El destape Pro-K
Por: Fernando
Herrera (INFOSUR)
Las últimas sesiones en diputados y en la legislatura porteña desnudaron el pacto: cristinismo y macrismo se pelean frente a las cámaras, pero por atrás lo negocian todo.
El simulacro de enfrentamientos y agravios se convierte en relaciones carnales cuando suculentos negocios están en juego, y el Frente para la Victoria y el PRO confluyen sin mayores problemas ni escrúpulos, desandando el camino de presunta coherencia ideológica que tratan de venderle a la sociedad a través de antagonismos que pretenden instalar, como teoriza Ernesto Laclau, un nuevo bipartidismo en
Las últimas sesiones desnudaron el pacto: el miércoles 24 de octubre, el kirchnerismo y el macrismo votaron juntos la reforma de la ley de las ART, toda una afrenta a los derechos de los trabajadores. Desde ambas bancadas se argumentó la necesidad de simplificar la legislación sobre riesgos de trabajo, mientras las masivas movilizaciones alrededor del Congreso expresaban todo lo contrario. Por el PRO, Federico Pinedo señaló la pertinencia de la nueva ley, lo cual despertó aplausos irónicos entre diputados opositores. Agustín Rossi, por su parte, manifestó, con la grandilocuencia épica que caracteriza al cristinismo, las bondades de una ley que el Bloque Proyecto Sur señaló como absolutamente regresiva e injusta para los trabajadores.
Una semana después, todo siguió su curso: el PRO dio quórum en la sesión donde se aprobó el voto optativo a partir de los 16 años, y de no haber sido por los exabruptos del ultramontano “Cuervo” Larroque, que provocaron el éxodo de la oposición, el bloque macrista hubiera apoyado mayoritariamente dicha norma, falaz en tanto se propone, en lo meramente formal, extender derechos a quienes en la vida real son privados de ellos por un Gobierno incapaz de resolver el profundo desamparo educativo, económico, cultural y de seguridad social que padece la mayoría de los jóvenes argentinos.
Pero fue en la legislatura porteña donde con más descaro se articuló el “Frente Único” entre el PRO y el FPV: allí pactaron la aprobación de once leyes-negocio que van a contramano de los intereses de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. El comunicado de los bloques opositores a los dos gobiernos, Proyecto Sur entre ellos, es claro:
Como si esto fuera poco, en la misma operación se entregaron “cinco terrenos del ferrocarril de los barrios de Pompeya, Parque Patricios, Palermo, Caballito y Liniers para la especulación inmobiliaria que se oculta detrás del programa Procrear. Y se habilitó el proyecto de Santa María del Buen Aire para la construcción de un mega proyecto inmobiliario en
Todo esto ocurre ahora, pero los antecedentes son variados y siempre en línea con las coincidencias PRO-K en torno al modelo de dependencia y al extractivismo agro-minero-exportador: ambos aceptan y promueven la megaminería a cielo abierto con sustancias tóxicas, los negocios con Monsanto, la extensión de la frontera agropecuaria, la privatización de los hidrocarburos, el pago de la deuda ilegítima, la penetración de las transnacionales, el desguace del transporte ferroviario y del subte… El suma, la inserción global de nuestro país como un mero apéndice o factoría de las grandes potencias, haciendo caso omiso del proyecto estratégico y emancipador que nuestro país necesita para ser su propio centro. Al fondo, como símbolo mayor de este matrimonio impúdico, está la sombra de Franco Macri, negociador del Gobierno Nacional en China, que, como dato puntual, recibirá suculentas comisiones -en torno a 500 millones de dólares- por la compra irracional de 10 mil millones de dólares de material ferroviario que el Gobierno Nacional le ha adquirido a
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