Tras tres años del golpe la
oligarquía y el ejército
se han hecho con el control de la agricultura y las
infraestructuras
Honduras, entre la represión y la
lucha
Por Inés Giménez Delgado (Diagonal)
A tres años del golpe militar en Honduras, el
nombramiento de Xiomara Castro, compañera de Zelaya, como candidata a las
presidenciales de 2013 abre esperanzas en el país.
Tegucigalpa. 25 de junio de 2009. El referéndum del día 28 sobre
una cuarta urna causaba expectación, encono y renuncias. Era el primer paso
para decidir si se convocaba a la Asamblea Nacional
Constituyente para modificar la constitución de 1982. Esta
consulta se sumaba a las reformas agrarias, salariales y culturales que había
acometido el gobierno liberal de Zelaya.
A las seis de la mañana, un comando militar cercó el domicilio del
presidente y lo llevó, secuestrado, fuera del país. Poco después, la Corte Suprema de
Justicia avaló el golpe de Estado. La noticia se propagó rápidamente y de
manera contradictoria en los informativos y en los vecindarios. El pueblo salió a la calle en masa.
En las semanas siguientes se sucedieron las manifestaciones, los toques de
queda y la represión, que comenzó siendo ruidosa para transformarse en esa
tarántula que ataca selectivamente.
Semanas después del golpe militar encabezado Roberto Micheletti,
en la capital de Honduras todo parecía tranquilo a primera vista, pero las
paredes continuaban hablando. “Abajo el régimen UNP”, “Corte suprema de
Justicia golpista”, “Ferrari golpista”, “Vuelve Mel (Zelaya)” decían sus
pintadas.
La empresa privada, las fuerzas armadas, la jerarquía católica,
las iglesias evangélicas y los grandes oligopolios informativos estaban sin
embargo con el general golpista y parecían confiar en que las reticencias
diplomáticas de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos y Europa
se calmarían, como en efecto pasó.
Mientras crecía la represalia política y cientos de miembros de la
oposición tuvieron que exiliarse, se celebraron las primeras elecciones después
del golpe. En enero de 2010, el Gobierno entrante de Porfirio Lobo Sosa, que
dejó intacta la institucionalidad judicial y ministerial golpista, creo una
“Comisión de Verdad y Reconciliación”. Esta CVR fue rechazada por las
principales organizaciones de defensa de derechos humanos del país.
Impunidad, corrupción y violencia
Desde entonces, la impunidad, la corrupción y la violencia han
hecho mella en Honduras. Según la ONU, hoy
en día hay 856 asesinatos por cada 100.000 habitantes en el país y la ciudad de
San Pedro Sula es la triste ganadora del ranking de la criminalidad mundial. Los ataques a la prensa son la cara
más visible de este fenómeno, que se ha cobrado ya más de 25 periodistas
muertos. Sin embargo, la represión no discrimina e incluso es mayor en otros
sectores: los asesinatos a líderes campesinos ascienden a más de 400, según
cifras de Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos de Honduras (Cofadeh).
En medio de esta oscura vorágine de violencia, que la cúpula
gubernamental achaca “al narcotráfico”, el sistema judicial y el ejército son puestos al servicio
de terratenientes y transnacionales. En
el norte o en la zona
Atlántica , pequeños campesinos son desplazados por la guardia
privada de los oligarcas Miguel Facussé (Palestina) , René Morales o Reynaldo
Canales (Nicaragua).
Mientras tanto aumentan los monocultivos de palma africana
para agrocombustibles, los permisos de minería a cielo abierto y los proyectos
hidroeléctricos, para los cuales ya hay 45 ríos concesionados.
Estas prácticas, que debilitan la soberanía alimentaria y
quiebran los ecosistemas son, en palabras de la ecologista Iris Zabala
“algo que el país quiere vender como generación de energía limpia”.
Esta imposición de proyectos financieros y extractivos
transnacionales vio recientemente una de sus caras más sangrientas, en
Ahuas, en la región afrocaribeña de Mosquitia, donde se encuentra una de las
reservas petroleras más grandes de Estados Unidos.Allí, el pasado 11 de
mayo, cuatro personas fueron asesinadas y siete resultaron heridas por el fuego
de unas ametralladoras disparadas desde helicópteros que sobrevolaban el río
Patuca.
Según afirman varias organizaciones de derechos humanos, el
comando agresor formaba parte de un
operativo conjunto de la Drugs
Enforcenment Administration (DEA), integrado por el batallón Cobra, uno
de los cuerpos paramilitares entrenado por la escuela de las Américas y que
desde los años 80 da evidencias de permanecer activo en la república
centroamericana.
La resistencia
Frente a esta situación, hablar, soñar se vuelve un riesgo. “El 11
de junio del 2012, mi
madre fue víctima de un rapto… - denunciaba recientemente Pavel Núñez, del
grupo Café Guancasco y militante de la Organización Política Los
Necios, quien acusa reiteradas amenazas de muerte a su familia. Este no es un
hecho aislado en su vida. Pavel
recuerda que un compañero suyo de la OPLN fue asesinado hace poco más de un mes y que en 2010, un concierto de su
grupo fue reprimido salvajemente por centenares de policías antimotines y
militares. “De ahí resultó un ciudadano muerto, decenas de niños intoxicados y
todo el equipo de audio e instrumentos destruidos, sin contar la cantidad de
personas y músicos heridos y una Radio alternativa asaltada”- rememora,
señalando que fue el gobierno de Porfirio Lobo quien dio las órdenes de
reprimir.
A la discriminación económica y la falta de libertad de expresión,
se suma el componente xenófobo de las fuerzas fácticas del país. Según subraya
Benjamin Hernández, miembro del Partido Libre y coordinador del departamento 19
en el exilio, “el statuo quo
hondureño está a merced de su oligarquía, de origen étnico árabe y que “a
pesar de haber nacido en Honduras ve con desprecio a la población”. “Además-
señala Hernández, esta oligarquía nunca se moverá afectando los intereses de
Estados Unidos”.
En este contexto, el Acuerdo de Cartagena y las elecciones de 2013
abren un hilo de esperanza para más de dos millones de hondureños, que
suscribieron hace un año la constitución del partido del Frente Amplio,
formación política que pasaría a denominarse Partido Libre “La lucha por la
presidencia será difícil”- señala Hernández, que apunta que los grandes medios
de comunicación (Radio HRE, Radio América, Televicentro…) se encuentran con la
candidata de la oligarquía y que ya se ha iniciado una campaña de desprestigio
y de miedo vinculando al Partido Libre “con la amenaza castrista o chavista”.
En este contexto, Hernández señala que “la falta de experiencia
política para manejarse dentro de la dinámica de la oligarquía y la costumbre
de un pueblo a las campañas electorales y mediáticas masivas” son una de las
principales debilidades del movimiento. “Sin embargo-dice- esto nos llevó a
constituirnos como colectivos en comunidades, barrios, colonias y
departamentos”. Este partido, formado por cinco corrientes políticas de
oposición, decidió
postular a Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, como candidata
presidencial, algo que hará el próximo 1 de julio.
El Partido Libre siembra así un nuevo clima de expectativas, por
retomar la cuarta urna allá donde quedó truncada; aunque también de riesgos.
Sin embargo, dice Pavel Nuñez, a pesar de la brutal represión “cantar sigue
siendo una herramienta para relatar lo que en Honduras sucede, aunque nos
censuren las radios, nos cierren las puertas los patrocinadores y nos amenacen
con callarnos constantemente; a nosotros y a los nuestros…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario