Carta Abierta a la Junta Militar
24 de marzo de 1977
Por Rodolfo Walsh
(…)5. Estos hechos, que sacuden la
conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores
sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los
derechos humanos en que ustedes incurren. En la
política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus
crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con
la miseria planificada. En un año han reducido
ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación
en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita
un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de
trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las
bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas
y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord
del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las
relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los
trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos,
secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron
muertos, y en otros no aparecieron.
Los
resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno
el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de
medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del
Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos
iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea
estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas
mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han
reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los
gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras
centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por
el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para
comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa
miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros
sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas,
millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan
los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo
contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz
arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que
ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe. Tampoco en las metas
abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han
sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el
3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación
anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre
llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también
marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia. Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del
Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se
vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad
de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en
1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal ,
doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un
obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto
se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban
que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la
muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde
la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario
Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a
Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce
como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía
especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por
la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están
ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su
gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976
define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de
Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente
Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero
activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".14 El
espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para
algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay
empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que
antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables,
la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos
bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de
la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas
que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las
ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean
empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente
al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los
comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses
foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional. (…)
Fuente: http://xn--ensearlapatagoniaixb.com.ar/sites/default/files/recursos/Walsh_CartaAbiertaalaJuntaMilitar.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario