El Villazo, triunfo de
la clase obrera, y el operativo “Serpiente Roja”
En marzo
de 1974, en Villa Constitución, desde el corazón
mismo de las plantas industriales metalúrgicas de Acindar, Marathón, y Metcon,
los trabajadores llevaron adelante una lucha con la que - en unidad con otros obreros y apoyados por campesinos
y comerciantes - lograron
el objetivo de elegir y poder ser elegidos libremente para la conducción de la
seccional de la
Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el cuerpo de delegados.
Por Leónidas Ceruti.
INTRODUCCION
En marzo de 1974, en
Villa Constitución (Provincia de Santa Fe), desde el corazón mismo de las
plantas industriales metalúrgicas de Acindar, Marathón, y Metcon, los
trabajadores llevaron adelante una lucha con la que -en unidad con otros obreros
y apoyados por campesinos y comerciantes- lograron el objetivo de elegir y
poder ser elegidos libremente para la conducción de la seccional de la Unión Obrera Metalúrgica
(UOM) y el cuerpo de delegados.
Esa gesta proletaria,
conocida como El Villazo, se apoyó en las propias experiencias de sus
protagonistas, y recibiendo los legados del Cordobazo, los Rosariazos y las
luchas que la clase obrera venía desarrollando desde hacia varios años, y quedó
como un hito en la historia de las luchas obreras de nuestro país.
En las páginas
siguientes, abordaremos sobre su origen, desarrollo, características. Y sobre
todo, hemos apelado a las vivencias y voces de sus protagonistas.
1.-LA CIUDAD Y LAS EMPRESAS
METALURGICAS
Hasta mediados de la
década de 1940, Villa Constitución era una pequeña localidad concentrada en
torno al complejo ferrocarril-puertos. Sobresalían por su número los obreros
portuarios, que durante la crisis mundial de 1929, llevaron adelante una serie
de luchas liderados por los anarquistas.
La población urbana se
completaba con una pequeña clase media, compuesta por personal administrativo
público y privado, comerciantes acomodados y algunos profesionales. Además de
unas pocas familias cuyo “prestigio social” se basaba en el hecho de haber sido
los primeros pobladores.
El censo nacional de
fines de los 40 reveló que por entonces el distrito Villa Constitución poseía
una superficie de 100 km², con una población de 9.183 habitantes, de los cuales
6.203 vivían en la zona urbana y 2.980 en la rural.
La ciudad, tenía por
un lado un puerto de ultramar, conectado con importantes vías férreas y
caminos, y por otra parte un área cerealera, y existía una relación de
dependencia mutua, dado que la primera era el centro comercial, legal y
administrativo y, fundamentalmente el puerto se utilizaba para la salida de los
cereales.
Pero llegando a
comienzos de los años 50, ese proceso se revierte en virtud de los
asentamientos industriales que empiezan a darse en el distrito basándose en las
mismas condiciones de infraestructura, es decir un fácil acceso a los mercados
nacionales e internacionales, gracias al puerto, vías férreas y rutas. También
se contaba con una razonable oferta de mano de obra desocupada, que por un lado
fue expulsada del puerto debido a la construcción de un elevador terminal de
granos (1947), el cual eliminó la necesidad de estibadores por sus sistema de
cintas transportadoras de cereal. Por otro lado estaban los desocupados
provenientes del campo "donde el crecimiento de los núcleos familiares aceleró
el proceso de subdivisión de la tierra, restándole productividad"
sumándose a ello el avance de la mecanización. Estas condiciones locales, unidas a
la política nacional de fomento industrial implementada por el gobierno
peronista, crean el campo propicio para la concurrencia de capitales a la zona,
dando lugar al asentamiento de fábricas tales como: Acindar, Aceitera, CILSA.
(1)
Cuando se empieza la
construcción de Acindar, la situación económica cambia radicalmente y de ser
una ciudad que expulsaba población se convierte en un polo de atracción. No
solamente de la zona circundante como las poblaciones rurales o vecinas, sino
que también se produce un fenómeno importante como la llegada de inmigrantes
que se radican en Villa Constitución. El lugar elegido por la nueva industria
reunía todos los requisitos que en ese momento una empresa podía exigir: una
zona cercana a Buenos Aires y a Rosario, con fácil acceso tanto a las vías del
ferrocarril como a la red caminera. Además, la posibilidad de instalar un
puerto propio de aguas profundas sin necesidad de dragado y la viabilidad de
conseguir mano de obra. (2)
En 1942, el Ingeniero
Arturo Acevedo había creado Acindar Industrias Argentinas de Aceros SRL. Al año
siguiente comenzó a funcionar una planta en Rosario y en 1951 otra en Villa
Constitución. Veinte años después se asocia con capitales alemanes y levantan la fábrica Marathon Argentina
de Aceros Finos y Especiales. Con los años fue sumando empresas ligadas a la
metalurgia y a la producción de caños plásticos.
En las dos primeras,
se producían para el sector de la construcción en un 50%, el resto para las
industrias agrícolas, del gas y petróleo. Los principales productos eran hierro
y acero para hormigón armado, hierro en ángulos cuadrados y hexagonales, aceros
laminados, flejes, trefilados, alambres comunes y galvanizados, tubos y caños.
Mientras que Marhaton producía aceros especiales, de alta aleación, piezas
forjadas, aceros para la construcción de maquinarias y electrodos de todo tipo.
A fines de 1972, con
una producción de 456.000 toneladas de laminados, participaba con un 22% de la
producción nacional, mientras que en acero crudo, fabricaba 155.000 toneladas.
Contaba con un
personal de 3.500 obreros, 1600 empleados, más 600 obreros y 100 empleados en
Marathon.
En los principales
lugares del directorio, estaban José Alfredo Martínez de Hoz (h), como
presidente, Arturo Acevedo, como director comercial, Juan Carlos Sorondo, como
director financiero.
2.-LA DERROTA DE 1970
Para los trabajadores
de Acindar la huelga de 1970 quedó registrada como una derrota y una traición
de sus dirigentes. “Mientras los obreros llevaron adelante una heroica e
inquebrantable huelga por la reincorporación de los delegados cesantes, éstos
negociaron su renuncia a espaldas de los trabajadores, percibiendo a cambio una
indemnización muy superior a la que les correspondía. Por esto, los obreros
sintieron que ellos realizaban los esfuerzos, corrían los riesgos de despido,
veían disminuir sus salarios y sus dirigentes se enriquecían usufructuando con
sus sacrificios. Las consecuencias de este conflicto para la praxis política
del movimiento obrero local fueron devastadoras. Provocó la desmovilización de
los trabajadores, la apatía y desconfianza hacia el sindicalismo y sus
dirigentes. También quebró la unidad, la asociación y la solidaridad de los
trabajadores, generando salidas individualistas. Asimismo, provocó que en los
obreros prevalecieran sensaciones de frustración, decepción, desánimo y
escepticismo con respecto a las luchas obreras, al sindicalismo y,
especialmente, a los dirigentes sindicales, cuya imagen se vio muy deteriorada
por los rumores sobre su deshonestidad y su traición. No sorprende entonces que
otra consecuencia de esta huelga haya sido la desmovilización generalizada y la
deserción de algunos de los mejores y más representativos militantes.
