Declaración colectiva desde Red
Latina sin fronteras
El 9 de agosto
institucionalizaron la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos
Indigenas, así tal cual, según la denominación establecida por la Organización
de Naciones Unidas (ONU). Ese mismo punto de encuentro superestructural para
asociación y confrontación mundial de Estados, muchos de los cuales son los
mismos que tradicionalmente han sostenido y patrocinado la continuada exclusión,
la sobreexplotación, la miseria, represión y opresión en todos los sentidos. En
síntesis una campaña ininterrumpida de despojo territorial y exterminio social
de los pueblos originarios.
Así cada
9 de agosto -unos más, otros menos y algunos nada- pasan por la fecha evocando
a esos millones de personas que -consecuentes cabezas duras- se siguen
reivindicando como pueblos y comunidades originarias. Luchando contra las
peores condiciones de existencia impuestas por los depredadores financieros y
políticos. Reclamando lo suyo: territorios, derechos propios y soberanos en
defensa de culturas y futuros autodeterminados . Desde adentro de sus historias
y sus corazones . No impuestos desde afuera, por más poleas de transmisión
folkloricas alquiladas, enquistadas y manipuladas desde los poderes dominantes
al interior de muchos movimientos indígenas.
En este
2012 la fecha se ha visto precidida por abundantes expresiones de represión y
resistencia en diversas regiones de nuestrAmérica. Brutales ataques de la
policia chilena contra comunidades Mapuche, baleando niños y sometiendo a
feroces golpizas a sus pobladores, incluidos ancianos y mujeres. Ataques
represivos civiles -o paramilitares según se quiera entender- contra
comunidades autónomas y pueblos en resistencia de México, como se han sucedido
en Cherán, San Marcos Avilés, Ayotoxco y tantas otras regiones de nuestro hermano
mapa mesoamericano. Así como las movilizaciones y justas resistencias de los
pueblos primeros en Bolivia, Perú, Paraguay, Brasil, Honduras, Guatemala y
tantas regiones más de esa Matria Grande que es bandera sin fronteras de las
gentes hijas de la tierra.
Eso sin olvidar a las luchas de naciones y comunidades
nativas en tierras norteamericanas bajo dominación estatal canadiense y
estadounidense.
Pero no
es alcance de este saludo reflexivo de hoy, el enumerar todas y cada una de las
expresiones de vida que a lo largo y ancho del continente florecen cada día,
dando testimonio y razón a la esperanza. Porque en definitiva en que otro
lugar, sino en la lucha, reside la mejor certeza del buen vivir anhelado para
todas las gentes, sin exclusiones ni condenados al exterminio étnico.
En
cambio elegimos destacar que en esta fecha oficialmente institucionalizada,
continúan los atentados extraoficiales contra quienes se atreven a defender
-sin transar- los derechos de sus comunidades.
Y para
muestra lo sucedido en Formosa, Argentina, ayer justamente 9 de agosto
"Día Internacional de los Pueblos Indios"; donde agredieron
criminalmente a Felix Diaz, referente de la Comunidad La Primavera
del Pueblo Qom [1] .
Una
noticia que debió también luchar por abrirse paso para romper el cerco
desinformativo y de impunidad que respaldan siempre estos hechos represivos.
Una noticia que para levantar vuelo debió tomar fuerzas y correr desde bien
abajo para tomar impulso. Porque arriba y a los costados soplaban vientos en
contra con malas ganas y peores intenciones. Las del disimulo y las cortinas de
humo. Aquellas viejas mañas de sembrar confusión y desconfianza. Las malicias
del poder, sus funcionarios y las subcontratas politico-sociales manejadas
desde las dependencias gubernamentales a nivel provincial y nacional.
Y es que
justamente esa modalidad criminal ha sido la preferida para eliminar a figuras
ejemplares de las causas populares, pretendiendo ocultar un asesinato deliberado
con el disimulo del accidente casual.
Una
metodología que nos trae al recuerdo aquellas víctimas compañeras e
inolvidables -entre tantas otras de las castigadas geografias argentinas- como
fue Monseñor Enrique Angelelli , asesinado el 4 de agosto de 1976, a principios de la
pasada dictadura militar, un atentado que judicialmente fue establecido como
“accidente de tránsito provocado intencionalmente” [2]. Y que luego el reclamo
popular exigiendo Memoria, Justicia y Verdad ha logrado la investigación
judicial "y sus autores mediatos (Jorge Videla, Albano Harguindeguy,
Luciano Menéndez, Luis Estrella y Juan Carlos Romero) procesados por el delito
de homicidio calificado, con ratificación reciente de la Cámara Federal de
Apelaciones de Córdoba. Falta el juicio y la condena de los asesinos [3] .
Y no
menos recordado el asesinato del compañero y folklorista Jorge Cafrune en
similares circunstancias. "La madrugada del 31 de enero de 1978, cuando
marchaba a caballo rumbo a Yapeyú para depositar un cofre con tierra de
Bolougne Sur Mer en homenaje al general Jose de San Martín,... fue atropellado
por una camioneta. Quedó demasiadas horas tirado en la ruta con las costillas
incrustadas en los pulmones, y al día siguiente falleció. A la camioneta y a su
conductor se los tragó la noche: sólo pudo saberse un nombre –Héctor– susurrado
por los habitantes de Benavídez" [4].
