Lo que nos dejó el Rosariazo de
la Ciencia Digna19 junio 2019
Cientos de
personas participaron del 5to Congreso Internacional de Salud
Socioambiental en la ciudad de Rosario los días 5, 6 y 7 de junio. Durante
el mismo se desarrolló también el 2do Encuentro Intercontinental “Madre Tierra,
una Sola Salud”. Hubo actividades previas como el Tribunal Contra el
Agronegocio el día 4; y cerrando la primer jornada del congreso, en el Día
Mundial de Medio Ambiente, la Marcha Plurinacional de los Barbijos.
Bajo
la consigna Ciencia Digna para la Salud de la Madre Tierra , el
encuentro buscó cruzar la producción de conocimiento de científico comprometido
con la salud de los pueblos, con las luchas que se llevan a cabo en los
territorios, y las iniciativas que visibilizan y fortalecen la búsqueda por un
mundo sano, comprometido con el presente y el futuro de las generaciones
venideras. Contó con la participación de cientificxs y organizaciones
socioambientales de diversos países: Australia, Holanda, Ecuador, España,
Estados Unidos, Perú, Colombia, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil, de varias
provincias de Argentina, y personalidades como Nora Cortiñas.
El camino de Andrés Carrasco
Recuperando la historia, el Dr. Damián Verseñazzi cuenta que “el Congreso
Internacional de Salud Socioambiental nace en el año 2011 a partir de una
propuesta que nos hace llegar un grupo de organizaciones sociales, que nos
plantea la posibilidad de tener un espacio para que los que construyen
conocimiento científico, los que están en las universidades investigando,
puedan encontrarse cara a cara con ellas para intercambiar de saberes, y
reconocer cuál es la situación de la investigación científica sobre los temas
que estaban afectando directamente a la salud de las comunidades”, con este objetivo
desde la materia de Salud Socioambiental se lanzaron a construir ese primer
encuentro y que se repite cada dos años hasta llegar a este 2019 donde “nos
encontramos discutiendo explícitamente qué ciencia queremos, por eso lo de
“Ciencia Digna para la Salud de la Madre Tierra ”.
“Cuando
hablamos de la madre tierra y de una sola salud estamos hablando de
integralidad; desde las relaciones, de los ecosistemas; desde el mundo
microbiano a lo que vemos a simple vista”. Para eso es fundamental “que la
Universidad recupere la permeabilidad, la capilaridad con las organizaciones
sociales y las personas que luchan en sus territorios justamente por tener
territorios sanos, entendiendo que sin territorios sanos no pueden haber
alimentos sanos, y sin alimentos sanos no pueden haber sociedades libres.”
Como parte de este camino en el
Congreso del 2015 nació la UNCCSNAL – Unión de
Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina.
¿Qué ciencia?
A
partir de reconocer que la ciencia no tiene todas las respuestas y que la
producción científica está atravesada por condicionamientos políticos; la
escucha atenta y comprometida con las batallas cotidianas en territorios y
cuerpos, es esencial para plantear un rumbo distinto al de la ciencia
colonizada por el capital.
La
supuesta “ausencia de rigurosidad científica” es el latiguillo repetido de
quienes sostienen modelos de saqueo y contaminación en nuestros territorios y
en ese sentido el Congreso de Rosario fue una contundente desmentida. También
una plataforma donde reconocer la pluralidad de actores enredados en la
denuncia de los efectos que los defensores de estos modelos ocultan, y en la
construcción de alternativas. Repasemos algunxs:
Sobre el cuidado de la Tierra, el
Dr. Damián Marino del EMISA (UNLP), que
lleva años demostrando cómo los agrotóxicos llegan hasta nosotres y en el
medioambiente, fue categórico: “la única buena práctica agrícola es la
agroecología”. Con números contundentes, Marino resaltó que Argentina tiene en
las gotas de lluvia 30 veces más plaguicidas que en Estados Unidos y que a cada
año se acumula 1mmg de Glifosato en el suelo argentino. Sobre la producción
científica respecto de los agrotóxicos, Brasil y Argentina son líderes en la
producción de artículos. Desde 2001,
ha crecido el número de publicaciones científicas sobre
el efecto del glifosato en medioambiente, sin embrago, los medios de
comunicación hegemónicos tratan los resultados como si fueran una opinión y no
una evidencia científica. “Nos trataran como opinólogos. Hay desprecio a los
investigadores de la ciencia digna”, relata el científico.
Si por un lado los medios tratan de
opinólogos a los científicos comprometidos; por otro, validan la negación de la
ciencia indigna financiada por las grandes corporaciones productoras de veneno.
Esto es lo que expuso Anabel Pomar de la Cooperativa La
Vaca responsable por la traducción de los documentos de Monsanto,
conocidos como los “Monsato Papers”. En su exposición, Anabel devela
como la empresa escondía información y también financiaba científicos para la
publicación de investigaciones que desmentían la evidencia sobre la condición
cancerígena de sus productos.
Durante el congreso se realizó la
reunión anual de la ReAct Latinoamérica que genera acciones
para la contención de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos para toda
Latinoamérica. El uso masivo de antibióticos para la producción de carnes,
sobre todo en el Sur Global, está generando el desarrollo de “super bacterias”
resistentes a esos antibióticos. La Organización Mundial
de la Salud (OMS) viene alertando hace tiempo al respecto, ante la
posibilidad de volver a un tiempo donde cualquier infección pueda ser mortal.
El peligro es enorme y viene siendo subestimado al tiempo que una parte
importante de la población mundial empieza a incorporar grandes cantidades de
carne a sus dietas.
“Aprender de las bacterias y resistir a
los antibióticos y no declarar una guerra contra los microbios en el proceso de
la vida que nos afecta y conecta”, es lo que cuenta Mary
Murray de ISIUM, Australia. Mary también habla del sistema de medicina
dominante donde pareciera que hay sólo una forma de solucionar problemas:
soluciones tecnológicas y médicas como única alternativa. En este sentido
plantea la necesidad de poner en diálogo los saberes adquiridos en las
estructuras educativas hegemónicas para reconectarnos: “Si nosotrxs
hablamos solo entre nosotros mismos y con este sistema, nosotros no aprendemos
nada. Si nosotros queremos aprender a escuchar a la Madre Tierra , de la
cual somos parte, entonces tenemos que escuchar a todos aquellos que ya
encontraran la forma de hacerlo.”
En
conversación con Marianela Carrapizo, profesora tucumana y miembro
de ReAct Argentina y participante del taller de mujeres, dijo:
“tratamos de poner en discusión los tipos de violencia y cómo están
transversalmente atravesadas y vinculadas con la violencia hacia la Madre Tierra , o sea,
cómo impacta tanto en el cuerpo de la mujer como en la tierra todo lo que es
este modelo capitalista, y antes que capitalista, patriarcal; que nos depreda,
nos devora, nos arrasa, igual que el extractivismo a la Tierra.” Carrapizo
también celebró el taller de violencia contra las mujeres y la Madre Tierra ya que
la lucha feminista y la lucha por la tierra son inseparables.
Trabajadorxs de la Tierra
Si pensar la salud humana es pensar la salud de la Madre Tierra y
viceversa, avanzar hacia un modelo de producción agroecológica se hace urgente.
Pasar de la dependencia de insumos a una red de contención desde abajo para
salir de la lógica del mercado es lo que plantea el ingeniero
agrónomo Nicolás Indelángelo, miembro de la Red de Técnicxs por la Agroecología del Litoral: “Mi laburo
me enfrentó a la búsqueda de qué somos. Nací en la ciudad, y la agronomía fue
la manera que tuve para poder acercarme al campo. (…) La tierra es nuestra
identidad; mi abuelo no sabía que era campesino, en términos de sociología
rural, él lo tenía en su cosmovisión, en su hacer, esto de ser la Tierra y
cuidarla. ¿Cómo él la iba a dañar si él era esto?, ¿Cómo no iba a usar la luna
para guiarse?, si él era un ser afectado por este biorritmo. Y yo creo que todo
esto está todavía, que no se perdió, más allá de la erosión cultural fuerte. Se
perdieron generaciones pero hoy estamos rascando y todo eso está apareciendo.
(…) Estamos interpelados por esto de que comemos mal y empieza a aparecer esto
de volver a la tierra como opción real, en esta zona hay mucho lugar, y se
puede hacer también desde la ciudad politizando el consumo, redes de
distribución, etc. Todo esto lo llevamos en el ADN que es mucho más que 23
cromosomas. Toda esta información está ahí”.
Sobre la articulación entre los
distintos sectores que dan la pelea por un ambiente sano y por una producción
justa, Beatriz de la Unión
de Trabajadores de la Tierra (UTT) – Santa Fé nos cuenta “el
productor necesita un lugar con un conjunto de personas que lo apoye para
poder, justamente, hacer más visible la situación por la cual está
atravesando. Somos 130 familias, aproximadamente, en distintas bases. Las
familias no poseen tierras propias y están atravesadas por distintos problemas
sociales que no son muy visibles y que necesitan ser problematizados y
desnaturalizados.” Beatriz cuenta que está en la organización desde
hace un año y sobre la participación en el Congreso dice “trabajar e
interactuar con otras disciplinas es enriquecedor y también hace más visible
nuestra situación. Creo que esto nos fortalece más y podemos ver la realidad
de otros sectores y cómo estas medidas políticas, sociales o económicas nos
atraviesa y genera distintos efectos sobre las personas.”
Un Tribunal Contra el Agronegocio
Para Carlos Vicente,
de GRAIN y Acción por la Biodiversidad nos
cuenta que “el Tribunal nace como iniciativa de Acción
Ecológica del Ecuador hace 1 año, al cumplirse 10 años de la modificación
de la Constitución que introdujo los derechos de la naturaleza. La
propuesta de estos tribunales es hacer una evaluación de lo que han pasado en
estos 11 años con los derechos de la naturaleza”. Hasta hoy se hicieron 17
juicios en distintos países alrededor de 3 ejes o “rutas”: de la minería,
petróleo e hidrocarburos y el agronegocio; esta última tuvo su primera
instancia en Argentina y la apuesta es que siga viajando por Latinoamérica, por
lo que llaman “La ruta del ceibo”. “En Rosario estuvieron presentes 17
compañerxs de distintos países de Latinoamérica y Argentina, testimoniando
sobre el impacto del agronegocio en sus territorios, tanto a nivel local como
más en general a nivel país. El presidente del tribunal fue Carlos Matheu,
un ex fiscal que en su momento llevó adelante la causa de las Madres de
Barrio Ituzaingó Anexo en Córdoba y que logró la primera condena a fumigadores
en ella. Fuimos 6 comisionados que escuchamos los 17 testimonios y que a partir
de ellos elaboramos un dictamen que, al sumarse a estos otros dictámenes, van
acumulando información que corrobora que el agronegocio está cometiendo un
gravísimo ecocidio en nuestro continente. Que este ecocidio va acompañado de lo
que podemos llamar un genocidio porque los pueblos son envenenados, son
expulsados y son violentados por el agronegocio.”
Sobre su perspectiva del Congreso en
general celebra que “la característica particular de este Congreso es la
sinergia con otras instancias como el Tribunal. La proyección a futuro es muy
potente y creo que la Marcha Plurinacional de los Barbijos fue el mejor
emergente. Nunca hubo en 33 años una movilización de esta envergadura. Esto en
una ciudad que es la capital del agronegocio es más que significativo y además
hizo con que saliéremos de Buenos Aires que es donde siempre tenemos
las marchas.”
Te prefiero así, Plurinacional!
La
marcha fue enorme, colorida y combativa. Con Norita Cortiñas en la
cabecera, más de 3.000 personas recorrimos las calles de Rosario bajo la
consigna “La salud no se negocia“, intervenimos la Bolsa de Comercio, y
terminamos con un festival artístico que cerró Rubén Patagonia ante
el monumento a la bandera y la enorme hidro-vía por donde salen los granos
transgénicos de los desiertos verdes del agronegocio.
La
reivindicación Plurinacional no sólo da cuenta de la participación
concreta de los pueblos originarios en la organización de todo esto, sino que
jerarquiza su rol en la construcción del mundo al que aspiramos, y que algunxs
llamamos “Buen Vivir”. El Estado argentino sigue sin reconocer el genocidio
sobre el que se terminó de construir. Sobre los cadáveres y con el territorio
apropiado, instaló hasta hoy la idea de una “nación bajada de los barcos”,
blanca y europea, que excluye no sólo las fisonomías americanas sino las
cosmovisiones de sus pueblos; esas mismas que en tiempos donde “es más fácil
imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo” son un acervo valiosísimo
del que nutrirnos con humildad y respeto.
Por
si quedan algunas dudas del valor de ellas Jeremías Chauque, integrante
de Desvío a la Raíz, Agricultura
Ancestral nos dice: “Tenemos el gran desafío y
responsabilidad de ser monte nuevamente. De recuperar esa identidad, esos
sonidos, esa fortaleza que sucede de lo mínimo a lo máximo dentro de un monte.
Esa sabiduría que le permitió a las culturas ancestrales mantenerse de pie a
pesar de lo que significa este modelo productivo que comprende que ese legado,
que esos sonidos, son subversivos y avanza en consecuencia. Este modelo
productivo basa su éxito en desmontarnos, saquearnos, fumigarnos la memoria, la
cultura y todos los caminos que nos lleven a retomar esa identidad de monte.
Para eso vamos a tener que empezar a comprender esto del “avanzar
retrocediendo” porque cuando un abuelo habla nos da la posibilidad de
comprender mejor el presente y por sobre todas las cosas modificarlo. Necesitamos
que nuestras abuelas y abuelos nos vuelvan a contar esas historias que nos
formaban como hombres y mujeres de la tierra. Por eso cuando nos planteamos
Plurinacional empezamos de a poco a hacer ese viaje hacia atrás para empezar a
rebrotar esas respuestas antiguas que nos permitan comprender que la fuerza
está en ser monte nuevamente; en ser hombres y mujeres de la tierra, y que en
la diversidad de monte vamos a poder construir y reconstruir un presente y un
futuro soberano, más fraterno, con el protagonismo en nuestras manos, siempre
desde la memoria.
Fuera
de la Capital, Plurinacional, y masiva… no son detalles. Poner el blanco adonde
duele, ampliar miradas, tener vocación de mayorías: rasgos de un movimiento
diverso que, aún en un año electoral, es capaz de desbordar la posición
testimonial del “pocos pero puros” y busca incidir concretamente en la
realidad.
Tejiendo en marcha
En
el plato de comida encontramos la punta de un ovillo, del que si nos decidimos
a tironear empieza a revelar la complejidad de un mundo atravesado por
opresiones de todo tipo sostenidas por sujetos concretos decididos a defender
sus privilegios. Los privilegios de los poderosos que están dispuestos a
llevarse puesto el mundo y toda la vida que alberga para maximizar ganancias,
acumular poder, y que al decirlo nos aparece en imágenes a velocidad luz: caras
y nombres, personas, corporaciones, organizaciones. El entramado de quienes
sostienen la matriz capitalista, patriarcal y colonial que amenaza la
continuidad de la vida; allá lejos y acá cerca.