“Solucionado el
conflicto, el secretario general Ricardo Gómez renunció y la seccional fue
intervenida. Por esto, el conflicto también puede interpretarse como una
táctica de la burocracia nacional de la UOM con el objeto de no convocar a
elecciones e intervenir nuevamente esta importante seccional con el objeto de
privar a los afiliados locales de reivindicaciones tales como un sanatorio,
ambulancias, camping y evitar los históricos reclamos por la centralización de
los fondos sindicales y por los descuentos de leyes sociales que nunca eran
reinvertidos de acuerdo a los aportes que los afiliados locales realizaban. (3)
3.-LAS BASES SE
ORGANIZAN
Durante los meses que
siguieron a aquel conflicto de 1970, comenzó a organizarse un grupo secreto y
clandestino, y así surgió el Grupo de Obreros de Acindar (GODA). Su principal
actividad fue la denuncia de las condiciones laborales y las arbitrariedades de
la patronal.
Dos años después, en
base a esa experiencia se formó el Grupo de Obreros Combativos del Acero (GOCA)
coincidiendo con el ingreso a la fábrica de una gran cantidad de obreros
jóvenes que no habían sufrido la derrota de la huelga del 70.
Ángel Porcu, trabajador de Acindar desde 1961,
describió esos momentos: “Hacia fines de 1971 se fueron gestando dentro de los
trabajadores las primeras manifestaciones de oposición directa contra los
interventores, la
Comisión Interna (CI) y los delegados obsecuentes. En esta
situación, al realizarse la elección de delegados, decidí aceptar el cargo de
delegado y comencé a ver más de cerca toda la corrupción existente en el
sindicato. En las primeras reuniones de delegados en las que participé (en las
que fue designada la nueva CI ,
integrada por dos miembros de la anterior) pude comprobar que de los 40 o 45
delegados existentes sólo 4 ó 5 éramos los que intentábamos plantear
reivindicaciones laborales y salariales, cosa que no lográbamos impulsar ya que
encontrábamos una fuerte oposición de los interventores, de la CI y de un buen
número de delegados, quienes preferían defender los derechos de sus respectivas
secciones en forma individual. Por ejemplo, frente a una diferencia en la prima
de producción (la sección laminación cobraba una prima quincenal de
aproximadamente 8000 pesos, mientras que una sección de planta alambres no
pasaba de 1500 promedio), los delegados de la planta alambre plantearon la
necesidad de exigir a la empresa una equiparación en la prima de producción
equivalente al de laminación. Frente a este pedido, los interventores y la CI
respondieron que era inoportuno, ya que la patronal no lo otorgaría. Entonces
la propuesta fue iniciar medidas de fuerza tales como un corte de horas extras.
Esto provocó la respuesta airada de los propios delegados de laminación quienes
plantearon que ellos "no estaban dispuestos a perderse las horas extras
por un reclamo inoportuno".
Desde las bases fue surgiendo un pequeño grupo
de compañeros, que en forma clandestina, redactaban y difundían volantes
denunciando entre los trabajadores la actitud frenadora de la CI que junto a
los interventores beneficiaban a la empresa. A mediados de 1972, fui invitado por
estos compañeros a participar de una de sus reuniones y me integré al grupo. En
éste, participábamos no más de diez compañeros que nos identificábamos, en
forma clandestina, bajo el nombre de "Grupo de Obreros Combativos de
Acindar" (GOCA). A través del GOCA nos dimos toda una actividad de
denuncia contra la patronal, los interventores, la CI y los delegados
obsecuentes, en una clara definición antipatronal y por la "democracia
sindical". Nuestro objetivo primordial era el de ir ganando para nuestro
grupo a los compañeros más combativos de las distintas secciones de fábrica, a
través de los cuales distribuíamos nuestros volantes entre los trabajadores,
apuntando a recuperar el cuerpo de delegados y la CI en las próximas
elecciones”. (4)
Posteriormente, como
herramienta para la recuperación de la seccional se creó el Movimiento de
Renovación Sindical (MRS), cumpliendo satisfactoriamente su primer objetivo:
ganar la elección de delegados de Acindar. Cuando el interventor Trejo convocó
a la Junta de delegados para elegir la Comisión Interna
de Acindar, ese grupo de activistas tenía ya todo previsto para asegurar el
triunfo de cinco de sus integrantes.
Nuevamente recurrimos
a Porcu, para que conocer como fueron esos días “Nuestro trabajo fue dando
resultados positivos y en la proximidad de las elecciones de delegados, existía
en toda la fábrica una efervescencia y predisposición (en todas las secciones)
para presentar un candidato de nuestro grupo. Incluso en las secciones donde
existían delegados obsecuentes con la intervención. En
esta nueva situación de lucha decidimos crear una agrupación más amplia por la
cual formamos, el Movimiento de Recuperación Sindical (MRS). Su funcionamiento
era semiclandestino, lo cual nos permitió nuclear y organizar un gran número de
activistas combativos de casi todas las secciones de fábrica”.
“Ganada la Comisión Interna ,
se inició un proceso acelerado de luchas reivindicativas elevándose temarios en
casi todas las secciones. Mediante la aplicación de medidas de fuerza -quite de
colaboración, trabajo a reglamento- se obtuvieron una serie de
reivindicaciones: calorías, trabajo peligroso, categorías, terminar con la
prepotencia de los jefes y encargados y lograr que los obreros fueran
respetados. Debido a estos logros, el MRS y la CI alcanzaron una gran
representatividad dentro de Acindar. Este ejemplo trascendió y así fueron
sumándose al MRS obreros de otras fábricas. (5)
La experiencia
democrática en la seccional local de la UOM había sido excepcional,
predominando las intervenciones y las autoridades designadas por la burocracia. Esto
coadyuvó, por un lado, a la subestimación de las prácticas democráticas y del
estado de derecho y a cierta tolerancia de las prácticas violentas. Por otro
lado, las intervenciones provocaron entre los metalúrgicos villenses un
profundo malestar, que finalmente derivó en un definido enfrentamiento con la
burocracia nacional de la UOM liderada por Lorenzo Miguel.
Los afiliados de la
UOM local inferían que el secretariado Nacional de la UOM intervenía la
seccional local para privarlos de los servicios más elementales. Consideraban
que la burocracia hacía un uso discrecional de los fondos recaudados en la
seccional y que el presupuesto que giraba el secretariado nacional no era
proporcional al importante aporte realizado por los afiliados locales. El
servicio de salud que brindaba la seccional local era deplorable. Por eso, los
casos de enfermedades complejas, de gravedad o urgencias, debían ser
trasladados a Rosario o la Capital.
Los afiliados
advertían que la burocracia derivaba cuantiosos fondos a las seccionales
mencionadas que gozaban de óptimos servicios de salud y recreación mientras que
ellos carecían hasta de lo indispensable. Por otro, las intervenciones eran
vistas como parte del proceso de centralización y concentración del poder en
Buenos Aires. Por ello, desde los incipientes gérmenes de reorganización a
partir del GODA los objetivos fueron la recuperación y normalización del
sindicato, su democratización y la elección de las autoridades locales por sus
afiliados. Tampoco resulta sorprendente que otras de las reivindicaciones
solicitadas fueran la construcción de un policlínico y que los interventores
dieran explicaciones sobre el destino de los descuentos por cuota sindical y de
los aportes por obra social.
