Por: Cristiano Morsolin* (especial para ARGENPRESS.info)
El Senado de Haití se pronunció unánimemente en favor de la retirada de todas las tropas de ocupación de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) a partir del 15 de octubre de 2012. Una segunda resolución reclama una reparación para las 6.200 víctimas de cólera que provocó la misión y para las centenares que han sufrido agresiones sexuales.
Hay que resaltar que cientos de organizaciones y personalidades de todo el mundo, encabezados por los Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y Betty Williams, y las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas y Mirtha Baravalle, hicieron pública hoy una carta dirigida al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en la que solicitan el retiro de las tropas militares que integran la MINUSTAH, la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití. La carta también está dirigida a los Estados integrantes de esa fuerza militar y del Consejo de Seguridad, y al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
En la carta, se rechaza que Haití sea considerado “una amenaza para la Paz y la seguridad mundial” como plantea el Consejo de Seguridad de la ONU, y se pide el retiro de la MINUSTAH, haciéndose eco del reclamo de las organizaciones populares haitianas, porque “no ha mejorado la vida del pueblo Al contrario, su presencia atenta contra la soberanía y dignidad de ese pueblo y asegura un proceso de recolonización económica dirigido, ahora, por un virtual gobierno paralelo - la Comisión Interina de Reconstrucción de Haití - cuyos planes responden más a los prestamistas y empresarios que a los derechos de las y los haitianos”.
Además, se plantea el fracaso de los objetivos que se propuso la MINUSTAH cuando ingreso a Haití en el 2004 y se denuncia la continua violación a los derechos humanos de la población por parte de militares que integran la misión. Por lo que se pide el retiro inmediato de las tropas militares, entre las cuales hay de varios países latinoamericanos con la excepción de Venezuela -que se opuso desde un primer momento a la misión- y de Cuba. Afirman que un retiro gradual de las tropas mantendría en pie la ocupación del país y alargaría el fracaso de la misión por más tiempo, atentando contra la soberanía y autodeterminación del pueblo haitiano.
Se hace un fuerte llamado a que el Consejo de Seguridad no renueve un nuevo mandato de la MINUSTAH -previsto para el próximo 15 de octubre-, y se rechaza tajantemente cualquier intervención militar o policial por parte de tropas extranjeras, especialmente de los Estados Unidos.
Se exhorta a los gobiernos y organismos internacionales a que “revean con urgencia las políticas de cooperación regional e internacional con Haití. No se trata de solucionar los problemas que sí afectan a la paz y la seguridad social de ese pueblo con medidas coyunturales y asistenciales que agudizan la dependencia. El país necesita cambios donde el pueblo sea el protagonista de su propia vida y constructor de su propia historia. La presencia médica cubana es una muestra fehaciente de que otra cooperación es posible”.
Por último, se afirma que “es fundamental respetar el derecho a la soberanía y la autodeterminación [de Haití], quitándole de encima las ocupaciones y las deudas espurias, apoyándole en su lucha contra la impunidad, reconociéndole la capacidad que tiene y restaurándole los medios que injustamente le han sido quitados - la deuda histórica, social, ecológica y financiera debida al pueblo haitiano - y que necesita para su vida y su dignidad”. (...)
Comentario del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez ha comentado en exclusiva para el Observatorio SELVAS que "es necesario que la comunidad internacional, los gobiernos de América latina, los grandes poderes, escuchen al pueblo haitiano. Es un pueblo muy capaz, muy creativo, con gran dignidad; tiene derecho a ser protagonista de su propio futuro. No es con fuerzas de ocupación sino con políticas de reparación y de cooperación pueblo a pueblo, que se puede y se debe, colaborar con las iniciativas y las alternativas que tienen las organizaciones haitianas. América latina y el Caribe sobre todo, trabajando mancomunadamente con el pueblo haitiano, puede construir otro paradigma de cooperación no sólo Sur-Sur, sino pueblo a pueblo hacia nuestra dignidad y emancipación comunes."
En rueda de prensa en Buenos Aires, Adolfo Pérez Esquivel, Presidente del Servicio Paz y Justicia en América Latina, resaltó la hipocresía de las grandes potencias, quienes afirman que Haití es “una amenaza para la Paz y la seguridad mundial” para esconder su intervención militar, política y económica en ese país. “La gran amenaza a la Paz en Haití es la cólera, los terremotos, el hambre, la falta de salud y vivienda, los intereses extranjeros. Eso sí son amenazas para la Paz del mundo y para la Paz del pueblo haitiano,” dijo Pérez Esquivel al reclamar el retiro inmediato de la Minustah.
Pérez Esquivel enfatizó la necesidad de reconceptualizar la cooperación con Haití, tomando como ejemplos las prestaciones de Cuba y Venezuela. “Haití no necesita ocupaciones militares sino médicos, técnicos en salud y agricultura, en restauración ecológica, que estén dispuestos a trabajar hombro a hombro con el pueblo haitiano.”
