La más refinada propuesta política para una
Argentina colonizada en los inicios del Siglo XXI, con todo el verso
presuntamente científico de la Sociedad del conocimiento y con la formidable
disciplina Talmúdica que nos propone edificar una sociedad nueva basada en el
Poder Corporativo transnacional.
Un manifiesto para la República Unida de la Soja
Palabras de Gustavo
Grobocopatel, Presidente del Grupo Los Grobo, con motivo de la visita de la Sra Presidenta de
la Nacion, Cristina Fernández de Kirchner, a la fábricade pastas de Chivilcoy – 4 de Julio de
2012.
Sra. Presidenta: es
un especial honor para Nosotros poder recibirla hoy aquí y mostrarle el fruto
de nuestra visión, de nuestro trabajo y de nuestro esfuerzo. Su presencia nos
estimula y nos motiva a seguir adelante.
Hace ya un siglo
que mi familia está radicada en la Argentina, y mi generación, la de mis
hermanas, la de nuestros socios, clientes y proveedores, la de nuestros
compañeros de trabajo, de vida y de sueños, asume con compromiso, liderazgo y
entusiasmo el fascinante desafío de crear riqueza, progreso inclusivo y una
mejor calidad de vida para todos.
Vivimos tiempos
llenos de vitalidad pero con grandes turbulencias. En los últimos años
observamos una sociedad que se ha globalizado trayendo enormes beneficios, ha
generado empleos y riqueza sacando a mucha gente de la pobreza, pero tiene aun
enormes deudas pendientes. Hay menos pobreza pero más inequidad social, con mas
diferencias entre ricos y pobres, hay más trabajo pero menos seguridad, hay mas
riqueza pero mas volatilidad, todo es mas efímero. La realidad se ha vuelto
menos previsible, más turbulenta y el temor obviamente es mayor.
Argentina está hoy
en mejores condiciones que hace 10 años, gracias al esfuerzo de muchos y
especialmente el liderazgo del gobierno que Usted preside, pero enfrenta el
enorme desafío de construir su destino, y aquí estamos para aportar nuestro
granito de arena.
El mundo de los
Agronegocios presenta una gran oportunidad para la Argentina, pero tendremos
que trabajar duro, en forma consistente y con mucha inteligencia para alcanzar
logros para todos: es decir, para conseguir crecimiento con equidad. Un
objetivo, Presidenta, que compartimos.
Las empresas, los
emprendedores, tenemos el desafío de liderar, junto al Estado, este proceso. La
sociedad tiene grandes expectativas sobre ambos, cada uno haciendo su trabajo
con responsabilidad y compromiso, entendiendo y respetando los tiempos y la
historia, pero fundamentalmente construyendo el futuro juntos.
Sra Presidenta,
Usted ha lanzado con el PEA un gran desafío para el 2020 podríamos aumentar la
producción de granos de 100 a
160 millones de toneladas, los stocks y producción de ganado bovino, porcino,
aviar, de pescado, de leche, de múltiples productos de nuestras economías
regionales.
Debemos aumentar el
% de valor agregado respecto del total a la producción primaria del 22,8%
al 41,0%.
Nuestras
exportaciones agroalimentarias podrían subir de 40 a 100 mil millones
de US$, especialmente por el aumento de ventas provenientes de las MOA.
El PEA le dice a la
Sociedad que parte de las soluciones pasan por el desarrollo cuanti y
cualitativo del sector agroindustrial y que este proceso puede y debe ser para
todos y no solo para unos pocos.
Argentina solo con
la aplicación de este programa puede incrementar su crecimiento un 3% por año
encima de lo que ya está creciendo sin el. Esto muestra claramente que la
agroindustria está lejos de haber alcanzado su potencial, y que está para ser
parte de la solución.
Este proceso
necesita de un enorme esfuerzo del sector público y el privado. Debemos recrear
la confianza de la sociedad en sus empresarios y en sus dirigentes. Ser
empresario debería ser un orgullo y una aspiración de un gran porcentaje de
jóvenes; necesitamos nuevos emprendedores en todos los rincones de la Patria. El Estado
debe crear ecosistemas que los entusiasmen, los estimulen y los proyecten más
allá de los límites de nuestra Nación.
El mundo en que
vivimos necesita de Emprendedores Globales, con fuerte identidad Nacional, con
visión y proyección global. Los emprendedores globales son en la Economia del
conocimiento lo que la
Burguesía Nacional fue a la Sociedad Industrial. En
Los Grobo creemos que los tiempos actuales requieren de un Estado fuerte,
eficiente y facilitador. Un Estado responsable y transparente, un Estado
integrado a la Sociedad
Civil que genere múltiples espacios para el debate y el
aprendizaje. El mundo turbulento que vivimos requiere de una sociedad preparada
y dispuesta a aprender rápidamente, las cosas cambian y no es suficiente hoy
tener líderes fuertes, necesitamos un sistema de liderazgo que integre y se
integre al mundo.
La integración es
una parte constitutiva de los tiempos que vivimos. Nuestro mercado interno
debería ser los 300 millones de habitantes del Mercosur ampliado, y nuestra
proyección al mundo debe hacerse desde una región sólidamente integrada. ¿Por
que no pensar en nuestros paises con una convergencia macroeconómica?, debemos
ir por mas y mejor Mercosur. Los Grobo viene dando pasos firmes en todas esas
direcciones: Hemos transformado nuestro modelo de negocios con mayor participación
de la componente industrial y de servicios, nos hemos integrado primero a la
región y después al mundo, hemos innovado en lo tecnológico -con la siembra
directa, la biotecnología, la agricultura de precisión – y también en lo
organizacional , incorporado las mejores prácticas de gestión globales y las
hemos adaptado al campo argentino, todo esto lo hemos hecho facilitando la
generación de más y mejores emprendedores, trabajando en un modelo en red, que
potencia el crecimiento de las capacidades de las personas y las incentiva a
superarse con esfuerzo nos involucramos activamente en el debate público porque
creemos que las empresas tienen un rol fundamental en la construcción
colectiva, agregando otros saberes y diversidad a la construcción política.
El futuro no espera
a nadie y ya no se define como los tiempos que vendrán sino como los tiempos
hacia los que tenemos que ir subidos a la innovación y al desarrollo
científico. De una planta de soja, de maíz o trigo ya no sólo se obtendrán
proteínas, fibras o hidratos de carbóno; también se producirán energías
renovables – quizá tengamos que mirar mas a la celulosa y menos al petróleo – ,
bioplásticos, medicinas, enzimas industriales; es decir, las plantas de soja o
maíz serán “las nuevas plantas industriales” del siglo XXI.
A diferencia de las
plantas industriales tradicionales, estas otras plantas no consumen energías
fósiles: funcionan con energías limpias y renovables como la energía solar; no
producen CO2, lo consumen, y son diseñadas en los laboratorios. En otras
palabras, estamos ante un nuevo paradigma de industrialización, la sublimación
de su sueño y el nuestro de “Industrialización de lo Rural” como base de un
desarrollo sustentable.
Sra. Presidenta, en
cada rincón de nuestra querida Argentina, hay emprendedores que piensan y
sienten como Los Grobo: algunos participan de nuestra red de negocios, muchos
otros compiten y otros colaboran. Estoy convencido que todos pensamos que los
desafíos del PEA están los podemos lograr antes del 2020. Nos encantará trabajar
junto a usted para que así sea.
Chivilcoy ha
inspirado históricamente a Presidentes y hombres de la cultura, como a
Sarmiento hace 150 años. Liberemos nuestra imaginación y entreguémosela a las
utopías mas profundas.
Pensemos en un
Chivilcoy en el siglo XXI, vinculado por autopistas y trenes de alta velocidad
a los grandes centros urbanos, con centros sofisticados de I&D, con
empresas competitivas basadas en el conocimiento y en la calidad de sus
talentos, conectadas a las grandes cadenas globales de bienes y servicios; con
mayor inclusión y movilidad social por la calidad de su educación pública. Con
ciudadanos comprometidos, participando activamente desde las diversas
organizaciones privadas, desde la sociedad civil o el sector público. Un sector
público eficiente y eficaz, al servicio del interés común.
Replicar ese
Chivilcoy del siglo XXI depende de una sociedad con capacidad de generar bienes
públicos y emprendedores privados preocupados por construir riqueza antes que
acumular ganancias.
Y hagamos 100 ó
1000 Chivilcoy en toda nuestra querida Patria.
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Una nueva batalla contra el ecocidio planificado se
avecina: Gustavo Grobocopatel
oficializó junto a Cristina Fernández de Kirchner el anuncio de la adquisición
de AGROFINA, una empresa que hasta hace poco pertenecía a capitales brasileños,
y con la cual "El Rey de la Soja" pretende desembarcar en la
producción de agrotóxicos a gran escala, tratamiento de semillas y venta de
know-how agroindustrial. Este anuncio de Los Grobo y el gobierno nacional se
sumas a otros no menos alarmantes, como la Soja HB 4 resistente a la sequía y el lanzamiento
del primer trigo transgénico, producto de la estrecha relación entre Gustavo Grobocopatel y su "think tank" con
Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología y lobbysta de las grandes
transnacionales de la biotecnología, la farmaceútica y la nanotecnología.
Grobocopatel y
Cristina Kirchner
anuncian millonaria inversión en agrotóxicos
18 de junio de 2013
18 de junio de 2013
El empresario Gustavo
Grobocopatel ratificó hoy a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner la concreción de inversiones de su
grupo empresario por 400 millones de pesos, parte de ellas destinadas a
Agrofina, la compañía de agroquímicos comprada a capitales brasileños.
La empresa sumará cien empleos, entre directos e indirectos, a su
plantilla actual de 270 trabajadores, informó esta tarde el Ministerio de
Industria a través de un comunicado de prensa.
Durante la audiencia, celebrada en Casa de Gobierno, Cristina
estuvo acompañada por los ministros de Industria, Débora Giorgi; de Economía,
Hernán Lorenzino; y de Agricultura, Norberto Yauhar.
El proyecto del Grupo Los Grobo contempla la adquisición de
Agrofina, una de las pocas plantas del Mercosur que sintetiza y formula
fitosanitarios de alto valor.
El foco del plan de inversiones general del grupo es la producción
de fitosanitarios de nueva generación y alto valor, de bio-pesticidas naturales
y procesamiento y tratamiento de semillas.
Con anterioridad, la mandataria participó de un acto de
entrega de coches autobomba. La ceremonia se llevó a cabo en la explanada de la
Casa de Gobierno, con la asistencia del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal
Medina; el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Juan José Mussi y
otras autoridades, así como representantes de entidades de bien público.
Infonews (Grupo Szpolski-Garfunkel) Fuente: http://pararelmundo.com/grobocopatel-y-cristina-kirchner-anuncian-millonaria-inversion-en-agrotoxicos/
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Grobocopatel: el rey de la dékada
junio de 2013
Su presidente y
cara visible se autodefine como un “sin tierra”, habla de una revolución
agraria encabezada por los pooles de siembra y “el conocimiento”, y defiende la
sojización asegurando que trae más beneficios que prejuicios. Una mirada sobre
el Grupo Los Grobo, uno de los grupos empresarios que más creció en el campo
durante el kirchnerismo y que comparte su visión del granero de China.
Los Grobo inició
sus actividades a mediados de los ‘80, en Carlos Casares, provincia de Buenos
Aires, principalmente en la producción de granos. En ese momento la estructura
operativa consistía de 3.500
hectáreas de campo, una pequeña oficina, un camión y
cuatro empleados.
A partir de los
años ‘90, la empresa modificó su estrategia y comenzó a establecer redes con
productores y proveedores permitiéndole crecer en escala. A fines de esa
década, de la mano de Gustavo
Grobocopatel, la empresa se plegó a “la revolución técnica” operada en el agro,
con la hipertecnificación de la producción. Como forma de esquivar las crisis que
por finales de los ‘90 golpeaba a la Argentina, el grupo diversificó sus
inversiones ingresando a varios países de la región. Comenzó a
participar en Uruguay en sociedad con ADP, en Paraguay como Tierra Roja, en el
negocio de harinas de trigo adquiriendo Molinos Cánepa, y en Brasil, en
sociedad con PCP, adquiriendo y conformando diversas empresas, como por ejemplo
CEAGRO.
El Grupo Los Grobo
se autodefine en la actualidad como una empresa de producción y procesamiento
de granos pero, fundamentalmente, es un grupo de prestación de servicios. Se
orienta hacia la oferta de servicios de producción, acondicionamiento de
mercaderías, logística, comercialización de granos y agroinsumos, servicios y
asesoramiento financiero, información, manejo del riesgo, asesoramiento técnico
y asesoramiento en gestión.
En el ‘94 Los Grobo
sembraron 70 mil hectáreas y tenían 5.000 propias. Hoy su director se
autodefine (casi cínicamente) como “un sin tierra”. Al igual que varios de los
actores que en la actualidad dominan los agronegocios en nuestro país y nuestra
región, el grupo empresario de Carlos Casares, vio la posibilidad de generar
ganancias en el agro sin invertir ni correr los riesgos que implica la
propiedad de la tierra.
En entrevista con
el portal plazademayo.com, Gustavo
aseguraba: “Se puede hacer producción sin capital porque te lo prestan. Se
puede hacer producción sin trabajo porque lo tercerizás. Sin tierra, sin
capital, sin trabajo. Podés hacer producción sin nada. Sin nada, no: lo único
que necesitás es el conocimiento. Si vos tenés conocimiento, podés hacer un
business plan y te prestan la
plata. Si vos tenés conocimiento, podés convencer a este
dueño de la tierra de que te la
alquile. Si vos tenés conocimiento, podés desarrollar tus
proveedores, que te hacen el trabajo por vos”.
Los Grobo explota
hoy unas 280 mil hectáreas, asegura que no posee tierras propias, pero sí
individualmente sus socios. No como grupo empresario. Centralmente explota
campos ajenos en arriendo, aporta productos y servicios: semillas y
fertilizantes.
La facturación
anual de Los Grobo es de 900 millones de dólares en total. Entre el 40 y el 45%
es en la Argentina, un 40% en Brasil y cerca de un 15% en Uruguay. Paraguay en
menor medida. Actualmente estudian su ingreso a Colombia.
Una
“déKada” ganada
En las últimas
semanas, algunas declaraciones y movimientos financieros del Grupo despertaron
en la prensa especializada las más variadas hipótesis sobre el futuro de las
inversiones de Los Grobo en la Argentina. Luego de las declaraciones de su
gerente el último 23 de mayo en el Primer Encuentro de Agronegocios
Argentino-Brasileño, organizado por la Embajada de Brasil, la Cámara de
Comercio Argentino-Brasileña y el Grupo Brasil, en las que Grobocopatel
criticara la política agraria local al asegurar que “en la Argentina estamos
secos por pagar 80% de impuestos”, se encendieron varias luces de alarma.
Sin embargo, y a
pesar de las especulaciones, desde el Grupo y desde el gobierno argentino
aseguran que no habrá desinversión en el país. Y en estos días se anunció
también la compra de la
firma Agrofina con un plan por 400 millones de pesos para
desarrollar agroquímicos en el país. Y es que más allá de los chisporroteos
mediáticos, las declaraciones altisonantes o la antigua retórica anti soja del
gobierno nacional (hoy prolijamente silenciada) y las posiciones encontradas
durante la crisis agraria del 2008, varios son los puntos de convergencia entre
la política y los objetivos de ambos.
El crecimiento del
grupo en la última década es una clara muestra de que en Argentina se puede
hablar mal de la soja pero generarle espacio para fabulosas ganancias a quien la
siembra, y también se puede ser un empresario que critica al gobierno que le
permitió generar esas fabulosas ganancias.
La empresa de Los
Grobo se configuró como el estandarte de la “nueva ruralidad”, una ruralidad
vinculada a los avances científicos y a la hipertecnificación de la producción
que fue creciendo en facturación e influencia a partir de la segunda mitad de
la década del ‘90, pero que dio un salto en la última década con la expansión
del boom sojero. Las mas de 60 mil hectáreas cultivadas en el país en la última
campaña, una capacidad de acopio de mas de 1.600.000 toneladas y una
facturación que rondó los 600 millones de dólares sólo en Argentina, hacen
pensar que la sociedad gobierno-agronegocios tiene cuerda para rato.
La facturación del
grupo pasó de 96,7 millones de dólares en 2003 a 1305,3 en 2012. Si
bien esa es la facturación total de todas sus inversiones desperdigadas por el
Mercosur, Argentina sigue representando como en el comienzodel negocio el mayor
porcentaje de ganancias.