Cuando
desde la Universidad se avanza en el diálogo de saberes también se desanda el
propio privilegio: el del saber construido en las academias de la modernidad
ninguneando los saberes populares amasados por generaciones, y lo que conocen
quienes ponen el cuerpo frente al saqueo y en la construcción de alternativas.
Las que (seguro!) si no detenemos el colapso al que vamos tienen más
posibilidades de quedar en pie.
¿Qué
otros privilegios nos devela el ovillo de la soberanía alimentaria? ¿Qué
potencias revela el hacer concreto cuando nos articulamos muchxs y distintxs?
¿Qué desafíos nos plantean la coyuntura? ¿Tenemos posibilidades de ampliar
marcos de alianzas o sólo nos depara frustraciones? ¿Cómo nos preparamos para
todo lo que viene?
Si este año fuimos capaces de construir
el 1er Foro Agrario, el 5to Congreso de Salud
Socioambiental y la Marcha Plurinacional sin dudas estamos
ante un movimiento diverso que va al frente. Siguiendo el ovillo de la
lucha por la
Soberanía Alimentaria “nos van a sangrar los pies, pero vamos
a crecer en el camino”, lo piola es que sólo lo podemos hacer tejiendo juntxs.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/Lo-que-nos-dejo-el-Rosariazo-de-la-Ciencia-
Digna
Recordemos:
¡La salud
no se negocia!
Digna
Recordemos:
En el marco del Congreso Internacional
de Salud Socioambiental a realizarse los días 5, 6 y 7 de junio, convocamos a
una MULTITUDINARIA MARCHA en Rosario, desde plaza San Martín, pasando por plaza
Pringles, hasta el Monumento Nacional a la Bandera, para denunciar las
consecuencias de este modelo extractivista, colonialista, patriarcal y
neoliberal que daña la Tierra y la vida de todos los seres que en ella
convivimos.
20 mayo 2019
Elegimos llevar un barbijo como símbolo para la
visibilización de esto. Desde las 13 hs estaremos compartiendo saberes y
sabores en la FERIAZA
POR LA SALUD SOCIOAMBIENTAL y finalizaremos con un
FESTIVAL que contará con la participación de Rubén Patagonia y artistas de la
región.
¡La salud
no se negocia!
La Argentina es elegida desde hace años como zona de
sacrificio por los gestores y diseñadores de las reglas socio-económicas
globales, las cuales han sido adoptadas sistemáticamente y sin resistencia como
políticas de Estado por la Dictadura Cívico-Militar -Eclesiástica iniciada en
1976 y los sucesivos gobiernos democráticos.
Invadir, dominar, saquear, empobrecer y matar es la metodología
que desde la conquista padecemos en nuestros territorios. El intento de
aniquilación de las comunidades originarias y sus culturas, con su
manifestación más extrema en la llamada “Campaña del Desierto” y
posteriormente la
Revolución Industrial , que desde mediados del siglo pasado se
continúa y complementa con la denominada Revolución
Verde , son claras expresiones de las lógicas que nos han
conducido a la presente crisis civilizatoria que pone en riesgo al planeta.
El modelo extractivista imperante viene
desgastando la capacidad de homeostasia (capacidad de equilibrio,
autorregulación y compensación de un sistema) que sustenta la vida, arrasando
con la biodiversidad de los ecosistemas, la soberanía alimentaria y energética
de los pueblos provocando daños irreparables y atentando gravemente contra la
salud.
El corporativismo financiero opera en complicidad con grandes
sectores de los gobiernos, la justicia, la ciencia y los medios de
comunicación, implementando una cultura de encubrimiento, impotencia y
miedo, desde donde se legitiman y reproducen políticas y legislaciones que
eluden el debate sobre la matriz agroalimentaria y energética,
validando prácticas ecocidas tales como la megaminería, el fracking y los
procesos industriales, que tienen por consecuencia la apropiación de las
tierras mediante expulsión violenta de comunidades ancestrales, la devastación
de bosques nativos y humedales para emprendimientos inmobiliarios y
agroindustriales, la conversión de las semillas en mercancías, la fabricación
de productos comestibles transgénicos con agrotóxicos, la creación de basurales
a cielo abierto, el tratamiento inadecuado de los residuos industriales, las
fumigaciones rurales y urbanas, entre otros procesos altamente contaminantes y
socialmente destructivos.
Las consecuencias hoy son evidentes, pico de petróleo,
deterioro de los suelos por monocultivo, crisis hídrica, sequías, incendios,
inundaciones, contaminación del aire, incremento de enfermedades no
transmisibles (cardiovasculares, respiratorias crónicas, diabetes y cáncer), de
malformaciones y abortos espontáneos, obesidad y desnutrición, debilitamiento
de las resistencias de los pueblos instalando perversas campañas de marketing
que tergiversan realidades sometiéndonos al consumo, la enfermedad y la
muerte.
El poder hegemónico, pretende persuadirnos de que no hay
otros modos posibles, otras alternativas de resiliencia y remediación.
Más la fuerza revolucionaria que la humanidad sostiene desde siglos, se
actualiza intacta en centenares de asambleas y organizaciones sociocomunitarias
vecinales, gremiales, políticas, ambientalistas, educativas en las que
participamos millones de personas en todo el planeta. Colectivos en los que
decidimos todos los días desarrollar diversas praxis, consiguiendo múltiples y
contundentes resultados que verifican nuestra posibilidad concreta de
reconstruir un estado de bienestar común, frente al avasallamiento
del sistema neoliberal incapaz de asumir y respetar los límites vitales
saludables.
En
ejercicio, defensa y promoción de los derechos humanos, socioambientales y de
la Tierra, comprendiendo que estamos sumergidos en un grave problema
estructural del que sólo saldremos si amalgamamos nuestras luchas y nos
fortalecemos, proponemos esta Marcha Plurinacional por la Salud Socioambiental
que protagonizaremos el 5 de
junio de 2019, Día Mundial del Ambiente, a las 17 hs en la ciudad de
Rosario.
Colectivo Organizador Marcha Plurinacional de los Barbijos:
Centro de Protección a la Naturaleza CeProNat-
Paraná No Se Toca - Amsafe Rosario - Taller Ecologista -
Taller de Comunicación Ambiental - ATE Rosario - Marea Roja - Las Malezas –
Maíz - Comisión regional de DDHH de San Lorenzo - Semillas en Rebelión - La
Toma - Propuesta Sur - JR-Che Rosario - MUYUQUI - VACCA - Multisectorial Paren
de Fumigarnos Santa Fe - Guardavidas Rosario (S.U.G.R. y Z.I.) – SUBVERSIÓN -
Pañuelos en Rebeldía - Conciencia Solidaria - Baigorria Verde - Desvío a la Raíz Agricultura
Ancestral - CADTM - AYNA - Villa Constitución Sin Venenos -
Flor de Huerta – Apdh – Attac - Grupo Ecologista Génesis Zavalla y Rosario -
Grupo Socioambiental "Lotos" (CaLiSA UNVM - Red CaLiSA) - Paren de
Fumigar las Escuelas Entre Ríos - Huella Ecológica - Madres de Barrio
Ituzaingó Cordoba - VUDAS - Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria EALGSM y FCV
Casilda.
Contactos:
Luciana Luraschi: 3464 – 447285 (El Paraná no se toca –
Casilda, Sta. Fe).
Carlos Manessi: 342 -6145532 (CeProNat –Sta. Fe).
Mauricio Cornaglia: 341 – 3575363 (Paren de Fumigarnos –
Rosario, Sta. Fe).
Jeremías Chauque Agricultor Mapuche Aonikenk: 351- 2252186
(Desvío a la
Raíz- Desvío Arijón- Santa Fe).
PARA ADHESIONES MARCHA
PLURINACIONAL DE LOS BARBIJOS: barbijos.plurinacional@gmail.com
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