Elena Cedrón
El gobierno de los Fernández implantó de golpe el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Lo impuso dos días antes de la Marcha Plurinacional por el Agua para los Pueblos que instalaría, en la agenda pública, cómo los extractivismos causan las emergencias social, humanitaria, sanitaria y ecológica-climática. Sacudiría el silenciamiento y la invisibilización de esas gravísimas consecuencias de la megaminería, del fracking, del sistema de soja transgénica-agrotóxicos que se replica en todos los monocultivos de árboles y de otras plantas transgénicas. Ayudaría a la percepción de (conocimiento y posicionamiento respecto a)las mega represas y las otras infraestructuras necesarias para la exportación y la gran escala de todos esos emprendimientos destructivos a la vez que saqueadores. Infraestructuras que están integradas regionalmente en el caso de Sudamérica constituyendo la IIRSA ocultada por los gobiernos progresistas detrás del Cosiplan.
Promovería reflexiones y debates de cómo todos les extractivismos e infraestructuras correspondientes hasta el de los mega emprendimientos turísticos, comerciales e inmobiliarios están atacando la salud de poblaciones e individuos y desertificando o sea arrasando las fuentes hídricas, los suelos, las biodiversidades, las comunidades, las economías regionales. Y están envenenando la vida de todes, el agua, el alimento, el aire...Además, el fracking en Vaca Muerta ha transformado la extensa región en sísmica. En fin, multiplican enfermedades discapacitantes y mortales conduciendo a volver inhabitable al país-continente.
El gobierno de los Fernández implantó de golpe el aislamiento social, preventivo y obligatorio como estado de sitio que encubrió bajo la justificación de cuidar por la salud de la población e incluso pavoneó de privilegiarla por sobre la economía. Pero lo cierto es que atacó a la de les diverses de abajo viabilizando: la prohibición de trabajar a quienes se la rebuscan para sobrevivir día a día; la quiebra de pequeños y medianos propietarios, el despido masivo, el agudo deterioro tanto de salarios como de condiciones laborales, la condena a mayor miseria a les ancianes que son quienes están en riesgo,la penuria de las profesiones cuentapropistas y la precarización de la vida mayoritaria. Por el contrario, subsidió y liberó de la cuarentena a las corporaciones extractivistas, es decir, promovió la economía causante del Covid-19 y de la desigualdad y exclusión social que facilita su contagio y efectos mortales.
El gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner, como los otros gobiernos de turnos de la democracia del Capital contra los trabajadores y los pueblos no abren los archivos de terrorismos paraestatal y estatal de los '70 tampoco los de masacres como la de Ezeiza(20/06/73) o la de la AMIA(18/07/94) ni juzgan a los responsables políticos e ideólogos de la masacre de Puente Pueyrredón (26/06/2002). Pero una mayoría crítica de les diverses de abajo en Argentina se moviliza contra la dictadura genocida, de ahí la premura del actual Presidente por prohibir esa conmemoración y lo hizo escudándose de proteger la salud pública cuando lo cierto es que ha considerado actividad esencial intensificar las fumigaciones con agrotóxicos, la deforestación...
Recordemos para tener presente porqué tanta oposición a nuestra voluntad de Nunca Más.
Documento
24 de marzo de 2020 – Encuentro Memoria Verdad y Justicia
Hoy, 24 de marzo de 2020,
sorteando todas las dificultades, estamos unidos para repudiar el golpe de
estado de 1976, reivindicando a una generación que dio su vida por cambiar el
mundo, y lograr una Argentina sin explotación, sin opresión y sin miseria.
Estamos aquí para decir: 30.000 PRESENTES!
Cada
24 de marzo, durante todos estos años hemos repudiado y denunciado esa brutal
represión racional y planificada contra nuestro pueblo, y luchamos para que se
reconozca su verdadero nombre: Genocidio.
Un
genocidio que impuso la desaparición forzada de personas para sembrar el terror
y que tuvo como objetivo principal aniquilar el amplísimo movimiento obrero y
popular que se proponía conseguir transformaciones revolucionarias en la
Argentina.
Un genocidio que no
empezó el 24 de marzo de 1976, sino que tuvo años de planificación y de
formación, que se inició antes del golpe, con el Operativo Independencia en
Tucumán, con las acciones de la
Triple A , CNU, CDO y demás bandas fascistas, y con los decretos
de aniquilamiento firmados por Isabel Perón en 1975.
Un
plan sistemático que fue organizado para secuestrar, torturar, desaparecer y
asesinar a miles de personas, y que fue llevado adelante a través de la
represión clandestina organizada en cientos de campos de concentración a lo
largo y ancho de la
Argentina. Un plan macabro de aniquilamiento de miles de
compañeras y compañeros, dirigentes y militantes obreros y populares que
adoptaron diferentes formas de lucha. 30.000 detenidas y detenidos-desaparecidos,
centenares de asesinada/os, miles de presa/os, exiliada/os, insiliada/os, y mas
de 400 bebés con su identidad apropiada, fueron producto del genocidio que
desplegó el Terrorismo de Estado. Un plan instrumentado, no por
"inconducta de algunos", sino por el conjunto de las fuerzas armadas
y el resto de las fuerzas represivas, con la participación de empresas, de
iglesias, de jueces y fiscales. Un plan articulado con las demás dictaduras del
continente, a través del Plan Cóndor y la Escuela de las Américas.
