12 de septiembre de 2016

I. Impunidad oligopólica de envenenarnos y destruir tanto las condiciones como los medios de vida mayoritaria.

Ley ProCáncer en Provincia de Buenos Aires
24 de agosto de 2016

 Opinión de los Médicos de Pueblos Fumigados

En Provincia de Buenos Aires se está tratando y a punto de aprobar un proyecto de ley que permite fumigar con agrotóxicos cancerígenos como GLIFOSATO y 2.4D a 10 metros de las viviendas de los pueblos, es decir que cruzando la calle se estará aplicando agrotóxicos en una frecuencia promedio de 18 veces por año.

Desde hace mas de 10 años los vecinos y los médicos de los pueblos agrícolas de Buenos Aires vienen observando cómo se modifica el perfil de enfermedades de la población y ahora son mucho más frecuente enfermedades oncológicas, endocrinas, trastornos reproductivos (incluso aumento de nacimientos de niños con malformaciones) y mayor presencia de trastornos generales del desarrollo (autismo) en los niños.

Pocos estudios se han realizado en la población de Buenos Aires, pero investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad Nacional de Córdoba han evaluado pueblos de sus provincias y todos coinciden en que el cáncer se ha convertido en la primera causa de muerte, que la mortalidad por cáncer constituye más de un tercio del total de fallecidos, es decir uno cada tres personas que fallecen por año lo hacen por cáncer, e incluso en algunas oportunidades las tasas se acercan a uno cada dos fallecidos, mientras que a nivel nacional y en las grandes ciudades del país sólo fallece por cáncer un quinto de los fallecidos, es decir uno cada cinco.

Investigadores de todo el mundo vinculan esta situación a la mayor exposición de las poblaciones rurales a agrotóxicos oncogenicos, como glifosato. Este herbicida (cancerígeno reconocido por OMS en 2015) es utilizado en los cultivos de soja y maíz transgénicos de la Provincia de Buenos Aires, cultivos que cubren 9.5 millones de hectáreas (ha) a los que se aplican entre 10 y 12 kilos de glifosato por ha por año.

Es decir que en las zonas agrícolas de Buenos Aires se fumigan 95 millones de kilos de glifosato por año, a los que deben sumarse otros herbicidas altamente tóxicos como 2.4D, atrazina, glufosinato, etc. e insecticidas muy venenos para los humanos como clorpirifós, imidacloprid, clotianidina y carbamatos en general; todos los cuales suman más de 140 millones de kilos de agrotóxicos que se vierten en la zonas agrícolas bonaerenses donde viven 5 millones de personas en pequeñas ciudades y pueblos rurales. Esta situación genera una carga  (o dosis) de exposición potencial de 35 kilos de agrotóxicos por persona por año y de 23 kilos de glifosato por bonaerense por año.

Estos datos también son reafirmados por el Informe de la Universidad Nacional de La Plata y la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires sobre agroquímicos que demuestra alta contaminación y elevadísima peligrosidad en la exposición de muchos partidos agrícolas de la Provincia, vinculados  a la combinación de cultivos predominantes, la cantidad y toxicidad aguda de los agroquímicos usados, el modelo productivo predominante, siendo mayor el impacto potencial (color bordó oscuro en el mapa) en regiones donde predominan cultivos de maíz, soja y girasol bajo el  modelo productivo de siembra directa.

Esta ley PROCANCER presentada por el senador provincial del Frente para la Victoria: Carlos Alfonso Coll Areco (San Miguel) en coautoría con el senador del Justicialismo Bonaerense: Roque Antonio Cariglino (Malvinas Argentinas), el senador de UNION PRO: Jorge Alberto D´Onofrio (San Isidro) y el senador del Frente Renovador: Gabriel Leandro Pampín (Mar del Plata), cuenta con el respaldo de las organizaciones de la Agricultura Tóxica como AAPRESID y del ministro del agronegocio bonaerense el ex ejecutivo de Monsanto Leonardo Sarquis; estamos convencidos de que va a agravar la salud colectiva de la población bonaerense multiplicado el sufrimiento y angustias que el cáncer trae aparejado en nuevos casos de cáncer que nunca deberían producirse por si solos.

