18 de mayo de 2011

Veamos qué inseguridad de los de abajo construye el actual modelo productivo

El G20 se reúne en Buenos Aires
Por: Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)
Entre el 18 y 19 de mayo de 2011 habrá reunión de ministros de Economía del G20 en Buenos Aires (1). El tema central del cónclave remite al crecimiento de los precios de los alimentos y de las materias primas en general, de las comodities. Es un tema clave para la Argentina y los países exportadores de materias primas, entre ellos la región latinoamericana y caribeña. Nuestra región, como en el origen del capitalismo, vuelve a ser funcional a las necesidades del régimen mundial del capital. América latina y el Caribe resulta proveedor de recursos naturales y materias primas en la división internacional contemporánea.
La preocupación por el precio de los alimentos no remite solamente a una cuestión económica, de inflación mundial o carestía de la vida, sino principalmente a preocupaciones políticas, de protestas y rebeliones populares. Recordemos que la conmoción social en el norte de África desde principio de año se asocia al encarecimiento del trigo y del pan, al hambre y al hartazgo de las restricciones de la población empobrecida. Un cuadro de situación que puede ser más complejo aún con la agudización de los problemas sociales derivados de la crisis mundial. A comienzos de año y producto de los precios en alza de los alimentos el propio Banco Mundial denunció nuevos 44 millones de hambrientos, situación a potenciar si se mantiene la tendencia actual.

Cuando se piensa en el funcionamiento de la economía, debe pensarse en términos de satisfacción de las necesidades sociales, que es el límite de las “racionalidades” que a veces la política le demanda a los actores sociales más desprotegidos. Estos son los que conviven con la insatisfacción de observar como una minoría de elevada capacidad de consumo completa las localidades del entretenimiento comercial, las reservas de hoteles y restaurantes; los destinos turísticos, tal como ocurre por estas horas en nuestro país; mientras una mayoría importante sobrevive con bajos recursos económicos provenientes de subsidios estatales o ingresos flexibilizados. (...)

La reunión del G20 se hará en Buenos Aires los próximos 18 y 19 de mayo y se concentrará en las presiones de los países capitalistas desarrollados para “racionalizar” la evolución de los precios de las materias primas, especialmente de los alimentos. Los países enriquecidos le solicitaran a los que vienen “desde atrás” (emergentes (6) en la jerga de los organismos internacionales) que sean racionales e intervengan para bajar los precios de sus productos de exportación. La respuesta de las autoridades argentinas, en asociación con otras delegaciones de países proveedores de materias primas se concentra en la defensa de las “soberanías productivas”, lo que supone contemplar los intereses de los grupos transnacionales que dominan esa producción, en el caso local, las transnacionales de la biotecnología y la alimentación, algunos de los cuales están siendo sancionados por evasión fiscal, caso de las grandes empresas de cereales.

El argumento de las autoridades argentinas es que el crecimiento importante en el sur del mundo eleva la demanda de alimentos y materias primas en general, con lo que hace falta estimular es la oferta de bienes, de la producción, e insistamos, se debe discutir qué tipo de producción es la que se debe promover, bajo que parámetros productivos, condiciones de empleo y trabajo y para satisfacer que demandas sociales. No es lo mismo organizar la producción extensiva de monocultivo para la exportación (pensemos en la soja), que generar una amplia red de agricultura familiar para resolver necesidades locales y regionales de una integración alternativa con miras a potenciar la soberanía alimentaria de los pueblos. Se puede coincidir en que hace falta aumentar la oferta de alimentos, sí, pero siendo consciente que hoy la producción agraria se desvía para la producción energética y es fuente de especulación de derivados y futuros que elevan artificialmente el precio de los alimentos. Se trata de pensar en modificar el modelo productivo y de desarrollo y no solo defender “lo que hay”.

