Este 2013, mucho más que en los años anteriores, tenemos que recordar los hechos que giraron en torno al asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba en Arroyito, Neuquén, a manos del policía Poblete y por orden directa del gobernador de la provincia por entonces, Jorge Omar Sobisch.
Por Hugo Álvarez
Este
año, al igual que los anteriores, sentiremos tristeza, dolor, nostalgia y mucha
indignación ante tanta impunidad acumulada, arrastrada, mal ávida. Desde esas
coordenadas nos situamos inevitablemente después de 6 años, situarnos en la
memoria, en el pedido de justicia, en la lucha que no cesa y en la esperanza
que se nos hace cuerpo en cada reclamo; todo esto es indispensable y necesario.
Estamos una vez más
en la calle, como ocurría en el 2007, en una huelga que se legítima como
herramienta de clase en estos tiempos de inflación, de techos salariales, de
decretos absurdos, de obras sociales sin coberturas adecuadas, de pizarrones
que se caen, de instituciones educativas que faltan, etc.
Frente a estos
reclamos que no cesan, el ejecutivo de esta provincia no da respuesta y recurre
como siempre a utilizar argumentos que tienden a descalificar la protesta
docente construyendo enunciaciones como: “los derechos de uno terminan donde
empiezan los de los demás” o calificar como ilegales las acciones gremiales
[1]; todos argumentos tan comunes como vacíos. Quizás, lo absurdo de todo esto,
es que debiera ser el mismo Estado quien tendría que garantizar los derechos
sin entrar en distinciones más allá de cualquier colisión. Afirmar que…“los
derechos de uno terminan donde empiezan los de los demás” o lo que es peor aún,
intentar llevar adelante una consulta popular [2] no hace otra cosa que
descalificar los derechos sociales que la Constitución Nacional
y Provincial establecen; el derecho a peticionar, a criticar y reclamar.
Hoy, a seis años del
asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba sigue habiendo tristeza,
dolor, nostalgia y mucha indignación porque estamos convencidos que una buena
parte de la sociedad neuquina tiene que seguir reflexionando sobre lo ocurrido
en Arroyito. Una sociedad que no debería esconder debajo de la alfombra los
casos de “gatillo fácil” que ocurren en las barriadas más populares de la ciudad. Y un Estado
provincial que debería terminar con esa ominosa costumbre de asesinar y
reprimir al “pibe” del barrio, al que “protesta”, al “disidente”, al que
“peticiona y reclama”; porque no ha sido solamente Carlos Fuentealba asesinado
por las balas del Estado provincial. ¿Cómo hacemos para que se cumpla el “Nunca
Más” en tierras del MPN? ¿Cómo? La tarea no parece fácil pero es un camino que
desde hace 30 años transita nuestro sindicato Aten. “Nunca Más” otra Teresa,
otro Carlos u otro Braian. La vida es y será un valor supremo que siempre
debemos defender.
Estamos trabajando en
la construcción de espacios por la memoria como un 24 de marzo, un 4 de abril por
citar algunas fechas entre otras, importantes y transcendentes. Mientras tanto,
¡No callemos! en esta lucha por Justicia y en contra de la Impunidad, lejos de
las intrigas y las chicanas sin sentido. En palabras de Primo Levi quien
remarca que: “Si comprender es
imposible, conocer es necesario, porque lo sucedido puede volver a suceder, las
conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también”.
Fuente
original: Viento del Sur
Ver
convocatorias a marchar a 6 años del asesinato de Carlos Fuentealba:
En Neuquén
En Ciudad de Buenos Airesr
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article5990
En Neuquén
En Ciudad de Buenos Airesr
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