12 de febrero de 2013

II. Percatémonos que hoy hay impunidad genocida en el modelo productivo bajo gestión CFK


E
n dos casos, el hidrocarburo llegó hasta el río Colorado
Cuatro derrames de petróleo en Neuquén

 Darío Aranda (Página 12)
La contaminación petrolera reapareció en Neuquén con cuatro derrames en sólo once días y, en dos casos, el hidrocarburo llegó hasta el río Colorado (cuenca compartida por cinco provincias). Sucedió en concesiones de las empresas Petrobras e YPF, y pusieron en alerta a las organizaciones sociales y comunidades mapuches que denuncian el avance petrolero de la mano de la explotaciones de yacimientos no convencionales. Un informe oficial reveló que, sólo en la cuenca del río Colorado, las petroleras produjeron 1982 “incidentes ambientales” durante 2011 y derramaron 429.000 litros de petróleo. Desde YPF, el jefe de Prensa, Pablo Dorfman, señaló que “la compañía actuó con la mayor celeridad posible, avisando a las autoridades correspondientes y logrando contener los derrames rápidamente”. Y recordó que, durante la nueva gestión de YPF, se “creó una dirección de Seguridad, Calidad y Medio Ambiente”.
El domingo 13 se produjo un derrame en la zona de Rincón de los Sauces (norte provincial). Fueron cuatro pozos, tres de Petrobras y uno de YPF, con un derrame que llegó hasta el río Colorado. El subsecretario de Ambiente de Neuquén, Ricardo Esquivel, precisó que fueron “64 metros cúbicos de producción bruta y otros 110 metros cúbicos aportados por la rotura de una cañería”.

El río Colorado atraviesa cinco provincias (Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires) y está bajo el monitoreo del Coirco (Comité Interjurisdiccional), compuesto por las cinco provincias y Nación. El presidente ejecutivo, Miguel Boyero, confirmó que el “derrame afectó el río”. Las empresas atribuyeron el derrame a una tormenta.

El mismo día, en Plaza Huincul (al oeste de la capital provincial), desbordó una pileta de la empresa New American Oil, en el parque petroquímico. La empresa también culpó al clima.
El 23 de enero se rompió una pileta de almacenamiento de YPF en Rincón de los Sauces y 15.000 litros de hidrocarburos cayeron en Colorado. El subsecretario de Ambiente de Neuquén, Ricardo Esquivel, solicitó a los municipios de aguas abajo (Catriel en Río Negro y 25 de Mayo en La Pampa), que tomen “medidas preventivas en el uso de agua”. Y el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro (DPA) cerró el ingreso de agua proveniente del río Colorado a sus sistemas de riego. En un comunicado oficial, el DPA confirmó que el cauce del río tenía “presencia de hidrocarburos”.
El cuarto derrame se produjo el jueves 24 en el yacimiento Las Lomitas, también de YPF, a 40 kilómetros de Rincón de los Sauces. Fueron 2800 litros de petróleo.

Néstor Ventoso, de la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua (APCA), responsabilizó por la contaminación petrolera a “provincia y Nación, son socios de las empresas”, y preguntó: “¿Sirve que les cobren una multa si contaminaron un río, provocaron enfermedades en la población o afectaron un acuífero?”. Desde la Asamblea, integrada por una veintena de organizaciones de Río Negro y Neuquén (entre ellas la Confederación Mapuche), cuestionan el “corrimiento de la frontera petrolera” y denuncian el avance de la explotación de yacimientos no convencionales (conocido también como “fracking”), con grandes volúmenes de agua y químicos a presión, que rompen la roca y mediante bombeo extraen el hidrocarburo. El Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco) elaboró en 2012 un informe de 22 carillas, titulado “Evaluación de la actividad petrolera”, que detalla que en 2011 hubo 1982 “incidentes denunciados”. Involucra a 18 compañías, más de 70 yacimientos y refiere sólo a la actividad que involucra a la cuenca del río.

En 2010 declararon 1164 casos, en 2009 fueron 1263 y en 2008 llegaron a 1141. Analiza todo el período 2000-2011: en doce años declararon 9135 “incidentes ambientales” y se contaminó una superficie equivalente a 240 hectáreas. Con fecha 17 de agosto de 2012, el informe oficial revela los volúmenes derramados (declarados por las empresas). En 2011 las compañías derramaron 429.000 litros de petróleo y 5,6 millones de litros de “agua de producción” (solución contaminada que contiene sales, sólidos en suspensión, metales pesados e hidrocarburos).