El MRS, había
abandonado en gran parte el accionar secreto y clandestino que caracterizó al
GODA y al GOCA. Pero los obreros que se oponían a la intervención advertían que
era necesario profundizar aún más la transparencia de sus actividades para
alcanzar la trascendencia, notoriedad pública y presencia política que requería
la participación en las elecciones, entonces surge así la “Agrupación 7 de
septiembre, Lista Marrón”. Pero la burocracia, temerosa de perder una seccional
tan importante, intentó excluir a la seccional Villa
Constitución del proceso tendiente a normalizar las
seccionales “porque no existían condiciones debido a que el gremio se
encontraba dividido y no se podía sacar una lista única”. Mientras tanto,
Lorenzo Miguel “sancionaba” al interventor Trejo por “negligencia” y designaba
como delegados normalizadores a Lorenzo Osvaldo Oddone y a Jorge Ramón
Fernández. (6)
4.-EL DESARROLLO DEL
VILLAZO
El Comité de Lucha describió cómo nació el
conflicto. “Nuestro movimiento viene gestándose desde hace aproximadamente un
año, pero tiene sus raíces en la intervención de la seccional de la Unión Obrera Metalúrgica
en 1970 después de la derrota de la huelga de diciembre-enero. A partir de
allí, los trabajadores de las tres fábricas más importantes de Villa
Constitución (Acindar y Marathón, que pertenecen a la misma empresa, y Metcon,
de la Ford), más los compañeros de otras fábricas y talleres metalúrgicos, no teníamos
un sindicato normalizado que sirviera para defender nuestros derechos, que
mantuviera a raya la prepotencia de los patrones y estuviera a la cabeza de la
lucha para resolver nuestras innumerables necesidades y problemas que hacen a
nuestras condiciones de vida y de trabajo. Tampoco en un primer momento, debido
a las maniobras burocráticas y patronales, logramos constituir cuerpos de
delegados y comisiones internas que expresaran realmente el sentir de las
bases.
“Mientras tanto, y a
causa de ello, se frenaba el avance de nuestro gremio por las conquistas más
vitales y urgentes que era necesario alcanzar o consolidar; salarios que
posibilitaran condiciones dignas de vida para los trabajadores y sus familias,
el cumplimiento del convenio especialmente por parte de talleres y contratistas
en lo que se refiere a categorías, trabajo peligroso e insalubre, calorías,
etc., más las reivindicaciones que hacen a otros aspectos de las condiciones de
trabajo y ritmos de producción para evitar el agobio de los trabajadores y la
superexplotación, el atraso en los pagos, la falta de pago de las horas extras
y la miseria salarial y la expoliación a que se somete a los menores
aprovechándose de su necesidad imperiosa de trabajar. A eso hay que agregar el
grave problema de la falta de servicios sociales, particularmente en lo que
hace a la asistencia médica y medicinal, pues a pesar de que la dirección
nacional de la UOM se lleva de Villa Constitución 80 millones de pesos por mes
(por cuota sindical y ley 18610), sólo devuelven una ínfima parte que no
alcanza para cubrir ni las menores necesidades.
“El sindicato en manos
de la burocracia, las artimañas, la represión abierta o encubierta de la
patronal y de la intervención sindical impedía sistemáticamente terminar con
estos abusos que son conocidos por todos y cada uno de los compañeros
metalúrgicos, tanto de las grandes fábricas nacionales o extranjeras, como de
los talleres o fábricas chicas.
“Ese es el sentido de nuestra lucha por la
democracia sindical, por la participación de las bases en todas las decisiones,
la elección de delegados y comisiones internas combativas y honestas que
representaran verdaderamente a sus compañeros de trabajo, que resistieran las
presiones de la patronal y de la burocracia, que condujeran la lucha por la
recuperación del sindicato y por la solución de las necesidades más apremiantes
y lograran así que los trabajadores de Villa Constitución se unieran a la lucha
que por sus intereses, derechos y aspiraciones han llevado y llevan adelante
los compañeros obreros y trabajadores de todo el país. (7)
4.1.-COMIENZA EL
CONFLICTO
“El primer paso de
nuestro movimiento, estuvo dado por la presión ejercida por las bases y
comisiones internas y cuerpos de delegados sobre la intervención para la
renovación del cuerpo de delegados e internas de Acindar y Marathón, compuestos
por 87 miembros en la primera y 20 en la segunda. Esta
renovación debía ser previa a un congreso de delegados a realizarse el 25 de
enero en donde debía ser elegida la junta electoral que actuaría en las
elecciones para directivos de la sección Villa
Constitución de la UOM”.
“Elegidos 14
delegados, uno solo fue ganado por la burocracia, entonces la intervención
suspende las elecciones en el resto de las secciones. Como consecuencia el congreso
no es convocado por el interventor Trejo”. (8)
A pesar de ello, la Lista Marrón realizó
el 26 de enero una reunión, que a la postre resultaría importantísima y pasaría
a la historia del conflicto, A través de un articulo de la revista Militancia ,
de febrero de 1974, podemos conocer la intimidad de lo sucedido en ese
encuentro. “Se realizó una asamblea de metalúrgicos, convocada por el
Movimiento Metalúrgico “7 de septiembre”, Lista Marrón, en el local cedido
solidariamente por compañeros de la construcción. El nombre del movimiento significa
para estos compañeros una larga lucha que sostuvieron para lograr que se fije
el “Día de los Metalúrgicos”. Nos explica un compañero: “Por eso este nombre.
Esta lista es auténticamente metalúrgica y que si bien no prescinde de la
política hay compañeros de distintos colores políticos”.
“Asistieron
aproximadamente entre 250 y 280 compañeros de las distintas empresas, Acindar,
Indape, Mecon, Marathón, Vilber, y talleres chicos de la zona. Hace 4 años la
seccional fue intervenida. El interventor, un tal Trejo nombrado por Rucci,
llegó de Buenos Aires y todavía no saben los compañeros si alguna vez fue
metalúrgico. Ahora está incluso “trenzado” con el intendente, y así tiene la
manija no sólo del sindicato sino también de la Municipalidad. Esta
intervención que no se justifica de ninguna manera, está privan do el avance de la clase trabajadora.
Uno de los
trabajadores comentó: “Frente a todas esas injusticias que se cometen día a
día, frente a la traición de quienes se dicen representantes y que se prestan a
los intereses de la burocracia y la patronal, surge la necesidad de unirse y
organizarse”.
En el desarrollo de
ese encuentro, los discursos fueron claros y concretos, y algunos de ellos
destacaron: “Por esta situación, un grupo de compañeros hemos resuelto
organizarnos para que en definitiva tengamos una comisión directiva elegida por
las bases y que realmente responda a las bases. Pero queremos hacer las cosas
bien, agotar todas las instancias legales para que no digan que nosotros somos
guerrilleros, bolches, que no se pongan excusas delante de la gente confundida,
la excusa que ponen todos los días cuando hay un grupo de compañeros que sale a
manifestar su repudio por una injusticia”
“La Lista Marrón va a
triunfar si no hay trampas. Nos tenemos que preparar para que en cada maniobra
que ellos intenten para perjudicarnos, les demos la respuesta necesaria y en el
momento oportuno. Tenemos que consolidar la unión y la capacidad de lucha para
vencer a estos traidores. Debemos estar unidos para rechazar todas las
maniobras que sabemos que se van a acentuar más todavía. Si hasta fabrican
leyes para que puedan inventar excusas para apalearnos y torturarnos”,
Otra de las voces
escuchadas manifestó: “Abramos bien los ojos, sin distingos de ideas políticas:
a los obreros nos unen muchas cosas, que no nos separe un color político o una
camiseta partidista, porque sabemos que los que aprovechan esa oportunidad son
los burócratas. Les pido a los compañeros que nos nucleemos en este Movimiento.