Pero
regresando a Formosa, está fresca aún la memoria del hermano Mario Lopez,
también "compañero de la
comunidad Qom , atropellado por un policía en la ruta 81 y
posteriormente fallecido" [5]. Aquellos "hechos del 24 de noviembre en la localidad de
Estanislao del Campo en que resultó muerto Mario López delegado del Movimiento
Campesino de Formosa (MoCaFor), un día después de la muerte de Roberto López en
la Colonia La
Primavera "..." Sobre lo ocurrido en Ensanche Norte,
dice Paniagua: “Un oficial de la Unidad 4º atropelló a Mario López a propósito.
El oficial (se trataría de Pedro Arias) lo conocía muy bien. Mario se iba esa
día a la colonia
La Primavera. Estaba esperando para cruzar, y un auto rojo de
la policía lo atropelló, lo dejó tirado y se escapó”. "continúa el relato
de la pesadilla: Llegamos a la ruta. Llamamos a la policía muchísimas veces.
Nada. Intentamos que venga un juez. Nada. Llamamos al hospital. Nadie vino. A
las seis de la tarde, luego cuatro horas de tener al hermano ahí tirado sin
atención, cortamos la
ruta. Recién ahí se presentaron. Pero ya era tarde, sólo
vivió dos horas más. Y terminó la vida de Mario López” [6].
La
agresión sufrida este 9 de agosto por el hermano y luchador Qom, Felix Diaz, no
puede pasar desapercibido ni quedar ninguneado en la impunidad de costumbre.
Con seguridad, que así no sea se encargarán las propias comunidades Qom que
desde el sufrimiento aprendieron no a resignarse, sino a enarbolar la memoria y
la dignidad para dispararla una y otra vez al corazón de la injusticia
institucionalizada. Y en ese resistir para existir -porque en ello les va la
propia vida- no deben estar solas. Ni mal acompañadas, que a veces es la peor
forma de soledad. Estar acompañados, que no arreados. Estar respaldados, que no
controlados. Estar unidos, que no amontonados. Como suele decirse "no es
lo mismo un manicomio que comio un mani...", hay cosas que suenan parecido
pero no son lo mismo. En absoluto no lo son, aunque en este escenario que
muchos intereses han transformado su quehacer presuntamente activista y social,
se pretenda confundir cada suceso, cada declaración, cada lucha para dispersar
reivindicaciones y diluir contenidos.
Por ello
hay que saludar con alegria y reconocimiento a quienes no se han dejado
confundir ni ahí. Ni en el peor momento de la primera noticia sobre el
"accidente casual". Gracias a las iniciativas de acción informativa
inmediata, corrieron las voces de Felix, sus familiares y su hermandad
comunitaria. Y la denuncia se extendió en red, imparable a través de llamadas
telefónicas, radios comunitarias, correos electrónicos, agencias de
comunicación alternativas y también el empecinamiento fraterno y solidario
individual que una vez más demostró que "una gota con ser poco con otra se hace aguacero"...
Y es que
las comunidades en lucha no sólo no están solas, sino que también van bien
acompañadas o mejor dicho: también van acompañadas por gentes de bien. Y
pareciera ser que a pesar de limitaciones y falta de medios suficientes, la
voluntad y el corazón siguen siendo una fuerza tremenda e imparable. Un
torrente saludable que salta obstáculos, aguanta golpes y disipa las cortinas
de humo que pretenden ocultar la realidad. Una realidad terrible que sin duda ha
de ser transformada de una forma o de otra -o de todas las formas posibles- en
la defensa incondicional de la vida de miles de comunidades originarias
condenadas a la desaparición.
Así como
se comparte la denuncia y la indignación, compartamos también la alegria de que
Felix Diaz vive y lucha. Nunca mejor merecida la expresión. Porque
seguir en vida y en la lucha, en los montes de Formosa también viene a ser lo
mismo, ya que sin resistencia sólo queda la sumisión a derrumbarse en silencio
como las taperas. A ser desaparecidos luego de ignorados.
Y
también ante este modo operativo de la represión y sus reiteradas intentonas
criminales, hagamos efectivas aquellas consignas del Nunca Más: Memoria, Verdad y Justicia . También para los pueblos
originarios y su dignidad en lucha abriendo senderos hacia la tierra sin mal.
Vaya un
saludo fraternal al luchador Qom Felix Diaz, vaya también el reconocimiento a
esas voluntades que fueron disparador de este hermoso enredarse solidariamente.
La lucha cuenta con la solidaridad, la solidaridad cuenta con Uds y entre todos
haremos realidad -para empezar- esa autodefensa imprescindible llamada
contraimpunidad.
Declaración colectiva desde Red Latina sin fronterasredlatinasinfronteras@yahoo.es sin fronteras, 9 de agosto del 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario