Julio Gambina: "Hoy más que nunca hay que
construir alternativa política"
4 de noviembre de 2015
Por Mario Hernández (Rebelión)
En lo que define como una crisis de identidad política, de
representación política y por sobre todo crisis de alternativa política, el economista
Julio Gambina reflexionó acerca del significado de las últimas elecciones donde
el 92% de la población votó propuestas que discuten cómo administrar la crisis
capitalista. Durante la emisión del jueves 29 de octubre de Enredando las
Mañanas, el presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas
dijo que lo que viene después del 22 de noviembre es un horizonte de ajuste
aunque muy lejos de lo que fueron los años del neoliberalismo ya que, afirmó,“no
hay el clima social de los 90 que facilite una política de ajuste, mucho menos
una política de tipo fascista”.
Por RNMA
"Hace poco celebramos treinta años de la existencia la FISYP
(Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas), y lo que venimos
estudiando desde ese tiempo es el orden capitalista y, por lo tanto, la crítica
al capitalismo. Y pensando en tiempos de revolución, aunque el clima social,
por lo que aparece en el plano electoral, no parece apoyar una perspectiva
revolucionaria. Cuando el 72 % de la
población votó por Scioli o por Macri. 9.000.000, por Scioli; 8.400.000, por
Macri; 5.5 millones a Massa, da un 92 % de
votación a tres propuestas que discuten cómo se administra el orden capitalista.
Estamos en problemas y por eso vengo señalando que esta elección
está mostrando que hay una crisis política
muy grande", comenzó
analizando Gambina y siguió: "crisis
política porque prácticamente han desaparecido las propuestas tradicionales de
la política argentina, el peronismo y el radicalismo. Aparecen nuevas
identidades en el sentido de macrismo y kirchnerismo, que en su seno contienen
porciones del peronismo, porciones del radicalismo, porciones de distintas
identidades políticas, con apoyos variopintos, e, incluso se está generando un
debate muy grande en torno de qué que hacer en la segunda vuelta. Eso es crisis política que hay en la Argentina,
crisis de identidad política, de representación política y también, por sobre
todo crisis de alternativa política. Y los que estamos en un sentido, si se
quiere, utópico por la revolución, no tuvimos opción de voto en esta elección.
Hemos tenido muchos límites para construir una alternativa política, aun cuando
la situación de 2001 habilitaba, desde la extensión de las luchas sociales, la
organización popular, para hacer emerger una alternativa política. Eso es lo
que no hemos hecho, es lo que falta hacer, eso es lo que tenemos que hacer. Y
por eso, ni bien se conocieron los resultados el domingo a la medianoche,
escribí en las redes sociales: "Hoy más que nunca
hay que construir alternativa política". Y no hay que engañarse con el
escenario electoral, con lo que se vota el día 22. No es que me dé lo mismo que gane
quien gane, pero, lamentablemente, lo que está en discusión el día 22 es quién
va a gestionar el capitalismo argentino en un marco de crisis mundial. El
horizonte es un horizonte de ajuste. Algunos dicen que lo que se discute es si
el ajuste será gradual, en un imaginario de que Scioli estará contenido por
algunas presiones del movimiento popular o de sectores a la izquierda del kirchnerismo
que no lo dejarían hacer un ajuste de shock, y que Macri expresaría el ajuste
del shock. Lo que todos omiten al dar esas opiniones es qué vamos a hacer el
conjunto de la sociedad, principalmente los sectores más afectados por la
situación, económica —trabajadoras, trabajadores—. Yo creo que el espíritu del conflicto de
2001 se mantiene y en la Argentina no hay condiciones para que avance un
proyecto al estilo de los 90. Estamos muy lejos de los 90, no hay el clima
social de los 90 que facilite una política de ajuste, mucho menos una política
de tipo fascista.
-Enredando las mañanas: Sabemos quién es Macri. Para mí, Macri es el original, y Scioli es
la copia. Y ,
en realidad, quienes quieren una alternativa al capitalismo, dicen: "Lo que tuve durante doce años
no me terminó de convencer. Cuando voy al supermercado, si tengo la
posibilidad, compro la primera marca, no la sustituta”.
-Julio Gambina: Claro. De todas maneras, si
querés un matiz, acá no hay original y copia.Creo que son expresiones matizadas de un
proyecto de normalización del orden capitalista. Y la normalización del orden
capitalista es asegurar el ciclo de ganancia. Hay capitalismo cuando hay ganancia.
El leitmotiv del capitalismo es que funcione el ciclo de acumulación y
valorización del capital. Eso es el capitalismo, el capitalismo normal, serio.
Y en estos años, cuando mirás la crisis de 2001 y los bancos en el centro de
atención, ycuando
ves que en los últimos años las empresas que más ganaron en la Argentina son
los bancos, y hay un proceso estructural de extranjerización de la banca y una
reinserción de la Argentina en el sistema financiero mundial, con crecimiento
de la deuda pública, te das cuenta de que la Argentina es un proyecto de
inserción subordinada en el sistema capitalista mundial. Yo tengo muchos amigos que dicen que
hay que votar al mal menor. Bueno, está bien, seguirán siendo mis amigos,
seguiremos debatiendo; pero la opción no es el mal menor en la Argentina. Hay una
cita de Gramsci que está difundiendo Eduardo Grüner, una reflexión que hace
fundamentando el voto en blanco. La cita alude a que esa opción entre el mal
menor lo que hace es correr el escenario hacia el mal peor. Son como
concesiones que se terminan haciendo y limitando las condiciones de
posibilidad, y no aprovechando la circunstancia histórica para generar un
debate profundo aunque quedemos en absoluta minoría. Lo digo desde el enfoque
de que desde hace cuarenta años se viene construyendo una ofensiva del capital
sobre el trabajo, sobre la naturaleza, sobre la sociedad, y, en rigor, la
concepción política de la izquierda viene sufriendo fortísimas derrotas.