En este local que va a estar abierto todo el día, que aportemos ideas, que
aportemos trabajo, haciendo propaganda, trayendo un nuevo compañero. No nos
dejemos engañar y ante todo no nos dejemos asustar. Porque sabemos que van a
apelar a muchas cosas, tienen muchos medios ,
tienen autoridades, tienen plata, tienen el secretariado, pero les falta el
arma más poderosa y esa la tenemos nosotros: LAS BASES”.
“Ante cada maniobra la
respuesta de los trabajadores debe ser una sola: movilizándonos, haciéndoles
sentir el peso nuestro. Ellos nos van a querer apurar, nos van a querer pegar,
pero ante cada golpe de ellos respondámosle con la movilización de los
compañeros”.
En dicha asamblea se
puso a consideración un programa, que fue aprobado, en medio del entusiasmo y
del cántico “Se va a acabar, se va acabar la burocracia sindical”.
Otro de los discursos
que se destacó, fue el de un veterano de muchas luchas, que dijo “Yo les voy a
hablar como trabajador que soy. La clase trabajadora de nosotros ha sido pisoteada
hace varios años por la burocracia sindical y la patronal. Nosotros
los trabajadores somos el pilar fundamental de la economía. Somos
los que vamos a llevar a la Argentina a ser potencia, pero no como hacen los
burócratas y los que están hablando de que la Argentina va a ser potencia.
¡¡¡¡La Argentina va a ser potencia cuando la clase obrera haga la
revolución!!!!
“Nosotros los
trabajadores mantenemos las universidades, porque con los impuestos que
pagamos, por todo lo que consumimos nosotros, con eso se mantienen las
universidades y se les paga a profesores y nuestros hijos no pueden ir a la
universidad porque ahí van los hijos de los doctores, de la oligarquía
terrateniente y de la rancia aristocracia que hace años nos esta pisoteando”.
“Y cuando hagamos la
revolución, cuando se acabe la explotación existente en nuestro país, recién
vamos a llevar a la Argentina a ser potencia, mientras tanto vamos a vivir
peleando y luchando. Yo cuando me voy a mi pago, voy con 200.000 y allí dicen
“Uy, qué bien está el Negro, pero voy para allí y veo 50 o 60 familias
alrededor de las quintas que se están muriendo de hambre y el único churrasco
que conocen es una taza de mate cocido. Eso se va acabar. Y yo espero que la Lista Marrón , así
como la estoy apoyando hoy y mañana la tenga que criticar la voy a criticar,
porque la Lista Marrón
no va a venir a hacer lo que hace Trejo, a calentar el sillón, así que si no se
portan bien que no se asombren que voy a ser el primero en criticarla”.
Después de la asamblea
se hizo “una picada para engañar el estómago”, pero eso no era más que una
“excusa para charlar”. Entonces los periodistas de la revista Militancia
aprovecharon para conversar con algunos de los asistentes de diversos temas.
Sobre la Ley de Asociaciones Profesionales, que
había sido sancionada por Perón en noviembre de1973, uno de los más activos de
la reunión reflexionó: “el propósito de esta ley es acabar con la clase obrera,
con los grupos combativos. Porque están burocratizando más de lo que están los
gremios. Pretenden monopolizar a través de un pequeño grupo todo el poderío
gremial porque los burócratas saben que en plena democracia sindical las bases
se van a revelar. Es una ley que está creada para frenar el proceso de
liberación de la clase trabajadora, pero aún así, a pesar de la mano que les
puede tender esa ley tramposa, a las bases no les va a importar porque cuando
se movilizan, cuando los compañeros de fábrica hacen sentir su peso, por más
que tengan una o diez leyes no van a poder nada”
Y como anticipándose a lo que sucedería con la
represión de 1975, concluyó: “Sabemos de la importancia de esa ley, que la lucha va a ser
dura, de que va a trabar, va a frenar, pero no va parar con el movimiento de la
clase trabajadora. Sin duda alguna están apelando no solo a la ley de
Asociaciones Profesionales sino a la reciente reforma al Código Penal, donde a
través de algunas excusas están tratando de organizar la represión, están
tratando de aquietar todo movimiento, de toda protesta contra las injusticias
que se están cometiendo día a día con la clase trabajadora, a pesar de que nos
quieren engañar, quiere ponerse un velo al pueblo argentino para poder
justificarse de cuando se reprime a un trabajador que reclama por sus justos
derechos, decirle que lo reprimen porque es guerrillero. Y ellos son los que
están incitando a que el país salga a la calle y se convierta, si ellos quieren
llamarlo así, en guerrillero, porque la clase trabajadora va a pelear siempre,
esté quien esté, por sus justos derechos”.
Otros trabajadores denunciaron
a la burocracia, y los problemas con que se enfrentaban: falta de seguridad en
las tareas, pésima atención medica, acusaciones de marxistas, trabas para las
elecciones de delegados, etc. (9)
El mencionado Comité
de Lucha evaluó ese encuentro y relató los pasos que se dieron: “En esa reunión
se decidió también comenzar inmediatamente una campaña para conseguir las
firmas necesarias para presentar la lista y, a través de ello, solicitar la
normalización de la
seccional. Es decir, se hicieron todos los intentos posibles,
se agotaron todos los medios legales
y estatutarios para lograr la elección y la recuperación del sindicato”.
“Habíamos comunicado
ya en ese momento esta intención, habíamos proclamado verbalmente y por escrito
que nos presentaríamos a elecciones, que venceríamos todas las maniobras que se
nos opusieran, pero también habíamos advertido que "si a pesar de todo,
nuestro intento de participar legalmente en las elecciones es trabado por la
intervención, otro será el camino: miles de obreros metalúrgico de Villa
Constitución dirán la última palabra, y no habrá entonces fraudes, maniobras o
matones a sueldo que nos impidan terminar con la intervención y recuperar la
UOM para los obreros". La respuesta de la burocracia fue excluir a Villa
de la convocatoria a elecciones”.
“Cuando recurrimos a
la seccional, el interventor Trejo había sido retirado; otras gestiones
concluyeron con una explicación increíble por su desfachatez y demostrativa de
la impunidad con que se mueven estos elementos: "no habría elecciones en
Villa porque el gremio se encontraba dividido, no se podía sacar una lista
única; por lo tanto, no había condiciones para normalizar la seccional".
Lo que habría que aclarar es que ha quedado demostrado que el gremio sí está
unido, pero contra quienes se quieren perpetuar en los sillones. Todos sacamos
una sola conclusión ante esa respuesta: se terminaban de cerrar todos los
caminos normales para recuperar el sindicato”. (10)
4.2.-JORNADAS DE LUCHA
Y COMBATIVIDAD
El jueves 7 de marzo
ingresaron a la planta de Acindar, los delegados normalizadores Fernández y
Oddone acompañados por Ranura (carnero de la huelga del 70) y Carrera (traidor
vendido a la burocracia). Al ser reconocidos fueron abucheados por los
trabajadores. Ante esa reacción, al día siguiente los interventores enviaron
telegramas de expulsión a 11 obreros, aduciendo agresión verbal y física
durante su visita a la
planta. Los operarios, a horas de conocerse esa medida,
respondieron con una asamblea general de dos turnos de fábrica, sumando 1500
obreros. Se debatió, se propusieron distintas medidas y se decidió por
unanimidad, paro de apoyo a los expulsados y repudio a la intervención de la UOM. El estado de
movilización continuó durante todo el día y por la noche se realizó una asamblea
general de los tres turnos (2.300 obreros), donde la decisión mas importante
fue organizar la defensa del paro, los piquetes, los víveres, las salidas para
informar al resto de los obreros de la ciudad.
Al día siguiente,
sábado 8, a
primera hora los dos turnos de la fabrica Marathón organizan una masiva asamblea,
pasando por encima de las maniobras de presión del 2° jefe de personal y de la interna. Se decidió un
paro dentro de la planta en apoyo a los obreros de Acindar, expulsión de la
comisión interna, a la que calificaron como traidora, y se eligieron nuevos
representantes.
Mientras tanto en
Acindar, en esa jornada se realizaron tres asambleas:
-En la primera, se
discutió una propuesta tramposa llevada por el mencionado Ranura. La que fue
rechazada de plano y el traidor expulsado violentamente de la asamblea.
-La segunda, por la
tarde, fue para debatir una nueva proposición de la burocracia, la que fue
rechazada, reafirmando la decisión de mantener las medidas adoptadas.
-La tercera se
llevó a cabo por la noche, para tratar esta vez una propuesta de la patronal,
las autoridades municipales y la policía de Villa. El debate fue acalorado,
pero se aprobó el levantamiento del paro luego del cumplimiento de los
siguientes puntos: Restitución de delegados y comisión interna expulsados,
reconocimiento de la nueva interna de Marathón, pago de los jornales caídos y
no aplicación de medidas de represalia, realización de una reunión para
discutir con la intervención las elecciones de la seccional.
Luego de la firma del
acta se organizó una marcha hacia Villa, y un acto en la plaza central con participación
de 2500 obreros donde se resaltó el triunfo, la decisión y la firmeza de
consolidar lo obtenido. Luego se reanudaron las tareas en Acindar y en Marathón
Pero, el lunes 11,
cuando asiste la comisión designada al local gremial a entrevistarse con Fernández
y Oddone, y se les reclama elecciones, reciben como respuesta "que ellos
son los únicos normalizadores, que no recibirían presiones de nadie, y que
tenían mandato para llamar a elecciones cuando lo consideraran
conveniente".
La delegación se retiro
hacia Acindar decididos a realizar una asamblea general, donde se resolvió por
unanimidad un paro a partir de las 22 hs y permanencia del turno de salida de
las 14 hs. Se organiza la defensa de la planta, se prohíben las bebidas
alcohólicas y el juego de naipes. A las 15 hs las secciones comienzan a parar
para unirse a las tareas del paro, sin esperar las 22 hs. Se pliegan
inmediatamente los empleados administrativos.
Por su parte, en
Marathón, una asamblea decide paro y permanencia en la planta a partir de las
14 hs. y paralelamente organizan la defensa de la planta.
La policía intenta
impedir la entrada de víveres, de las compañeras que venían a traer
solidaridad, y del turno de la noche. Inmediatamente se llama a asamblea para
reforzar la defensa, se fortalecen los piquetes, se construyen barricadas en
portones y caminos, con todos los elementos disponibles en planta, todo ello en
un clima de máximo orden y organización. Se exige la permanencia del personal
jerárquico para control y custodia de los bienes de la empresa y se montan
piquetes encargados de controlarlos de modo que no se atente contra ellos. La
presión de los trabajadores obliga a retroceder a la policía.
Porcu recordó como se
fue mejorando la organización tanto interna como externa de la fábrica
“Mediante la formación de una comisión instalada en el local de la Lista Marrón ,
formaron equipos que en autos y chatas recorrían las chacras, los comercios y
carnicerías recolectando comestibles y donaciones. Tanto la fábrica como el
local de La Marrón era un permanente ir y venir de gente, ya fuesen familiares
de los obreros o comisiones de las distintas partes del país que llegaban para
brindar su solidaridad y apoyo. En la fábrica se había instalado un control de
entrada y salida, usando el sello del M7S se preparaban las tarjetas de
circulación en donde constaba el nombre y hora de salida del compañero que
requería permiso para atender problemas personales o familiares. Al volver a la
fábrica, se le devolvía la tarjeta y se la controlaban las horas de ausencia.
En la entrada de personal se construyó un palco donde, mediante megáfono, se
llamaba a los compañeros para que atendieran al llegar sus familiares a
traerles comida o hablar con ellos. (11)
El martes 12, desde el
amanecer se toman medidas de solidaridad de otras fábricas de la zona. Paran los
trabajadores de VilIber, Varassi, Lago, y el resto de los talleres metalúrgicos
chicos, los textiles de Cilsa, los portuarios, J.N.G., Aceiteros, madereros,
bancarios, telefónicos, correos, alimentación, etc. y absolutamente todos los
trabajadores de Villa Constitución. Comienza a hacerse efectivo el paro
dispuesto por el Centro de Comercio que fue cumplido en forma total y absoluta
por todos los comerciantes de Villa Constitución. Asamblea de ferroviarios
resuelve un paro a partir de las 22 hs. y marchar hacia el acto a realizarse en
la plaza de Vill a Constitución junto a los maestros para luego marchar hacia
las fábricas.
A su vez, los obreros
de Metcon que se reintegraban de vacaciones deciden, reunidos en asamblea, paro
en solidaridad con los compañeros de Acindar y Marathón con la permanencia de
un turno por vez en planta, haciendo huelga de brazos caídos ya que era
imposible la toma por la presencia de la Gendarmería.
Mientras se iban
tomando esas medidas, se reciben amenazas por medio de comunicados radiales y
volantes de un "comando peronista de reconstrucción y pacificación"
donde se especificaba que se iba a “asesinar a los dirigente y sus familias si
en 48 hs. no se levantaba el paro”. Las medidas de autodefensa se fortalecen en
las fábricas, y en las casas de los dirigentes, delegados y militantes.
En la madrugada del
miércoles 13, el "comando peronista de reconstrucción y pacificación"
coloca una bomba a uno de los pequeños comerciantes que adhirieron al paro.
Pero la lucha continúa
y se extiende el paro a toda la zona, paran Empalme, Fighiera, Pavón y Arroyo
Seco. Se comienzan a recibir las adhesiones de sindicatos y agrupaciones
combativas de todo el país. Los trabajadores de empresas de colectivos del
personal de fábrica se adhieren al paro y realizan viajes desde Villa y los
pueblos vecinos a las fábricas gratuitamente para los familiares de los
huelguistas.
La policía cerca la
plaza principal e impide la realización de un acto. Los asistentes se
concentran en las esquinas de la intendencia a la espera de los resultados de
la reunión con la burocracia.
Los representantes de
la burocracia dan su primer paso atrás y su primer maniobra: ofrecen 60 días
para normalizar Cuerpos de Delegados y Comisiones Internas y 180 días en
primera instancia para el llamado a elecciones de la seccional, que luego fue
reducido a 120 días. A su vez el Ministerio de Trabajo, propuso que si se
levantaba el paro, el comité de lucha sería recibido por el Ministro Otero para
discutir sobre el conflicto. Se plantea un cuarto intermedio para que el
Secretariado Nacional de la UOM ratifique la propuesta y llevarla a la asamblea
de fábrica.
Las asambleas en las
fábricas rechazan la oferta y ofrecen una contrapropuesta por unanimidad, de 90
días como máximo para normalizar la seccional. Se reanuda la reunión con los
interventores que de entrada retiran la proposición efectuada horas antes. Los
representantes obreros se retiran de la reunión. Nuevas
asambleas para informar la nueva maniobra. Se resuelve con firmeza continuar la
lucha hasta el cumplimiento de todos los puntos, reforzar los piquetes,
estricto control de entradas y salidas no permitiendo la circulación de ninguna
persona no autorizada por la comisión de lucha.
Continúan las
tratativas y las maniobras, al día siguiente, jueves 14. Se realiza una
asamblea que reafirma la decisión de mantener la medida; participan
metalúrgicos de Rosario y miembros de la Comisión Interna
de Metcon. Se discute la salida por turnos ya que al extenderse el conflicto
debía garantizarse las mejores condiciones de resistencia de los obreros. Se
resuelve dar salida por turnos de 8 hs., permaneciendo los 3 turnos restantes
en fábricas. La medida es cumplida con total responsabilidad. Al final de las 8
hs. regresan todos los compañeros.
La novedad del día fue
la organización de una comisión de las esposas, novias y madres de los
trabajadores. El papel que jugaran fue fundamental en el triunfo del conflicto,
aportando no solo su solidaridad, su coraje, sino que cumplieron distintas
tareas.
En la jornada
siguiente, se siguió extendiendo la solidaridad. Llegaron
activistas de toda la zona.
Se conocen nuevas tratativas de parte de autoridades
municipales.
La repercusión del
conflicto a nivel nacional hizo que llegaran a Acindar la señora Lily Perkins ,
en representación de la presidenta Isabel Martínez de Perón, legisladores
nacionales, autoridades policiales y funcionarios del Ministerio de Trabajo,
que participan en una asamblea y proponen “levantar el paro para luego comenzar
las negociaciones prometiendo llegar a un acuerdo”. La respuesta de la asamblea
fue que “quería hechos y no promesas”. Se resuelve mantener el paro hasta el
logro de sus objetivos y continuar con las negociaciones.
Se llega así al sábado
16, y la novedad es que se conoce que el Ministerio de Trabajo realizó diversas
gestiones y contactos y prometió la presencia de dos enviados especiales del
Ministro Otero desde Buenos Aires.
Luego a primera hora
se conoce la aceptación de los puntos exigidos:
*.-Normalización de
Cuerpos de Delegados y Comisión Interna de Acindar y Marathón en 45 días.
*.-Entrega de la
seccional a los representantes elegidos democráticamente dentro de los 120
días.
*.-Nombramiento de dos
representantes por fábrica para colaborar con los delegados normalizadores.
*.-Retiro de Fernández
y Oddone y nombramiento de un nuevo delegado normalizador.
*.-Compromiso de no
tomar represalias contra los participantes del conflicto.
Cerca del medio día se
realizó una asamblea general en Acindar de las 3 fábricas, con la asistencia de
5000 obreros, sus familiares y trabajadores solidarios de otras industrias, que
aprueban los acuerdos logrados por las Comisiones internas. A las horas, se
firman las actas de compromisos con el Ministerio de Trabajo y con la empresa.
El Comité de Lucha
comentó lo que sucedió por la tarde “el entusiasmo por este primer triunfo
conseguido gracias a la movilización y la lucha y por la solidaridad recibida,
se volcó el mismo sábado a la tarde en una marcha desde las fábricas y un acto
en Villa Constitución donde participan 12.000 personas representativas de todos
los sectores populares de quienes habíamos recibido tantas muestras de apoyo y
colaboración”. (12)
4.3.-LOS COMPROMISOS
FIRMADOS
1) Designar dos representantes
obreros por cada una de las siguientes empresas: Acindar, Marathón y Metcon,
para efectuar en carácter de colaboradores exclusivos de las autoridades
sindicales que tienen a su cargo la conducción de la seccional Villa
Constitución hasta su normalización legal estatutaria.
2) Los delegados
gremiales aceptan el plazo de 120 días para la normalización de la seccional
45y 45 días para la elección del cuerpo de delegados y comisión interna de
Acindar.
La designación de
delegados tiene alcance de aplicación para todos los establecimientos de la
zona que carecieran de dicha representación. El plazo de 120 días involucra la
entrega de la seccional a las autoridades electas mediante el procedimiento
estatutario.
3) La participación de
los colaboradores antes mencionados en el asesoramiento y observación del
proceso electoral citado, no condicionará la designación de los colaboradores
que pudiera disponer el delegado normalizado a designar en la seccional
sindical.
4) Se conviene que a
partir de la firma de la presente acta, se procederá a la total e inmediata
normalización de tareas de las plantas afectadas, con él compromiso de que no
se efectivice ningún tipo de represalias contra los trabajadores que
participaron del conflicto.
5.-LO QUE VINO DESPUES
La repercusión nacional del triunfo logrado,
hizo que el 20 de abril, Villa Constitución fuera escenario del “Plenario de la Democracia Sindical ”,
con el objetivo de debatir la situación de la clase obrera y -para algunos de
los organizadores- crear una Coordinadora Nacional de Lucha Sindical, para
hacer frente a la ofensiva de las patronales, de la burocracia sindical y del
ejecutivo nacional.
La asamblea obrera
reunió desde líderes sindicales de distintas zonas del país, como a delegados
de comisiones internas y cuerpos de delegados, agrupaciones clasistas, algunas
con mandatos de las bases y otras no. Además asistieron representantes de
agrupaciones políticas de izquierda.
Entre los oradores
estuvieron Alberto Piccinini en nombre de los trabajadores de Acindar, Alberto
Ferraresi en representación del Sindicato de Farmacia y del Peronismo de Base
(PB); el Secretario General del SMATA Córdoba, René Salamanca; Armando Jaime de
la CGT Clasista
de Salta y Presidente del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS);
Agustín Tosco, Secretario General de Luz y Fuerza de Córdoba. También estuvo
presente el Diputado Nacional y apoderado de la Lista Marrón Rodolfo
Ortega Peña, quien meses después fuera asesinado por las Tres A.
Las adhesiones de
solidaridad con el pueblo de Villa Constitución llegaban de todo el país. Desde
los petroquímicos de San Lorenzo nucleados en el SOEPU, el Sindicato de Obreros
del Azúcar de Ledesma (Jujuy), el Sindicato de Prensa de Pergamino, hasta
cientos de comisiones internas y cuerpos de delegados, como así también
agrupaciones clasistas.
El motivo inicial era
rodear de solidaridad a los metalúrgicos y garantizar que los acuerdos firmados
se cumplieran. Todas las corrientes de izquierda y combativas participaron del
Plenario. El encuentro fue en el Club Riberas del Paraná donde estuvieron
presentes más de 3.000 militantes. Había delegaciones de todo el país, de
azucareros del Ingenio Ledesma de Jujuy hasta de estatales y de la construcción Río Negro
y Neuquén, de los ceramistas de Villa Adelina hasta los bancarios de Capital.
