En dos casos, el hidrocarburo llegó hasta el río Colorado
Cuatro derrames de
petróleo en Neuquén
Darío
Aranda (Página 12)
La contaminación petrolera reapareció en
Neuquén con cuatro derrames en sólo once días y, en dos casos, el hidrocarburo
llegó hasta el río Colorado (cuenca compartida por cinco provincias). Sucedió
en concesiones de las empresas Petrobras e YPF, y pusieron en alerta a las
organizaciones sociales y comunidades mapuches que denuncian el avance
petrolero de la mano de la explotaciones de yacimientos no convencionales. Un
informe oficial reveló que, sólo en la cuenca del río Colorado, las petroleras
produjeron 1982 “incidentes ambientales” durante 2011 y derramaron 429.000 litros de
petróleo. Desde YPF, el jefe de Prensa, Pablo Dorfman, señaló que “la compañía
actuó con la mayor celeridad posible, avisando a las autoridades
correspondientes y logrando contener los derrames rápidamente”. Y recordó que,
durante la nueva gestión de YPF, se “creó una dirección de Seguridad, Calidad y
Medio Ambiente”.
El domingo 13 se produjo un derrame en la zona
de Rincón de los Sauces (norte provincial). Fueron cuatro pozos, tres de
Petrobras y uno de YPF, con un derrame que llegó hasta el río Colorado. El
subsecretario de Ambiente de Neuquén, Ricardo Esquivel, precisó que fueron “64 metros cúbicos
de producción bruta y otros 110 metros cúbicos aportados por la rotura de
una cañería”.
El río Colorado atraviesa cinco provincias (Mendoza, Neuquén, Río
Negro, La Pampa y Buenos Aires) y está bajo el monitoreo del Coirco (Comité
Interjurisdiccional), compuesto por las cinco provincias y Nación. El
presidente ejecutivo, Miguel Boyero, confirmó que el “derrame afectó el río”.
Las empresas atribuyeron el derrame a una tormenta.
El mismo día, en Plaza Huincul (al oeste de la
capital provincial), desbordó una pileta de la empresa New American
Oil, en el parque petroquímico. La empresa también culpó al clima.
El 23 de enero se rompió una pileta de
almacenamiento de YPF en Rincón de los Sauces y 15.000 litros de
hidrocarburos cayeron en Colorado. El subsecretario de Ambiente de Neuquén,
Ricardo Esquivel, solicitó a los municipios de aguas abajo (Catriel en Río
Negro y 25 de Mayo en La Pampa), que tomen “medidas preventivas en el uso de
agua”. Y el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro (DPA) cerró el
ingreso de agua proveniente del río Colorado a sus sistemas de riego. En un
comunicado oficial, el DPA confirmó que el cauce del río tenía “presencia de
hidrocarburos”.
El cuarto derrame se produjo el jueves 24 en
el yacimiento Las Lomitas, también de YPF, a 40 kilómetros de
Rincón de los Sauces. Fueron 2800 litros de petróleo.
Néstor Ventoso, de la Asamblea Permanente
del Comahue por el Agua (APCA), responsabilizó por la contaminación petrolera a
“provincia y Nación, son socios de las empresas”, y preguntó: “¿Sirve que les
cobren una multa si contaminaron un río, provocaron enfermedades en la
población o afectaron un acuífero?”. Desde la Asamblea, integrada por una
veintena de organizaciones de Río Negro y Neuquén (entre ellas la Confederación Mapuche ),
cuestionan el “corrimiento de la frontera petrolera” y denuncian el avance de
la explotación de yacimientos no convencionales (conocido también como
“fracking”), con grandes volúmenes de agua y químicos a presión, que rompen la
roca y mediante bombeo extraen el hidrocarburo. El Comité Interjurisdiccional
del Río Colorado (Coirco) elaboró en 2012 un informe de 22 carillas, titulado
“Evaluación de la actividad petrolera”, que detalla que en 2011 hubo 1982
“incidentes denunciados”. Involucra a 18 compañías, más de 70 yacimientos y
refiere sólo a la actividad que involucra a la cuenca del río.
En 2010 declararon 1164 casos, en 2009 fueron
1263 y en 2008 llegaron a 1141. Analiza todo el período 2000-2011: en doce años
declararon 9135 “incidentes ambientales” y se contaminó una superficie
equivalente a 240
hectáreas . Con fecha 17 de agosto de 2012, el informe
oficial revela los volúmenes derramados (declarados por las empresas). En 2011
las compañías derramaron 429.000
litros de petróleo y 5,6 millones de litros de “agua de
producción” (solución contaminada que contiene sales, sólidos en suspensión,
metales pesados e hidrocarburos).
Entre 2000 y 2011, las compañías petroleras contaminaron la cuenca
del río Colorado con 4,6 millones de litros de petróleo y con 54,5 millones de
litros de agua contaminada de producción.
El avance petrolero llegó hasta el área
natural protegida Auca Mahuida (norte provincial). Creada en 1996 como espacio
de conservación de flora y fauna, el gobierno provincial la otorgó en 2012 en
concesión, para el método de fracking, a la petrolera francesa Total. Ventoso,
de la Asamblea por el Agua (APCA), no duda: “No pueden controlar la extracción
convencional, menos podrán con el fracking. Perforan a mayor profundidad, con
más agua, más químicos. Será un desastre, no quedará río ni acuífero sin
contaminar. Por eso hay que frenarlos”.
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El Observatorio Petrolero Sur, en "¿Hacia la soberanía hidrocarburífera de la mano de Chevron?", señala:
(...)Avanzada extractivista y pérdida de soberanía
Lejos de ser la herramienta de reconversión energética que se ansía y espera en
estos nuevos tiempos, la empresa mixta YPF actúa como punta de lanza del
conjunto del sector para la explotación masiva de no convencionales.
Como lo explicita en su plan quinquenal, el objetivo de la conducción es no sólo
apuntar al autoabastecimiento sino convertir al país en exportador neto de
energía. A fin de cumplir esto, los primeros pasos han sido anunciados por la
presidenta Cristina Fernández en la cena anual de la Unión Industrial Argentina
(UIA):
aumento en más de un 300% el precio del gas en boca de pozo.
Las provincias también avanzan en las reformas de los marcos jurídicos. En
Chubut, el próximo 27 de diciembre, se trataría el nuevo marco regulatorio de la
actividad hidrocarburífera; tanto en la fundamentación como en el articulado,
todas las expectativas están puestas en la explotación de yacimientos no
convencionales. Por su parte, el gobierno de la Provincia del Neuquén ha sido el
principal lobista para generar las condiciones económicas y jurídicas óptimas
para el desarrollo de estos yacimientos. A tal punto llega esta convicción que
la gestión de Jorge Sapag autorizó recientemente a la empresa francesa Total a
perforar un pozo para la explotación de no convencionales en el área natural
protegida Auca Mahuida, en el norte de la provincia.
Mientras no se detallan los impactos producidos durante años por Repsol, de
acuerdo a lo expresado por el gobierno en el marco de la recuperación del
control de YPF, se acepta como socia a una empresa claramente destructora de
territorios y condenada por ello. Entonces, ¿a quién se beneficia con la
explotación de no convencionales? Con un precio en boca de pozo mayor, ¿qué
nuevas sorpresas veraniegas nos esperan? ¿Este acuerdo marca las reglas del
juego para el resto de las empresas interesadas en los no convencionales? Si
bien no se conocen los detalles del acuerdo firmado con Chevron, tenemos la
certeza de que estas empresas avanzan cuando las condiciones son óptimas a sus
intereses. A espaldas del pueblo, la empresa mixta YPF consolida el nuevo
esquema de negocios para pocos y a costa de todos.
El
objetivo debiera ser el autoabastecimiento energético y no necesariamente el
abastecimiento hidrocarburífero. En este marco es necesaria una rediscusión de
las políticas energéticas de manera de poder asignar correctamente los inmensos
recursos económicos que se ponen en juego en esta alternativa depredadora. El
petróleo no es el futuro
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La
insostenible ofensiva del Imperio
¿’Fracking’ en Uruguay?
Por Víctor L. Bacchetta (Observatorio
Minero del Uruguay)
Sin haber concluido la evaluación de los impactos en su tierra,
Estados Unidos está usando la tecnología para el petróleo y gas no convencional
en su estrategia de dominación mundial. En Europa del Este la punta de lanza es
la USAID, mientras en América del Sur cumplen ese rol empresas y medios especializados de la petroquímica que se
reúnen en foros exclusivos. Con YPF reestatizada, Argentina lidera la apuesta
al ‘fracking’ en la región pero Uruguay, con la discreción habitual, se destaca
por haber cedido un 15% del territorio con ese propósito.
Se perfora verticalmente el suelo miles de
metros, luego horizontalmente en varias direcciones de dos a tres kilómetros
cada una y se inyecta a alta presión una mezcla de hasta 30 millones de litros
de agua, centenares de toneladas de arena y decenas de miles de litros de
aditivos químicos no revelados para extraer, a través de las grietas generadas,
petróleo y gas atrapados en rocas porosas pero impermeables. Esta es la
fractura hidráulica o ‘fracking’ en acción.
A la superficie vuelve hasta un 50% del fluido
inyectado, junto con el petróleo o metano extraído del esquisto. Una vez
separados los hidrocarburos, el líquido resultante es un efluente altamente
tóxico que contiene además elementos radioactivos y otros carcinógenos probados
presentes en la
roca. Paralelamente , desde el subsuelo se han contaminado
tierras fértiles, aguas subterráneas y superficiales e incluso se han
verificado terremotos como resultado del ‘fracking’.
En Estados Unidos, donde esta tecnología de
extracción de los hidrocarburos no convencionales se viene aplicando desde
1998, vastas áreas rurales en 34 estados de la federación se han vuelto zonas
industriales donde opera una maquinaria estrepitosa, atendidas cada una por
decenas de camiones con combustible, así como agua y los productos químicos
utilizados en la operación, que luego son desechados en lagunas al aire libre o
reinyectados en el subsuelo.
La Universidad de Cornell relevó 24
establecimientos rurales en seis estados en donde se registró contaminación del
aire, agua y suelo por exposición a químicos del ‘fracking’, la muerte de más
de 70 animales por ingestión de agua contaminada, animales con deformaciones
congénitas (por ej., sin cola) y serios trastornos reproductivos y gastrointestinales.
Los científicos advirtieron que los químicos podrían aparecer en productos de
carne o leche a partir de esos animales.
La siesta de la EPA
El plan diseñado por la EPA (Environmental
Protection Agency), organismo encargado del control ambiental en Estados
Unidos, para Estudiar los Impactos Potenciales de la Fractura Hidráulica
en los Recursos de Agua Potable fue iniciado recién en 2011 y debía concluir a
fines de 2012. Pero el pasado mes de diciembre, el organismo liberó al público
solo un adelanto de sus trabajos y anunció una postergación de los resultados
de la investigación por dos años más.
“La EPA está comprometida a conducir un
estudio con la mejor ciencia disponible, fuentes de información independientes
y un proceso transparente con revisión por pares que asegurará la validez y la
precisión de los resultados”, declaró. “En última instancia -concluyó-, se espera que los
resultados de este estudio suministren al público, y a los tomadores de
decisiones a todos los niveles, conocimiento científico de alta calidad”.
Pero llegará demasiado tarde.
En efecto, según cifras de conocimiento
público, en Estados Unidos se han perforado más de 500.000 pozos para
‘fracking’ a un ritmo de 30.000 pozos por año. Con una densidad de 1,5 a 3,5 por kilómetro
cuadrado, cada plataforma ocupa dos hectáreas. La Administración de Información
de Energía (EIA) informó que se extrajeron en 2011 en ese país 8,5 TCF (sigla
en inglés, millones de millones de pies cúbicos) de gas, 34,9% del consumo
anual estadounidense.
Mientras los movimientos sociales creados a
raíz de los impactos sufridos proponen prohibir la tecnología o suspenderla
hasta tener una evaluación de sus efectos y los científicos enfrentan
dificultades para publicar sus investigaciones sobre los daños provocados, las
petroleras ExxonMobil, Chevron y Halliburton, las mayores del mundo, dedican cientos
de millones de dólares a propaganda, grupos de presión y las campañas
electorales de los partidos.
De hecho, el pueblo estadounidense ha sido
utilizado como Conejillo de Indias en este proceso. Esas mismas empresas, con
el apoyo del Departamento de Estado, lideran la expansión de esta tecnología en
el mundo. Primero se la llamó Iniciativa Global del Gas de Esquisto y
ahora pasó a ser el Programa para el Compromiso Técnico en Gas No Convencional
(UGTEP).
USAID en el Noreste
La expansión internacional del ‘fracking’ no
responde solo al interés de las empresas sino que se ha vuelto un instrumento
de la estrategia de Estados Unidos para dominar la política energética de los
países. Así lo hace, en particular, con las ex repúblicas y aliados de la extinta Unión Soviética
como Ucrania, Lituania, Polonia y Bulgaria, rivalizando con la Federación Rusa.
