El último miércoles, los representantes de
Informe: ANRed.
Una
vez más, los invisibilizados acudieron a la plaza para hacerse visibles. Esa
plaza que históricamente había albergado a los que ya no sabían a quién acudir
en busca de justicia. Y llegaban a la pirámide, y se saludaban con sus hermanos
de lucha, con quienes se acercaban a brindarles apoyo, con quienes se acercaban
a brindarles una cámara para hacerlos cuerpo frente a un Estado que decidía
ignorarlos, y con aquellos que solamente pasaban por allí y se interesaban por
saber quiénes eran y que hacían en ese lugar.
Allí llegaron los representantes de pueblos originarios el
miércoles. Y comenzaron a reunirse en los alrededores de la Pirámide de Mayo,
con sus banderas multicolores y cabezas en alto. Y comenzaron a caminar
alrededor de la misma, mirando adelante, paso tras paso, forjando la ya mítica
ronda que tanta historia de luchas y significado simbólico tiene. En ese
camino, se fueron acercando algunos referentes para unirse en la caminata,
representantes de Madres de Plaza de Mayo –línea fundadora– y miembros de
organizaciones y agrupaciones en lucha por los Derechos Humanos, como Adolfo
Pérez Esquivel.
El
Premio Nobel de la Paz declaró, minutos antes de incorporarse a la ronda:“Nosotros
venimos acompañando a los pueblos originarios, que reclaman el derecho a sus
territorios y soluciones desde hace mucho tiempo. Después de la cumbre en
Formosa han pedido una reunión, que se les ha negado sistemáticamente. Hoy,
esta ronda se está haciendo simultáneamente en diferentes plazas del país:
Neuquén, Chaco, Santa Cruz, Bariloche ,
Bahía Blanca, Caleta Olivia, Formosa, entre otros. Hasta ahora, la Presidenta
es aliada de los gobernadores, y no hemos logrado que nos atienda”. Cuando
se le preguntó acerca de las repercusiones, en los funcionarios públicos, de la
vigilia que llevaron adelante hace algunos días en el mismo lugar, respondió: “No hemos tenido ninguna respuesta
de nadie. Yo llamé seis veces a Casa de Gobierno y no recibí contestación
alguna”.
“Esta es la lucha de todos los pueblos
originarios en Argentina, tal como decidimos en la cumbre. No solamente la
lucha de uno de los pueblos más castigados, como es la comunidad Quom la
Primavera”, recalcó un
representante de la
comunidad Mapuche de Bariloche ,
que continuó enfatizando la importancia de la visibilización de todos sus
pueblos y la unidad como método de lucha. “Queremos
que la sociedad argentina, los trabajadores, los docentes, las mujeres, los
niños, podamos construir un camino para hacer una agenda nacional en conjunto.
Les decimos que para el próximo miércoles vamos a ser muchos más.”
Y continuó, respondiendo a las diversas declaraciones respecto a la problemática de los pueblos originarios y particularmente acerca de su figura que se vienen registrando en
El
recientemente designado vocero oficial de la Cumbre Indígena
cerró rescatando la historia de los pueblos originarios, una historia a través
de la cual se los intentó someter, callar y negar, y a pesar de la cual siguen
en pie: “La sociedad civil
tiene que entender que los pueblos indígenas siempre han sido los hacedores de
millones de grandes obras. Han usado mano de obra indígena en la época colonial
para construir sus iglesias católicas, han usado esa capacidad y sabiduría de los
pueblos indígenas para enriquecerse. Se llevaron todas nuestras riquezas y nos
dejaron con una vida miserable. Queremos vivir como corresponde. Por eso
exigimos al Estado que garantice nuestra existencia, nuestro derecho para que
tengamos la misma igualdad que cualquier ciudadano”.
Después, agradeció profundamente a todos aquellos que “hoy nos acompañan y no ponen las
condiciones para estar a nuestro lado. Somos todos seres humanos y tenemos que
sentir el mismo dolor ante aquel que sufre”. Y recordó, también, a sus
hermanos: “Nos solidarizamos
con los pueblos indígenas de otras regiones, como es el caso de Bolivia, Chile,
Perú, Brasil, Paraguay, que están siendo perseguidos. Reivindicamos
históricamente la existencia de estos pueblos indígenas que han sido
silenciados por diferentes motivos. Estamos a metros de la Casa Rosada , pero
nunca nos escucharon ni quieren hacerlo. Vamos a estar acá siempre, pidiendo
diálogo”.
La jornada se cerró, pero no así la decisión de permanecer de pie,
de seguir caminando la Plaza de Mayo y las plazas de todo el país, cada
miércoles de 16 a
17, hasta que los reciban en la Casa de Gobierno y ellos mismos puedan ser los
voceros de sus necesidades y derechos. La historia de los pueblos indígenas no
solo es nuestra historia, sino que se sigue escribiendo y estas jornadas son
testimonio de eso.
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