Entre 2000 y 2011, las compañías petroleras contaminaron la cuenca del río Colorado con 4,6 millones de litros de petróleo y con 54,5 millones de litros de agua contaminada de producción.
El avance petrolero llegó hasta el área natural protegida Auca Mahuida (norte provincial). Creada en 1996 como espacio de conservación de flora y fauna, el gobierno provincial la otorgó en 2012 en concesión, para el método de fracking, a la petrolera francesa Total. Ventoso, de la Asamblea por el Agua (APCA), no duda: “No pueden controlar la extracción convencional, menos podrán con el fracking. Perforan a mayor profundidad, con más agua, más químicos. Será un desastre, no quedará río ni acuífero sin contaminar. Por eso hay que frenarlos”.

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El Observatorio Petrolero Sur, en "¿Hacia la soberanía hidrocarburífera de la mano de Chevron?", señala: 



 (...)Avanzada extractivista y pérdida de soberanía
Lejos de ser la herramienta de reconversión energética que se ansía y espera en estos nuevos tiempos, la empresa mixta YPF actúa como punta de lanza del conjunto del sector para la explotación masiva de no convencionales. Como lo explicita en su plan quinquenal, el objetivo de la conducción es no sólo apuntar al autoabastecimiento sino convertir al país en exportador neto de energía. A fin de cumplir esto, los primeros pasos han sido anunciados por la presidenta Cristina Fernández en la cena anual de la Unión Industrial Argentina (UIA): aumento en más de un 300% el precio del gas en boca de pozo.
Las provincias también avanzan en las reformas de los marcos jurídicos. En Chubut, el próximo 27 de diciembre, se trataría el nuevo marco regulatorio de la actividad hidrocarburífera; tanto en la fundamentación como en el articulado, todas las expectativas están puestas en la explotación de yacimientos no convencionales. Por su parte, el gobierno de la Provincia del Neuquén ha sido el principal lobista para generar las condiciones económicas y jurídicas óptimas para el desarrollo de estos yacimientos. A tal punto llega esta convicción que la gestión de Jorge Sapag autorizó recientemente a la empresa francesa Total a perforar un pozo para la explotación de no convencionales en el área natural protegida Auca Mahuida, en el norte de la provincia.
Mientras no se detallan los impactos producidos durante años por Repsol, de acuerdo a lo expresado por el gobierno en el marco de la recuperación del control de YPF, se acepta como socia a una empresa claramente destructora de territorios y condenada por ello. Entonces, ¿a quién se beneficia con la explotación de no convencionales? Con un precio en boca de pozo mayor, ¿qué nuevas sorpresas veraniegas nos esperan? ¿Este acuerdo marca las reglas del juego para el resto de las empresas interesadas en los no convencionales? Si bien no se conocen los detalles del acuerdo firmado con Chevron, tenemos la certeza de que estas empresas avanzan cuando las condiciones son óptimas a sus intereses. A espaldas del pueblo, la empresa mixta YPF consolida el nuevo esquema de negocios para pocos y a costa de todos.
El objetivo debiera ser el autoabastecimiento energético y no necesariamente el abastecimiento hidrocarburífero. En este marco es necesaria una rediscusión de las políticas energéticas de manera de poder asignar correctamente los inmensos recursos económicos que se ponen en juego en esta alternativa depredadora. El petróleo no es el futuro

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La insostenible ofensiva del Imperio
¿’Fracking’ en Uruguay?

Por Víctor L. Bacchetta (Observatorio Minero del Uruguay)

Sin haber concluido la evaluación de los impactos en su tierra, Estados Unidos está usando la tecnología para el petróleo y gas no convencional en su estrategia de dominación mundial. En Europa del Este la punta de lanza es la USAID, mientras en América del Sur cumplen ese rol empresas y medios especializados de la petroquímica que se reúnen en foros exclusivos. Con YPF reestatizada, Argentina lidera la apuesta al ‘fracking’ en la región pero Uruguay, con la discreción habitual, se destaca por haber cedido un 15% del territorio con ese propósito.