Fortísima derrota con la caída del socialismo en el este de Europa, aun para
aquellos que criticaban a la
Unión Soviética ; fortísima derrota en el avance de las
concepciones de liberalización de la economía, lo que se llama neoliberalismo,
que es la política económica hegemónica en el capitalismo contemporáneo, que
hay un crecimiento de las desigualdades sociales. Estamos en minoría. El
proyecto antimperialista, anticolonialista, anticapitalista está en absoluta
minoría, y creo que es el desafío de época. Me remonto a los mejores momentos
de constitución del proyecto revolucionario a escala mundial, y no me los
imagino ni a Marx ni a Engels ni a Lenin constituidos en sus época como
mayoría. Para ser mayoría hubo que generar acontecimientos sociales, político
que impactan en la transformación de la sociedad. Esa es la
historia de la revolución cubana entre nosotros. Ese es el desafío de época.
Son las elecciones, es cierto. Las elecciones es un momento político de masas y
hay que analizar bien qué está pasando en la Argentina para que 17 millones de
personas, o 22 millones de votantes, opten por tres variantes escasamente
matizadas en cómo gestionar el capitalismo.
Los desafíos, en estas difíciles condiciones, son crear poder de los trabajadores, poder el pueblo, reflexión teórica crítica y generar condiciones para que emerjan propuestas políticas alternativas enla Argentina. Y es
válida la reflexión incluso para América Latina. Si no se avanzan en cambios
profundos, sobre todo en las relaciones sociales de producción en Argentina y
en nuestra América, la llamada ofensiva de las clases dominantes, de las
derechas, es el resultado que se puede esperar. Y, en ese sentido, los
perjudicados son los sectores populares. Por eso es un gran desafío construir
alternativas políticas.
Los desafíos, en estas difíciles condiciones, son crear poder de los trabajadores, poder el pueblo, reflexión teórica crítica y generar condiciones para que emerjan propuestas políticas alternativas en


El peronismo sufre un golpe muy fuerte con esta elección, y habrá
que ver si el kirchnerismo —que aparece como la novedad de los últimos doce
años, que tiene un peso muy importante en el nuevo Senado, que aparece más
disminuido en Diputados, que tiene un peso importante en gobernaciones de
varias provincias argentinas, que tiene un desarrollo territorial con
intendencias y en algunos ámbitos sociales muy importantes— seguirá siendo
expresión principal del proyecto histórico del peronismo, o si Massa va a intentar
con su Frente Renovador disputar la identidad peronista.
Yo no tengo duda de que el peronismo y el
radicalismo tienen una crisis y que hay un intento de refundarlos.
Sanz aparece como el gran ganador del radicalismo porque lideró el
posicionamiento de subordinarse a la hegemonía de Macri para mantener cierta
presencia política en la institucionalidad de la Argentina. Por eso
hay una reconversión-restructuración del radicalismo,
reconversión-restructuración del peronismo. Y si pensás en término de identidades,
las identidades son el macrismo y el kirchnerismo; ahora algunos dicen el
sciolismo. Habrá que ver. Para que haya sciolismo, Scioli tendrá que ganar el
balotaje. Y aun ganando va a tener Gobierno en Capital y en provincia de Buenos
Aires en manos del PRO; en Córdoba, un peronismo no necesariamente afín; en
Santa Fe, gobernando los socialistas; en Mendoza, los radicales. Con lo cual,
la ecuación federal, con las provincias más pobladas y demás peso económico y
de una visibilidad política muy importante, le van a generar condiciones muy
difíciles.
Y habrá que ver si
Scioli es continuidad del kirchnerismo o gestación de una nueva variante en el
peronismo vía sciolismo. O, si pierde, cuál es el destino de la identidad
política hegemónica del peronismo en los últimos doce años y si aparece una
disputa por la herencia de esa tradición con Massa, con Lavagna, con De la
Sota, quienes están rodeando todo eso.
Por eso creo que es muy interesante pensar que hay crisis política
en la
Argentina. Radicalismo y peronismo han sido las identidades
políticas de un amplio espacio social en la Argentina, han representado durante
mucho tiempo la identidad política. Y otras identidades
incluso con mucho menos peso también están puestas en cuestión en la Argentina,
desde la
Democracia Cristiana , el socialismo, el comunismo, la propia
emergencia del trotskismo, a partir del FIT, y un peso institucional casi
unívoco de los sectores de izquierda muestran que ha habido también crisis
políticas en otros ámbitos de la política. Eso me permite hablar de la doble crisis. Por un lado, crisis política, del
sistema político en la Argentina, de lo hegemónico; y también crisis
alternativa, que, creo, es lo que más nos importa a los que tenemos
expectativas por cambios profundos, por cambios que vayan más allá del orden
capitalista.




Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article10978
No hay comentarios:
Publicar un comentario