Cada quien hace su juego en el G20. Estados Unidos interviene para frenar el impacto de la crisis en sus empresas y territorio, cuando el dólar se deteriora contra el precio del sustituto de las monedas, el oro, que continúa subiendo, igual que las comodities, y especialmente los alimentos. El mercado financiero mundial camina por el sendero de la especulación. La crisis promueve la fuga hacia el dinero, sea la especulación en oro o en alimentos. Los sectores privados en el capitalismo desarrollado no invierten en el sistema financiero con tasas tendiendo a cero, por lo que migran a la especulación. Es lo que sugiere Rogoff en su artículo de La Nación, destacando la intervención estatal y de la Reserva Federal de Estados Unidos.(...)
Si se le hace caso a la Reserva Federal, se afectaría el desarrollo industrial por pérdida de competitividad. Existen reflexiones en Brasil que critican la política de apreciación de su moneda. En Grecia se plantea la solución local de la devaluación, lo que supone salir del cepo que impone el Euro. El salvataje supone la intervención estatal. La vos de orden es que hay que intervenir en el mercado, y entre otras cuestiones, para sostener el tipo de cambio, lo que hizo estos días el gobierno argentino, batiendo récord de compras de dólares. Producto de la cosecha récord, ingresan muchos dólares, y si no hay comprador el precio de la divisa baja, entonces, el Estado es el gran comprador, con un saldo de más de 52.000 millones en reservas internacionales, y luego, para esterilizar los pesos emitidos, se emite deuda del BCRA (alcanza los 100.000 millones de pesos, casi la mitad de las reservas internacionales) cuyo costo debe cancelarse restringiendo parte del presupuesto para uso social, agravando la hipoteca del endeudamiento público más allá de la mentada política de desendeudamiento.

Pensar alternativamente
Todo lo dicho nos lleva a otros interrogantes. ¿Se trata de defender cualquier industria? ¿Promover la competitividad solo vía tipo de cambio? ¿Qué inversiones son las que se deben fomentar para asegurar soberanía alimentaria, energética o financiera?

No sólo interrogarnos, sino actuar en el camino que sugieren algunas acciones en curso en la región. Por estas horas se anuncia la inauguración de una planta de almacenamiento de combustibles en El Salvador. Es un emprendimiento conjunto entre Petróleos de Venezuela (PDVSA) y una empresa formada por 58 alcaldías gobernadas por el Farabundo Martí de Liberación Nacional. La planta lleva el nombre del líder histórico del FMLN, Schafick Handal y se propone intervenir en el 40% del abastecimiento de combustibles del país.

Es una demostración que puede pensarse en un orden alternativo al de la dominación transnacional. Que puede pensarse en la cooperación sur-sur para un desarrollo alternativo y que potencie las ventajas relativas de cada uno de nuestros países, petróleo e hidrocarburos en Venezuela, Bolivia o Ecuador; agricultura y alimentos en Uruguay, Brasil, Paraguay y Argentina. Entre otras consideraciones debe pensarse en la gran liquidez existente en nuestros países para pensar en las finanzas soberanas, algo que imaginábamos con el Banco del Sur, demorado en estas horas por los gobiernos de la región.

De lo que se trata es de aguzar el ingenio para pensar alternativamente y no solo defender lo que existe, aún bajo la tentación que supone la lógica del crecimiento macroeconómico. No siempre es bueno crecer, siempre hace falta determinar quiénes son los beneficiarios y perjudicados de cada ciclo económico. Por eso, si algo hace falta modificar, es precisamente la ecuación de sujetos que aprovechan y apropian los resultados del orden económico.

Notas:
1) El G20 está integrado por la Unión Europea, el G8 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Rusia), Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.
2) Puede leerse en La Nación “…las empresas terminaron de presentar sus balances del primer trimestre del año. En líneas generales mostraron fuertes incrementos en sus ganancias y los aumentos de costos no lograron erosionar los márgenes, algo que desvelaba a los analistas. Los bancos brillaron y sobresalieron del resto.” En La Nación on line del 15/05/2011, sección finanzas, “La bolsa aguarda decisiones políticas”.
3) Joseph E. Stiglitz, “Un oportuno viraje del FMI”. En Clarín iEco (suplemento de economía de Clarín), página 5, del 15/5/11.
4) Kenneth Rogoff, “Estados Unidos tendrá que subir las tasas en 2012 y todo cambiará”. La Nación, 15/05/11.
5) Ib.
6) Emergentes porque son visibilizados por los inversores internacionales. Son los países que emergen para ser considerados destino de inversiones rentables. Muy lejos de otras clasificaciones antiguas, como países en desarrollo o en vías de desarrollo, que daban la imagen del desarrollo como objetivo lograble. Ni hablar de la calificación de países dependientes que motivaba el objetivo de la independencia, de la liberación nacional y social.http://www.argenpress.info/2011/05/el-g20-se-reune-en-buenos-aires.html

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