Un
proyecto genocida que se valió de todos los métodos represivos para profundizar
el enriquecimiento de unos pocos a costa del hambre de muchos, para generar
cada vez mayor explotación y liquidación de conquistas del pueblo trabajador,
para la entrega de los recursos del país, para la destrucción de la industria
nacional, para el brutal endeudamiento externo, el cercenamiento absoluto de
las libertades individuales y colectivas, y para la violación sistemática de
todos los derechos.
Una
dictadura que buscó destruir las formas de organización de importantes sectores
de la clase trabajadora y el pueblo: cuerpos de delegados, centros de
estudiantes, organizaciones políticas, sindicales, barriales, profesionales,
culturales: se propuso terminar con las prácticas sociales que basaron su
acción en la solidaridad, en poner el interés común por encima del individual,
en privilegiar la organización e impulsar la participación.
Han
pasado 44 años, y somos parte de un movimiento que lucha contra las políticas
de olvido, de perdón, y de reconciliación con los asesinos, con los
torturadores, con los violadores, con los apropiadores, con quienes fueron sus
cómplices civiles, empresariales, religiosos y políticos. No nos olvidarnos de
los decretos alfonsinistas que juzgaron a las cúpulas militares y a integrantes
de las organizaciones armadas en base a la teoría de los dos demonios; los
indultos del menemismo, las leyes de obediencia debida y punto final, la
designación de Milani en el kirchnerismo, el negacionismo del macrismo y su
intento de implantar el 2×1 para liberar a los genocidas condenados.
Entre el 2003 y el 2019 se realizaron 238 juicios contra los
genocidas, se dictaron 1354 condenas sobre 975 represores y hubo 240
absoluciones. Todo ello sobre un universo de 7.848 víctimas. Sabemos que miles
de represores actuaron en la dictadura y que hubo 600 Centros Clandestinos de
Detención, al día de hoy hay menos de dos represores presos por cada lugar de
detención. Y para mayor impunidad, casi el 70% de los represores detenidos goza
del beneficio de la prisión domiciliaria, y unos 1.590 represores imputados
están en total y completa libertad.
Por
eso seguimos exigiendo el juicio y castigo a todos los genocidas! Hasta hoy no
tenemos respuesta sobre qué pasó con todos y cada uno de las y los 30.000
desaparecidas/os; existen centenares de jóvenes que sufrieron la apropiación de
su identidad y aún hoy la ignoran; la mayoría de los ejecutores del genocidio
no han sido identificados ni juzgados en su totalidad, continuando la
"carga de la prueba" sobre las espaldas de las y los sobrevivientes,
de familiares y de buena parte del pueblo argentino que ha develado
tantas evidencias y continúa denunciando a los genocidas y sus cómplices.
Hemos
aprendido en estos años, que la lucha no termina siquiera cuando los genocidas
son condenados, porque los socios de la impunidad en el poder judicial otorgan
el beneficio de la prisión domiciliaria a torturadores, asesinos y
apropiadores. El único lugar para los genocidas es la cárcel. Quienes
formaron parte de la maquinaria genocida no pueden ser beneficiados con la
prisión domiciliaria, ni con excarcelaciones, sus crímenes son imprescriptibles
y además siguen cometiendo el mismo delito al respetar el pacto de silencio.
Por eso exigimos: cárcel común, perpetua y efectiva para todos los
genocidas.
Necesitamos
ya! la apertura de los archivos secretos de la dictadura, para conocer el
destino de cada uno de nuestras y nuestros compañeras y compañeros y para
conocer el paradero de sus bebés que fueron apropiados.
Sabemos
que los genocidas siguieron enseñando a torturar, a desaparecer, a violar, a
asesinar, en "sus escuelas en democracia". Por todo eso no podemos,
ni queremos dar vuelta la
página. Por eso decimos, a 44 años del golpe genocida lo que
necesitamos es JUSTICIA!, por todos los crímenes cometidos contra cada uno de
los compañeros y compañeras.
Los
derechos humanos son de ayer y de hoy. Por eso, ante quienes dicen que no hay,
exigimos la libertad de las presas y presos políticos o por luchar, como
Milagro Sala y Luis D’Elía; el fin de las persecuciones, como a Sebastián Romero,
y el cierre de las causas contra Daniel Ruiz, César Arakaki y demás activistas.
Exigimos que se anulen las leyes “antiterroristas” aprobadas bajo el gobierno
de los Kirchner (usadas para perseguir la protesta social) y que se desmantelen
por completo todas las medidas represivas, que han dado un salto cualitativo
durante el Macrismo. A la AFI, más que “transparentar” sus fondos hay que
disolverla, como a todos los servicios secretos. Desmantelar el aparato
represivo. Y poner fin al “gatillo fácil” policial y a las muertes en los
lugares de detención, que cobran la vida de un joven pobre por día. Seguimos
exigiendo justicia por Maxi miliano
Kosteki y Darío Santillán, Luciano
Arruga, Julio López, Mariano Ferreyra, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y todas
las personas desaparecidas y asesinadas por el Estado en democracia.
El golpe genocida tuvo un objetivo de fondo. Como decía Rodolfo
Walsh en su Carta Abierta a la
Junta Militar : “Estos hechos, que sacuden la conciencia del
mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al
pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que
ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no
sólo la explicación de sus crímenes, sino una atrocidad mayor que castiga a
millones de seres humanos con la miseria planificada”. Esa política económica
fue la del ajuste a la clase trabajadora y al pueblo, y la entrega de nuestro
país al imperialismo, en base a la deuda externa. Si antes del golpe era de 7
mil millones de dólares, al caer la dictadura trepó a 49 mil millones. Después,
todos los gobiernos pagaron y pidieron más. Nunca nos “desendeudamos”. Y con
Macri se dio el mayor endeudamiento, que hoy supera los 310 mil millones de
dólares.
Toda
esa deuda es ilegítima, fraudulenta, impagable y odiosa. Porque se contrajo a
punta de pistola. Porque Cavallo estatizó deuda privada. Porque jamás fue en
favor del pueblo. Porque fugaron capitales. Y porque además todos los gobiernos
la pagan a costa de ajuste, aunque hagan una parodia de investigación como
ahora. Por eso exigimos no pagar la deuda externa. Y el FMI, que financió a la dictadura
y luego dictó cada plan de ajuste, ahora nos monitorea para que sigamos
pagando. Por eso lo repudiamos y decimos: ¡Fuera el FMI!
La
pandemia del coronavirus desnudó y agravó la crisis sanitaria que ya existía.
Ante la emergencia la cuarentena es necesaria, pero no suficiente. Lo que sirve
es concientizar y tomar medidas eficaces como el testeo masivo para detección
precoz del virus. Repudiamos la presión militarista y cualquier intento de
declaración de estado de sitio. Por eso hoy más que nunca, y porque la salud
también es un derecho humano, los millones que el gobierno destinaría a pagar
la deuda externa deberían ir a fortalecer la salud pública, en especial a su
personal, y a proteger al pueblo trabajador, empezando por los sectores más
vulnerables, sin techo, precarizadxs, contratadxs, no registradxs y
cuentapropistas.
A la vez, rechazamos el ajuste de Alberto Fernández y los
gobernadores. Habla de “solidaridad”, pero les sacó la movilidad a las y los
jubilados, niega la cláusula gatillo, da aumentos salariales menores a la
inflación y prepara una suba de tarifas, todo para seguir pagando la deuda. Ni ajuste ni
pacto social. Reclamamos un aumento general de salarios, planes sociales y
jubilaciones, con 82% móvil, paritarias libres y cláusula gatillo. Apoyamos
todas las luchas obreras, populares y de los pueblos originarios. Y como los derechos
ambientales y de género también son derechos humanos, rechazamos el
extractivismo contaminante y decimos basta de megaminería, fracking y
agrotóxicos. Y alzando las banderas del 8 de Marzo, exigimos aborto legal y que
el Congreso apruebe la ley de la Campaña. También desmantelar las redes de trata y
proxenetismo, que haya Educación Sexual Integral efectiva, presupuesto ya para
combatir la violencia machista, separar la Iglesia del Estado y anular los
subsidios a la educación religiosa. Por último, exigimos el fin del
alineamiento internacional con los EE.UU. e Israel. Rechazamos las bases
extranjeras en el país y los ejercicios militares con el imperialismo.
Argentina debe salir del Grupo de Lima y retirar sus tropas de Haití y Chipre.
Apoyamos las luchas contra el represor Piñera en Chile, la golpista Áñez en
Bolivia, el facho Bolsonaro en Brasil y el represor Duque en Colombia. Exigimos
libertad para Facundo Molares y
todos lxs presxs politicxs de la dictadura boliviana, así como justicia por el
periodista asesinado Sebastián Moro y por todas las víctimas del golpe.
Libertad a los miles de manifestantes presos en la rebelión chilena y a Facundo Jones Huala, detenido en Temuco. Apoyamos
también las luchas de otros pueblos del mundo, como en Francia, y los pueblos
de Palestina y Kurdistan en Medio Oriente.
Aunque
hoy no hemos podido encontrarnos en Plaza de Mayo y manifestar nuestro repudio
al golpe genocida, como hacemos año tras año. Aunque hoy no hemos podido
marchar en las calles con las fotos de nuestros y nuestras compañeros y
compañeras detenidos-desaparecidos reafirmamos nuestro compromiso con los
30.000 y con su lucha, por construir una sociedad libre, sin opresión ni
explotación.
A
44 años del golpe decimos: No olvidamos, no perdonamos, no nos
reconciliamos.
¡30.000
compañeras y compañeros detenidos-desparecidos, presentes! ¡Ahora y siempre!
Fuente: https://prensaobrera.com/libertades-democraticas/documento-24-de-marzo-de-2020-encuentro-memoria-verdad-y-justicia/
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