No podemos permitir que se continúe exponiendo a niños, mujeres embarazadas, ancianos y población en general al riesgo generado por la exposición ambiental a agrotóxicos cancerígenos. Debe quedar claro, estamos hablando de estadísticas, pero por sobre todo de sufrimiento humano, de dolor y rupturas, que deja  familias devastadas en la angustia y la tristeza por éstas pérdidas sin duda evitables.

Por todo ello  venimos reclamando un cambio en el  modelo de agricultura, la prohibición de glifosato y de las fumigaciones aéreas; ahora se pretende avanzar (retroceder según nuestra mirada) con una ley para el cáncer y el agronegocio, por lo que reclamamos a la Legislatura de Buenos Aires que PRIVILEGIE los DERECHOS A LA SALUD Y LA VIDA del pueblo bonaerense y subordine a los intereses del agronegocio rechazando esta indicativa en forma total.-

Dr. Medardo Avila Vazquez, Red de Médicos de Pueblos Fumigados (REDUAS)

Dr. Pablo Reyes, Trenque Lauquen, Bs. As. REDUAS y FAMG. (Contacto: +5492392443022)

Dra. Patricia Vigna,  Arrecifes, Bs. As. REDUAS y FAMG. (Contacto: +5492474598)

Dra. Viviana Garcia, Secretaria de Relaciones con la Comunidad de la Asociación Sincidal de Profesionales de la Salud de Prov. de Bs. As. (CICOP)

Dra. Cristina Mancini, Trenque Lauquen, Bs. As. REDUAS

Dra. Cecilia Visintín, Casbas, Bs. As.

Dra. Sofía Roditis, Trenque Lauquen, Bs. As.

Dra. Ana Luz Santamarina, 30 de Agosto, Bs. As.

Dr. Daniel Rossi, 30 de Agosto, Bs. As.

AMeGES (Asociación Metropolitana de Médicos Generales y Equipos de Salud / FAMG)

Dr. Jorge Herce, Gral Viamonte, Bs. As.  Asociación por La Salud Colectiva de Los Toldos.

Dr. Jorge Yabkowsk, Pte de Federación de Profesionales de la Salud – Colectivo Andrés Carrasco

Dra. Maria del Carmen Martin, Mar del Plata, Bs. As.

Dra. Lucia Rabini, La Plata, Bs. As.

Dra. Silvina Fabregas Lengard, Mar del Plata, Bs. As.

Dr. Horacio Romano, Bahia Blanca, Bs. As.

Dr. Nicolás Loyacono, Pergamino, Bs. As. REDUAS

Lic. Monica Dicon, Secretaria de Asuntos Nacionales, CICOP.

Dr. Hernan Rivero,  Secretario de Derechos Humanos, CICOP.

Lic. Nicolas Luna, Presidente de CICOP de Open Door, Luján.

Lic.Teresa Leguizamón, Presidenta de CICOP de Mar del Plata.

  http://reduas.com.ar/ley-procancer-en-provincia-de-buenos-aires/#more-1624

Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2016/08/24/argentina-ley-procancer-en-provincia-de-buenos-aires/buenos-aires/

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Declaración del 3º Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados

Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. 17 de Octubre de 2015

Cinco años después del primer Encuentro en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, científicos, médicos y miembros de los equipos de salud de los pueblos fumigados de Argentina, reunidos en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), verificamos que lo que afirmábamos entonces es dramáticamente cierto y se acentúa día a día: el sistema de producción agrícola vigente en el país contamina el ambiente y los alimentos de los argentinos enferma y mata a las poblaciones humanas de las zonas agrícolas.

