La ley de
entidades financieras,
deuda de la
democracia
Domingo 26 de Marzo de
2017
Hace 40 años el
sistema financiero argentino dio un giro de 180 grados: la dictadura cívico
militar sancionó la ley de entidades financieras y la de descentralización de
depósitos, que desregularon la actividad en beneficio de los grandes jugadores
del sector. Ambas normas apuntalaron el naciente modelo de valorización
financiera, y luego de tres décadas de gobiernos constitucionales aún siguen
vigentes.
Para el sociólogo e
investigador del Conicet Martín Schorr la reforma de 1977 implicó "la
retirada del Estado con una intervención efectiva del crédito" que no
apuntalaba ya "el desarrollo productivo, sino el negocio financiero"
En la misma línea,
el economista Sergio Arelovich plantea que la nueva normativa "dio
centralidad al sistema financiero dentro de la estructura capitalista del país,
en línea con las transformaciones que ocurrían a nivel global, lo cual provocó
un proceso ininterrumpido de concentración y extranjerización del sistema, en
especial en los noventa, catalizando un proceso homólogo en el resto del mundo
empresario local".
La transformación
fue profunda. Antes de 1977 operaban en el país 725 entidades: 423 cooperativas
de crédito y 110 bancos comerciales. "Había un abanico de entidades
especializadas tales como el Banco Hipotecario, el Banco Nacional de Desarrollo
(en Santa Fe su homólogo), la
Caja Nacional de Ahorro y Seguro, una treintena de sociedades
de ahorro y préstamo, entre otras. La reforma pulverizó la especialización,
todos los bancos pasaron a ser comerciales, tarea que culminó el gobierno de
Menem en los 90" señala Arelovich.
Entre 1973 y 1976
había regido el sistema de nacionalización de depósitos: las entidades captaban
depósitos por cuenta y orden del Banco Central, que libraba líneas de
redescuento para colocar tales fondos en actividades/segmentos de empresas
específicas con tasas y condiciones especiales.
En 1977 el entonces
ministro de Economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, argumentó a
favor de la reforma: "Esto es un cambio de estructura de las instituciones
financieras argentinas, una pequeña revolución que va mucho más lejos de lo que
la gente ve. Los vamos a cambiar a todos y a cambiar la mentalidad, que es lo
importante".
Hoy sólo funcionan
78 entidades financieras, de las cuales 63 son bancos. De ellos sólo 10
controlan el 70% de un mercado que movió en 2016 unos 74.560 millones de pesos,
según datos del BCRA.
Sin cambios
Desde su sanción la
ley 21.526 sufrió 70 modificaciones pero sus pilares siguen en pie. Arelovich
considera que "el capitalismo argentino realmente existente es
inimaginable sin el sistema financiero que creó la dictadura y profundizó el
neoliberalismo de los noventa". En este marco, evalúa que "los
ensayos contenidos en los proyectos truncados en la Legislatura nacional y la
reforma de la carta orgánica (del BCRA) durante el gobierno de Cristina
Fernández fueron buenas iniciativas pero insuficientes para deconstruir la
estructura heredada".
Ambos especialistas
resaltan la relación entre la normativa de la dictadura, la composición de la
cúpula empresaria y las posibilidades de reformas estructurales.
De acuerdo a Arelovich
"no puede pensarse en una reformulación del sistema financiero sin a la
vez hacerlo sobre el mundo empresario en general, sobre todo relativo a las
elites", dada la concentración económica desde la dictadura hasta la
actualidad.
En el mismo sentido,
Schorr advierte que "cualquier proyecto de desarrollo que no plantee
derogación esa norma, está condenado al fracaso".
Fuente: https://www.lacapital.com.ar/economia/la-ley-entidades-financieras-deuda-la-democracia-n1364352.html
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