“Apoyamos firmemente la estrategia de
independencia energética de Lituania, que incluye el desarrollo regional de la
energía nuclear, del gas natural licuado, del petróleo y el gas no
convencionales, así como las conexiones de gas y electricidad entre los Estados
Bálticos y el resto de la
Unión Europea ”, dijo Hillary Clinton en julio de 2011, de
visita en aquel país. Con el mismo fin, la secretaria de estado recorrió varios
países de la órbita de Rusia.
En estos casos, el programa UGTEP es ejecutado
por la USAID, la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos. Un
informe de la USAID para Ucrania, divulgado por OPSur (www.opsur.org.ar),
expone las condiciones bajo las cuales Estados Unidos y las petroleras se
instalan en el país. La USAID no sólo se ocupa del marco regulatorio económico,
ambiental y fiscal, sino también de la estrategia para gestionar el probable
conflicto social.
El informe desarrolla minuciosamente las
actividades a desarrollar para obtener la confianza de gobiernos locales,
pobladores (propietarios de tierras y comunidades) y ONGs. “Una temprana articulación con estos grupos es importante para
facilitar el desarrollo”, dice la USAID y propone -“modificadas para Ucrania”- las
recomendaciones elaboradas por el NPC (Consejo Nacional del Petróleo de EEUU)
para “un desarrollo eficiente, sustentable y prudente”(sic).
Diez días después de haberse publicado el
informe de la USAID, el presidente ucraniano, Viktor Yanukovych, concedió áreas
de exploración a Chevron y Shell para realizar trabajos asociadas con la estatal Nadra. Pocos
meses más adelante, Ucrania concedió a ExxonMobil, Shell, OMV Petrom (rumana) y
Nadra un área gasífera en el Mar Negro, en desmedro de la rusa Lukoil , y le dio
ingreso a la italiana Eni
asociada con capitales británicos y ucranianos.
Otra cara en el Sur
Tal vez por los malos antecedentes de la
USAID, la ofensiva del ‘fracking’ en esta región cambia de fachada. American
Business Conferences (ABC), las empresas, los ingenieros y publicaciones
especializadas del sector petroquímico son quienes promueven aquí las reuniones
dedicadas a evaluar la calidad de los yacimientos, el marco normativo y las
condiciones de inversión en “los mercados emergentes de petróleo y gas no
convencional” de
América del Sur.
ABC es clara: “La revolución del gas de esquisto & petróleo crudo no
convencional ha permitido la capitalización en masa de nuevas y lucrativas
oportunidades no convencionales por parte de empresas energéticas
norteamericanas. Por lo tanto, la pregunta es ¿Ahora, hacia dónde?”.
El próximo evento será la conferencia “Cuencas Emergentes de Petróleo y Gas No
Convencional – Sudamérica 2013″, a realizarse el 27 y 28 de febrero, en Buenos
Aires.
Según la convocatoria del evento, “El congreso examinará el riesgo político y regulador (…) para
determinar la viabilidad económica de invertir en (…) Colombia, Brasil,
Argentina, Perú, Chile, Ecuador, Paraguay & Uruguay”. Estos son
los invitados del programa UGTEP y, de hecho, los caminos que seguirán las
inversiones en los países nombrados se definen en estas reuniones entre ejecutivos
de las empresas privadas y funcionarios gubernamentales.
Argentina posee las mayores reservas de gas de
esquisto de la región (774 TCF) y la estrategia de desarrollo de la re
estatizada YPF se basa en los hidrocarburos no convencionales. A fines de 2012,
YPF firmó sendos acuerdos con Chevron, por 100 pozos y una inversión de mil
millones de dólares, y con el grupo Bulgheroni, por 130 pozos y una inversión
de 1.500 millones de dólares, en 290 y 663 kilómetros
cuadrados del yacimiento de Vaca Muerta, respectivamente.
Segundo en reservas en la región (681 TCF),
México explota un pozo de esquisto desde febrero de 2011. La estatal Pemex espera
operar 6.500 pozos en 50 años. En Brasil, la ANP (Agencia Nacional de Petróleo)
estima sus reservas en 500 TCF, pero va más lento. La primera cesión de bloques
de exploración de gas de esquisto está prevista para diciembre de 2013.
“A la uruguaya” …
Con 21 TCF de reservas de
gas de esquisto estimadas por la EIA de Estados Unidos, Uruguay adjudicó en
2012 para actividades de prospección, exploración y explotación un total de
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