En los últimos 25 años el consumo de agrotóxicos aumentó un 983% (de 38 a 370 millones de kilos), mientras que la superficie cultivada aumentó un 50% (de 20 millones de ha a 30 millones de ha). Un sistema productivo basado en la aplicación sistemática de agrovenenos implica, irremediablemente, que la naturaleza responda en forma adaptativa y que, por la tanto, para lograr los mismos objetivos los productores deban aplicar mayores cantidades de agrotóxicos en los campos. Año a año se fue generando un sistema diseñado por y para los vendedores de agrotóxicos, quienes todos los años aumentan sus ventas netas (en 2015 el aumento fue del 9%) mientras que nuestros pacientes, también, año a año  se contaminan más y más.
Ya no hay dudas que la exposición masiva y creciente a pesticidas modificó el perfil de enfermedades de las poblaciones rurales argentinas y también que el cáncer es la primera causa de muerte entre ellos (y la peor manera de morir).

Las investigaciones presentadas en este congreso muestran estudios en distintas escalas, todos coincidentes. Desde pequeños pueblos hasta en poblaciones más amplias de nivel provincial (como en Chaco y en Córdoba) o de nivel nacional, en los que se comparan distintos niveles de exposición a glifosato u agrovenenos en general, y se encuentra afectada la salud reproductiva con aumentos de abortos espontáneos y malformaciones congénitas, problemas endocrinos como hipotiroidismo,  trastornos del desarrollo neurológico o cognoscitivo y tasas de cáncer que se disparan triplicando las incidencias, prevalencias y mortalidad por enfermedades oncológicas en relación directa a la exposición de agrotóxicos. Paralelamente, los datos de investigaciones en modelos experimentales demuestran que la genotoxicidad del glifosato y otros agrotóxicos contienen los mecanismos biológicos que explican la racionalidad de su relación con la enfermedad que los médicos encontramos en nuestros pacientes. Y que además, esta genotoxicidad se verifica en poblaciones agrícolas (adultos y niños) expuesta a agrotóxicos y no se verifica en poblaciones no fumigadas.

Durante el año 2015 la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC de OMS) reconoció el carácter carcinogénico humano de varios agrotóxicos, incluyendo glifosato. Este es el pesticida más utilizado en el mundo y Argentina consumió 240 millones de kilos en el último año generando una carga de exposición potencial de 6 kilos por año por habitante, la más alta del planeta. Glifosato se compra y guarda en cualquier lugar y se aplica sin ningún tipo de restricción sobre escuelas, barrios, plazas y pueblos, sometiendo a la población a una exposición injusta e innecesaria.
La contaminación del ambiente con químicos tóxicos e incluso carcinógenos en los alimentos que llevamos a las ciudades no deja de aumentar. Se comprobó que una porción normal de una ensalada común contiene alrededor de 600 ug de veneno; e incluso ahora sabemos que los algodones, gasas, toallitas íntimas y tampones comercializados en nuestro país contienen glifosato. No existen límites máximos de residuos que sean seguros para químicos cuando estos producen cáncer, se debe garantizar su ausencia absoluta.


El sistema actual para producir alimentos en nuestra sociedad (cultivos extensivos con venenos y manufacturación industrial) produce depredación de los bosques nativos, desertificación de la tierra, agotamiento y  contaminación del suelo, del agua de los arroyos y ríos, expulsión  y desalojo de poblaciones originarias, campesinos y de productores familiares, acentúa el cambio climático y fumigan cientos de escuelas con sus niños adentro. Se avanza decididamente en la producción y consumo de alimentos ultraprocesados ricos en sal, azúcar, grasas y compuestos como lecitina de soja, jarabe de maíz de alta fructuosa, colorantes, saborizantes y otros que hoy los organismos internacionales señalan como responsables de enfermedades crónicas no transmisibles  como obesidad, Alzehimer y  diabetes. Estos llenan los supermercados y se ofrecen de manera vistosa orientados especialmente a poblaciones vulnerables y en especial a los niños violando la seguridad alimentaria.

Todos estos elementos hacen que desde el área de salud volvamos a alertar sobre el carácter tóxico que la agricultura en general y de la agricultura extensiva transgénica en particular, han adquirido en nuestro país por la inmensa influencia de grandes empresas multinacionales de agrotóxicos como Monsanto, Bayer, Syngenta, Down, Dupont, etc., que solo buscan acrecentar sus ventas sin reparar en los daños ecológicos y sanitarios de este sistema.
Nuestro diagnostico de salud socio-ambiental se complementa con un requerimiento  de medidas de carácter urgentes y de mediano plazo que reclamamos a las autoridades de los estado nacional y provinciales y que reconoce como antecedentes los requerimientos realizados en los Congresos anteriores y en la “Campaña Si a la Vida No al Glifosato” de la Federación de Profesionales de la Salud (FESPROSA) y el Colectivo Andrés Carrasco.
Para defender el Derecho Humano al ambiente sano, a la salud, a la vida y reclamamos:

1. PROHIBIR completamente la fumigación aérea en todo el país con cualquier tipo de agrotóxico. Los niveles de contaminación que esta generan son inaceptables para el ambiente y la salud humana.
2. PROHIBIR totalmente los agrotóxicos reconocidos por IARC-OMS como cancerígenos humanos grados 1, 2A y 2B, sobre todo glifosato. No hay necesidad “productiva” que justifique el riesgo de generar cáncer en personas expuestas ambientalmente o a través de alimentos contaminados
3. Mientras se alcance un plazo cercano de prohibición total de glifosato, es urgente su reclasificación a etiqueta roja (actualmente tiene etiqueta verde) y que se impida inmediatamente su libre comercialización y aplicación dentro y en las cercanías de lugares poblados y escuelas.
4. PROHIBIR todos los “pesticidas altamente peligrosos” según OMS y FAO, muchos de ellos  ya están prohibidos en sus países de origen pero se comercializan en el nuestro.
5. PROHIBIR cualquier fumigación alrededor de 1000 metros de pueblos y escuelas, la presencia y circulación de maquinas de fumigar (mosquitos) en zonas urbanas y la existencia de depósitos de agrotóxicos en el interior de pueblos y barrios de ciudades.
6. GENERAR políticas públicas que desalienten la utilización de venenos en el cultivo y producción de alimentos, reconociendo el carácter tóxico de los mismos. Se hace  necesario poner en cuestionamiento el actual modelo de producción agroindustrial y transgénico buscando sistemas que permitan la integración social y cultural y la defensa y reproducción de las condiciones ecológicas de nuestro ambiente. Es posible a través de la acción estatal disminuir los niveles de utilización de agrotóxicos en nuestro país como lo han demostrado experiencias de otros países, fomentando la agroecología, el consumo cercano y la defensa de la seguridad alimentaria.

Las autoridades gubernamentales en todos estos años han continuado tratando de ocultar los “efectos colaterales” del modelo productivo agrario, demostrando su complicidad y alineamiento con los intereses de compañías multinacionales éticamente muy cuestionables. Esta situación nos generó la necesidad de recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en la solicitud de una medida cautelar para proteger el derecho a la salud y a la vida de la población expuesta ambientalmente a agrotóxicos, sobretodo sus niños.
Este no es un problema argentino solamente, idénticas situaciones se presentan en otros países del mundo con resultados replicables en Brasil, Uruguay, Centro América, Paraguay, etc. En todos lados crece la resistencia a la agricultura tóxica y en todos lados médicos y científicos honestos  acompañan estas luchas aportando sus diagnósticos y estudios como insumos técnicos a las mismas.

Reclamos que buscan  priorizar valores como la salud y el ambiente sobre los intereses económicos y comerciales de las grandes empresas de biotecnología y pooles de siembra en defensa de los derechos humanos vulnerados por políticas productivistas fuertemente extractivistas que destruyen el ambiente poniendo en crisis la salud colectiva.-

Dr. Medardo Avila Vazquez, Lic. Miryam Gorban. Presidentes de 3º Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados.
Prof. Sergio Provenzano. Decano Facultad de Medicina UBA.
 
 Para acceder e la declaración como pdf haga click aqui:Declaración 3º Congreso (296)
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Situación de los Pueblos Fumigados en Argentina, 2012

Opinión desde la Red de Medicos de Pueblos Fumigados

Desde hace más de 10 años distintos grupos de vecinos vienen denunciando que el indiscriminado uso de agrotóxicos en sus territorios ocasiona enfermedades en sus familias, muchas de ellas muy graves. Ante esta situación, algunos miembros de equipos de salud de los pueblos fumigados se reunieron en la Facultad de Cs. Médicas de Córdoba (2010) y de Rosario (2011) y formaron esta Red para estudiar y recopilar datos sobre el impacto que la actual forma de producción agroindustrial ocasiona en nuestras comunidades; para difundir la información científica -que las empresas como Monsanto y los gobiernos nacionales y provinciales ocultan- sobre la toxicidad de glifosato, 2.4D, atrazina, endosulfán, clorpirifós, etc. Y también para acompañar al movimiento de las comunidades damnificadas en sus reclamos por derechos a la salud y a un ambiente sano.

para ver en pdf esta nota haga click aqui: Situación de pueblos fumigados ARG, 2012, pdf (4438)

El Modelo Productivo: uso creciente de agrotóxicos

La tonelada de soja que cotizaba a 160 u$s en 2001, en marzo de 2012 valía 500 u$s, el rendimiento promedio es de 3 a 4 tn/ha, los costos de producción son de 100-150 u$s/ha: la rentabilidad es descomunal. De un total de 300.000 productores rurales en todo el país, 80.000 se dedican a esta agricultura transgénica y química, de ellos 20.000 concentran el 70%  de la producción,  son básicamente  S.A. y pooles de siembra que lo hacen arrendando campos o intrusando territorios de pueblos originarios o de campesinos ancestrales. En los últimos diez años, la frontera agrícola se ha expandido casi en un 60%, avanzando sobre regiones destinadas a otras producciones, sobre territorios con agricultura familiares y masivamente sobre bosques.
Impera una agricultura de monocultivos, una agricultura química, un modelo agroindustrial que utiliza un paquete tecnológico que incluye siembra directa, semillas transgénicas y aplicación agrotóxicos. En ese marco, y principalmente como consecuencia de la inviabilidad natural del monocultivo, con el fin de sostener la productividad se aplican cantidades cada vez mayores de agroquímicos en un territorio donde conviven con los cultivos transgénicos más de 12 millones de personas.  Hay que reconocer que los “productos” que utilizan son todos venenos: los herbicidas, como glifosato, 2.4D o atrazina, están destinados a matar plantas, y los orientados a matar insectos como endosulfán, clorpirifós, dimetoato, etc. tienen efectos deletéreos sobre la salud humana

La  utilización de estos agrotóxicos viene aumentando exponencialmente desde el año 1990: en ese momento se usaban 30 millones de litros de venenos, hoy (2012) se aplican más de 340 millones de litros. En la misma hectárea donde se usaban 2 ó 3 litros de glifosato, hoy se usan 8 ó 12 litros y se le agrega 1,5 litros de 2.4D por año, en zonas de Santiago del Estero y Chaco se usa hasta 20 litros/ha. de Round Up.

El gobierno estimula este tipo de producción, haciendo oídos sordos al reclamo de los pueblos fumigados de restringir inmediatamente las fumigaciones en zonas pobladas, prohibir las criminales fumigaciones aéreas y poner en discusión el sistema de producción agraria en la Argentina.

Situación de los pueblos fumigados

Después de 15 años de fumigaciones sistemáticas, los equipos de salud de los pueblos fumigados detectan un cambio en el patrón de enfermedades en sus poblaciones: los problemas respiratorios son mucho más frecuentes y vinculados a las aplicaciones, igual que las dermatitis crónicas; de la misma manera, los pacientes epilépticos convulsionan mucho más frecuentemente en época de fumigación, son más frecuentes la depresión y los trastornos inmunitarios.

Se registran altas tasas de abortos espontáneos (hasta del 19%) y aumentó notablemente las consultas por infertilidad en varones y mujeres. Los rebaños de cabras de los campesinos y originarios registran, en algunas zonas, hasta un 100% de abortos vinculados a la exposición con pesticidas. Se detecta también un aumento de trastornos tiroideos y de diabetes.
Cada vez nacen más niños con malformaciones en estas zonas, especialmente si los primeros meses del embarazo coinciden con la época de fumigaciones.  Síndromes de Down, mielomeningoceles, cardiopatías congénitas, etc. se diagnostican con frecuencia en estas áreas.

Los pueblos fumigados también presentan un cambio en sus causas de muerte. Según los datos de los registros civiles a los que hemos podido acceder, encontramos que más del 30% de las personas que mueren en estos pueblos fallecen por cáncer, mientras que en todo el país ese porcentaje es menor a 20%. La mortalidad por cáncer aumento claramente en estas áreas, siendo éste un fenómeno nuevo, detectado por nuestros colegas desde el año 2000 y no verificado antes. Curiosamente, la fecha coincide con la  expansión del consumo de glifosato y otros agroquímicos que son masivamente aplicados en la zona.

La agresión química afecta a todas las personas, pero sin duda que los pobres del campo, los peones, sus mujeres y niños, son los que tienen menos posibilidades de proteger y recuperar su salud. Además, desde el norte de Córdoba y Santa Fé, la mayor parte de los nuevos emprendimientos de agricultura química son concretados por S.A. y pooles de siembra; estos utilizan la vía aérea de fumigación de manera casi generalizada y las dosis de venenos son mucho más alta por las condiciones climáticas y biológicas de la región, las consecuencias las sufren principalmente los pueblos originarios y los campesinos ancestrales.

Las evidencias científicas

Las manifestaciones clínicas que los médicos de pueblos fumigados observamos en nuestros pacientes encuentran su causalidad biológica en los resultados de investigaciones científicas en modelos experimentales con diversos plaguicidas, incluyendo glifosato. Así, por caso, investigaciones de nuestros científicos demuestran de qué manera el glifosato actúa en el desarrollo embrionario produciendo malformaciones (Carrasco 2010), y como este veneno genera daño a las moleculas de  ADN del nucleo celular, promoviendo líneas celulares mutantes que ocasionarán cáncer si no logran ser eliminadas por el individuo (Alassia 2011, Simoniello 2010).
También, numerosas publicaciones científicas en todo el mundo demuestran cómo la exposición a agrotóxicos aumenta notablemente las tasas de malformaciones, abortos, cáncer y trastornos hormonales en las personas sometidas a fumigaciones reiteradas.

Incluso las Revisiones Sistemáticas de la Medicina Basada en la Evidencia sostienen la necesidad de disminuir esta exposición por contarse con evidencias suficientemente fuertes y consistentes para reconocer que la exposición a plaguicidas aumenta el riesgo de afectar la salud humana (Sanborn 2005 y 2007). (Ver en Informe 1º Encuentro: reduas.dev)

Negando la Realidad

A pesar de todas las denuncias hechas por los vecinos, la información  recopilada en los Encuentros de Médicos de las facultades de medicina de Córdoba (2010) y de Rosario (2011), y todos los datos científicos que demuestran la toxicidad de los pesticidas, el Gobierno sigue apostando a aumentar la producción agraria con el mismo modelo. Del sector empresario, académico y gubernamental, que defienden a la agricultura química, se sigue insistiendo que no hay pruebas suficientes…, nos recuerdan a Phillips Morris cuando afirmaba que no había pruebas de que el cigarrillo produjera cáncer de pulmón; ensayos controlados de toxicidad no son éticamente realizables en humanos, pero los datos epidemiológicos terminaron sepultando la coartada de las multinacionales del cigarrillo; como también demuestran hoy las toxicidad de los productos de Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer o Novartis.

No se aplica el Principio Precautorio de la Ley de Ambiente, no se trata el proyecto de ley nacional que penaliza aplicar estos venenos sobre las personas, se sigue promoviendo el aumento indiscriminado de su utilización y se sigue manifestando que el glifosato es tan inocuo como “agua con sal” o que se puede tomar un vaso lleno de round up sin peligro, como lo hizo el Ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao. (ver: http://reduas.dev/el-glifosato-no-es-agua-con-sal/)
Predomina el negocio sobre el derecho a la salud, el oro sobre la conciencia y se aferran a las mentiras que impuso Monsanto cuando impulsó la producción transgénica. Incluso en los pueblos fumigados vemos cómo familias de productores muy afectadas por los químicos niegan esta relación, alucinados por la millonaria diferencia que alcanzan al final de la temporada.

