10 de abril de 2016

I. Recordemos cómo se enriquecieron los Grupos Económicos Nacionales a costa de nuestro empobrecimiento como país y sociedad. “La intervención estatal ocupó un rol todavía más importante a partir de mediados de los 60 y durante los 70 y 80”. También acumularon poder y riquezas mediante el plan de convertibilidad y el neodesarrollismo.

“Fui industrial durante muchos años…”. Los Grupos Económicos Nacionales y el proceso de extranjerización del empresariado argentino durante la década de los noventa

Por Alejandro Gaggero*
Papeles de trabajo. Revista electrónica del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín. ISSN: 1851-2577. Año 2, nº 3, Buenos Aires, junio de 2008.

Resumen

Durante los años 90, las reformas macroeconómicas e institucionales implementadas en la Argentina generaron transformaciones drásticas en el perfil del empresariado nacional. Uno de los ejes centrales de este proceso fue el desembarco, a partir de mediados de la década, de las grandes multinacionales y la masiva transferencia de tradicionales empresas nacionales al capital extranjero. Este trabajo se propone realizar un análisis sobre la extranjerización del poder económico en la Argentina, indagando sobre sus principales causas. En segundo lugar, busca plantear algunas preguntas sobre la relación entre la dimensión microeconómica y política en torno a la decisión de los grandes capitalistas locales de vender sus empresas.

Introducción
Durante los años 90 la Argentina experimentó un intenso proceso de extranjerización de su cúpula empresaria: mientras que a principios de la década aproximadamente la mitad de las 500 firmas más grandes del país era de capital nacional, diez años más tarde esa proporción se redujo a un tercio (Gráfico 1). Este fenómeno fue especialmente intenso a partir de 1994, cuando las grandes multinacionales comenzaron a desembarcar en el país, interesadas en penetrar en un mercado que venía expandiéndose aceleradamente y que contaba con una legislación muy favorable para las inversiones extranjeras. En un período relativamente corto de tiempo, algunos de los más importantes empresarios argentinos, propietarios de Grupos Económicos Nacionales (GEN de ahora en adelante), decidieron replegarse, vendiendo sus empresas. El proceso de retirada de los GEN resulta interesante por diversos factores. En primer lugar, estas organizaciones venían incrementando su presencia en la economía argentina desde los años 60, y a fines de los 80 constituían la fracción empresaria con mayor inserción productiva e influencia política en el país. En segundo lugar, diversos trabajos muestran cómo los grupos nacionales apoyaron las reformas estructurales y el Plan de Convertibilidad llevado adelante por el ministro Domingo Cavallo no sólo al inicio de los años 90, sino hasta muy avanzada la década, cuando el modelo económico mostraba signos de debilidad. En los párrafos que siguen se describirá el crecimiento de los GEN y su derrotero hasta llegar a la década de los 90. A continuación se analizará el proceso por el cual una parte de estos grupos vendió sus empresas y, para finalizar, se plantearán algunas preguntas que permitan indagar acerca de la relación entre estrategia empresarial y estrategia política de estos actores a finales de los años 90.

1. Los Grupos Económicos Nacionales (GEN) y su expansión desde los años 60
Existe un acuerdo en que la característica que define a los grupos económicos es la administración de varias empresas que se desempeñan en distintos sectores de actividad. En un análisis clásico Leff (1979: 16) desataca que “el grupo es una empresa de gran escala que invierte y produce en varias líneas de productos que involucran integración vertical u otros tipos de complementariedades económicas o tecnológicas”. En la Argentina, como en buena parte de los países periféricos, el grupo económico fue la forma organizativa que adoptó el sector más concentrado del empresariado nacional a partir de los años 60. Pueden identificarse tres orígenes distintos para los GEN. La mayoría de ellos comenzaron siendo pequeñas y medianas empresas instaladas por inmigrantes europeos que se expandieron durante la primera fase de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), es decir entre los años 30 y 50. Ejemplos de estos casos son Arcor (se inició como una panadería en 1951), Macri (pequeña constructora), Bridas (comercio de ramos generales en el interior de Santa Fe), entre otros. Un segundo conjunto, menos numeroso, tuvo su origen en la diversificación productiva llevada a cabo por sectores relacionados con familias terratenientes, como los grupos Fortabat, Ledesma y Corcemar. En tercer lugar, pueden encontrarse casos de empresarios europeos, que luego de migrar al país fundaron empresas de tamaño medio con capital acumulado anteriormente: pueden citarse aquí el ejemplo de Bunge y Born. Durante la ISI, los GEN mostraban un importante grado de diversificación, aunque prácticamente todos tenían una muy fuerte presencia en el sector industrial. Una parte de ellos nació íntimamente relacionada con el sector petrolero (Pérez Companc, Bridas, Astra, entre otros), y el hito que marcó su expansión fue el intento de apertura de actividad impulsado a inicios de los años 60 por el gobierno desarrollista. Puede distinguirse otro conjunto de grupos, vinculado a la producción de bienes finales, cuyo desempeño estuvo muy relacionado con los niveles de protección a la producción nacional durante los años 40, 50 y 60. En estos casos (Arcor, Acindar, Alpargatas son ejemplos importantes), la expansión estuvo estimulada por el crecimiento del mercado interno y los altos niveles de las barreras arancelarias.