6.-LA REPRESION DEL 75:
OPERATIVO SERPIENTE ROJA
Luego del 25 de mayo
de 1973, tras la asunción del gobierno popular que encabezo Héctor Cámpora,
toda la legislación represiva sancionada por el régimen militar fue derogada y
disuelto el fuero antisubversivo.
Pero esa primavera
duró poco, y dio comienzo una escalada represiva, iniciándose con el envío del
Poder Ejecutivo a las Cámaras para reformar el Código Penal. La reforma fue
considerada de la misma naturaleza que la legislación promulgada por el régimen
militar que gobernó el país entre 1966-73.
La primera respuesta
vino del Gral. Perón que advirtió que si la ley no era aprobada, se apelaría a
las mismas armas que se buscaba combatir. El 23 de enero de 1974 declaró al
diario La Nación “Nosotros vamos a proceder de acuerdo a la necesidad,
cualquiera sean los medios . Si no
hay ley, fuera de la ley, también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer
violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la
propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro, pero lo
vamos a hacer, no tenga la menor duda”. (13)
Después se tomaron
distintas medidas represivas. En septiembre de 1974 se aprobó la ley de
represión del terrorismo, que penaba la difusión de información relacionadas
con esos hechos y la obstrucción al trabajo cuando el conflicto era declarado
ilegal. De acuerdo a esa ley, el Ministerio de Trabajo prohibió las huelgas por
motivos salariales, los paros y ocupaciones de plantas y comenzó a intimar,
amenazar y suspender personerías gremiales con más frecuencia que antes. En el
mes de noviembre se implementó el estado de sitio en todo el país, y se
encarceló a cientos de activistas gremiales y políticos, abogados laboralistas,
estudiantes.
Hasta ese momento la
participación de las FFAA en forma abierta era evitada y la lucha era
encabezada por grupos paramilitares “ejecutores del trabajo sucio”, a través de
la Triple A.
Pero al poco tiempo,
el Ejecutivo Nacional sancionó el Decreto Nº 261, en el que se anunció
oficialmente que se había ordenado a las FFAA tomar intervención en la “lucha
antisubversiva”, firmado por la presidenta María Estela
de Perón y los ministros Rocamora, Ivanissevic, Vignes, Savino, López Rega,
Gómez Morales, Otero. En el Articulo Nº 1 se decía que “El comando General del
Ejercito procederá a ejecutar todas las operaciones militares que sean
necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos
subversivos...”.
En octubre de ese año,
se sancionó el decreto 2770 por el cual se creó el Consejo de Seguridad
Interna, fijando sus atribuciones y el Consejo de Defensa. Ese decreto lleva la
firma del presidente provisional Italo Luder y los ministro s Arauz Castex,
Vottero, Ruckauf, Emery, Cafiero y Robledo.
La represión a la
clase obrera apareció con toda su magnitud el 20 de marzo de 1975, en Villa
Constitución, cuando las fuerzas conjuntas reclutadas por la SIDE, que incluían
a la Policía Federal ,
Provincial, Ejército y Gendarmería, grupos de choque entre los cuales iban
armados los guardias blancos pagados por las acerías de Martínez de Hoz, y
miembros de la Triple A.
Las órdenes firmadas por Rocamora, Savino y López Rega, eran
claras: ahogar en sangre a los obreros y activistas de Villa Constitución.
La ciudad se despertó
invadida por miles de efectivos de las fuerzas represivas. Con una lista de los
domicilios provista por la
empresa Acindar , se lanzaron sobre las casas de cientos de
activistas obreros. El operativo se extendió a lo largo del cordón industrial
del río Paraná, pasando por el barrio de SOMISA de San Nicolás y las fábricas
combativas del norte de Rosario.
Isabel de Perón desde
el gobierno nacional denunció un "complot de características inusuales en
la Argentina". Ese complot, según el comunicado oficial, pretendía
paralizar la industria, amenazando a los obreros mediante el terrorismo para no
ir a trabajar. Decía: "La gravedad de los hechos es de tal naturaleza que
permiten calificarla como el comienzo de una vasta operación subversiva terrorista,
puesta en marcha por una deleznable minoría nacional". Los diarios del 21
de marzo, titularon, La Opinión: "Denuncian que fue desbaratado un complot
destinado a paralizar la industria pesada", y Mayoría: "Denuncian
amplio plan subversivo".
El saldo de la
represión fue la detención de la Comisión Directiva de la UOM-Villa, y de cientos
de militantes. Cuando llegó la noticia a las fábricas, los metalúrgicos
paralizaron la
producción. Los obreros, en estado de asamblea permanente,
ocuparon nuevamente los establecimientos.
Comenzó así una larga
y dura huelga con movilización por la libertad de los presos y la devolución
del sindicato. Cuando la Prefectura rodeó la fábrica, los obreros se replegaron
a los barrios. Un Comité de Lucha de las fábricas y barrios encauzó la enorme
participación y solidaridad de toda la zona. Se inició una resistencia de dos meses
donde todos aportaron al fondo de huelga y a las masivas marchas del 16 y 22 de
abril en el centro de Villa, respondidas con más represión.
Pero el gobierno de
Isabel y López Rega, con el apoyo de la CGT, estaba decidido a terminar con el
movimiento obrero combativo. Aceptando el costo político del operativo que dejó
a los dirigentes de Villa presos y sin abrir el diálogo. Los metalúrgicos
volvieron a las fábricas el 19 de mayo, sufriendo más bajas entre despidos y
asesinados.
El plan represivo se
denominó Operativo Serpiente Roja, y fue uno de los mayores ejemplos de
complicidad del Estado, sus fuerzas de seguridad, la burocracia sindical y los
empresarios para atacar a la clase obrera.
Una columna de 105
Ford Falcón cargados de policías, miembros de la Triple A y matones
invadieron la ciudad. En
los dormitorios de solteros de Acindar, se montó el primer campo de
concentración, en un adelanto de lo que haría luego la dictadura del 76. Fueron
cientos los detenidos y más de veinte los asesinados.
Los vecinos cuentan
que ese día las campanas de la parroquia San Pablo Apóstol celebraron el
operativo. El cura Samuel Martino, responsable de la iglesia, aparece en las
listas de represores de la CONADEP.
Carlos Sosa, miembro
de la Unión
Ferroviaria , comentó algunos datos de la crueldad con que
actuaron los represores: “El 16 de octubre secuestraron al delegado Julio
Palacio, a la
doctora De Grandi y a un pastor, Carlos Ruesca. Los
fusilaron, y aparecieron los cuerpos mutilados, a la doctora le cortaron los
senos, a los hombres los testículos y los tiraron en Albarellos para que todo
el pueblo los viera.
Un año después,
Alfredo Martínez de Hoz renunció a su puesto en la dirección de Acindar, y
asumió como ministro de economía de la dictadura. Lo reemplazó el General Alcides López
Aufranc, quien en 1969, había encabezado la represión del Cordobazo. En esa
jornada, durante un coctel en su honor, aprovechó para brindar por los 23
delegados de Villa Constitución que “ya no joderán más porque están bajo
tierra”. (14)
7.-ASAMBLEAS, UNIDAD Y
SOLIDARIDAD
El Villazo se
caracterizó por la combatividad, la unidad, y la decisión de enfrentar a la
burocracia sindical y la patronal, pero fundamentalmente por la práctica de la
democracia directa, en las asambleas masivas, en las reuniones de los delegados
y la solidaridad entre los propios trabajadores metalúrgicos, la recibida de
otros asalariados, de sectores comerciales y de todo el pueblo de Villa
Constitución.