También durante
estos años el grupo ha sabido aprovechar los “incentivos” gubernamentales. El
caso más significativo es el creado por el gobierno destinado a otorgar
compensaciones a operadores que vendan productos derivados de trigo, maíz,
girasol y soja en el mercado interno, de forma de abastecer la demanda y el
consumo del mismo. A través de la División Molinos , se comercializa harina tipo 000
para consumo masivo conforme la política de precios impulsada por la Secretaria
de Comercio Interior y accediendo al derecho de compensaciones por el trigo
molido para producción de harina.
El conocimiento como
commodity
“La verdad es que
con el Ministerio de Ciencia y Tecnología he tenido una excelente relación, con
muy buenos resultados”, aseguró en entrevistas a la prensa Gustavo Grobocopatel. Y es que
este es otro de los puntos de unión de intereses entre el gobierno y Los Grobo.
En cada reportaje brindado por el ingeniero agrónomo devenido en empresario se
encarga de remarcar que a diferencia de lo que ocurría con la producción años
atrás, hoy el principal agregado de valor es el conocimiento.
En ese marco, llegó
a afirmar que los pooles de siembra y los productores sojeros están
protagonizando una “revolución agraria” sólo comparable con la Revolución Industrial
inglesa. Esta sociedad estado-agroempresarios tiene su expresión concreta en
instituciones como el INDEAR, centro de investigación tecnológica ubicado en
Rosario que une a científicos del CONICET y a la Universidad Nacional
del Litoral con empresarios del agro en la búsqueda de mejoras biotecnológicas
que permitan aumentar los rindes y, por supuesto, las ganancias.
En esta visión, el
Estado aporta el conocimiento y la preparación de los científicos y los
empresarios el capital para la investigación. Y los resultados también se
reparten, como en el descubrimiento del HB4, la construcción genética que
permitió crear semillas resistentes a la sequía. Allí se
generaron regalías para el CONICET y la UNL y la concesión del uso y la
explotación del descubrimiento por 20 años a Bioceres, la empresa de
investigación liderada por Grobocopatel.
Sin embrago, muchos
científicos cuestionan ese modelo de asociación. Y es que tras estas sociedades
lo que se oculta es el debate de dos ideas contrapuestas. Por un lado, el
relato exitista y de progreso que pregonó la presidenta en la apertura de la
asamblea legislativa del año pasado centrada en la idea de la exportación de
conocimiento, una especie de commodity intelectual que, como en el caso de los
naturales, parece orientarse en torno a las necesidades de las grandes
potencias compradoras, dejando para nuestro país a lo sumo regalías o ingresos
por su exportación.
“Son científicos
argentinos que lo han patentado -patente argentina (aplausos)- asociados con
una empresa argentina que acaba de firmar un joint venture con una empresa de
origen estadounidense para la explotación a nivel mundial de este
descubrimiento que puede reportarle al CONICET en términos anuales,
considerando únicamente el mercado interno, algo así como 95 millones de
dólares de regalías a partir de su explotación que se desarrollará en los años
2014 y 2015” ,
anunciaba Cristina. Una visión que comparten los socios privados del INDEAR,
como afirmaba la cabeza visible del grupo económico Los Grobo: “Argentina
exportará conocimientos y participará de una mega construcción colectiva donde
la ciencia y los agronegocios ofrecen nuevas soluciones a los problemas de la
humanidad”.
Por otro lado, se
encuentra la visión que manifiesta otras preocupaciones ante este panorama. Consultado
por SURsuelo, el doctor Damián Verzeñassi, subsecretario Académico de la
Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, comentó en esa dirección:
“Veo con
preocupación que la articulación público-privada no se está dando con el
objetivo de beneficiar a la comunidad, sino con el objetivo de beneficiar a
determinados grupos económicos. Independientemente de que hay excepciones, hay
que dejarlo en claro porque este tipo de avances como el que se está dando
ahora tiene que ver con una necesidad del sector productivo de poder mejorar
rindes en situaciones ambientales adversas y no está pensado para reconocer o
devolver la producción agrícola a la cultura del agro que implica nuevamente
los campesinos en los campos, los trabajadores rurales trabajando dignamente en
sus lugares y, principalmente, recuperar la soberanía alimentaria a partir de
una cultura que sea propia”.
