David Stivel, Ricardo Halac y Horacio
Guarany.
También escribí: “…los principales
miembros de la Triple A
fueron nombrados por decreto, por Perón: Rodolfo Almirón y Juan Ramón Morales
habían sido dado de baja en la Policía Federal (acusados de ilícitos con drogas)
y fueron reincorporados y ascendidos. También los comisarios Alberto Villar y
Luis Margaride fueron elevados a jefe y subjefe, respectivamente, de la Federal. Villar y
Margaride fueron principales organizadores de la Triple A. Osinde
y López Rega también fueron ascendidos por Perón.
Otro hecho significativo bajo la
presidencia de Perón fue el llamado “Navarrazo”: el 28 de enero de 1974 el
teniente coronel Antonio Domingo Navarro asaltó a mano armada a la casa de
gobierno de Córdoba, apresó al gobernador Obregón Cano, al vicegobernador
Atilio López y a todos los ministros, quienes permanecieron secuestrados. Hubo
muertos y heridos, y el gobierno provincial fue depuesto. Sin embargo, Perón no
condenó el golpe ni repuso a las autoridades, y Navarro fue premiado con el consulado
argentino en Barcelona”.
Más abajo: “Agreguemos la postura de Perón
ante gobiernos de derecha en América Latina. Cuando el golpe contra Allende, el
gobierno de Lastiri reconoció inmediatamente a la dictadura de Pinochet, y hubo
maltrato a refugiados que llegaban a Ezeiza. Perón no abrió la boca. En mayo de 1974
Perón recibió a Pinochet y le dio su apoyo. Según Eduardo Luis Duhalde este
encuentro, lejos de ser protocolar, fue un antecedente del plan Cóndor. En las
Naciones Unidas Argentina fue uno de los pocos países que rechazaron proyectos
de condena a la violación de los derechos humanos en Chile en las Asambleas
Generales de 1974 y 1975. El 30 de septiembre fue asesinado en Buenos Aires el
general chileno Carlos Prats, refugiado en Argentina. En 1975 el gobierno de
Isabel condecoró a Pinochet con la
Gran Cruz de la Orden de Mayo al Mérito Militar. Por otra
parte, el gobierno de Perón también tuvo una actitud de colaboración con la
dictadura de Stroessner, de Paraguay; con la de Bordaberry , de
Uruguay; y de Banzer, de Bolivia. El sistema Cóndor nació a fines de 1975,
con activa participación argentina”.
Para concluir, digamos que el
recorte de la memoria, operado por organismos de derechos humanos y
organizaciones de izquierda no es
inocente. Como tampoco hay inocencia al fechar la aparición del
terrorismo de Estado en marzo de 1976, y no antes. Lo que se busca es ocultar
las responsabilidades que les caben a muchos “próceres”, vivos o muertos, de la
“liberación nacional”. Y por sobre todas las cosas, ocultar que, en 1973-4,
Perón se rodeó de fachos y asesinos para atacar y destruir a la militancia de
izquierda –y muy especialmente, a la que enfrentaba a la burocracia sindical.
En este respecto, el cuento de Julio Bárbaro, de que Perón vino a pacificar al
país y abrazarse con sus adversarios es solo eso, un cuento (contado por
alguien que sabe, a plena conciencia, que está mintiendo).
Yendo más lejos, también se busca ocultar
que gran parte de la izquierda –incluido el partido Comunista- votó por la fórmula Perón-Perón ,
cuando era más que claro que la renuncia de Cámpora a la presidencia, y su
reemplazo por Lastiri, fueron un golpe interno, de contenido inequívocamente
ultraderechista. Para que no queden dudas: llamaron a votar Perón-Perón luego
de ocurrida la masacre de Ezeiza y del innegable respaldo de Perón a los
responsables de esa masacre. Todo con el argumento de la “necesaria unidad
patriótica para enfrentar a las fuerzas de la reacción y el
imperialismo”. Más o menos de la misma manera en que hoy se justifican
otras muchas y renovadas inmundicias vinculadas al “frente patriótico y
popular”. ¿Será por eso que se empeñan en mantener desinformadas a las nuevas
generaciones?
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La Triple A y la memoria recortada
La Triple A y la memoria recortada
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2019/05/08/la-triple-a-y-la-memoria-recortada/
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