El presente documento ha sido consensuado por la Asamblea General de NYC con fecha del 29 de septiembre de 2011
En estos momentos en los que nos reunimos solidariamente para expresar un sentimiento de injusticia generalizada, no debemos perder de vista lo que nos ha unido. Escribimos estas palabras para que todos aquellos que se sientan agraviados por los poderes corporativos del mundo sepan que nosotros también estamos a su lado.
Como un solo ser, unidos, nos encontramos ante una realidad en la que el futuro de la especie humana depende de la cooperación de sus miembros; en la que nuestro sistema debe proteger nuestros derechos y, en caso de que el sistema se corrompa, queda en manos de las personas proteger sus propios derechos y los de sus vecinos; en la que un gobierno democrático deriva su competencia legítima de su pueblo, pero las corporaciones no piden permiso para expoliar la riqueza de la gente o de la Tierra; y en la que no es posible una democracia real, cuando el proceso depende de los poderes económicos. Apelamos a ustedes en un momento en el que las corporaciones, que ponen por encima el beneficio a las personas, sus propios intereses a la justicia, y la opresión a la igualdad, son las que manejan nuestros gobiernos. Nos hemos reunido aquí pacíficamente, pues es nuestro derecho, para que se conozcan estos hechos.
Las corporaciones se han quedado con nuestras casas mediante procesos ilegales de ejecución hipotecaria, a pesar de no contar con la hipoteca original.
Con total impunidad, se han quedado con los rescates provenientes del dinero de los contribuyentes, al mismo tiempo que continúan concediéndoles exorbitantes primas a sus directivos.
Han perpetuado la desigualdad y la discriminación en el entorno laboral en función de la edad, el color de la piel, el sexo, la identidad de género y la orientación sexual.
Han emponzoñado las reservas alimenticias por su negligencia, y han minado el sistema agrario mediante el monopolio.
Han sacado provecho de la tortura, la reclusión y el trato cruel de innumerables animales, y se han puesto de acuerdo para ocultar dichas prácticas.
Han tratado constantemente de despojar a sus empleados de sus derechos a la hora de negociar un aumento de sueldo o unas condiciones laborales más seguras.
Han esclavizado a los estudiantes con decenas de miles de dólares en deudas para recibir una educación que es, en sí misma, un derecho fundamental de los seres humanos.
Han externalizado sistemáticamente la mano de obra y empleado dicha externalización como medida de presión para recortar la asistencia sanitaria y el sueldo de los trabajadores.
Han manipulado a los tribunales para obtener los mismos derechos que las personas, sin que recaiga sobre ellas ningún tipo de culpabilidad o responsabilidad.
Han despilfarrado millones de dólares en equipos de asesoramiento jurídico para encontrar el modo de librarse de contratos de cara a las coberturas sanitarias.
Han comerciado con nuestra privacidad como si fuera una materia prima más.
Han empleado las fuerzas militares y policiales para impedir la libertad de prensa. Se han negado deliberadamente a retirar del mercado productos defectuosos que ponían en peligro vidas, únicamente en pro de su beneficio.
Son las que establecen las políticas económicas, a pesar de los fracasos catastróficos que dichas políticas han producido y continúan produciendo.
Han donado grandes sumas de dinero a los políticos, que son los responsables de dictar las normas que las regulan.
Continúan bloqueando formas alternativas de energía para que sigamos dependiendo del petróleo.
Continúan bloqueando los medicamentos genéricos que podrían salvar vidas o proporcionar una útil ayuda, únicamente con la intención de proteger sus inversiones que ya han producido sustanciosos beneficios.
Han ocultado deliberadamente derrames de petróleo, accidentes, fallos en la contabilidad e ingredientes inactivos, solamente en pro de su beneficio.
Han mantenido deliberadamente a la gente desinformada y con miedo, mediante su control de los medios de comunicación.
Han celebrado contratos privados para acabar con la vida de presos, incluso cuando se habían presentado dudas legítimas sobre la culpabilidad de los mismos.
Han perpetuado el colonialismo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Han participado en actos de tortura y en el asesinato de civiles inocentes en el extranjero.
Continúan creando armas de destrucción masiva para ganar contratas con el gobierno.*
A la gente de todo el mundo:
Nosotros, la Asamblea General de la Ciudad de Nueva York que ocupa Wall Street en Liberty Square, les instamos a que reivindiquen su poder.
Ejerzan su derecho a reunirse pacíficamente; a ocupar el espacio público; a crear un proceso para gestionar los problemas a los que nos enfrentamos; y a generar soluciones accesibles para todos.
A todas las comunidades que entren en acción y formen grupos inspirados en la democracia directa, les ofrecemos apoyo, documentación y todos los recursos que tenemos a nuestra disposición.
¡Únanse a nosotros para que su voz también se oiga!
*Esta enumeración de agravios no es cerrada ni está completa.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=137169
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