Se perfora verticalmente el suelo miles de metros, luego horizontalmente en varias direcciones de dos a tres kilómetros cada una y se inyecta a alta presión una mezcla de hasta 30 millones de litros de agua, centenares de toneladas de arena y decenas de miles de litros de aditivos químicos no revelados para extraer, a través de las grietas generadas, petróleo y gas atrapados en rocas porosas pero impermeables. Esta es la fractura hidráulica o ‘fracking’ en acción.
A la superficie vuelve hasta un 50% del fluido inyectado, junto con el petróleo o metano extraído del esquisto. Una vez separados los hidrocarburos, el líquido resultante es un efluente altamente tóxico que contiene además elementos radioactivos y otros carcinógenos probados presentes en la roca. Paralelamente, desde el subsuelo se han contaminado tierras fértiles, aguas subterráneas y superficiales e incluso se han verificado terremotos como resultado del ‘fracking’.
En Estados Unidos, donde esta tecnología de extracción de los hidrocarburos no convencionales se viene aplicando desde 1998, vastas áreas rurales en 34 estados de la federación se han vuelto zonas industriales donde opera una maquinaria estrepitosa, atendidas cada una por decenas de camiones con combustible, así como agua y los productos químicos utilizados en la operación, que luego son desechados en lagunas al aire libre o reinyectados en el subsuelo.
La Universidad de Cornell relevó 24 establecimientos rurales en seis estados en donde se registró contaminación del aire, agua y suelo por exposición a químicos del ‘fracking’, la muerte de más de 70 animales por ingestión de agua contaminada, animales con deformaciones congénitas (por ej., sin cola) y serios trastornos reproductivos y gastrointestinales. Los científicos advirtieron que los químicos podrían aparecer en productos de carne o leche a partir de esos animales.

La siesta de la EPA
El plan diseñado por la EPA (Environmental Protection Agency), organismo encargado del control ambiental en Estados Unidos, para Estudiar los Impactos Potenciales de la Fractura Hidráulica en los Recursos de Agua Potable fue iniciado recién en 2011 y debía concluir a fines de 2012. Pero el pasado mes de diciembre, el organismo liberó al público solo un adelanto de sus trabajos y anunció una postergación de los resultados de la investigación por dos años más.
“La EPA está comprometida a conducir un estudio con la mejor ciencia disponible, fuentes de información independientes y un proceso transparente con revisión por pares que asegurará la validez y la precisión de los resultados”, declaró. “En última instancia -concluyó-, se espera que los resultados de este estudio suministren al público, y a los tomadores de decisiones a todos los niveles, conocimiento científico de alta calidad”. Pero llegará demasiado tarde.
En efecto, según cifras de conocimiento público, en Estados Unidos se han perforado más de 500.000 pozos para ‘fracking’ a un ritmo de 30.000 pozos por año. Con una densidad de 1,5 a 3,5 por kilómetro cuadrado, cada plataforma ocupa dos hectáreas. La Administración de Información de Energía (EIA) informó que se extrajeron en 2011 en ese país 8,5 TCF (sigla en inglés, millones de millones de pies cúbicos) de gas, 34,9% del consumo anual estadounidense.
Mientras los movimientos sociales creados a raíz de los impactos sufridos proponen prohibir la tecnología o suspenderla hasta tener una evaluación de sus efectos y los científicos enfrentan dificultades para publicar sus investigaciones sobre los daños provocados, las petroleras ExxonMobil, Chevron y Halliburton, las mayores del mundo, dedican cientos de millones de dólares a propaganda, grupos de presión y las campañas electorales de los partidos.
De hecho, el pueblo estadounidense ha sido utilizado como Conejillo de Indias en este proceso. Esas mismas empresas, con el apoyo del Departamento de Estado, lideran la expansión de esta tecnología en el mundo. Primero se la llamó Iniciativa Global del Gas de Esquisto y ahora pasó a ser el Programa para el Compromiso Técnico en Gas No Convencional (UGTEP).