Todos los caminos conducen
a Beijing
Finalmente, hay una
visión que termina uniendo al “rey de la soja” con la región y principalmente
con la Argentina, o mejor dicho con el modelo de país que hoy lleva adelante la Argentina. En cada
declaración o análisis, de los muchos que gusta hacer en conferencias o notas
periodísticas Gustavo Grobocopatel,
siempre se encarga de remarcar el rol que él cree que debe tener América Latina
en el concierto mundial de naciones y que podría resumirse en su frase: “Este
modelo sólo corre peligro si se mueren 500 millones de chinos”. Y es que la
alianza, que él denomina natural, con el gigante asiático es el punto más
álgido donde sus intereses convergen con los del modelo económico de Argentina,
pero también del resto de los países del Mercosur. La idea del granero del
mundo parece haberse achicado hasta la de ser el granero de China. Y,
paralelamente, el receptor de sus manufacturas. Casi una reedición de la
relación con la Gran
Bretaña compradora de carnes y vendedora de manufacturas de
principios del siglo pasado. Si bien, al igual que la presidenta, una y otra
vez el líder de Los Grobos repite la necesidad de generar cadenas de valor que
despeguen a nuestros países del fenómeno de la primarización de las economías
en donde sólo se exportan commodities, los números parecen correr en otro
sentido.
El comercio total
entre China y América Latina aumentó de 2011 a 2012 un 8%, llegando a 255,496 millones
de dólares. Las exportaciones chinas, principalmente manufacturas, a América
Latina crecieron 11% a 131,042 millones de dólares, mientras las exportaciones
latinoamericanas, granos o sus derivados, hacia China aumentaron 5% a 124,454
millones de dólares. Cuando la presidenta Cristina
Fernández anunció el lanzamiento del Plan Estratégico
Agroalimentario y Agroindustrial 2020 que pretende entre otros objetivos llevar
la cosecha de granos de 157 millones de toneladas frente a los 100 millones
actuales, seguramente Gustavo se
frotó las manos, pensando en los negocios por venir. Consultado sobre el tema
declaró: “Estamos todos con una expectativa positiva, porque por primera vez un
presidente habla sobre esta visión. Ninguno lo había hecho antes. Menem nunca
mencionó la palabra ‘soja’. Entonces, a lo mejor es una nueva etapa que lo que
hace es facilitar que este proceso ocurra”.
Y, en ese sentido,
parece marchar la política argentina. Recientemente en su visita a Beijing, el
titular de la cámara de diputados Julián Domínguez explicaba que “desde el
2003, con Néstor Kirchner y luego con la presidente Cristina
de Kirchner, Argentina ha preparado toda la infraestructura para darle al
intercambio bilateral la profundidad y la dinámica que amerita un socio tan
importante como China”. Y aseguraba que “Argentina aspira a producir 160
millones de toneladas de cereales y oleaginosas en 2020, y a profundizar el
estándar de protocolo que nos permita una rápida autorización de los mismos
para entender los eventos genéticos y biotecnológicos en ambas naciones”.
“Hay un gobierno
que está alineado y la oposición en general también está alineada”, llegó a
declarar Grobocopatel, consultado sobre el anuncio del Plan Agroalimentario y
su intensión de intensificar la producción granaria, principalmente sojera en
la Argentina de los próximos años. Y no parecía estar muy errado. No sólo el
kirchnerismo peregrina a Beijing, como quien peregrina a la nueva meca de la
economía global en busca de nuevos negocios y del estrechamiento de la relación
comercial.
El primer ministro
chino Li Keqiang recibió al presidente de la Cámara de Diputados y a una
delegación de legisladores del Frente para la Victoria
(FPV), la Unión
Cívica Radical (UCR), Propuesta Republicana (PRO), Frente
Amplio Progresista (FAP) y el Frente Peronista, a la que aseguró que la
Argentina tiene “un enorme potencial en materia agropecuaria y alimentaria”.
Es entendible que
el Plan Estratégico Agroalimentario le resulte al empresario Grobocopatel un
anuncio “positivo”. El líder de los Grobo parece entender que la política
agraria va mas allá de “las discusiones para la tribuna”, y que en esta idea de
la soja como producto estrella vinculada al mercado chino pocas diferencias hay
entre los que dirigen la política desde el oficialismo o desde la oposición. Grobocopatel
parece tener asegurada otra década ganada, esté sentado quien esté sentado en
el sillón de Rivadavia los próximos 10 años.
Fuente: http://www.brujulacomunicacion.com/index.php/cooperativa/periodico-sursuelo/item/794-grobocopatel-el-rey-de-la-dekada
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