Refiriéndose al conjunto de los grupos, Bisang subraya que:

“no es apresurado afirmar que la acción estatal –directa como productor o indirecta como diseñador/ejecutor de políticas– incidió fuertemente sobre la conformación inicial de los conglomerados. (…) Las vías de influencia fueron, casi con exclusividad, herramientas de política global y recién hasta muy entrados los 70 algunas de corte sectorial y/o regional (Bisang, 1994: 403)”.

La intervención estatal ocupó un rol todavía más importante a partir de mediados de los 60 y durante los 70 y 80. Existe una profusa bibliografía que muestra que el Estado tuvo un rol destacadísimo en el crecimiento que experimentaron estos actores durante esas tres décadas (caracterizadas por una muy pobre performance macroeconómica), mediante los siguientes mecanismos: regímenes de promoción industrial , el rol del Estado como cliente y proveedor, la liberalización del sistema financiero, estatización de la deuda externa privada y privatización parcial de empresas públicas.

Según los estudios disponibles el sector de los GEN fue el que experimentó el mayor crecimiento entre principios de los 70 y fines de los 80. A diferencia de otros casos en el mundo, la expansión de los grupos argentinos se dio en el marco de un mal desempeño macroeconómico nacional. En este contexto los conglomerados argentinos pudieron crecer gracias a la intervención estatal pero ésta –en la mayoría de los casos– no los transformó en actores competitivos a nivel internacional. Con respecto a este punto, cabe destacar que, si bien un reducido conjunto de ellos –ligados sobre todo a la producción agroindustrial– exportaba una porción considerable de su producción, la mayoría destinaba sus productos al mercado interno.

Es así como los grupos llegaron a los 90 luego de dos décadas de fuerte expansión, que implicaron una notable diversificación de sus actividades, pero también un incremento de su concentración en industrias estratégicas para el país: automotriz (SOCMA y COFAL controlaban aproximadamente el 75% de la producción de autos), cementera (Loma Negra y Corcemar controlaban el 60% del mercado), papelera (Celulosa Argentina, Ledesma y Massuh explicaban casi el 90% de la producción) y siderúrgica (Acindar controlaba el 90% de la producción de aceros no planos), entre otras. Otro rasgo saliente es la vinculación que los grupos nacionales cultivaron con el capital extranjero. Incluso antes de la oleada de privatizaciones, puede constatarse la existencia de emprendimientos mixtos de gran importancia: es el caso de las plantas de Sevel , Pecom NEC, PASA, Pecom Agra, Milar, Philco, entre otras. En gran parte de los casos, los socios extranjeros aportaban la tecnología y el know how, mientras que los locales ofrecían su conocimiento del mercado y de las instituciones argentinas. En lo que respecta a su forma de organización, la mayoría de los GEN surgió y creció manteniendo la propiedad familiar y con una cadena de mandos sumamente vertical en cuya cima se situaba el fundador o grupo de fundadores: Jorge y Carlos Pérez Companc en Pérez Companc, Fulvio Pagani en Arcor, Alejandro Bulgheroni en Bridas, Manuel Acevedo en Acindar, Manuel Madanes en Aluar, Alfredo Fortabat en Loma Negra, etcétera. El paso al costado de esta generación de dirigentes –que se dio mayormente a lo largo de los 80– marcó un punto de inflexión y precipitó cambios relevantes a nivel organizativo. Como se verá más adelante, entre fines de los 80 y principios de los 90 buena parte de los grupos encaró procesos de reorganización empresaria –muchas veces asesorados por consultoras internacionales–, aunque la propiedad familiar siguió siendo una constante en casi todos los casos. No sólo eso, sino que, a pesar de que comenzó a incorporarse gerencia profesional, la dirección fue “heredada” por un pariente del fundador (generalmente un hijo). Por otro lado, las firmas madres no funcionaban abiertas al ingreso de capitales privados; sólo algunas empresas cotizaban en la bolsa, aunque los porcentajes en manos de terceros por lo general no superaban el 30 por ciento.

Los grupos económicos poseían, además de sus firmas industriales y financieras, importantes extensiones de tierra. En algunos casos su explotación estaba relacionada con su actividad industrial y en otros la explotación agropecuaria funcionaba como una unidad de negocios totalmente independiente. Para 1988 podían identificarse a 6 conglomerados entre los grandes terratenientes (con más de 20 mil hectáreas) de la Provincia de Buenos Aires (Bunge y Born, Loma Negra, Bemberg, Werthein y Ledesma) que sumaban 413 mil hectáreas en la zona más fértil del país. Vale destacar que este dato sólo es una muestra parcial de la importancia de los grupos como propietarios rurales, ya que éstos poseían las mayores extensiones en otras provincias (Basualdo, 1996: 81).15 2.

Los grupos económicos a partir de los 90
Las reformas económicas implementadas por la gestión de Carlos Menem impusieron transformaciones estructurales en la economía argentina que afectaron profundamente a los GEN. En el campo macroeconómico, la implementación de la apertura comercial y el tipo de cambio fijo plantearon desafíos para organizaciones empresarias principalmente mercado-internistas y que durante décadas habían sido protegidas de la competencia externa a través de distintos tipos de barreras arancelarias. Vale recordar que el gobierno aplicó una férrea política de liberalización comercial, que hizo bajar el arancel promedio de 26% en 1989 a 10% dos años más tarde. Las profundas transformaciones del Estado argentino también generaron desafíos para estos actores. Una de las dos leyes que establecieron el inicio del proceso de reestructuración, la ley de Emergencia Económica, asestó un duro golpe a los beneficios descriptos en la sección anterior, ya que suspendió por un plazo de 180 días –que sería renovado en repetidas oportunidades– los regímenes de promoción industrial. Por otro lado, durante los primeros años de la década se abrieron importantes oportunidades de negocios para los grupos locales. En primer lugar, el amplio proceso de privatizaciones les ofreció la posibilidad de transformarse en propietarios de algunas de las firmas más rentables del país durante los 90. En segundo lugar, la estabilidad macroeconómica trajo aparejada un incremento del consumo y del producto que tendió a beneficiar al empresariado argentino. A diferencia de otros programas de estabilización que se basaban en la contracción de la demanda, el plan de convertibilidad combinaba elementos ortodoxos y heterodoxos de manera tal de empujar a la economía –en una primera etapa– por un sendero expansivo. Tal como mencionan Gerchunoff y Torre (1996), entre 1991 y 1994 el PBI creció a una tasa anual de 7,7%, motorizado por una suba del 40% del consumo. El auge de la demanda fue acompañado por muy buenos resultados en materia de control inflacionario: la tasa de crecimiento de los precios minoristas cayó del 84% en 1991, a 18% en 1992, 7,4% en 1993 y 3,9% en 1994 (Gerchunoff y Torre, 1996: 741).

2.1 En retirada: el proceso de extranjerización del empresariado argentino
Si bien durante los primeros años de la década los grupos se expandieron gracias a la estabilización macroeconómica y el proceso de privatizaciones, durante la segunda mitad el proceso se revirtió. La crisis final del modelo intensificó el retroceso de los GEN al interior de la cúpula empresaria argentina. La desaparición de sus empresas de entre las 200 de mayor facturación del país se debió principalmente a la venta de una importante porción de sus subsidiarias al capital extranjero: tal como muestra el Cuadro 2, de las 41 firmas que desaparecieron de las 200 de mayor facturación, 24 fueron absorbidas por transnacionales, mientras que sólo 10 lo hicieron por un descenso en las ventas. (…)

Algunas preguntas sobre el accionar político de los empresarios argentinos
La década de los 90 y sus transformaciones macroeconómicas e institucionales implicaron para el sector más concentrado del empresariado nacional un debilitamiento de su presencia en la economía argentina y un notable avance del capital extranjero en el país. Al analizar el comportamiento político de los grandes empresarios nacionales, encontramos evidencias que cuestionan un elemento muchas veces presente en los estudios sobre empresarios: la relación directa entre “intereses materiales concientes” y “acción política”. Durante los primeros años de la década, los propietarios de los GEN apoyaron el proceso de reformas que desmantelaría elementos centrales del modelo macroeconómico a partir del cual se habían expandido durante las décadas anteriores. Algunos autores afirman que la participación de estos empresarios en el proceso de privatizaciones fue el elemento central para explicar este comportamiento. Sin embargo, cabe destacar que sólo una porción de los GEN participó de este proceso. Por otra parte, incluso los que aprovecharon esta oportunidad fueron fuertemente afectados posteriormente por los efectos negativos de las transformaciones y el Modelo de Convertibilidad. Con este contexto, cabe formular algunas preguntas para continuar la investigación: ¿Por qué los grandes empresarios nacionales se mostraron entusiastas ante las reformas estructurales a principios de la década?, ¿por qué apoyaron el modelo económico hasta finales de la década, sin oponerse activamente al proceso de extranjerización?, ¿de qué manera fueron evaluadas las posibles consecuencias de la desregulación de la economía y la retirada del Estado?, ¿eran concientes de las limitaciones que les imponía el Plan de Convertibilidad?, ¿los cambios estructurales dificultaron la posibilidad de generar acciones colectivas? Para responder estas preguntas resultará indispensable utilizar conceptos de la sociología económica que nos permitan indagar de qué manera el enraizamiento social27 de estos actores influyó en los diagnósticos que orientaron sus posicionamientos políticos y económicos durante este período.
------
* Sociólogo, becario del Conicet, IDAES/ UNSAM. 2 Basualdo (1987), Basualdo (2006) y Ostiguy (1990).

Fuente: http://www.idaes.edu.ar/papelesdetrabajo/paginas/Documentos/03_Informe_investigaci%C3%B3n-Alejandro_Gaggero.pdf 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Blogs amigos