Las asambleas en
puertas de las fábricas o en su interior fueron masivas, con gran
participación, muchos oradores, debates y votaciones a mano alzada.
Documentos de la época
nos pintan el clima y los discursos en esas asambleas. “Cuando se rechaza la
propuesta del llamado a elecciones a 180 días y se decide continuar la lucha,
habló el compañero Piccinini: “Compañeros, nadie podrá decir que cuatro
comunistas locos nos llevaron de la nariz, porque las resoluciones las tomamos
aquí, en asambleas de trabajadores. Las resoluciones las tomamos en conjunto.
Ellos tienen miedo y están presionando a través del terror, de las mentiras,
diciendo que aquí hay infiltrados. Compañeros, los infiltrados son ellos que
ponen bombas a nuestros vecinos, son ellos que intentan manejar a todo el
pueblo. Y el pueblo cerró sus puertas en solidaridad con nosotros. Ellos tienen
miedo, pero quieren seguir dominándonos. Si nosotros estamos dispuestos a ser
ovejas, aflojemos”.
En ese momento surgió
un grito unánime de la asamblea: ¡¡Nunca!! ¡¡Viva la clase trabajadora!!!
Piccinini continuó su
exposición “Nosotros queremos, lo quiere la mayoría de los compañeros. Y si
algún día nos ocurre algo, nos matan o nos meten presos, Uds. no tienen que
aflojar. Peleando se triunfa...En cuanto nosotros aflojemos ellos se olvidan de
los 180 días, de los 240 días, se olvidan....Compañeros, se va a terminando el
tiempo de los cómodos y finaliza el tiempo de los vacilantes. Ahora es cuando
se vislumbra la victoria de la clase trabajadora”
La asamblea le
respondió ¡¡No aflojaremos!!! ¡¡Viva la clase obrera!!!
En la asamblea final,
una vez explicada y aprobada la propuesta que figura en las actas, habló el
obrero Segovia, de la
fábrica Marathon : “Este hecho sin precedentes en la historia
del movimiento obrero ha demostrado que así como los obreros reventamos las
urnas, hoy reventamos con todo a los traidores de la causa de la clase. Acá compañeros,
hay mucha gente que se ha tomado el lujo de decir que la Argentina la van a
convertir en potencia. Nosotros les decimos que sí, a la Argentina la van a
convertir en potencia cuando le pongan este motor propulsor que es la clase
trabajadora que lo garantice...Yo compañeros, quiero señalar la unidad de la
fábrica que se logró en este bárbaro conflicto y que todos los compañeros vamos
a permanecer unidos y así como a los traidores hoy los reventamos, mañana al
que se desvía de esta línea lo vamos a reventar de la misma forma”. (15)
De esa manera se
practicó la democracia directa o democracia obrera, en esas jornadas, asamblea
tras asamblea, que es uno de los métodos más creativos del proletariado. Los
principios en que se basa ese tipo de democracia es que los trabajadores
deliberan, deciden y ejecutan ellos mismos, en contraposición con la democracia
representativa donde los electores no deliberan ni deciden sino a través de sus
representantes. Es una concepción de democracia que no consiste sólo en la
decisión cada tantos años. La esencia es que deliberación y decisión se correlacionan
con la ejecución de quienes la
practican. Su principio fundamental es que el poder descansa
totalmente en manos de quienes la practican.
Esta forma de
democracia surgió en la lucha, en el conflicto, en los lugares de trabajo, en
las secciones productivas. Todo empezó con la elección de delegados para
plantear sus problemas a partir de la producción, luego se fue extendiendo de
una fábrica tras otra, lo que significó una reconquista del lugar de trabajo
como centro de reunión, de discusión sindical y política. Las asambleas se
hicieron en el interior de la fábrica, donde antes tenían prohibido el ingreso
los representantes sindicales, y se conquistó el derecho a las reuniones o
asambleas.
El ejercicio de esta
forma de democracia es una garantía contra la burocratización de los dirigentes
de las Comisiones Directivas, los cuerpos de delegados, ya que son por una
parte un control de las decisiones y acciones de aquellos, y por otra parte son
ellos los que deliberan, deciden y ejecutan.
Por otra parte, se vivió
la solidaridad sin límite de los compañeros obreros y trabajadores de toda la
zona y de otros lugares del país, así como la expresada por el pueblo de Villa
Constitución, que alentó a sostener la lucha, y según los propios trabajadores
tiene una explicación: no se trataba sólo de que todos comprendieran la
justicia de los reclamos, se trataba además de necesidades y aspiraciones
compartidas, de problemas comunes.
Fue derrotada la
patronal y la burocracia de la
UOM. Fue además una lucha por la recuperación del sindicato,
por democratizar el gremio y el cuerpo de delegados
Los metalúrgicos de
Villa subrayaron: “Los obreros hemos ido aprendiendo esto en largos años de
opresión, y la soledad de estos tránsfugas que solo cuentan con sus poderosos
aparatos, se ha visto ahora con toda crudeza; bastó que se los enfrentara con
decisión para que estallara el odio acumulado de todo el proletariado. Pero nos
hemos preguntado muchas cosas, compañeros, al recibir la solidaridad no sólo de
los obreros sino de otros sectores de la población, y nos hemos ido dando
cuenta, en medio de estas jornadas, que existe un descontento general por una
serie de problemas no resueltos que nos afectan a nosotros, pero que también
perjudican a todos los trabajadores y el pueblo. A las injusticias que siempre
han dividido a los ricos y a los pobres, a los de arriba y a los abajo, se han
agregado un pacto social que pretende cargar sobre las espaldas de los
trabajadores la solución de los graves problemas del país. Para no aumentarnos
los sueldos y mejorar nuestras condiciones de vida y de trabajo, se eliminan
las paritarias para que los patrones sigan tranquilamente acumulando riquezas a
costa nuestra. Para silenciarnos y evitar nuestra protesta por esta situación,
se nos reprime y se forman bandas de asesinos y terroristas. Toda Villa ha
visto con indignación cómo se han colocado bombas a pequeños comerciantes y a
los concejales que apoyaban nuestra lucha; cómo no sólo los compañeros
delegados se han visto amenazados de muerte por estos grupos de delincuentes a
través de volantes y comunicados radiales, sino que incluso esas amenazas se
volcaron también hacia quienes colaboraban con nuestro movimiento; cómo los
obreros de Acindar y Marathón se vieron cercados por la policía que intentó impedir
el envío de víveres durante la primera noche de permanencia en la planta; cómo
los obreros de Metcon se encuentran vigilados desde hace meses por la
Gendarmería, colocada allí para proteger a los ejecutivos yanquis; cómo la Policía Federal y
la patronal impedían, una vez normalizada la situación y a pesar de los
compromisos firmados, la entrada de los obreros a las fábricas y la reanudación
del trabajo. (16)
Leónidas Ceruti,
historiador
Citas
Bibliografia utilizada y para
saber más
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article4868
No hay comentarios:
Publicar un comentario