Casi 2500 millones de u$s se gastan en agrotóxicos en Argentina; las empresas transnacionales proveen las semillas y los venenos, compran la producción, controlan nuestro comercio exterior y además especulan financieramente con el precio de los alimentos (estos son los que se quedan con la mayor parte de la renta). Y como si fuera poco, enferman a nuestra población rural y destruyen su ambiente con la complicidad de los gobiernos provinciales y el nacional.
Para restringir mínimamente esta catástrofe sanitaria nos piden más pruebas. ¿Cuánto sufrimiento, dolor y muertes tendremos que mostrar para que reconozcan la necesidad de limitar las fumigaciones?
¿Qué reclamamos?


•Prohibición de las fumigaciones aéreas, tal como se ha hecho en la Unión Europea.
•Restricción del área de fumigaciones terrestres, alejándolas de las zonas pobladas.
•Reclasificación de los agrotóxicos utilizados en nuestro país, considerando sus efectos agudos, de mediano y largo plazo en los seres humanos.
•Aplicación del Principio Precautorio establecido en la Ley General del Ambiente Nº 25.675, Art4º.
•Creación de una dependencia de Salud y Ambiente encargada de autorizar o rechazar el uso de cada pesticida en particular, en reemplazo del actual ente regulador (SENASA) en el que sólo participan el área de agricultura del estado, los productores representada en la Mesa de Enlace  y las Cámaras productoras de plaguicidas, prevaleciendo así las necesidades productivas y comerciales por sobre la salud de nuestras comunidades.


Los vecinos, los ciudadanos, ¿qué podemos hacer?
Ante esta situación, el papel de los miembros de los equipos de salud, los vecinos, las comunidades y la sociedad en general es fundamental.  Resulta imprescindible que cada uno de nosotros en nuestro barrio, nuestro pueblo o ciudad nos organicemos para reclamar por el derecho a la vida,  a la salud y a un ambiente sano.
Ayúdanos a recoger información sobre el impacto en la salud de los agrotóxicos:
·         Recoger testimonios, en los que se reconstruyan situaciones de vulneración de derechos en historias de vida reales constantes y sonantes para denunciar el actual atropello por parte del agronegocio y sus socios políticos y sociales.
·         Hacer mapas o croquis de las poblaciones con los campos de transgénicos, los acopios y depósitos de venenos, ubicando los domicilios de los vecinos enfermos de cáncer, malformaciones, hipotiroidismo, púrpuras, lupus y diabetes. Esto grafica crudamente en una imagen lo que decimos en muchas palabras.
·         Hablar con los médicos de tu pueblo o barrio e invítalos a informarse y contactarse con esta Red.
·         Organizar actividades de divulgación y debate del problema en tu localidad.  Es preciso poner en la esfera pública este conflicto; miembros de esta Red pueden participar aportando sus conocimientos técnicos sanitarios del tema.
·         Generar grupos colectivos de “Paren de Fumigar” en cada pueblo que promuevan la generación de ordenanzas y normas locales que restrinjan las fumigaciones generando reparos ambientales de 800 o 1000 metros a partir del ejido o limite urbano de los pueblos; que impida la circulación de los mosquitos cargados de venenos por las calles, que retire los acopios de granos de los centros urbanos y también de los depósitos de agrotóxicos. Y que coordinen con grupos similares de tu provincia y el país.
·         Ayúdanos a difundir la información que recogemos en los medios de comunicación de tu zona.

Es la hora de participar, involucrarnos y ejercer una ciudadanía plena en la defensa de nuestros derechos.


Esta lucha la hacemos entre todxs

Dr. Medardo Avila Vazquez
Médico Pediatra y Neonatólogo
Coordinador Red Universitaria de Ambiente y Salud
Médicos de Pueblos Fumigados
reduas.dev
medardoavilavazquez@yahoo.com.ar
0351 155915933

Fuente: http://reduas.com.ar/situacion-de-los-pueblos-fumigados-en-argentina-2012/

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