USAID en el Noreste
La expansión internacional del ‘fracking’ no responde solo al interés de las empresas sino que se ha vuelto un instrumento de la estrategia de Estados Unidos para dominar la política energética de los países. Así lo hace, en particular, con las ex repúblicas y aliados de la extinta Unión Soviética como Ucrania, Lituania, Polonia y Bulgaria, rivalizando con la Federación Rusa.
“Apoyamos firmemente la estrategia de independencia energética de Lituania, que incluye el desarrollo regional de la energía nuclear, del gas natural licuado, del petróleo y el gas no convencionales, así como las conexiones de gas y electricidad entre los Estados Bálticos y el resto de la Unión Europea, dijo Hillary Clinton en julio de 2011, de visita en aquel país. Con el mismo fin, la secretaria de estado recorrió varios países de la órbita de Rusia.
En estos casos, el programa UGTEP es ejecutado por la USAID, la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos. Un informe de la USAID para Ucrania, divulgado por OPSur (www.opsur.org.ar), expone las condiciones bajo las cuales Estados Unidos y las petroleras se instalan en el país. La USAID no sólo se ocupa del marco regulatorio económico, ambiental y fiscal, sino también de la estrategia para gestionar el probable conflicto social.
El informe desarrolla minuciosamente las actividades a desarrollar para obtener la confianza de gobiernos locales, pobladores (propietarios de tierras y comunidades) y ONGs. “Una temprana articulación con estos grupos es importante para facilitar el desarrollo”, dice la USAID y propone -“modificadas para Ucrania”- las recomendaciones elaboradas por el NPC (Consejo Nacional del Petróleo de EEUU) para “un desarrollo eficiente, sustentable y prudente”(sic).
Diez días después de haberse publicado el informe de la USAID, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovych, concedió áreas de exploración a Chevron y Shell para realizar trabajos asociadas con la estatal Nadra. Pocos meses más adelante, Ucrania concedió a ExxonMobil, Shell, OMV Petrom (rumana) y Nadra un área gasífera en el Mar Negro, en desmedro de la rusa Lukoil, y le dio ingreso a la italiana Eni asociada con capitales británicos y ucranianos.

Otra cara en el Sur
Tal vez por los malos antecedentes de la USAID, la ofensiva del ‘fracking’ en esta región cambia de fachada. American Business Conferences (ABC), las empresas, los ingenieros y publicaciones especializadas del sector petroquímico son quienes promueven aquí las reuniones dedicadas a evaluar la calidad de los yacimientos, el marco normativo y las condiciones de inversión en “los mercados emergentes de petróleo y gas no convencional” de América del Sur.
ABC es clara: “La revolución del gas de esquisto & petróleo crudo no convencional ha permitido la capitalización en masa de nuevas y lucrativas oportunidades no convencionales por parte de empresas energéticas norteamericanas. Por lo tanto, la pregunta es ¿Ahora, hacia dónde?”. El próximo evento será la conferencia “Cuencas Emergentes de Petróleo y Gas No Convencional – Sudamérica 2013″, a realizarse el 27 y 28 de febrero, en Buenos Aires.
Según la convocatoria del evento, “El congreso examinará el riesgo político y regulador (…) para determinar la viabilidad económica de invertir en (…) Colombia, Brasil, Argentina, Perú, Chile, Ecuador, Paraguay & Uruguay”. Estos son los invitados del programa UGTEP y, de hecho, los caminos que seguirán las inversiones en los países nombrados se definen en estas reuniones entre ejecutivos de las empresas privadas y funcionarios gubernamentales.
Argentina posee las mayores reservas de gas de esquisto de la región (774 TCF) y la estrategia de desarrollo de la re estatizada YPF se basa en los hidrocarburos no convencionales. A fines de 2012, YPF firmó sendos acuerdos con Chevron, por 100 pozos y una inversión de mil millones de dólares, y con el grupo Bulgheroni, por 130 pozos y una inversión de 1.500 millones de dólares, en 290 y 663 kilómetros cuadrados del yacimiento de Vaca Muerta, respectivamente.
Segundo en reservas en la región (681 TCF), México explota un pozo de esquisto desde febrero de 2011. La estatal Pemex espera operar 6.500 pozos en 50 años. En Brasil, la ANP (Agencia Nacional de Petróleo) estima sus reservas en 500 TCF, pero va más lento. La primera cesión de bloques de exploración de gas de esquisto está prevista para diciembre de 2013.
“A la uruguaya” …
Con 21 TCF de reservas de gas de esquisto estimadas por la EIA de Estados Unidos, Uruguay adjudicó en 2012 para actividades de prospección, exploración y explotación un total de 23.500 kilómetros cuadrados, un 15% del territorio nacional. En la relación entre reservas posibles y superficie afectada, este país lleva por lejos la delantera frente al resto de la región. (...) Leer


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