Franklin Canelos – CLAI desde Quito ha subrayado al Observatorio SELVAS que “lo de Haití es un caso de ilegitimidad total según la doctrina de la deuda odiosa. La deuda contratada por Duvallier con fines protervos, no puede ni debe ser reconocida y peor pagada. Confirmo mi adhesión a la carta. El artículo de tu autoría que leí, me parece muy bueno, ubica la problemática de la deuda haitiana en la perspectiva histórica y demuestra con pruebas irrefutables el intervencionismo de los países acreedores y de las IFIs, en contra de la soberanía del País. Estoy totalmente de acuerdo con el señalamiento de que las misiones de solidaridad se han convertido, por voluntad del imperio, en una invasión militar que busca el pago de la deuda ilegítima (odiosa) y la entrega de los contratos de la reconstrucción de la infraestructura a las corporaciones de EEUU. Espero que la carta al Secretario General de la ONU, tenga efectos eliminando la carga de la deuda externa al pueblo haitiano”.
Beverly Keeneba, coordinadora del Secretariado Mundial de Jubileo Sur, ha comentado al Observatorio SELVAS que “lo de Galeano anoche fue una belleza. Vamos plantando semilla para la II Misión Internacional de Solidaridad e Investigación, en febrero 2012. Galeano, anoche, también comprometió su participación. Estamos compartiendo la exposición que Eduardo Galeano dio ayer en la Biblioteca Nacional, sobre «Haití y la respuesta latinoamericana»". Estaba junto a nuestro compañero Camille Chalmers, Director ejecutivo de la PAPDA, miembro de Jubileo Sur y de la APC, quién también hizo una excelente exposición sobre la necesidad del retiro de las tropas de ocupación de la MINUSTAH y de la implementación de una verdadera cooperación solidaria que respete la autodeterminación del pueblo haitiano, primer pueblo en abolir la esclavitud.
Los calurosos aplausos que recibió Camille después de sus palabras, son la mejor muestra de afecto y solidaridad con la causa haitiana, y de que muchas veces nuestros gobiernos llevan adelante medidas que, cuando las verdades salen a la luz, son indefendibles e insostenibles en nombre de la paz y la solidaridad entre los pueblos”.
El escritor Eduardo Galeano ha analizado: “consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con seiscientos cincuenta mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona. Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.
Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo. Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó la esclavitud en el mundo.
Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias.
La ocupación militar de Haití está costando a las Naciones Unidas más de ochocientos millones de dólares por año. Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales. Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe. Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas, hospitales y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras sociedades filantrópicas.
Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la libertad”, concluye Galeano.
Ricardo Canese, PARLAMENTARIO DEL MERCOSUR por el PARTIDO POPULAR TEKOJOJA desde Asunción destaca al Observatorio SELVAS que “desde ya, totalmente de acuerdo con lo que plantean en relación a Haití. Estoy de acuerdo con el fin de la intervención de las tropas en Haití y su inmediato retiro, así como a favor de la autodeterminación del pueblo de Haití”.
Ileana Morales – FOSDEH Honduras, agrega que “me parece valioso de resaltar, sobre todo en este momento, es que Haití es un buen ejemplo del fracaso de la cooperación internacional, de la poca eficacia que tiene la ayuda desarticulada y con más fines políticos (recolonizadores) que un verdadero fin humano y de visión de desarrollo... digo esto porque, el mundo en general se prepara para lo que va a ser la última reunión mundial para evaluar la 'eficacia de la ayuda' en lo que se conoce como el Foro de Alto Nivel de Bussan (corea del Sur) en noviembre próximo y en donde Haití obviamente será un punto clave”.
Un reciente artículo de dos sociólogos y militantes haitianos, Michaëlle Desrosiers y Franck Seguy, señala que la misión de la ONU “utiliza la violación como arma de guerra” y que “humilla, explota y somete a los más pacíficos, a los que sólo entran en contacto con ella para garantizar su supervivencia, o simplemente porque son pobres”.
El trabajo destaca las diferencias entre la ocupación de Haití por Estados Unidos, entre 1915 y 1934, y la actual encabezada por tropas de los gobiernos progresistas. En aquella ocasión la represión cayó indistintamente sobre negros y mulatos, ricos y pobres, lo que llevó a la formación de un amplio frente social interclasista contra la ocupación. Ahora las cosas son más sutiles y, de acuerdo con los nuevos tiempos globales, los invasores reprimen “casi exclusivamente a los más empobrecidos, para asegurarse la legitimidad ante la burguesía haitiana y de la pequeña burguesía, entre quienes reclutan la parte fundamental de su personal civil local”.
La reflexión de los dos haitianos lleva luz sobre un aspecto cuidadosamente ocultado por quienes dirigen la Minustah: la misión se inscribe en la guerra contra los pobres que, bajo diversas denominaciones –la más conocida es “guerra contra el terror”–, está militarizando los más distantes rincones del mundo. Los militares brasileños dicen ahora en voz alta que usan en las favelas de Río de Janeiro las mismas tácticas que ensayan en barrios misérrimos, como Cité Soleil, definidos como “zonas de no derechos”.
El Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS sigue acompañando la movilización mundial para buscar justicia en Haiti en el puente con el Parlamento Europeo (ver nota publicada por el Bloque GUE-NGL: http://www.guengl.eu/showPage.php?ID=9222&LANG=1&GLANG=1 ).
*Cristiano Morsolin, operador de redes internacionales para la defensa de los derechos humanos en Latinoamérica. Desde 2001 trabaja en Latinoamérica en proyectos de cooperación internacional en Ecuador, Perú, Colombia y Brasil. Colabora sobre el tema de deuda externa y social con las redes Jubileo Sur, Latindadd, Cadtm. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS con sede en Milán (Italia).
Fuente: http://www.argenpress.info/2011/10/movilizacion-mundial-para-el-retiro-de.html
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